Partida Rol por web

-Señor Roweler...- digo luego de copiar los artíiculos que he podido encontrar -Voy a necesitar algo de usted, despues de todo.El grupo al cual represento está interesado en la muerte de Gibson, que veo que ya ha reportado usted eficientemente. Ahora bien, lo que voy a pedirle es una compilacion de los "cuentos de viejas" y leyendas que ha mencionado hace un momento, más que nada para saber a qué atenernos cuando alguien nos suelte alguna de esas boberías, ya sabe. Lo necesitaría como muy tarde para mañana or la mañana.- y agrego luego de unos segundos -Por supuesto que se trata de un trabajo pago, claro está.-

-Uhm... empiezo a pensar que está usted faltándome al respeto, señor Petersen. Primero me ofrece el mejor reportaje de mi vida, luego me dice que es sobre un cadáver, luego no me dice nada y se pone a hurgar en mis archivos, y finalmente me ofrece dinero por compilar unas historias sobre las que nada sé, ya que yo me ocupo de las cosas reales que suceden, y los cuentos de viejas los cuentan las viejas.

Troy sigue hablando con su voz estridente, pero de un modo mucho más serio.

-Voy a tener que pedirle que se vaya y me deje trabajar tranquilo, a no ser que tenga algo realmente bueno que contarme, para poder ponerlo en mi primera plana de mañana. En cualquier otro caso, que tenga un buen día, y cierre la puerta al salir, que tengo mucho que hacer.

-Señor Roweler, tenía pensado irme y por eso le he pedido esto que usted no sabe o no se atreve a hacer. De todos modos le dejaré un consejo: Sea mas perspicaz. No le he dado un dato sino cuatro. El resto depende de usted. Buena suerte.-Y dicho esto me voy de allí antes de liarme a ostias con el tipejo este.

La búsqueda te ha llevado una hora más o menos, así que supones que tus compañeros estarán en la biblioteca. Te encaminas hacia allí tratando de templar el ánimo y olvidar la irritante vocecilla de la extraña criatura que acabas de conocer.

Tras unos minutos de paseo junto a Elaine, quien parece sumida en sus pensamientos y da poca o nula conversación, llegáis a la biblioteca, donde entráis. Es un edificio pequeño, algo antiguo y sin alardes arquitectónicos. Entráis por una vieja puerta de madera y veis una sola sala con multitud de estanterías repletas de libros. Hay poca gente, no más de seis personas, y una de ellas es una mujer con pinta de arisca que os mira desde una mesita en la entrada. Parece ser la bibliotecaria. Luego hay dos hombres mayores que leen la prensa en unos asientos parecidos a los pupitres de los niños en el colegio. Más lejos una mujer lee un libro sin levantar la vista ni para miraros y en una esquina hay un hombre de unos cuarenta años que hojea otro libro sin mucho interés. y al otro lado están Robert y Philip, absortos en la lectura de libros y periódicos.