Partida Rol por web

Los Crímenes de Saint Louis

Prólogo

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15/11/2015, 17:14
Director

Viernes, 1 de Febrero de 2015 (Saint Luis, Inglaterra)

Aquella noche el cielo  rugía y derramaba lluvia como si en cualquier momento se fuera a venir abajo. Si bajaban las temperaturas esas gotas se convertirían en nieve y en pocas horas probablemente aislarían el ya de por si perdido pueblo. Según Google Maps, Saint Louis apenas estaba a hora y media de Londres… Pero Google era un perro embustero, porque finalmente fueron dos horas. Dos malditas horas debido al mal tiempo y los inhóspitos caminos, que serpenteaban casi devorados por la vegetación del bosque que los rodeaba.

La lluvia repiqueteaba de forma incesante en los cristales del aquel taxi venido a menos, y se combinaba con la música hindú que el taxista tenia puesta a modo de ambientación. Ambas cosas hacía una melodía infernal, de las que provocan jaquecas mortales. Para más inri, fue lo único que escuchaste en todo el camino. Pues algunos taxistas son habladores, pero este no había dicho más de dos palabras seguidas. Y es que, posiblemente, apenas supiera el idioma.

 

Sea como fuere, aquella odisea acabó sobre las 9 de la noche, cuando el taxi enfiló el caminito que daba paso al área del hotel que la editorial te había reservado.

Se trataba de un hotel de cinco estrella, de gran renombre en Tripadvisor y una larga historia a sus espaldas. Se llamaba The Manor House, y durante el medivo fue la residencia del señor del pueblo. Con el paso del tiempo, aquel fastuoso palacete fue diversas cosas: casa de armas, ayuntamiento, centro cultural…Ahora era un hotel rural y caro.

Un botones corrió desde el interior del edificio portando en las manos un paraguas, que abrió según se acercó al taxi. El chico abrió la puerta de la parte de atrás del vehículo y protegió de la lluvia tu salida. En cambio, el taxista hindú tuvo que calarse bajo la lluvia mientras bajaba tus maletas del maletero.

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15/11/2015, 17:43
Peter (El botones)

El muchacho permanece serio y educado, y parece tener muy memorizado el discurso protocolario de bienvenida:

Buenas noches, señorita. Bienvenida a The Manor House. - dice con voz de monotonía, y el pelo y su traje negro de botones todo calado.

El taxista deja, rápidamente, las maletas en el pórtico del hotel, bajo el resguardo de un pequeño techado que protegía el agua de la lluvia.

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15/11/2015, 17:55
Kerrie Donovan

En cuanto tenga cobertura llamaré a mi agente y me escuchará cuatro palabras respecto a este medio de transporte tercermundista... ¿Qué espera para relajarme y que escriba? ¿Hacerme antes papilla el cerebro?

Miré todo el trayecto por la ventana, aburrida y sintiendo deseos de saltar por la puerta del taxi en marcha de un momento a otro. La tortura que estaba sentía y la agonía interior, no tenía palabras para describirlas y eso era decir mucho. La lluvia otrora relajante con su sonido de repiquetear sobre el techo y las ventanas del coche, se me antojaba una tortura con aquellos chirridos hindús que el conductor había tomado por música.

-Atropellar a un gato debe sonar mejor...- musité para mí, al tiempo que apretaba los dientes y los hacía rechinar. Debía callarme si no quería quedarme tirada en mitad de la nada.

Esto es un infierno...


 

Suspiro aliviada cuando veo que llegamos al pueblo, casi salgo de un salto hacia el exterior al parar el taxi, no importándome la tormenta que caía fuera. Una ropa empapada bien valía el estar cuanto antes fuera de aquel lugar. Para mi sorpresa me abren la puerta y al salir no me calo hasta los huesos. Miro al pelirrojo que me atiende, entrecerrando los ojos.

Alguien que hace bien su trabajo, por fin.

-Señorita Donovan, pero puedes dejarlo en Donovan- digo al muchacho, al tiempo que rescato del interior del taxi mi portátil, necesario para escribir. También tenía una grabadora, un cuaderno y un lápiz y mi móvil. Todo necesario para anotar ideas que me surgieran en un momento dado. 

El taxista era pagado por la editorial, por lo que ni me molesto en darle nada. No se merecía una propina después de la agonía de dos horas por la que había pasado. Me encamino con paso decidido hacia el interior del hotel, dejando las maletas al botones.

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15/11/2015, 18:41
Narrador Kerpilineo

Entrar en aquel lugar es verse transportados a un siglo o varios atrás. La decoración conserva el encanto de épocas de más esplendor: con sus paredes de madera tallada y muebles que fácilmente podían ser los originales. El ambiente en el interior era cálido, pues el fuego de una chimenea ahuyenta las fauces del frío que pudiera entrar desde el exterior, con tanto abrir y cerrar puertas. 

