Partida Rol por web

Parecía que aquello nos estaba saliendo bien yq ue no tardaríamos en echarlos de nuestra fortaleza, al menos, eso es lo que parecía incidicar el mensaje de Ian, pues ya nos estaba pidiendo que nos replegáramos y eso quería decir que prácticamente habíamos cumplido nuestro cometido.

Lo que me sorprendió muchísimo fue escuchar eso de que estaban peleando entre ellos y me quedé con cara de idiota sin saber qué hacer, si replegarme o esperar unas nuevas órdenes para hacer las cosas de una manera organizada.

- ¿ Peleándose entre ellos? ¿ Eso no será alguna clase de estrategia para la que desconocemos el propósito?

La pregunta parecía absurda, pero en todo el tiempo que habíamos tenido que combatir contra ellos era la primera vez que veíamos algo así.

"peleando entre ellos? igual que cuando entramos en la tierra, algunos de ellos atacaron a los suyos, estoy seguro" - Tal vez haya mas como nataly- dijo simplemente Isamu, luego tras mover su mecha un poco para acercarse a los demas, añadio- Señor, nos ponemos en marcha?

Bobby permaneció en silencio. Si no sabes qué decir, mejor no digas nada  pensaba el joven teniente británico, mientras aguardaba a que McLeud tomara una decisión.

Maria se da cuenta de que algo no esta bien en este ataque ya que ha sido muy facil.

Escucha a McLeud la orden de que se reagrupen en la plaza.

En ese momento tambien escucha lo que el comadante esta diciendo por el canla de comunicacion y piensa que sucede como que luchan entre ellos eso no puede ser, nos estamos volviendo locos o que.

Dciho esto escucha a Isamu que nos pongamos en marcha hacia la plaza y alli se dirigue.

McLeud reviusa su radar y localiza lo que la teniente Grant les ha informado. Se tratan de tres pod que se encuentras estáticos entre las ruinas de un barrio de Macross. Ian les dice:

- Nos acercaremos con cuidado, rodeándolos por si están tramando algo. Pero lo más importante, no quiero que nadie dispare si no se les ha ordenado.

y sin más todos se encaminan hacia el lugar indicado. Automaticamante, como lo han hecho tantas veces, se reparten para abarcar el terreno y rodear al enemigo. Pero cual es su sorpresa cuando al acercarse ven que se trata de tres pod posados en el suelo y un centenear de personas de estatura normal, vestido con toscas tunicas de color negro anudadas con un cordón a la cintura y mirando todo lo que les rodea con cara de maravillados.

Maniobré cambiando de posición como McLeud pedía que nos acercáramos, con un escueto " recibido " pues no había nada que añadir en aquella conversación y cuando vi la escena que se presentaba ante mí me quedé con la boca abierta mirando aquello.

- ¿ Por qué nos traen más gente? ¿ Serán clones raros como mi chica?

No entendía toda aquella situación.

- ¿ Luchan entre ellos porque también quieren la paz? Al menos los que son como nosotros..

De todas formas no me fiaba de nada ni de nadie, pues si seguíamos en el espacio, exiliados como criminales, era por su culpa y hasta que no viera con mis propios ojos que no moriría nadie más no me iba a quedar conforme y aún así, puede que lo hiciera a regañadientes.

El mensaje de que algunos de aquellos alienigenas estaban peleando entre ellos no acababa de convencer a Alex.

Están tramando algo seguro. No creo que sea así realmente.

A pesar de todo siguió a los demás mientras se acercaban con cuidado. Con un pequeño gruñido ante lo de no disparar.
Aun así, el ver a un montón de zentradi a tamaño humano ataviados con túnicas no era para nada lo que esperaba. Incluso su rabia se calmó unos instantes.

Vaaaale. ¿Y ahora qué hacemos jefe?

