Partida Rol por web

Daisy abrió la ventana para dejar respirar con mayor tranquilidad a los soldados. La joven estaba aún muy enfadada. No la gustaba que cuestionasen a los ciudadanos de su patria y mucho menos su lealtad. Especialmente sin pruebas. La joven volvió a fruncir el ceño ante la palabra "fusilamiento". No dijo nada ante las palabras de la monja pero estaba claro que la caía cada vez mejor y apoyaba cada una de sus palabras.

Mientras esten aquí no podrán hacerles nada. No sin montar un escándalo. Respecto a lo de volver al frente... yo no entiendo practicamente nada, salvo lo que me contaba por cartas mi prometido y lo que me escriben mis hermanos pero no creo que les dejen volver sí no descubren que es "eso" dijo tocando el hombro del soldado Altimore.

Daisy continuó hablando con su voz suave y tranquila, que pretendía dar ánimos a los doscientos hombres que estaban allí.

Hablaré con el doctor para que les deje salir de aquí. No es bueno que se queden tanto tiempo sin moverse y dicen que París es precioso en esta época del año. Les vendra bien pasear o incluso leer. Pero sobre todo les vendrá bien no pensar en ese "gilipollas"—parecía que a Daisy la costaba decir insultos, pero  no había podido evitar soltarlo— Y antes de que me digan nada, señores Higway y Speirs. Yo no pertenezco al cuerpo militar. Por tanto no tengo porque guardales el respeto que no se merece.
Sin decir nada más, la enfermera abandonó la habitación en busca del doctor

Fué instantáneo, Daisy llamó gilipollas a DiCaprio y Derek pueso en su cara una sonrisa enorme mientras miraba a la enfermera con gesto de aprobación.

Aquella mujer le estaba tocando las narices. Si seguía así conseguiría que los condenasen y aquello sería peor que un puñetero tatuaje. Por suerte se había largo antes de que Speirs la contestase.

-Tranquilicensé todos. Descansen, coman bien y no se metan en lios. No quiero ni una palabra a nadie que no pertenezca al ejercito sobre el consejo al que estamos sometidos y desde luego no quiero ni una sombra de insubordinación, ¿entendido?-dijo disimulando sin acierto el enfado.

Tras responder a la llamada, Daisy se dirigió al despacho el doctor para solicitar el permiso de "libertad" para los soldados. La "enfermera" llamó a la puerta y espero a que la mandase pasar. Cuanfo aquello sucedió se dirigió al médico con un tono cansado pero indignado.

—Buenos días doctor—comenzó— Parece que la visita que han tenido los soldados no ha sido muy alentadora. El tal DiCaprio ha insinuado cosas que han puesto nerviososos a los chicos. Se sienten además muy frustrados por no poder salir del recinto.... ¿No podría darles permiso para salir a tomar el aire por la ciudad? Claro está, acompañados siempre y no todos a la vez. Comprendo que llevar a doscientos hombres puede ser complejo...

- ¡Señor, sí señor!- dijo instanteneamente alto y claro el sargento marcialmente.

Luegos e giro hacia la puerta donde había salido la enfermera y mirándola fríamente le dijo.- Es cierto que la señorita Kaplan no responde ante un mando militar, pero sí que responde ante Dios y su propia educación. Esa no es forma de de actuar y de hablar de una mujer, pese a que lo sienta- comentó el sargento.- Si vuelve a ocurrir se lo comentaré pues las formas son básicas en una mujer de bien- aseveró Highway

Sor Madeleine estuvo a punto de recordarle a la señorita Kaplan que era ella la que estaba al mando del personal de enfermería de aquel hospital y que por tanto la decisión de ir a por el doctor le correspondía a Sor Madeleine, no a Daisy Kaplan...pero prefirió dejarla hacer, al menos así no seguiría discitiendo con los soldados...con respecto al resto... de buena gana le habría dicho algo al teniente Harry, pero en aquel momento lo que más le intrigaba a la monja era el soldado que aún no había despertado, así que se fue denuevo a su lado y le volvió a tomar las constantes vitales.

-Hermana-le dijo a la monja más cercana-traiga un poco de agua, jabón, una palangana y ropa limpia, hay que asear a este hombre...

Buenos días Daisy. Pase, pase- Te dice en cuanto saludas.- Tengo los informes que me trajo el teniente, justo antes de entrar en la sala.- Los abre y vuelve a releerlos.

Sí, aquí lo pone. Los soldados tienen la consideración de testigos, están bajo mi responsabilidad hasta que les demos el alta. No veo problema en que cuando mejoren un poco puedan salir a tomar el agradable sol parisino por nuestra encantadora ciudad.

No pone en ningún sitio que deban permanecer bajo arresto. A no ser que esta frase diga lo contrario. "they must remain under arrest until further notice" - pronuncia en un ingles con bastante acento -y la haya entendido mal.

Ehhhhhhhhhhh ¿Estará fingiendo que no entiende o no entenderá de verdad? Bueno siempre peuedo fingir que le he entendido mal por su pronunciación... Aunque seguro que si como la oreja al teniente con que no pueden salir pero el doctor "piensa" que sí confiarán más en mí. Especialmente si le dejo tomar la decisión "a él". Parece un hombre que le gusta mandar.

Aha, de acuerdo. Les llevaré las buenas nuevas y recuerde que si tiene problema con los informes estaré encantada de traducirlos. Hasta pronto doctor.

Han pasado tres días más desde la visita del teniente DiCaprio, durante todo ese tiempo ha habido una pareja de policías militares a las puertas de vuestra habitación, controlando permanentemente quien entra y sale de la sala 110, lo que ha ocasionado varias protestas por parte de las monjas del hospital debido a lo incomodo de la situación pero que no han sido atendidas.

