Partida Rol por web

Esa mañana los cuatro os reunisteis pues los hermanos opinaron que era lo mejor, pues merecíais muchas explicaciones, así que fuisteis a la casa de sus padres, donde estaríais seguros.

El lobo nos buscara pues si os siguió tendrá vuestro olor, ayer... Bueno era mejor que os calmarais antes de hablar... comenzó a decir mientras la pelirroja estaba con Akio, pero se la notaba incomoda, y Leo parecía llevar las riendas de una manera demasiado familiar...

No os vamos a engañar pues nos importáis demasiado en poco tiempo, nuestro mundo es así, siempre hay peleas, igual que entre los humanos, pero en nuestro caso son mas primitivas... Yo hay noches que salgo a cazar, a seres como Hayley que no se controlan y dañan a la gente, y ella lucha por defender quien es... Con esto queremos pediros que elijáis que hacer ahora en frío, si decidiis quedamos a nuestro lado os enseñaremos todo, los conocimientos, la forma de luchar, todo... Y así jamás volveréis a estar infefensos, pues no con todos puedes luchar corporal,ente con algunos es mejor usar sus puntos débiles, plata, luz, estacas... hablaba en serio, muy enserio y lo veíais en sus ojos, pero aun así no podía ocultar del todo su miedo, pues sus ojos se desviaban a Paula mas de lo que le gustaría.

Estábamos en casa de los padre de Hayley y Leo, allí me sentía un poco tenso y más hablando de estas cosas…

Me senté en un sofá, buscando quizás la comodidad que no me podía dar, y noté a Hayley como yo, ya me había hablado por encima de alguno de estos asuntos y intuía que ahora íbamos a estar más expuestos.

Se hizo el silencio – Yo… ya le dije a tu hermana que contara conmigo – Cerré mi boca de forma súbita y miré a Hayley un poco serio, no era necesario decir más y mi corazón latía demasiado rápido para lo que se precisaba pero… ya tomé mi decisión días atrás y no me iba a desdecir

Me quedé en silencio ante aquellas palabras, mirando a uno de esos puntos en los que no hay nada en concreto pues era lo mejor que podía hacer escuchando aquello, aunque podía sentir sobre mí los ojos de Leo de vez en cuando. Imaginaba que estaba preocupado por mi posible reacción, porque claro, yo había ido ahí a empezar una nueva vida, no a poner en peligro la que ya tenía.

Sabía que si le miraba, sería yo la que no podría pensar con la cabeza fría, pero no pude evitarlo y cuando me moví, mis ojos se posaron en los suyos, lo que sin duda, venía a ser ya mi perdición.

- Yo también me quedo... - Seguramente en aquel momento estaría firmando mi sentencia de muerte pero... no podía marcharme ahora.

Los dos hermanos se sintieron felices de oír vuestras respuesta.

Y entonces es cuando Hayley tomo el mando de la conversacion Akio tiene conocimientos de lucha así que lo mejor es centrarnos en eso para el y... Paula, a ti quiero darte esto dijo agachando se y cogiendo de una estantería un libro bastante antiguo y dándote lo En este libro hablan de todo, lo ha escrito mi familia desde hace muchos años, en el encontraras cosas que te ayudaran a defenderte tras ello abrio una cajita sacando un precioso collar de plata y se lo puso en el cuello a Paula.

Dentro tiene una hierba que repele a los lobos, no querrán acercarse mucho a ti... te dijo con una enorme sonrisa.

Suspiré despacio, la decisión estaba tomada y no estaba muy seguro de donde me estaba metiendo, pero sabía que Hayley me quería, así que tenía que confiar en ella, seguro que no quería que me hiciesen daño…

Asentí con la cabeza a los de la lucha – No sólo tengo conocimientos sino que me gusta… - fue mi manera de confirmar que me parecía bien.

No sabia de que cosas se iba a encargar Paula, quizás algo relacionado con… ¿La magia? – Bien ¿Y cuando comienzo…? - añadí demostrando que solía ser algo impaciente.

El novio de Hayey sabía pelear y aunque me parecía a mí que contra un hombre lobo iba a llevar las de perder, al menos por lo poco que había visto, algo era algo, porque yo a parte de correr tampoco es que fuera a poder hacer nada más que lo que ya había demostrado que sí que sabía, gritar como una nena.

