Kefera esperaba que los problemas viniesen del otro lado, pero el ruido del cataclismo que acababa de asolar la sala se podria escuchar por todo Mulhorand.
- Vale, dices conocer a Nathifa, dijo mientras mantenia la guardia al frente, ahora como has llegado aqui, maese enano ?
—Oh, "maese". Creo que podría acostumbrarme a eso—comentó Jotnar estirándose un bigote—. Es bastante más agradable que lo de que ser directamente invisible para los humanos de Mulhorand.
No obstante, cuando Nathifa alegó no conocerle, abrió los ojos con sorpresa y soltó el bigote, el cual se encogió formando una espiral tan repentinamente que reprodujo en las mentes de todo el mundo un imaginario sonido de muelle.
—¡¿Cómo?! ¿Quieres decir que Nepthis no os ha hablado de mí?—exclamó, consternado. Entonces levantó un puño y lo agitó mirando hacia arriba como si hablase con una especie de entidad invisible que estuviera viéndolo—. ¡Oh, muy bonito, muy bonito! ¡Así que tienes conjuros para hablarme a distancia y darme un susto de muerte creyendo que me he vuelto aún más loco pero no para avisarlos a ellos de que tu querido amigo Jotnar viene a echarles una mano! ¡Que sepas que te quedas sin menta en el próximo té negro al que te invite!
Resopló por la nariz y se cruzó de brazos con fastidio. Aunque antes se volvió a peinar el bigote.
—Ajem, sí. He venido a echaros una mano. Mi nombre es Jotnar—explicó—. Jardinero, escriba, tesorero, estratega, hombre de negocios, cocinero, oyente de historias, especialista en asuntos absurdos, aventurero y dueño del la compañía de aventureros La Barba Insondable en Gheldaneth. Nepthis es una de mis compañeras de fatigas, de hecho. Como últimamente me estaba aburriendo como una ostra, me habló de este asunto y me pidió si podía venir a echaros una mano. Tanto yo como mi fiel amigo berserker aceptamos y ella nos ha chivado la entrada a este lugar con uno de esos abracadabras suyos de clérigos para cotillear a la gente y para hablar a distancia y esas cosas.
Agitó los dedos en el aire para ilustrar lo último. Él poco sabía de tecnicismos sobre conjuros.
-Ah, eso lo explica-cierto era que algunas de las compañías de Nephtis eran un tanto peculiares-. Nephtis Hatharia es la venerable actual encarnación de Hathor, primera desde hace 800 años. Y además dotada con el don de la profecía. Fue ella quien me mandó venir a la ciudad cuando lo hice, tras una de sus visiones. Y al parecer, también ahora ha mandado quien nos ayude. Imagino que anticipándose a próximas dificultades-les explicó a los otros-. Entonces, ¿son dos los que han venido? ¿Su amigo el berseker está también en la subciudad?
Kefera volvio a mirar hacia delante, viendo que el enano parecia amistoso.
- Bueno maese, estamos listos para continuar. Si la fama de vuestra raza es cierta, los enemigos estan por alli, dijo señalando con el pulgar por el pasillo donde habian desaparecido los guerreros.
- Que hacemos con este memo?, pregunto respecto al guardia que se habia rendido
Madsul saludó a Jotnar con una inclinación de cabeza.
- Saludos, corpultento Jotnar. El nombre de uno es Madsul Abar, y me encuentro en este lugar por designio divino. - alzó las manos al cielo, y luego volvió a posarlas en el enano - Que nuestro camino unido sea provechoso.
Pronto, sin embargo, Kéfera reclamó su atención de nuevo, pues tenían un prisionero y podía resultar un problema.
- Quizá deberíamos dejarlo atado a esa oxidada reja. - dijo, señalando el pesado rastrillo que no había podido mover.
—Por supuesto, está aquí mismo—respondió Jotnar a Nathifa antes de girar la cabeza hacia su mochila—. ¡Colega, sal! Que te quieren conocer.
La parte superior de la mochila del enano rebulló un poco y a los pocos segundos surgió de ella algo que era más o menos del tamaño de una cabeza, estaba recubierto de pelillo ralo y marrón salvo una zona circular delante, donde su superficie parecía madera blanca y pulida. Contaba con unas delgadas flexibles extremidades, como resistentes tallos, que salían del interior de la dura cáscara, también de un tono blanquecino. Y la susodicha cáscara presentaba dos agujeros en la parte delantera a modo de ojos.
En resumen: Era un coco.
Un coco que trepó hasta lo alto de la cabeza de Jotnar y saludó jovialmente a todo el mundo con la mano.