El botones coge las maletas y las mete dentro. Él mismo se mete detrás de un mostrador y coge las llaves que corresponden a la habitación 64. Parece que allí ahora mismo no hay nadie más, ya sea por las horas o lo que fuere.

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15/11/2015, 18:49
Peter (El botones)

El botones se mete por un pasillo.

- Por aquí, si es tan amable  - te dice - La cena ya se sirvió, pero le puedo traer lo que quiera de las cocinas. Siguen abiertas. La habitación 64 es de las mejores, le gustará - dice, cargando maletas.

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15/11/2015, 19:22
Kerrie Donovan

Miro el lugar, esbozando media sonrisa. Que todo estuviera ambientado de época era perfecto, me ayudaría a meterme mejor en la historia que estaba esbozando.

Algo en el siglo XVII o XVIII, con una noble que acude a una fiesta y un sirviente fornido... Los hombres en posición de sumisión y a la vez fuertes y brutos atraen mucho, está todo estudiado.

Mis pasos siguen al botones hasta la recepción, para recoger mi llave. Me extraña estar tan sola en el lugar, no es que fuera un destino de predilección turística, pero era un hotel bonito. No era posible que a esas horas no hubiera nadie por allí, tampoco era tan tarde. Puede que si el taxista hubiera aparecido antes en mi casa, cuando estaba lista, hubiéramos llegado a una hora prudencial.

-¿Y el resto de huéspedes?- pregunto siguiendo al botones, ya miraríamos lo de la cena cuando llegara a mi habitación. -No estaré sola en el hotel, ¿verdad?

Un sirviente pelirrojo, amable y sumiso... Pero que luego le pegue el polvo de su vida. Esto va cobrando forma.

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15/11/2015, 20:10
Peter (El botones)

El botones se para frente a una de las puertas. Grabada en ella, se encuentra un 64 grande y visible.

- Ah no, nada que ver. El motel que  hay a la entrada del pueblo nos quita clientela, pero este también tiene público. Solo que hace mala noche. Algunos estarán en sus cuartos - y mete una llave para abrir la habitación, dejándote contemplar esto:

Otros están en el salón...Esta tarde algunos terminaron su reserva, pero mañana nos entran cinco más. Y asi. Hay días de todos - el chico hablaba ya fuera de la voz de aburrimiento que le puso al principio. Deja las maletas a los pies de la cama- La recepcionista esta noche no viene. Yo cogeré el telefono para lo que necesite, aunque la habitación tiene de todo. En el baño encontrará jabónes y champús, hay toallas limpias  -  las indica sobre la cama, blancas y con el nombre bordado del hotel, en dorado - Un pequeño minibar con botellines, aunque también contamos con salon bar, como le dije. Cuando el día acompaña, los jardines son muy bonitos y está abierto el campo de golf.

También ves el baño:

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15/11/2015, 20:44
Kerrie Donovan

Si algo tenía que agradecer a mi agente era que la habitación es perfecta, casi compensa al maldito taxista hindú y su música del demonio. Poso con cuidado sobre la mesa con los sillones mi portátil, maravillada de cómo está decorado todo y lo cómoda que parece la cama. El baño con esa enorme bañera es otra maravilla, que me hace sonreír.

Por fin civilización y comodidades...

Escucho lo que dice y asiento, que hubiera alguien más era bueno. Solo espero que no sean demasiado ruidosos, mucho ruido me desconcentraba también. -¿Y tenéis conexión a internet en el hotel?- pregunto finalmente, cuando habla de lo que necesite. Si no había wifi y cobertura, íbamos a tener un problema. Compruebo lo segundo en mi móvil, sacándolo y mirándolo.

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16/11/2015, 00:04
Peter (El botones)

Tienes cobertura. Ninguna exageración, pero lucen varias rayitas en la pantalla del móvil. Éso ya era menos que nada, aunque no te daría como para que te fuera bien la tarifa de datos.

 El chico se repliega a la entrada de la habitación, para dejarte espacio para que comiences a instalarte.

Si, tenemos wifi. La contraseña es: MANOR5651. La cambiamos cada pocos días, así que cuando pierdas la conexión solo tienes que llamar y te la volvemos a dar - el chico, que sigue empapado- ¿Querrá algo para cenar? ¿Necesita algo más? Mi nombre es Peter, por cierto, para servirla. - ahora se presenta.

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16/11/2015, 10:04
Kerrie Donovan

Chasqueo la lengua cuando veo que el 3g no llega a la habitación, quizás ni al pueblo. Tanta tecnología moderna puntera y no conseguíamos tener cobertura universal, menuda mierda conseguir que los móviles soporten video llamadas si solo podías hacerlas en ciudades grandes con cobertura plena.

