Partida Rol por web

Atravesáis dos horas de selva plagada de insectos con un arpón de bambú en los brazos hasta llegar a una zona costera llena de rocas mohosas y arena. Pasáis la tarde intentando arponear peces, pero cuando el sol empieza a ocultarse, sólo habéis conseguido una pieza. Quizá sirva para saciar a una persona.

La tarde ha sido tranquila, excepto por un pequeño arroyo que os ha parecido que circulaba en sentido ascendente, pero no le dais mayor importancia. Puede haber sido el hambre, la sed o el calor...

El disparo espanta a varios pájaros en las copas más altas, y el cuerpo inerte del cerdo de piel oscura permanece inmóvil en medio de un charco de sangre. Parece ser una cría, pues su tamaño es pequeño, pero al menos os servirá para alimentar al grupo un día entero. Durante el viaje de regreso, te das cuenta de la extraña morfología del cerdo. La piel es más blanda de lo esperado, y su estructura sólo se asemeja a la idea de cerdo. ¿Será alguna especie diferente?

Cuando casi ya es noche cerrada, os reunís de nuevo en el Electra. Llegáis casi al mismo tiempo ambos grupos. En breve todo será oscuridad y no veréis nada.

Gracias a las idas y venidas de Felix con la carne, casi toda menos las partes deshechables del animal estaban en el campamento ya. Al regresar, también Irina estaba allí con su pesca. Al menos esta vez habíamos tenido suerte.

-Estupenda su pesca, algo es algo. Yo he tenido más suerte y he cazado este bicho.. Parece un cerdo salvaje, pero en realidad es algo distinto, un animal que no había visto nunca.. ¡Espero que sea comestible! Si le parece podemos encender un fuego ahora que aún no es de noche, y asar en lo posible el pescado, que es más perecedero, y alguna carne. También debemos prepararnos por si.. Ya saben.. Hay alguna visita inesperada.

Aún teníamos munición, pero aquellas criaturas de la noche anterior podían regresar, y con un arma sola no fueron fáciles de matar. Teniendo las lanzas, el machete y lo demás, podíamos preparar algún tipo de defensa. Pero primero, recuperaríamos algo de fuerzas y energía comiendo. Nos lo habíamos ganado.

-¿Saben? Mientras.. descuartizaba a este animal me volvió la idea a la cabeza.. Criaturas extrañas, animales extraños.. Ésta no es una isla normal, amigos. Creo que de todos los accidentes posibles, hemos sobrevivido en el lugar más raro del mundo. Y vamos a tener que hacer cosas raras para sobrevivir, a pesar de que al señor Curie le puedan parecer bobadas.

Aún pensaba en las palabras de aquel diario.

- Yo sólo espero que no tengan ninguna enfermedad extraña que les haga ser así de... diferentes... ¿Alguien sabe limpiar el pescado?

Asiento a la idea de hacer un fuego. Al fin y al cabo, vamos a necesitar cocinar.

- Es extraño que sea yo quien diga algo así, pero quizás lo de estos animales no sean tan raro. Esta isla parece alejada de todo, y en principio, deshabitada. ¿Qué piensan que ocurrió cuando el hombre civilizado llegó por primera vez a Australia? Canguros, koalas, ornitorrincos... todo aquello también era raro. Lo de aquellas criaturas, sin embargo... No parecen para nada seres naturales en absoluto. Quiero decir. Al menos este "cerdo" parece... o parecía, vivo, ¿no?

Encender un fuego y limpiar el pescado os lleva al grupo algo de tiempo, pero lo conseguís. Aunque ésta es sólo vuestra tercera noche olvidados en mitad del pacífico, la necesidad os ha hecho coger algo de práctica. Más tarde, a la luz del fuego, Leroy limpia el pescado mientras Felix separa la carne del cerdo. Tan pronto como Leroy acaba, asáis la carne del pescado, y es que estáis hambrientos. La raspa que queda es algo rígida y... básica. Su carne, insípida. Pensáis por un instante que puede ser la falta de sal, que potencie los sabores, pero no.

- Este maldito pescado no sabe a nada - dice Felix.

- Si prefiere encargar un cordon bleu al cocinero, puede darme su parte de pescado - dice Leroy, con algo de sorna mientras no para de masticar.