—Cocotilio, te presento a los aventureros de los que nos habló Nepthis. Aventureros, él es Cocotilio—comentó Jotnar con toda la normalidad del mundo. Al instante se llevó el dorso de la mano a un lado del rostro en gesto secreto y añadió en un susurro:—. Que no os engañe su aspecto: ¡es el guerrero más temible del reino vegetal!
Retomó entonces la postura normal, dio unas palmaditas en el brazo a Madsul para agradecer el saludo y observó al prisionero chamuscado.
—¿Quién es este, por cierto? ¿Algún payaso subterráneo que os ha venido a dar la bienvenida con malas formas?—preguntó—. Veo que lo habéis dejado en su punto...
Amuir mantuvo el semblante indescifrable, como era habitual en él, mientras observaba a la criatura sobre la cabeza y de Jotnar y se preguntaba si habrían aspirado vapores alucinógenos de entre tanto polvo y tierra de la subciudad. Arrastró al prisionero y aceptó la propuesta de Madsul de dejarlo atado a la verja.
-Oye, ¿cómo se abre esta cosa? -le preguntó-. ¿Alguna palanca para levantar la reja?
Luego miró al enano.
-Un miembro de la Mano Serpentina. Tenemos la sospecha de que aquí abajo se encuentra nuestro objetivo. De momento estamos buscando a dos personas, un hombre llamado Imin y otro llamado Khaibet. Éste ha dicho que Imin se reune con Khaibet unas estancias más al norte. Antes hemos derrotado a otros matones y una mujer enmascarada ha huído y ha avisado a Imin de que estamos aquí.
El sacerdote pareció relajarse al ver que el enano venía a ayudar a Nathifa y, por ende, al resto, en la búsqueda del cáliz.
-Mi nombre es Shem-su-namun, sacerdote de Thoth y la fiera mujer que ha hablado es Kéfera, una de sus devotas. -comentó como presentación respetuosa para que el enano tuviera más conocimiento de todos ellos.- Es un honor conoceros Jotnar. -comentó haciendo una leve reverencia al estilo de Mulhorand.
La aparición del tal "Cocotilio" provocó un enarcamiento de ceja y un brillo curioso en el sacerdote. Parecía mentira que aquel ¿coco animado? fuera el guerrero que parecía anunciar el enano, pero se guardó su opinión de forma prudente.
A la explicación breve de Amuir añadió:
-Creemos que el tal Khaibet que parece un peligroso yuan-ti. Movió los hilos para que el cáliz cayera en manos de las Manos Serpentinas y de ahí a las suyas por medio del tal Imin. Parece tener sus propios planes para el artefacto y no parecen buenos... asi que, aqui estamos. Yendo en su búsqueda.
Cuando vio que el hermano de Osiris arrastraba al desgraciado, añadió:
-Igual sabe algo más sobre las costumbres de Imin o sobre la defensa de su guarida. Creo que igual puede decirnos algo más ¿no creéis? -comentó.
Era testimonio del respeto y la confianza que Nathifa sentía hacia Nephtis, que después de todo lo que había visto de Jotnar, aún estaba segura de las capacidades del hombre y su importancia para la misión. Del coco, o lo que fuera aquello, aún se reservaba su opinión.
-Bienvenidos a los dos, entonces.-Le dijo con una sonrisa-. Aunque de Imin, nos dijeron hace un poco que había ido con algunos de sus hombres a cerrar un negocio. Si la enmascarada ha ido a buscarlo, o bien la enmascarada ha salido detrás de él, o bien lo está esperando, o Imin ya ha vuelto. Y si lo ha hecho, tiene que haber sido por otra entrada, porque tendría que haber pasado junto a nosotros.
Nathifa fue tras Amuir junto al miembro de la Mano Serpentina.
-¿Podrías explicarnos eso, centinela? ¿Hay otra salida? ¿O está Imin en algún lugar aquí dentro?
—¡Eh! —protestó el guardia, cuando Kéfera lo llamó memo.
El aludido señaló un mecanismo junto a la puerta.
—El rastrillo debió abrirse con eso, pero debió estropearse hace mucho. Se puede levantar a pulso, entre varios, pero muchas veces nos limitamos a pasar por debajo —le contestó a Amuir. Dibujó una sonrisa socarrona—. ¿Conoces el nombre de Imin? Estás muerta. Sigue aquí, y cuando te lo encuentres te sacará las entrañas por lo que habéis hecho hoy aquí. A todos, incluyendo al enano-barril y su estúpido coco.
Al ver la contestación que se gastaba aquel truhán, Shem suspiró con resignación y se acercó a él. Entonces apoyó la punta de su bastón sobre el dedo gordo del pie derecho del tipo y se apoyó con todas sus fuerzas.
