Partida Rol por web

Los esqueletos quedan un momento al parecer aturdidos por las voces que reciben de su amo, y de manera patética y con torpes ataques se abalanzan a por vosotros sin ningún éxito, sorprendidos ante el cambio de suerte, tan solo veis a Alaszor resoplar por la ineptitud de sus secuaces, y soltando a vuestro compañero cruje sus hombros, los huesos resuenan al rozarse y suena un crugido parecido al de la madera vieja, por alguna razón parece que sacar uno de los viales que os dió la reina bruja atrae la suerte además de recomponer la vitalidad

Habib presentía que el esqueleto de Willem estaba ya en las últimas, así que le lanzó un rayo de ácido y le dio. Poco le pudo hacer, pues su estructura era vacía casi toda. Pero quizá era lo justo para acabar de destrozarle. Luego retrocedió un paso para así dejar espacio a Sutu.

La poción hizo efecto enseguida. Todo el cansancio acumulado desapareció y mi cabeza se despejo por completo. Ahora ya solo quedaba el todo o nada. Matar o morir. No había más alternativas. Tras esquivar con facilidad el ataque de uno de los esqueletos, arremeto contra él con una estocada de mi espada. Debíamos acabar rápido con los esqueletos para poder centrarnos de una vez en el rey brujo. Después de ver lo que había hecho con Rhaz, miedo me daba pensar lo que sería capaz de hacernos.

Viendo la acometida de los esqueletos, Sutu lanzó otro errático tajo a su oponente al tiempo que se echaba para atrás, buscando espacio en el que maniobrar mejor, y evadir los ataques del no muerto que lo iba a acometer por el flanco.

El hacha volvió a ejecutar su baile de la muerte, y el bárbaro se apartó de aquellos seres de la oscuridad, buscando el apoyo de sus compañeros, y tratando de reforzar la guardia de ellos.

Willem a su lado, se recuperó de sus heridas rápidamente gracias a la hechicería contenida en el líquido de los frascos que portaban como apoyo a su empresa, por gracia de la que los había enviado allí, y Sutu se preparó para tomar las riendas de la situación en cuanto su compañero estuviera preparado.

Pero hasta entonces, debían resistir un nuevo ataque por parte de los esqueletos.

Alaszor se ve muy molesto cuando empezais a recular por el pasillo, gruñe quejosamente y da nuevas órdenes a sus esqueletos que avanzan y retrocedan, la mitad de vuestros atacantes junto al Rey Brujo desaparecen en la oscuridad y tan solo podeis escuchar su risa satisfecha por cuanto ha hecho y su voz increpandoos a salir a la sala.

Vuestro amigo parece muy herido, no parece muy caballeroso dejar a un compañero desangrándose en el polvoriento suelo de la tumba de un vie~ejo brujo como yo, joJo jo jo

No podeis ver a Rhaz, la luz que lanzó está ahora apagada bajo él, pero sabeis que quedó ahí en medio, y sabeis que el brujo aguarda en la oscuridad junto a una reserva de sus esqueletos para que salgais, no hay salida, él lo sabe, no podeis ir a ningún lado, solo tiene que esperar

Los esqueletos alzan sus espadas, os embisten y abren sus bocas en un silencioso alarido de muerte, Willem y Sutu detienen ambos golpes con gran destreza y vuelven a contra-atacar, parece que Alaszor os tenga agarrados por los huevos, pero por ahora, Willen, Sutu y Habib manteneis la energía y la vitalidad, ¿Hasta cuando podeis aguantar? ¿Podreis salir de aquí? Es hora de lanzar un ataque de verdad muchachos

El grupo volvía a la carga, y Sutu esquivó y paró los ataques dirigidos hacia su persona como buenamente pudo en aquel reducido espacio en el que luchaba junto a sus compañeros, algo que le dificultaba de manera alarmante las maniobras con su propia arma, reduciendo la eficacia en combate del bárbaro.

Sutu gruñó y volvió a tratar de reducir a astillas a un nuevo enemigo, pero de nuevo el enorme hacha se vió obstaculizado por el espacio en el que combatían tan apretados.

-¡WAAAARGH!

Sutu seguía luchando, aunque con suerte dispar. Estos esqueletos, comandados inteligentemente por el hechicero se colocaban de manera que era difícil seguirles y saber a cual habíamos herido y a cual no. Pero Rhaz estaba a la vista y parecía agonizante. Ya ni se movía. Habib podía seguir luchando con sus precarias capacidades, pero decidió adelantarse a la posibilidad de que sus compañeros tuvieran éxito.

Sutu, te tomo la poción, ya que si no, Rhaz morirá.

Así que metió su mano en sus pertenencias y buscó lo único que podía haber con el familiar tacto de un vial con líquido dentro. Sin embargo, su mano, con tanto movimiento del guerrero no podía buscar con calma.

La situación parecía haberse estabilizado un poco. Ni nosotros ni los esqueletos conseguíamos conectar golpes. Pero el tiempo corría en nuestra contra, y más en la de Rhaz. Al rey brujo la situación le parecía la mar de graciosa. No te reirás tanto engendro del demonio cuando te saquemos la sangre de Rhaz a espadazos.

