Partida Rol por web

Una ola gigantesca salió del lugar donde impacté, arrastrando varias millas naúticas a los demás. Una vez que salí a flote, vi que no había ningún sitio para poder salir de este lago. Algo llamó mi atención, ¡era Billy!

-"¡Mirad chicos, es Billy!" Chillé mientras iba nadando hacia él para asegurarme de que estaba bien. El grito resonó como un eco por toda la caverna.

Menuda excursión. Fue divertido y peligroso. Y emocionante. Y hubiera sido una experiencia fantástica en otras circunstancias. En un parque acuático, por ejemplo. Pero el agua estaba fría. Y el chapuzón final fue tremendo. Y después el tsunami que formó la zambullida de Bernie. 

Becca emergió completamente mojada, claro, de las profundidades del lago. Igual que una rata de agua. Empapada. No había soltado a su hermanita para nada ni un solo segundo- ¡¿Estás bien?! ¡¿Estás bien, Hailee?!  Parecía estarlos si la propia Rebecca no la aplastaba con su abrazo.

-¡No te separes de mí! -Expulsó agua por la boca, tosió, casi se ahoga. Qué mal. Pero el aviso de Gordi la puso en alerta- ¿Billy? ¿Dónde? -Allí estaba, vivito y coleando! Qué alegrón.

Nadó detrás de Gordi, poco a poco, braceando como podía junto a su hermana y el seño Pebbles. Pobrecito, daba la impresión que el osito se había ahogado.-¿Qué te ha pasado, Billy, te han mordido, te han comido algún dedo?

"Qué frío tengo..." —pensaba mientras iba nadando hacia adelante, por momentos me castañeaban los dientes sin poder remediarlo. Me sobresalté, como era lógico, cuando empezaron a caer varios cuerpos desde lo alto de la cascada. Al principio no tuve claro si acercarme o no allá donde habían caído, pues no había visto bien desde mi austera posición si se trataban de mis amigos o no, además de que me costaba adaptar mis ojos a la iluminación de la gruta. Pero entonces, los escuché. Y luego, escudriñando con la mirada, pude cerciorarme de que allí estaban mis amigos. ¡Nos habíamos vuelto a reunir! Y yo pensando instantes atrás que sería muy complicado llegar de nuevo junto a ellos... 

—¡Chicos, menos mal que nos hemos encontrado! Temía que no os volvería a ver... —murmuré dando unas últimas brazadas hasta alcanzarlos. La pregunta de Rebecca permitió que se me escapara una leve risa—. No, no me han mordido ni me han comido ningún dedo. Logré escabullirme del nido de uno de esos pájaros gigantes antes de que me comiera o lo hicieran sus crías... —dije esgrimiendo una sonrisa inquieta—. Había varios huevos que podían eclosionar en cualquier momento, menos mal que he huido de allí. Aunque... sí que me clavó sus garras en la espalda —les comenté, haciendo una mueca—. Ahora me duele menos, pero hace unos minutos me dolía bastante. Voy a salir de esta cueva con cicatrices de guerra, si es que no me desangro antes... —era evidente que exageraba—. ¿Vosotros cómo habéis acabado aquí abajo? 

El agua me daba miedo y cuando caímos por el agujero, no me pareció igual de divertido que cuando íbamos al parque acuático. No hacía más que dar vueltas y vueltas, y no sabía si iba a caer de cabeza o qué. Además, perdí al señor Pebbles, así que cuando me zambullí, y vi que no podía respirar y esta sola, abrí la boca, tragando mucha agua.

Menos mal que Rebecca me cogió y rápidamente, me abracé a ella.

-E-El señor Pebbles! ¿Dónde está el señor Pebbles?

En ese momento lo vi flotando boca abajo, cerca de nosotros.

-¡El señor Pebbles se ahoga!

Mientras nadabas, o más bien te mantenías a flote, viste que había una barca, no muy lejos de allí, en una pequeña ensenada, como si estuviese esperándoos a que llegarais... o a que alguien lo hiciera.