-Vamos, truhán, no es necesario ser descortés con la dama. -hizo una pausa para ver si el bastón le causaba, por lo menos incomodidad- Por lo que entiendo, usted quiere que Imin nos encuentre y nos despelleje y nosotros queremos encontrarle para tener una charla con él. No veo porqué no debería colaborar con nosotros. Si se fija, todos tenemos aqui un objetivo común, asi que ¿podría ser algo más preciso? Asi nosotros encontramos antes a Imin y usted, que tan claro tiene el resultado de nuestro encuentro con él, no sólo se resarcirá de lo sucedido aqui, sino que además conseguirá que sus colegas vengan aqui antes a rescatarle. Todos ganamos ¿no cree?
Motivo: Persuasión
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+5)=17 [12]
He dejado una tirada de Persuasión. Quiero aprovechar la rabia que nos tiene para que suelte la lengua. Si no aplica, pues la olvidamos y punto.
Al ver al coco que llevaba el enano encima, Madsul había sentido el impulso de buscar su machete y partirlo en dos para beber su dulce jugo y refrescar su garganta. Pero aquel coco se movía, y el barbudo guerrero que lo portaba parecía muy apegado a él, así que desechó la idea. Entonces la conversación volvió al prisionero, al que el venerable Shem trataba de provocar para que dijese algo más. Las bravatas del reo daban a entender que el tal Imin sería un digno rival, a diferencia de cuantos se habían cruzado en su camino hasta aquel momento.
- Uno está deseando entablar batalla con ese Imin. ¡Digno rival de cazadores del desierto como mi pueblo! No como los débiles guardias de este lugar, que mejor harían en ser humildes y rogar piedad. ¿Sí? - Madsul amplió su sonrisa, en tanto se acercaba y miraba fijamente al guardia al que había calcinado sin saberlo.
Motivo: Persuasión - Ayudar a Shem
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+12)=18 [6]
Intento apoyar el discurso de Shem poniendo un poco más nervioso al guardia.
- Memo eres, por la situacion en la que estas, dijo Kefera mientras no cesaba de vigilar la situacion en el pasillo, a estas alturas mas te vale que digas todo lo que sabes, porque Imin y tus compañeritos no van a venir a salvarte, hizo una pausa mientras dejaba que las palabras entrasen en la mente del prisionero y a mi dejar otro cadaver más a mis espaldas me importa bien poco, concluyo mientras seguia alerta
—No le hagas caso, Cocotilio. Pura envidia es lo que tiene—comentó el enano—. Aparte, ¿no ves que los lacayos de los villanos de turno siempre dicen lo mismo?
Se puso a hacer aspavientos fantasmagóricos con las manos.
—"Muhahaha... nuestro jefe os va a machacar a todos", "Muhahaha... estáis perdíiiiiiiidos", "Muhahaha... inserte premonición repugnante sobre extirpar de forma violenta tripas, huesos, corazón, hígado o la parte de la anatomía que se tercie"—paró de hacerlo de golpe sólo para carraspear y miró al prisionero esgrimiendo un dedo con gesto didáctico—. En serio, os tenéis que renovar un poco.
—¡Ay, mi juanete! ¡Pero será cabrón el calvo! —se lamentó el Guardia, antes de señalar en la dirección en la que habían desaparecido sus compinches—. Por esa puerta de allí. Todo recto.
Os indica por el segundo pasillo a la izquierda, el ancho, mismo sitio por el que se piraron sus compis.
Amuir: 29/29 (Isla de Filos)
Shem-su-namun: 23/27 (Armadura de mago 3 horas y 37 minutos)
Kéfera: 27/32
Madsul: 17/20, no letal 1 (Armadura de mago 37 minutos)
Nathifa: 22/22, no letal 4
Jotnar: 55/55
—No. ¡No! Dobla el primer pasadizo a la izquierda. Hacia el norte —sonó una voz en tu cabeza—. Estamos cerca, muy cerca, puedo sentirlo.
Estaba claro por donde tenían que seguir para encontrar aún más guardas y enemigos. Y probablemente también al tal Imin y a Khaibet.
-Quizás Amuir debería ir comprobando que el pasillo está despejado de trampas. Aunque también podríamos antes de seguir camino, echar un vistazo a lo que hay en el resto de este pasillo. Si tenemos que retirarnos de nuevo, sería bueno hacia aquí, sería mejor conocer las posibilidades.
Shem no cambió un ápice su cara seria, pero levantó su bastón.
-Normal que hayas acabado aqui. -terminó negando con la cabeza. Casi iba a dar por terminado el interrogatorio pero entonces se dio la vuelta y volvió a pisar el "juanete" del tipo.
-Una cosa más. No tendréis alguna "defensa sorpresa" para fastidiar a gente que va de buena fe a ver a Imin ¿no? Lo digo por ir a verle lo antes posible. Ya sabes. Para que pueda vencernos de forma rápida.