Y si tan caballero eres ven a luchar tu en lugar de tus esbirros maldito cobarde le suelto al orko no-muerto mientras vuelvo a lanzar una estocada contra el esqueleto que esta frente a mí con la esperanza de poder romper de una vez el equilibrio reinante a nuestro favor.

El esqueleto cae bajo el filo de Willem, Habib busca desesperadamente la poción en la bolsa de Sutu, el bárbaro entiende sus intenciones y se dispone a sacársela, Willem sonríe, abatir a un enemigo es ganar terreno, y recién bebido el brebaje de la bruja, se siente fuerte y listo para el combate. Al hueco que deja al esqueleto muerto acude Alaszor, la presencia del brujo tan pronto sorprende a todos los aventureros, que quedan un momento con la boca abierta mientras el brujo pronuncia unas palabras imbuyendo su garra de una energía violácea.

Sukum KatShaaaa'aK

 La garra del brujo se lanza contra Willem que esquiva a tiempo el, probablemente, mortal golpe, el brujo enseña la infinita hilera de dientes a la que ha elegido como su nueva presa, aunque mira de reojo a Habib, quien también le inspira cierta hambruna

Los esqueletos quedan por detrás de su señor, alzando las espadas como si de un momento a otro fueran a atacar y bajándolas automáticamente y sin sentido al segundo, el esqueleto frente a Sutu vuelve a lanzar una estocada que el bárbaro intercepta, lanza una dentellada y un garrazo, parece que la presencia de Alaszor junto a él le inspire, pero no por ellos resultan más eficaces y la sucesión de ataques resultan tan inefectivos como los anteriores.

Si me da una sola vez con esa cosa en las garras se acabo. Tengo que acabar con él lo antes posible pienso mientras la mano envuelta en luz violácea pasa cerca mío. ¡Vuelve al lugar del que nunca debiste salir engendro! le grito mientras lanzo una golpe descendente con la espada hacia la cabeza del rey brujo.

Sutu, dame la poción y lánzame lo más lejos que puedas. Yo se la daré.

Dijo Habib con gran decisión. Sabía que a Rhaz le quedaba el último aliento y no podían esperar más. En su alma ardía el don de la magia, lo que le distinguía del común de los hombres y la causa de la decadencia de la vida en este mundo. Él les había metido en esta aventura y era el responsable de sus vidas. Volaría hacia su destino con honor fuera cual fuera.

El bárbaro fintaba, esquivaba, y contratacaba como buenamente podía en aquel estrecho espacio, y por detrás de él, escuchó la voz del hechicero que le pedía actuar para salvar a Rhaztamel.

Era un suicidio perder la formación en ese momento, más aún con los enemigos encima, pero sabía que aquel era el momento del todo o nada, y habían entrado en un punto muerto del que difícilmente saldrían si no hacían que la balanza se equilibrara hacia su lado.

Dicho y hecho, con dos rápidos movimientos, el bárbaro aprovechó un medio giro del cuerpo para esquivar otro ataque del esqueleto y echar mano al vial que contenía el brebaje sanador, pasándoselo a Habib en el contragiro de cintura, y acto seguido se acuclilló en el momento en el que el esqueleto lanzaba otro golpe mortal hacia su cabeza, esquivando el golpe, Sutu sintió el peso de Habib sobre su espalda, y encontes lo catapultó hacia adelante.

- ¡VUELA ALTO BRUJO! Le gritó mientras se volvía a alzar, haciendo una increible fuerza con sus poderosas piernas, que se hincharon de venas a causa del esfuerzo, y lo movieron a un lado en el momento en el que Habib abandonaba su espalda, y otro golpe del no muerto trataba de cortarle por debajo de la cintura.

Sutu observó cómo Habib volaba por encima del no muerto en un postura tragicómica en pos de Rhaztamel, como si de un artista del circo de la reina de Zalas se tratara. Y una vez despejada la carga que suponía Habib, el cuerpo del bárbaro volió a moverse con agilidad felina, y Sutu esquivó un nuevo ataque.

El hechicero subió a la fuerte espalda del bárbaro que le lanzó con gran soltura como si estuviera acostumbrado a hacerlo y ambos formaran un dúo de saltimbanquis.

Habib salió disparado como un ángel con los brazos abiertos, pero en realidad era el dragón que latía en su interior buscando volar como antaño hacían estos mágicos seres. Giró en el aire, describiendo una voltereta que le hizo aterrizar con los pies y no con la cara, como habría sido fácil que pasara.

Entonces miró su mano, la cual tenía el líquido revitalizante encerrado en un fino recipiente de cristal. Rhaz, casi inerte, era ageno a lo que sus amigos estaban realizando por él. Pero todavía tenía que llegar hasta él y darle la poción. Un esqueleto le esperaba listo para atacarle. Le quedaba poco aliento de vida, pero mucho del de un dragón. Esa era el espíritu que le mantenía directo hacia su objetivo, salvar al valiente Rhaz y acabar con el mal que reinaba en este maldito lugar.

Cuando Habib aterriza, da una vuelta sobre sí mismo y sigue su camino escuchando tras de sí el tintineo de una espada al chocar contra el duro suelo por el que antes revoloteaba como un gorrión los esqueletos abren sus mandíbulas, seguramente maldiciendoos y prometiendoos una muerte que jamás será conocida, escrita, ni recordada.