Gracias a los esfuerzos de la enfermera Kaplan, el doctor os ha dejado pasear por el hospital y los jardines, aunque nunca solos y siempre acompañados por personal del hospital. Los que durante esos días distéis algún agradable paseo por los jardines comprobasteis como la guarnición que custodia la puerta que antes estaba formada por 4 militares franceses ha sido reforzada por otros cuatro policias militares americanos.

Pasó un rato hasta que Daisy entró en la habitación de nuevo. La joven no había podido evitar ver la mirada de la monja y oir de lejos a Higway^*. Decidió ignorar al segundo y disculparse con la primera, al fín y al cabo ella era quien mandaba en el hospital pero el doctor había sido preciso con ella por la mañana.

Disculpeme Sor Madeleine por haber salido así, pero el doctor me pidió que le ayudase a traducir un informe sobre los pacientes— dijo en francés con tono solícito —y me pareció que era el mejor momento, dadas las circunstancias. Además, creo que deberiamos hablar con el teniente Speirs a solas antes de dejar salir a todos en masa.

El tono de Daisy indicaba que no solo quería hablar con Speirs a solas sí no también con ella, de lo contrario hubiese hablado en inglés para que todos escuchasen con claridad. Claro que, al dirigirse hacia una francoparlante no era raro que la hablase en aquel idioma. Lo contrario hubiese sido una falta de respeto.

La monja vio acercarse a la enfermera y pedirle disculpas por haber tenido la iniciativa de ir a hablar con el doctor y con el teniente Speirs. Sor Madeleine relajó el gesto y aceptó las disculpas.

- No se preocupe señorita Kaplan, ha obrado tal y como le ha dictado su criterio. Lo único que si debo advertirle es que usted se encuentra en un hospital religioso y que estamos tratando a soldados como pacientes, aunque yo no sea muy estricta con esas cosas, la cadena de mando es importante, recuérdelo por su propio bien-le sonrió afable, la enfermera le caía bien, era disciplinada y trabajadora, pero quizás demasiado sincera y consecuente en sus actos.

Volviendo de nuevo al inglés, Daisy se giró hacia los soldados y miró al teniente Speirs. Intuía que no le caía muy bien y que la monja tampoco, pero aquello no era raro dado que ambas habían plantado cara al teniente italiano. Quizás ella con más sarcasmo, pero era lo que tenía hablar en la lengua materna. Que los enfados y las respuestas son mas "fluidas"

Teniente Speirs. ¿Podría hacernos el favor de acompañarnos a la hermana Madeleine y a mi un momento?

Era evidente que Daisy quería que las monjas de la habitación y los soldados no se enterasen de la conversación y que quería hablar con el teniente por ser el que más rango tenía.

El teniente Speirs estaba hasta las narices pero supo guardar la compostura. En deferencia a la hermana que tan bien se había portado y a las otras mujeres que trabajaban allí se controló y no dio una mala contestación.

-Disculpen, pero estoy cansado. Si es algún tema médico agradecería que me lo dijese el doctor personalmente y si no es de esa índole estoy seguro que puede esperar-dijo de manera amable, pero dejando claro que no iba a seguir discutiendo. Ya había tenido suficiente dosis de orgullo francés de mano de aquella mujer.

A Sor Madeleine le incomodó aquella respuesta del soldado.

- Teniente... no es una sugerencia... no le pasará nada porque hable un poco con nosotras, no tenga miedo, no pensamos abrirle ningún consejo de guerra- sonrió levemente.

-Disculpe pero aun tengo que digerir la noticia del Teniente DiCaprio y me duele la cabeza. Si no les importa me gustaría no tener que hablar nada ahora mismo. Tengo otras cosas en las que pensar-dijo amable pero zanjando la conversación.

Es precismamente sobre ESO el tema que tenemos que tratar —respondió pacientemente Daisy— creo que le interesará

Hablar delante de un par de cientos de personas con el riesgo de amotinarse y ponerse a protestar no era la idea de la la joven américana de pasar una mañana agradable.

El teniente suspiró profundamente y asintió.

-Está bien...-dijo cansado.

A ambos lados de la puerta de la sala 110 hay un policia militar americano haciendo guardía. En cuanto salís os miran de arriba abajo y vuelven a cerrar la puerta.

Teniente, !Quedesé donde podamos verlo! - os dicen aunque al que en realidad hablan es al teniente Speirs.

-Tranquilo, espero acabar esta conversación en cinco minutos-dijo el teniente sonriendo al soldado aunque con aire cansado. No aguantaba aquella situación y mas les valía tener algo importante que decirle o las mandaría a freir esparragos. Ya estaba bien de tomarse aquello como un juego.

No he querido decir esto delante de sus hombres para que no se pongan nerviosos y no he hecho nada porque es a usted a quien le corresponde tomar la decisión — comenzó la joven sin importarle la actitud del soldado, una vez estuvieron lejos de oídos indiscretos. —Pero su superior ha exigido en un informe al doctor que NO se muevan de la habitación.

Aunque parecía que aquel iba a ser el final de la conversación Daisy continuó con seriedad —Sin embargo el inglés del doctor Sciende no es tan bueno leído como escrito y ha entendido que debe dejarles salir. En mi opinión, lo mejor para su salud es tomar el aire y mí fracés "no es tan bueno" como para haber entendido las palabras en ingles del doctor.  Es decisión suya,como teniente y de la hermana Madeleine, como cordinadora del hospital.

Si hace falta el doctor hablará con sus "guardianes"