Miré a la pelirroja cuando me dio el libro, aunque estaba tan atónita que ni para sacar conclusiones me daba, pero lo cogí y asentí, eso sí, poco convencida de que un libro me ayudara en algo que no fuera entretenerme o dormirme, dependiendo del momento del día en que lo abriera.

Con lo del collar ya me quedé más tranquila, sobretodo porque no quería tener a aquel enorme hombre cerca de nuevo, que me daba tanto miedo que era capaz de subirme por una pared clavando las uñas en el mismo ladrillo para que no me cogiera.

- Gracias. - Dije casi con un suspiro, pues eso ya me tranquilizaba más.

Ese día lo pasasteis en la casa, los cuatro, Leo y Akio practicaban en el jardín trasero, el le enseñaba al asiático trucos, para poder defenderse, pues lo primero que dejo claro es que si conseguían darle... Ya no se levantaría, pero lo bueno era aprovecharse de sus fallos técnicos, pues luchaban de forma instintiva y animal.

Mientras tanto Hayley leía el libro con Paula, que al principio estaba un poco reacia, pues aquello le parecía el libro de las sombras de embrujad, pero tras mostrarle un par de hechizos, pudo ver que aquello era real y funcionaba, había de todo, desde echaos de búsqueda, de defensa, de ataque... Todo.

Antes de que os dierais cuenta la noche llegaba y entrasteis a preparar algo de cena mas animados, pues ahora ya os parecía mas real el poder defendemos y ayudar, y los hermanos se alegraban de ello.

Fue un día entretenido y provechoso, lo que me daba miedo era lo que me dijo de si me alcanzaban… bueno, ya se vería, mejor no pensar en ello., simplemente traté de concentrarme en lo que Leo me indicaba tratando de hacerlo lo mejor posible.

Se hizo la tarde y ya había que pensar en la cena - ¿Os apetece que cenemos juntos? Como lo de salir después del susto no  parece buena idea podríamos encargar algo para que lo trajeran ¿Qué os parece? - Propuse

Llevaba toda la vida entre libros por lo que no acostumbraban a asustarme demasiado, pero cuando abrí aquel y leí alguna de las cosas que ponía... Sí, un poco de reparo sí que me dio.

Aquello era como haber pasado de la nada al todo en cuestión de horas y me daba un poco de miedo eso de no poder ayudarles como quería hacerlo, aunque mirar a Leo me bastaba para que al menos lo intentara con todas mis fuerzas.

- De acuerdo, yo me apunto... pero sólo porque Leo estará cansado que sé que cocina muy bien... Otro día tendrá que hacernos él la comida...

Saqué la lengua mirando a aquel con quien me estaba metiendo y luego sonreí, quizás un poco más animada.

- ¡Quiero mejicano! ¿Os apetece? - Pregunto Hayley con decision  - Fajitas... mmmm... - Se veia a la pelirroja muy contenta y activa, no paraba por aquella enorme cocina y Max no hacia mas que rondarla para que le tirara comida.

Por el contrario Leo abrazaba a Paula por detras como ci aun intentara protecerla, peor de forma mas cordial - A mi me parece bien, podemos dormir aqui incluso y mañana volver a nuestras cosas - Pues tanto el asiatico como la traductora empazaban a trabajar.

La idea de cenar aquí fue aprobada, además nos vendría bien a todos para acabar de calmarnos y pasar un rato agradable.

Enarqué una ceja divertido al ver a Hayley de nuevo tan activa – Bien, comida mejicana, por mi no hay problema… - Seguí a Hayley a la cocina por lo que pudiese necesitar para preparar la mesa.

- ¿Tienes algo para calmar el hambre del perro? – Pregunté, a ver si se tranquilizaba un poco, porque aún tardarían un ratito en venir.

Yo no pude evitar recordar el primer encuentro con el hombre lobo ese ahí fuera y eso me puso un poco nerviosa.

- ¿ Estás seguro de que aquí no nos pasará nada? - Tenía que preguntarlo. Sí, puede que siempre sonara un poco negativa, pero era lo que había, pues me preocupaba seguir viva al día siguiente, aunque suponía que Leo diría que así era.

