Iona dio un salto y un gritito agudo cuando el mayordomo apareció tras ella. ¿Cómo demonios lo hacía? Algún día le pondría una babosa cerebral para sacarle todos sus secretos, ¡algún día! Pero bueno, mientras tanto aceptaría la regañina, ya que como buena conquistadora espacial proveniente de una cultura estructurada, esta muchacha sabía respetar los rangos.
-No hace falta que te preocupes, estaremos listas para cuando llegue la larva del anterior amo. Y lo tendremos todo tan perfecto que se sentirá impresionada con nuestro trabajo.
Dicho esto, Iona se rió orgullosa. Sus chicas eran las mejores criadas de la mansión. Bueno, eran las únicas criadas de la mansión, ¡pero eso no significaba que fueran deficientes! Aunque sí que podrían mejorar lo de no caerse. Y lo de no pifiarla en la cocina. Y lo de no confundir la lejía con el detergente de la lavadora... Ay señor, más les valía hacerlo todo bien a la primera o la larva del amo se las iba a comer vivas.
-Yo voy a ir a la cocina a comprobar las reservas alimentarias y a preparar un pequeño muestrario nutricional de bienvenida. Si necesitáis de mi inestimable ayuda y sabiduría, ya sabéis dónde encontrarme.
Ponerse a preparar algo de tentempié para dar la bienvenida a la nueva ama la distraería el hecho de que tenían bastantes posibilidades de pifiarla con la primera impresión.
¡Gah! Con todo el blanco que llevaba encima y el aparecer de repente de la oscuridad, estaba un 80% segura de que Adrien era un fantasma. No es como si pudiera admitirlo, pero el mayordomo me ponía nerviosa. Siempre observando y... juzgando. No, no hay espacio para error.
-Fregaré suelos, entonces.- Desde los pasillos, además, podría vigilar que el baño no se desbordaba. Además, esa era la tarea con menor probabilidad de fallo, pues ya estaba P-231 ocupándose de ello. Si salía mal, podía echarle la culpa a ella y correr. Mi plan era comenzar por las áreas de la zona común que estuviesen más abiertas al exterior (vestíbulos, recibidores, puertas a los jardines, etc.) y luego seguir por los pasillos. Y luego ir a la entrada a recibir a la nueva señora.
Yo fuí la primera en irme de la escena del crimen. Me dirigí a uno de los armarios de escobas a recoger una fregona.
Antes de que llegara el mayordomo, yo ya había salido en dirección al despacho del amo seguida de Ren. ¡Manos a la obra! La mansión tenía que quedar limpita-limpita. ¡Confiaba en que mis compañeras lo harían genial~!
Dejo este minipost aclaratorio de que no estoy ya por allí.
Estas recogiendo tranquilamente, con ayuda de p-231 no tienes ningun tipo de inconveniente, todo va sobre ruedas hasta que te das cuenta de que en la alfombra hay un bulto bastante sospechoso, justo por donde p-231 acaba de pasar. No deberia ser problema normalmente pero, no parece buena idea dejar bultos misteriosos con los que la nueva Ama pueda tropezarse,encima justo en uno de los pasillos principales junto a las escaleras, que clama por un accidente muy grave. Y nadie quiere eso.
Aparezco empapada por la lluvia con manchas de pintura rosa en medio del salón, junto aire en mis demoniacos pulmones y comienzo a gritar con todas mis fuerzas.
- ¡HAY UN INTRUSO! ¡UN INTRUSO EN LA MANSIÓN!ALERTA DE INTRUSO!
Mientras gritaba desaforadamente la lanza apareció en mis manos lista para ser usada.
Preparo el lanzagranadas. No solo resultará útil si ese "intruso" se dirige hacia donde estoy, sino que también puedo utilizarlo en caso de que el bulto de la alfombra sea un animal peligroso o algo.
"P-231. Necesitaré una caja. Trae una."
Le doy al bulto un par de golpecitos con la punta de la fregona. Si el bulto no reacciona, levanto la alfombra inmediatamente para ver qué es. En cambio, si el bulto se mueve, intentaré probar a atraparlo con la propia alfombra antes de que huya o empiece a atacar. Tampoco queremos destrozar la habitación con una pelea con explosivos... ni el suelo con caca de rata.
p-231 trae lo que le pides y entre las dos levantais la alfombra para encontrarte con lo que parece una misteriosa joya debajo de la misma, p-231 como si fuera una raza lanza la caja contra la joya "atrapandola" en su caja. En ese momento escuchais el grito de Tsuki de alguna parte de los pasillos
- ¡HAY UN INTRUSO! ¡UN INTRUSO EN LA MANSIÓN!ALERTA DE INTRUSO!