En cuento me dice la contraseña de la red wifi la apunto corriendo, al menos tenían internet, era algo bueno... Y necesario. Me iba a volver loca sin chequear mi cuenta de tuiter al menos. -Para cenar... Un sándwich frío estará bien...- digo abstraída por el móvil pidiéndome la contraseña de la wifi. -Nada más de momento... Bueno, sí, una botella de vino blanco y una copa. Gracias... Y encantada, Peter- sonrío al muchacho antes de que salga y vuelvo a trastear en mi móvil.

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16/11/2015, 21:07
Peter (El botones)

El muchacho asiente a la petición, sonríe un poco de vuelta y se repliega de la habitación. Ahora estás a solas. Las gotas de lluvia abundante siguen golpeando los cristales de la puerta de tu cuarto. Porque el cuarto tiene puerta independiente, que te permite ver el exterior, la lluvia y los jardines que comienzan a encharcarse.

Los ventanales comienzan también a empañarse un poco, debido al contraste de temperatura de dentro y fuera. Dentro tiene calefacción.

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17/11/2015, 08:25
Kerrie Donovan

Doy una vuelta mirando la habitación bien, era acogedora y tenía pinta de cómoda. Después me paro frente a la ventana y paso un dedo por el vaho que comenzaba a acumularse en el cristal, debido a la diferencia de temperatura con el exterior. Hace un tiempo de mierda como para salir a visitar nada, por lo que suspiro y me resigno a ir a encender el ordenador.

Ya llegué al hotel. Me debes una por ese taxi de mierda que me buscaste.

-K.

Mando el whatsap a mi agente y me siento en uno de los cómodos sillones, posando el ordenador sobre mis rodillas. Abro el word y me pongo a mirar la página en blanco, con la rayita parpadeante que esperaba que escribiera algo. Que comenzara otra historia que me diera dinero contante y sonante que hiciera que todo siguiera como debía, sobre ruedas.

Por donde iba... Ya, la señorita McKenzie y su noble sirviente... Un pelirrojo hijo de campesinos...

Asiento con los comienzos de la historia y me pongo a escribir algo, aunque fuera un boceto sería suficiente para mí. Luego iría añadiendo más y más cosas. Así empezaban las historias, anotando lo que se veía a la mente.

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17/11/2015, 15:22
Narrador Kerpilineo

Comenzaste a escribir. Ahora con el sonido relajante de la lluvía y nada más, sin músicas del demonio ni nada que pudiera perturbar tu concentración. Solo el sonido de la puerta, cuando el servicio de habitaciones tocó para entrar en tu cuarto un carrito con lo que pediste:

Se trata de una chica rubia y entrada en carnes que tras dejar el carrito se marcha. Y por cierto, tu wasap no llega, se queda suspendido el texto en esa única y dramática rayita...Esa que indica que tu texto está pendiente de enviar. Cosas de las actualizaciones de la app, que poco más y te enviaban una foto de la cara del lector cuando leyera tus líneas.

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17/11/2015, 22:19
Kerrie Donovan

-Mierda...- digo cuando veo que el mensaje no se envía y doy vueltas por la habitación tratando de reenviarlo. Agradezco a la chica la comida que me trae, pero me apresuro a tratar de comunicarme con mi agente, menudo cabrón, seguro que se estaba regodeando en lo más profundo de su ser.

Pensará que esta mierda me inspiraría o me soltará cualquier cosa así...

Si el mensaje no se envía acabo tirando el móvil a la cama. -Malditas aplicaciones de mierda...- mascullo de mal humor y voy a guardar el boceto que tengo en el ordenador, antes de que me dé un pantallazo o algo similar. Solo faltara que perdiera por un arrebato de mala suerte todo sobre lo que había estado trabajando este rato.

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17/11/2015, 22:53
Agente Cabrón

Mientras guardas todo y te aseguras de que no se pierda nada, su teléfono vibra y emite el sonidito de recepción de un wasap, a la par. 

El mensaje que trataste de enviar a toda costa, se ha enviado como cuatro o cinco veces. 

Exageras, Kerrie. Relájate y desconecta del móvil unos días, te vendrá bien. Me voy el fin de semana con mi mujer a celebrar el aniversario. 

XXX

- A.C

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18/11/2015, 11:18
Kerrie Donovan

-Hijo de puta...- gruño cuando veo el mensaje que me manda de vuelta. Debía buscarme otro agente, uno menos capullo. Pero lo haría cuando hubiera acabado el libro y antes de publicarlo, que ese cabrón no recibiera ni una puñetera libra de lo que había ayudado a producir.

Pásalo bien 

-K.