Suspirando miré a Hayley y asentí, pues la idea de comer algo mejicano si me parecía bien.

- Por mi no hay problema, me gusta todo... aunque para cenar estaría bien algo que no picara tampoco demasiado...

Al menos mi estómago lo agradecería.

- Primero! Traen el picante aparte - Dijo riendo - Segundo, tienes carne en la nevera que s ele puede dar y pienso bajo el fregadero hay pienso, pero Max nunca deja de tener hambre jajaja - Despues miro a Leo de forma complice y a Paula - Y tercero, esta casa tiene hechizos de proteccion del libro que te di, por lo cual no pueden entrar.

Tras la explicacion de Hayley su hermano llamo para pedir la comida y en el poco tiempo que tardasteis en poner la mesa y las bebidas ya casi habia llegado el repartidor.

El resto de la noche paso de forma tranquila, incluso os reisteis viendo fotos de ellos de pequeños, pero al llegar la media noche algo os alerto e hizo que mirarais a la puerta, dos voces joviales d ehombre y mujer riendo entraron por la puerta ¿sus padres habian vuelto de las vacaciones?

Me lo pasé bastante bien en aquella cena, pues la verdad es que nos reímos mucho, sobretodo, al quedarme más tranquila con aquello de las protecciones y todo el rollo, pero cuando ya estaba incluso con dolor de estómago de reír con las fotos, acurrucada al lado de leo y pensando que quizás lo que me apetecía era que nos fuéramos a la cama, aquellas voces me hicieron levantar la cabeza y mirar hacia la puerta.

- ¿ Tus padres? - Pregunté sin querer levantar mucho la voz.

Aquello ya estaba yendo demasiado rápido si eran ellos. A mí me parecía que no estaba preparada para afrontarlo y ya me puse rojísima sólo de pensarlo, como si tuviera cinco años menos y me hubieran pillado con un chico en el sofá.

Paula hizo una interesante pregunta sobre la seguridad del lugar y si, parecía que estábamos seguros aquí lo que siempre era un alivio.

Le saqué un poco de comida al perro y después de eso ya cenamos tranquilamente de forma más relajada, fue una buena velada, hasta que escuchamos sonido en la puerta.

Si era la casa de sus padres lo lógico era pensar que eran ellos, me senté más recto y formal y tras la nueva pregunta de Paula miré a Hayley, Y si eran ellos ¿Qué haríamos? ¿Les habían hablado de nosotros?

- Eso parece... - Contesto Leo extrañado pues hasta dentro de una semana no tenian que volver de las vacaciones. Por la puerta entraron un hombre alto y moreno como Leo y una mujer pelirroja, que apesar de que se podia ver que era mayor, jamas pensariais que podia tener hijos de la edad de Hayley y Leo.

- Mama! ¿Que haceis aqui tan pronto?- Pregunto Hayley llendo abrazar a sus padres mientras Max los rondaba ansiosisima - Adelantaron el vuelo por climatologia y nos devolvieron dinero... - Dijo el padre.

Pues si, eran sus padres, por suerte no nos pillaban en las habitaciones o algo así, aunque ya éramos mayorcitos para que nos dijeran algo por ello, de todos modos uno se siente un poco cortado en estas situaciones y más siendo de forma inesperada.

- Buenas noches – Dije de forma educada, supuse que ahora ocurrirían las oportunas presentaciones, esperé pues esa labor les correspondía a Leo y Hayley.

Aquello era como un poco violento. Suponía que para los demás no era así, pero yo estaba pasando tanta vergüenza y eso que no habían reparado en mí... - ¿ Por qué han tenido que volver antes?

Me quedé en silencio, sentada como estaba en el sofá y pensando que los planes se acababan de desmoronar porque yo pensaba largarme a dormir a la residencia, que ahí ya había demasiada gente.

Se me habían olvidado ya los libros, los hombres lobo y todo lo que pudiera aparecer en ellos pues ahora sólo sentía como la sangre se agolpaba en mi cara.

- Buenas noches... - Repetí cuando lo dijo Akio así como por inercia, como si fuera un loro.