Isamu siguio las ordenes, con cuidado fue rodeando el objetivo,  luego cuando avanzaron todos algo mas y vio a toda esa gente se quedo mirandolos sorprendido, y se unio a la pregunta de steinn.- ¿que hacemos señor? ¿les decimos hola?

"si duda las coas ha cambiado, ayer solos en el espacio en una guerra constant, y hoy nuestros enemigos se pelean entre ellos y vienen de visita, en que acabara todo?"

Maria esta tan perpleja como sus compañeros eso es algo que se supone por que ha abierto el canal de comunicacion y ha oido lo que sus compañeros estan hablando con el teniente.

Ella esta muy sorprendida pero no sabe que es lo que parece que ve.

Mientras se han acercado a la zona se ha situado al lado de Alex, y el rititin de su repsuesta de no disparar le ha parecido graciosa

Si bien la situación era sumamente extraña, el grupo ya había tenido una pequeña muestra de que los zentraedi no eran tan sólo una raza de belicosos guerreros. La muchacha que había sido su camarada hasta hacía muy poco era la prueba viviente.

Sin embargo, el teniente Bishop no había llegado a dónde estaba por pecar de ingenuo. Quizá aquellos individuos, cuyo tamaño era similar al suyo, vinieran en son de paz. O quizá fuera una burda estratagema.

No os confieis advirtió a sus subordinados  Mientras no se demuestre lo contrario, son peligrosos.

La verdad es que la escena es tan extraña que por un momento ninguno sabe muy bien que hacer. No obstante, después de un rato, Ian les dice:

- Bien chicos, creo que debemos de saludar a nuestros turistas.

Entonces, Ian enciende los altoparlantes de su destroid y dice:

- Todos ustedes, quedense en sus lugares. Somos del ejército de la Tierra Unida y si siguen las intrucciones, no les haremos daño.

Los hombres que se encuentran allá abajo parecen atemorisados por la presencia de ustedes, pero se quedan quietos y no intentan hacer nada. Entonces Ian les pregunta:

- Muy bien ¿Quien quiere acompañarme a conocer a los nuevos vecinos?

Al parecer todos estaban un poco desconcertados con la situación. Claro que tampoco era de extrañar ya que justo venían de una pelea contra esos mismos alienigenas.

No obstante Ian le echó un par de huevos y se bajó a saludarles en persona. También pidió voluntarios para acompañarle.
Alex no estaba interesado, todavía no se fiaba ni un pelo. Así que decidió quedarse en el destroid y seguir alerta por si aparecian más de los belicosos.

Yo creo que paso, señor. Me mantendré alerta por si acaso.

Aquellos centraedi parecian asustados, puede que fuera una trampa si, pero tenia el presentimiento de que no era asi, Isamu sabia que aquel momento era muy importante, si no era una trampa seria un gran paso para lograr la paz, asi que ante la pregunta de McLeud, Isam se presto voluntario.

-Señor, a mi me gustaria ir.

Cuando Maria escuhca a Ian por el altavoz del destroid no puede creerlo.

Ella siente algo de miedo pero cree que mejor es no expresarlo.

Cunado piden voluntarios para bajar, ella siente mas miedo todavia asi que decide no decir nada.

Alex viene como llovido del cielo cuando dice que no, ocn lo que ella decide que tampoco y asi se lo dice a Ian por canal.

Señor si me permite me quedare con Alex si no le importa.

Gracias.

Dicho esto espera una respuesta del teniente.

Bobby asintió a solas dentro de su cabina, ante las palabras de su compañero Alexander. El tampoco se fiaba, y preferiría quedarse a bordo del destroid, sólo por si acaso.

Aquí Bishop, jefe. respondió por el comunicador Con su permiso, también miraremos por encima de su hombro

Casi podía jurar que todos estaban esperando que yo también me bajara de aquel aparato para ir junto con McLeud y no iba a defraudar a nadie en cuanto a esa decisión, pues así como Mª Claudia prefería quedarse junto a Alex, yo prefería ir con Ian, pues alguien tenía que velar por cubrir sus espaldas en tierra.