Felix hace un leve suspiro de hartazgo, pero no deja que los malos modos vayan a más durante la cena. Además, entre bocado y bocado, prepara con el cuchillo la carne de cerdo, de la que asáis una parte al terminar con el pescado.

El cerdo, al igual que vuestro primer plato, es insípido. La carne es más blanda de lo normal. No tiene mal aspecto, y de hecho una carne blanda es sinónimo de bien cocinada en los mejores restaurantes de Nueva York, París o Roma, pero ésta tiene una textura que la hace en cierta manera... desagradable.

Cuando Felix termina de deshuesar el cerdo salvaje, os llama la atención la estructura ósea del animal. Parece una raza de cerdo que desconocíais hasta este momento, pero esperabais ciertos rasgos similares, en cambio, esa presa debe tener menos de la mitad de los huesos que un cerdo normal del mismo tamaño. Demonios, ¡hasta partes del animal donde deberían haber articulaciones, simplemente encontráis un hueso largo y recto!

No dejo de observar los restos de las criaturas extrañas con mucha curiosidad. Las sorpresas se arremolinaban ante mis ojos sin cesar, y eso era algo que una persona de ciencias no puede evitar aprovechar.

Los restos del pseudo-cerdo salvaje mostraban que se parecía poco a un cerdo corriente. La estructura ósea de esa presa debe tener menos de la mitad de los huesos que un cerdo normal del mismo tamaño. Demonios, ¡hasta partes del animal donde deberían haber articulaciones, simplemente hay un hueso largo y recto!

-Sin duda estamos ante animales desconocidos para la ciencia, Irina.. Todos hemos comido, y todos nos encontramos bien, así que no tendré escrúpulos en seguir cazándolos y pescándolos para alimentarnos y sobrevivir. Pero a pesar del hambre, son de lejos el bocado menos sabroso que me he llevado a la boca en mi vida. Y su morfología.. ya ven -digo, señalando los huesos del pseudo-cerdo-. Ésto deberían ser dos huesos distintos, unidos.. Y ahí lo ven, sólo hay uno. No es normal. A pesar de que estemos en una isla inexplorada por humanos hasta ahora y con especies desconocidas, que cabe la posibilidad de que así sea, la teoría de la evolución del señor Darwin es algo de lo que muy pocas especies han escapado. Un mamífero cuadrúpedo, aun siendo una raza desconocida, debería tener una morfología similar a alguna raza que sí conozcamos. Pero ésto... me deja sin palabras. ¿Qué piensan ustedes?

Según lo que has aprendido de Biología, esos cerdos deberían ser una especie diferente, separados de su antecesor común con el cerdo que todos conocéis hace millones de años. De hecho, más que una especie diferente, te parece un mal boceto de un cerdo. Lo que alguien poco diestro con el carboncillo dibujaría.

Seguí mirando los restos del animal, y dibujé con un dedo en la tierra cómo sería un cerdo corriente para nosotros, y más o menos cómo era el que nos encontramos.

-Fíjense. Según mis conocimientos, esos cerdos deberían ser una especie diferente, separados de su antecesor común con el cerdo que todos conocemos hace millones de años. De hecho, más que una especie diferente, me parece un mal boceto de un cerdo. Lo que alguien poco diestro con el carboncillo dibujaría.. 

Miré más atrás en mi memoria.

-También los seres que nos atacaron eran distintos, ¿los recuerdan? No eran humanos corrientes. Eran altísimos, de unos dos metros de altura. Unos seres de carne retorcida sin orden alguno. Parecían ser una caricatura diabólica de un ser humano. Uno de ellos tenía la cabeza girada, con la boca llena de terribles dientes encima de los ojos, y el otro tenía la boca desgarrada y justo en medio de ambos ojos. La carne estaba arrugada en unos lados y estirada en otros.También parecían torpes muñecos de trapo cosidos por una mente enferma.. Y además parecía que sólo la luz las revelaban claramente ante nuestros ojos, sólo se veían bien con los relámpagos de la tormenta.. Es como si todos los seres de la isla estuviesen mal dibujados. Y habiendo por medio un libro mágico.. Sí, señor Currie, no me mire así, que me da lo mismo. La razón aquí ya importa poco.. -dije, viendo a Leroy poner los ojos en blanco y sin dejar que me interrumpiese-. Diré que es posible que alguien dibuje cosas que luego pueda transformar en reales. Ya no sé qué pensar, es lo único que se me ocurre.