Armado con una fregona, eché a correr fuera del despacho siguiendo a Ren de vuelta a las zonas comunes, ¡que estaba gritando que había un intruso! "¿¡Dónde!? ¡¿Dónde?!" moví la fregona épicamente como si fuera un palo de artes marciales, hasta que me dí sin querer con la mopa en toda la cara. Menos mal que estaba blandita por el agua... ay ay...
—¡Eso! ¡¿Dónde?! —grité yo, siguiendo a Ade y cuya fregona a punto estuvo de golpear mi cara en su demostración de dotes de artista marcial. Vamos, tan rozando que pasó que me hizo cosquillitas en la nariz y todo, jiji.
En mi caso, yo iba armada de mi súper pistolita chuli-piruli. Todas sabían que tenía el gatillo un poco flojo, y que cuando me emocionaba empezaba a tirar disparos de un lado para otro... siempre con la mejor de las intenciones, claro.
—¡¿A quién hay que freír?!
Más le valía a quien fuera que saliera huyendo... ¡Un grupo de maids muy locas iban a por él~!
-¿Qué diantres está pasando por allí?
Desde la cocina, la voz de Iona llegó alta y clara. Casi como si estuviera acercándose a toda velocidad. Oh, wait, que ya había llegado a donde se encontraba Tsuki.
-¿Qué intruso? ¿Nos atacan? ¿Es el FBI? ¿El gobierno? ¡Si aquí no hay tecnología alienígena ni nada por el estilo! ¡Sólo somos doncellas terrestres perfectamente corrientes que se defenderán con armas letalmente avanzadas si hace falta!
Justo lo que le faltaba ahora que la larva del amo estaba a punto de llegar. ¡Un espía gubernamental dispuesto a llevarse sus secretos extraplanetarios! ¡Por encima de su glu-bok!
Apuntando la lanza a todos lados temiendo por lo que pudiera pasar. Siento llegar a mis compañeras. La voz me tiembla mientras digo lo que vi, pero no tengo miedo... no claro que no ... bueno si.
- Tenía máscara, lucía como un psicopata como jason con pelo largo y se teletransportaba como yo o eso creo. Entró aquí en la mansión seguro es algún espia enviado para destruir al amo...
Esa historia se me hacía conocida. Ajusté mis gafas oscuras concentrándome en los alrededores para "ver" si el intruso estaba cerca. Lo bueno de ser un demonio es que tener unos inútiles ojos humanos que no sirven no es impedimento. Yo veía de otra forma.
Ugh. Maldita sea. Con el tiempo que había gastado fregando el suelo y ahora venía un idiota y lo cubría de barro. Dejé la caja que tenía delante apartada a un lado del pasillo y preparé el lanzagranadas. Tampoco quería utilizarlo, pues no quería dejar la casa hecha unos zorros, pero tampoco podía hacer mucho más si un intruso venía a fastidiarnos los planes.
-Modo Defensa operativo.
No me acerqué al resto del grupo, sino que me mantuve donde estaba y esperé a que ocurriera algo.
Máscara, lucía como un psicópata y se teletransportaba. Me lo apunté todo mentalmente.
—Debe ser el mismo que nos ha dejado esta nota —dije, enseñándoles a mis compañeras lo que Ren, Ade y yo habíamos visto en el despacho—. ¡Hay que encontrarle y darle su merecido por entrar en esta mansión y darnos más trabajo aún! ¡¿Quién se cree que es?! ... Ah, y por querer matar a la ama, por eso también...
En cuanto a la nota, en ella se podía leer con letras recortadas de periódicos:
VuEStrA Ama TIEnE LoS DiAS CoNTadOs. He ACudIDO PaRA CUmpLIR Mi miSIoN. PerO SoY Un CaBAlLeRo Y oS dOY La oPoRTuNiDad DE dEfENdErOS, Maids.
CoMiEnZA eL JUeGo
—Voy a activar a los peluchines —así es como llamaba yo a nuestro grupo de soldados—. Cuantos más seamos, más fácil será encontrarles. Alguna debería revisar la habitación de la ama por si acaso hay trampas escondidas, así como el resto de habitaciones.
¿Hay que hacer algo para activar a los soldados del ejercito privado que hablas en la sinopsis de la partida?