Le contesto de vuelta antes de dejar el móvil cargando. Cojo uno de los sandwiches y me lo como a boca llena, era uno de los placeres de estar sola, comer sin modales algunos. Es de que todas las mujeres eran princesitas que meaban channel era un puto cuento que trataba de vender Hollywood. Me siento de nuevo, frente a la pantalla del ordenador y trato de añadir algo más, dando cuenta de la botella de vino.

Llega un momento que hasta yo misma me doy cuenta que las chorradas etílicas que estoy escribiendo no venderán nada, por lo que paro. Guardo todo, apago el portátil y voy a meterme en la cama.

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18/11/2015, 21:07
Narrador Kerpilineo

El sonido de la lluvia y el cansancio obraron que en pocos minutos un sueño profundo te hiciera caer en brazos de Morfeo. La cama era muy mullidita y el ambiente cálido, y todo fue un compendio para acabar totalmente out. Te dormiste con un aroma a sábanas limpias con cierto olorcillo a lavanda, pero despiertas de forma muy diferente.

No sabes cuanto tiempo después, pero comienzas a sentir frío. Un frio húmedo y gélido que comienza a hacerte tiritar. Las convulsiones te hacen abrir los ojos y te encuentras con algo atroz:

Estás tirada en el suelo sobre una capa de nieve que se expande por todo una plaza. Una plaza que reconoces como la de Saint Louis, pues apenas acabas de pasar por allí una hora atrás, en el taxi. 

Sin embargo, ahora la plaza luce gris, tétrica. El cielo está encapotado y sigue dejando caer aquellos copos fríos, mientras tu contemplas un panorama sin igual. En el centro de la plaza, que ahora es un monumento de piedra, hay dispuesta una horca. La macabra estampa está acompañada por decenas de personas sin rostro, cuyos ojos se encuentran tapados por un pañuelo negro. Todos miran al centro, mujeres y hombres,a la horca como punto de mira. Todos inmoviles, pálidos e impasibles. Todos en silencio, como corderos a la espera de algo. Y todos con ropajes victorianos de color negro.

Una fría corriente de aire te hiela la piel, y te das cuenta que los árboles del fondo, los del bosque, están secos y que vistes igual que el resto de la multitud.

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19/11/2015, 21:49
Kerrie Donovan

Finalmente el cansancio se apodera de mi cuerpo y acabo cayendo en aquella cama tan mullida. Era tan cómoda que no tardo mucho en encontrar el sueño. Comenzaba a pensar que no estaba mal, olvidando el viaje infernal y encontrando inspiración hasta en el botones nada más llegar.

El problema viene cuando me despierto. Estoy en el suelo, siento frío, demasiado. No es hasta que me veo rodeada de nieve que sé la razón. Me incorporo para ver ante mí una plaza, la plaza del pueblo. Abro los ojos al ver la horca que hay montada, la cual no recuerdo que existiera cuando llegué en el taxi.

Qué coño está pasando...

Miro mi ropa, que no es la misma y que tampoco conozco que este en mi armario. Veo que hay más gente, todos vestidos de luto y no sé qué decir al respecto. Es como si todos estuvieran expectantes, mirando la horca. Doy un par de pasos alrededor, tratando de figurar qué es todo aquello.

¿Me han secuestrado?

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19/11/2015, 23:52
Narrador Kerpilineo

Das esos pasos y tus movimientos son imperceptibles para todos aquellos asistentes enlutados sin rostro. Permanecen inmóviles como maniquís siniestros mirando a algo mucho peor. El silencio se rompe con el graznido de un cuervo que reposa en el tejado de uno de las casas colindantes. Es una animal robusto y algo más grande de lo habitual.

Entonces escuchas pasos contra la nieve, y contemplas como un verdugo comienza a atravesar la multitud ciega y no lo hace solo. Agarrado del brazo tiene a un chico de rasgos gitanos, y lo sube a aquel escenario dantesco donde parece que él es el protagonista. Al chico si le ves la cara, y él te mira a tí directamente mientras el verdugo enlaza la soga a su cuello. 

El muchacho viste harapos y tiene le rostro magullado, seguramente por las caricias de algún puño. Te mira fijamente a los ojos, en silencio. 

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21/11/2015, 10:02
Kerrie Donovan

Extrañada de que me mire a mí, miro a mi alrededor, buscando a la verdadera persona a la que mira. Yo no lo conocía, era imposible que me mirara a mí. Mis ojos sin remedio vuelven a clavarse en los del muchacho, no comprendía qué hacía ahí, tampoco si yo podría hacer algo.

¿Por qué me mira? ¿Por qué yo?

Doy un par de pasos, de forma inconsciente, acercándome a él. No sabía nada, ni la razón de su condena de muerte. ¿Y si le preguntaba directamente? Trato de acercarme, moviéndome entre el tumulto, empujando a la gente para ello.