- Esperadme que ya me estoy bajando! - Dije mientras comenzaba a soltarme y a buscar mis armas con la otra mano, pues nunca salía sin ellas, al menos, la pistola no dormía conmigo para no incomodar a Ian, sino...

- Mira que hacen una fiesta en nuestra ciudad y no nos invitan... Qué desagradables! Después de todo el caso que les hemos hecho últimamente...

Apenas tardé unos segundos en estar lista para bajar y unirme a Isamu e Ian.

Con todo listo, Eve, Ian e Isamu bajan al encuentro de lo que, suponian, eran zentraedis micronizados. Por su parte, el resto se mantiene alerta desde su posición, apuntando en todo momento a quien quisiera pasarse de listo con el capitán y su escolta.

Al llegar frente a ellos, salen tres de esos hombres al encuentro de los oficieles. Entonces, tanto Alex Steinn como María pueden identificarlos como los tres tipos raros que vieron durante la primera cita que tuvieron.

El primero en hablar fue Ian, quien les dijo:

- Soy el capitán Ian McLeud del Ejército de la Tierra Unida... por lo que veo, ustedes no son de por aquí, así que me gustaría tener una explicación detallada de lo que ocurre aquí.

McLeud tratar de no ser agresivo, pero si es imperativo al hablar. Por su lado, el zentraedi más gordo, da un paso al frente y dice:

- Mi nombre es Bron y yo y mis compañeros somos zentraedi. Hemos desertado porque queremos vivir como ustedes, los micronianos. Nos entregamos pacíficamente a usted, capitán.

No tenía que decir nada en aquella conversación, al menos de momento, pero incluso mis rasgados ojos se abrieron como platos cuando escuché aquellas palabras, por lo que miré a Ian de reojo, pero sin perder de vista el más mínimo movimiento de lo que estaban haciendo.

- No me fío...

Quizás al ver que no habían conseguido lo que querían por las malas lo estaban intentando por las buenas y lo peor, era que por detener esta maldita guerra, tendríamos que averiguar si aquello era verdad, darles una tregua, esperando que no nos la jugaran.

Me mordí la lengua para no preguntar que por qué creían que los íbamos a aceptar sin más después de todos los hombres que habían matado, de todos los civiles que habían muerto en aquella estúpida guerra..

- Es Ian quien debe hablar con ellos Eve, no tú.

Isamu se acerco junto a Ian y Eve, miraba aentamente a los individuos que teni delante, intentando leeren sus rostros, parecian srprendidos y asustados. al fin llegamos ate ellos, y parecio que sus lideres se adelantaron.

cuando isam escucho las palabras, un sentimiento de esperanza cada vez mas desaparecido, pero que nunca haia desaparecido, resurgio con fuerza, pese a ello no hizo nada ni dijo nada, seqedo gunto a sus compañeros vigilante, pues si era una tranapa, lo cual Isamu deseaba con todas sus fuerzas que no lo fuera, los mechas de sus amgos no podrian atacar estando tan cerca del enemigo, y tendrian que salir de alli corriendo.

Por lo visto Ian tampoco se esperaba la respuesta del zentraedi, pues se queda le queda mirando sin atinar a decir nada. No obstante, Después de un momento, les dice:

- La verdad es que no tengo las atribuciones para otorgarles asilo, pero puedo tomarlos como prisioneros...

Esas palabras pusieron algo intranquilos a los zentraedi, pero Ian levantó las manos para que lo dejaran terminar de hablar:

- Les puedo garantizar que tenemos leyes que protejen a los prisioneros de guerra. nadie les torturara ni les obligara a dar información de ningún tipo acerca de sus compatriotas... solo me gustaría saber por qué vienen aquí.

Y contrario a todo lo que podían esperarse, uno de ellos contesta estusiasmado:

- Porque queremos conocer y oir cantar a Minmei.

¡Habían desertado solo por una estrella de pop!