- No me recuerde esas criaturas, por favor, profesor. Al menos no después de comer... Bastante tengo con haberme comido algo que no sabemos qué es. Esperemos que haberlo cocinado sea suficiente para no causar indigestión.

Digo, pero sin ser consciente yo también me poco a recordar a aquellos engendros, y al poco rato, añado:

- Al menos sabemos que tienen una anatomía táctil y discernible, y que son falibles y mortales. Tienen puntos débiles, como nosotros. Partes del... cuerpo, donde ciertas heridas son letales. Y el libro. Ese libro...

Se nota que me concentro e intento hacer memoria sobre aquel objeto.

Crees que aún hay algo más en todo lo relacionado con el libro, las pesadillas y demás, pero no consigues verlo claro. Maldita memoria...

- Tranquilícese, señorita. No convirtamos la velada en un griterío de damas temerosas - dice Leroy con sorna -. Está claro que hay varias cosas que intentan jodernos en esta isla y...

- Oye, Leroy, ¿tienes algo interesante que contarnos o sólo vas a caldear el ambiente - interrumpe Felix -?

Leroy se levanta cerca del fuego y rebusca en su bolsillo de atrás hasta sacar un papel, que lanza frente a vosotros.

- Éste es el mapamundi que encontramos en el avión. No aparece esta condenada isla - dicho esto, hace un silencio de varios segundos y continúa -. En efecto, estamos perdidos en quién sabe qué lugar, y lo único que se nos ocurre es autocompadecernos en torno al fuego. ¿De verdad pensáis que aquí nos van a encontrar?

Felix ojea el mapamundi y lo suelta de nuevo sobre el suelo.

- Está bien, listillo. Si sugieres merodear por la isla en busca de respuestas, no me parece mala idea, pero sugiero que vayamos todos juntos antes de que aparezca otro bicho infernal de ésos o que acabes discutiendo hasta con las serpientes - dice Felix con un tono calmado y seguro, curtido en decenas de ruedas de interrogatorios -.

Leroy observa entonces a Irina y al Profesor con una mirada que pide una respuesta.

- Será mejor que decidáis qué hacer, quedarnos aquí a jugar a los campamentos, o asumir que no estamos de vacaciones y buscar una maldita salida.

A continuación, recoge el mapamundi y se lo guarda en el bolsillo.

- Voy a echar una cabezada - dice antes de tumbarse y cerrar los ojos -.

El temperamento de estos dos había subido de tono en unos momentos, olvidándose de la sensatez de una buena preparación previa de un viaje que desconocíamos hacia algún lugar que desconocíamos también. Los miré con enfado:

-Me parece que en algún momento ya surgió la idea de movernos por la isla, señores.. Pero sin alimento ni fuerzas nadie iba a llegar muy lejos. No jugamos a los campamentos, nos abastecemos. Y cuando lo tengamos todo listo sí podremos partir. No estamos aquí para demostrar ser el más macho, sino para sobrevivir a pesar de las extrañas circunstancias que nos rodean. Si prefieren ir sin comida ni armas, pues oye.. Sería todo un reto. Desde luego, yo no. Ahora que lo tenemos ya todo, y si la señorita Krilov está de acuerdo, sí podremos partir a explorar el entorno. Nadie quiere saber qué está pasando aquí más que yo, eso seguro. Que duerma bien, señor Currie. Le despertaré cuando le toque la guardia.

Enfadado por la sobrada actitud del arqueólogo, me preparé para hacer la primera guardia nocturna.

-Descansen también ustedes -dije a Irina y Félix con un mejor tono de voz-. Lo necesitan.

¡Ahora recuerdas! Lo último que sabes del eminente profesor Lewinston es que se desplomó y murió, quizá de un ataque al corazón, en el campus de la Universidad de California, en Berkeley.

- Gracias, profesor. La verdad es que sí necesitamos descansar. Avíseme cuando sea mi turno.

Me tumbo en mi sitio, aunque no sé si voy a ser capaz de conciliar el sueño a pesar del cansancio.