No, no es necesario puedes lanzarlos tal cual
Mientras que todas estais alerta, podeis escuchar repentinamente en el silencio como una puerta se abre y se cierra en algun lugar muy cerca de vosotras, seguramente hacia la izquierda. P-231 sale corriendo en esa dirección antes de que ninguna pueda reaccionar
Con mis habilidades y ver como la robot sale corriendo, decido seguirla ... - DONDE ESTA LA AMENAZA ...- mientras la sigo y comienzo a sacar de canalillo dos motosierras de mano. Sigo corriendo como naruto y impulsandome en las paredes y el techo con gracia ninja
Iona cogió la note y empezó a leerla con rapidez. Una amenaza... ¡En su mansión! Bueno, en la mansión del amo fallecido y que iba a ser de su larva... ¡Pero era el lugar que estaba a su cargo! No pensaba permitir aquello ni de lejos.
-¡Zafarrancho de combate! ¡A las armas! ¡Estad todas preparadas para proteger a la larva del anterior amo a cualquier precio!
Sophiel se ofreció a activar al ejército personal de la mansión.
-¡Gran idea Sophiel! Los soldados tienen que estar activos, ¡las defensas al máximo! No vamos a dejar que ese miserable se vaya de rositas. ¡Se va a enterar de lo que supone desafiar a Iona, Conquistadora Intergaláctica! Digo, ¡Doncella terrícola sobresaliente!
Lo había clavado. Ahora, ¡a por su lanza y a buscar a ese intruso! Pero antes de ponerse en marcha, se pudo escuchar claramente una puerta abriéndose y cerrándose, evento que hizo que P-231 saliera corriendo a velocidad supersónica. ¿Qué demonios? ¿Seguiría el intruso allí todavía? Puede que sí, puede que no, pero ante la duda...
-¡Es el intruso! ¡A por él con todas nuestras fuerzas!
¡Al cuerno con la lanza, le reduciría con sus propias manos! Corriendo a toda la velocidad que le permitían sus piernas, Iona se precipitó en la dirección en la que P-231 y Ren se habían ido. Uy, cuando atrapase al intruso... Las mitológicas sondas anales alienígenas le iban a parecer una bendición al lado de lo que ella tenía pensado.
Motivo: Correr a toda velocidad (atletismo)
Tirada: 1d6
Resultado: 4
4 x 3 = 12.
Asentí con mi cabeza a las palabras de la maid jefa y salí pitando hacia la base militar. ¿Que cómo era posible que una mansión tuviera una base militar? ¡A mí que me preguntas! Yo sólo me limito a limpiar el polvo, claro. Pero, a decir verdad, tener un ejercito privado nunca venía mal, sobretodo en situaciones como ésta donde un loco psicópata quería ensuciar la mansión... con lo limpita que la teníamos. ¡Habráse visto!
Cuando llegué a la base militar, me puse un palillo de dientes en la comisura de mis labios, una boina militar y mi pistolita láser bien al descubierto. Luego ensayé mi mirada de comandante mandona y, una vez totalmente preparada, entré.
—Peluchines, ¡ha llegado el día! —dije en voz alta, tras colocar mis brazos tras mi espalda y sacar pecho—. ¡Hoy os haréis unos hombres hechos y derechos, con pelo en el pecho...! Aunque de felpa, que los hombres depilados son más sexys. ¡Coged vuestras armas y salid cagando leches! Hay un intruso al que ajusticiar. ¡VAMOS! ¡UN-DOS! ¡UN-DOS! ¡UN-DOS!
Tras el último de ellos, salí yo detrás guiándolos hasta el lugar en el que se había escuchado el ruido.
- No puede ser alguien más quiere amenazar a nuestra ama, pero si ese es mi trabajo- inflé los mofletes dando golpecitos con los pies en el suelo.
Salí corriendo detrás del robot sin alma comprable con la lanza en la mano, hasta que recordé que podía teletransportarme. Me frené en seco y aparecí dónde creía haber escuchado el ruido.
Motivo: Teletransportarme al lugar correcto
Tirada: 1d6
Resultado: 2
Tiro con suerte 2x4=8
Mi... mi precioso suelo... pisoteado. A lo mejor debería... cortarle los pies... ¡No! ¡Yo no era una robot asesina! ¡Nada de matar a los orgánicos!
Ah, y se le había ocurrido otra cosa que debía hacer.
-Un momento.-
Se dirigió al baño, cerró el grifo de agua caliente y volvió. ¡Tampoco queríamos que se desbordase en medio de la pelea!
-Ya.-
Entonces siguió a las otras 3 criadas. A un paso menos ligero. Y mirando hacia atrás de vez en cuando.