Me acerqué hasta mi primo preocupado por su estado. Afortunadamente, no parecía tener nada grave.

- Creo que mi tío me va a matar cuando te devuelva a casa... - dije intentando animarle quitando hierro a la situación. - ¿has encontrado alguna salida de este sitio?

Finalmente el tobogán del infierno llegó a su fin y todos caímos... hacia abajo, pues no hay modo de caer hacia arriba...

A pesar de estar preparado, tener listo el burdo y artesanal parapente y, en fin, esperar esa resolución, lo cierto es que fui totalmente incapaz de sustentarme en el aire... meneé los brazos todo lo que pude una vez perdí el trapo, pero tampoco pude sostenerme cual pájaro...

Pero si vi algo... o me pareció ver algo...

¡¡¡Chooooffff!!! *

¡¡¡UAU, CHICOS!!! - exclamé una vez saqué la cabeza del líquido elemento tras el chapuzón...

¡Que pasada, ¿guepetimos?! - pregunté... y es que era incapaz de no emocionarme ante lo que acabábamos de vivir.

Me ha palecido veg algo... seguidme... cleo... si, ega pog aquí... - y a medias chapoteando, a medias nadando, me fui acercando hasta lo que me pareció ver en la alocada caída.

Sii, ahí está... ¿lo veis? Es un bote... - y señalé hacia lo que parecía una especie de ensenada...

Ya reunidos todos los GOONIES II, seguimos a Paul hasta el bote que había visto. Gracias a él, podríamos navegar por el lago y no ahogarnos como parecía. Ahora había que ver hacia dónde remábamos. Todo estaba oscuro y no se veía ninguna playa o salida de la cueva. ¿Estaría bajo el agua? ¿Habría que esperar a que bajara la marea?

-"Nosotros hemos bajado por una especie de tobogán acuático, Billy. Ha sido flipante, la verdad, aunque era un poco peligroso."

Tras oír las palabras de Paul acerca del bote ayude a Billy a nadar hacia allí.

- Revisemos el estado en el que se encuentra el bote... tenemos que salir del agua lo antes posible, antes de que empecemos a tener hipotermia... y eso no mola...

Se abrazó a Billy.-Uf, menos mal, a salvo y entero! -Asintió con la cabeza al comentario de Bernie.- Una pasada...uuuuooooo...¿a que ha sido diver, enana? -Alargó el brazo y pilló al señor Pebble- Mira, Hailee, le aprietas así el pecho, con decisión y seguro que se recupera, nunca falla -le entregó el peluche a su hermana, así la tenía entretenida.

Luego se giró hacia Paul- ¿Repetir? Pero...pero...Ya verás, cuando el bote este nos lleve por unos rápidos y nos caigamos por una increíble catarata. Ya verás - Que podía pasar, era una posibilidad.- Venga, sí, subamos a ese bote, que Álex tiene razón, me estoy congelando toda. -Se puso a castañear los dientes en plan exagerado, ella con sus tonterías...- ¿Y el profe? -Se volteó de un lado a otro, buscándolo.

Lo mejor es que estaban todos juntos de nuevo. Resistiendo a las trampas del Tuerto -¡¡No nos vas a vencer, Tuerto Podrido! -le dio por gritar en plena gruta.

El profesor logró nadar hasta el bote y encaramarse a él, no sin dificultad. Lo cierto era que tanta exigencia física le estaba pasando factura y le dolía todo el cuerpo. Además, el agua de la laguna estaba muy fría y eso era algo que también notaba.

-E-estoy... aquí. Ufff. Ya estoy viejo para estas...cosas -dijo, cuando estuvo arriba.

En el bote estabais todos más apretados que las sardinas en lata, por lo que empezó a hundirse poco a poco.

-Eh... creo que algunos de nosotros tendremos que ir a nado, agarrados al borde, o de lo contrario acabaremos perdiendo la barca. Me bajaré yo mismo y alguno de los que estés con más fuerzas.

Yo yoyoyoyoyo yooo cleo qq-q-q-q-q-que puedoo oo o  o il aba-ba-ba-ba-ba-jo-jo - dije, ofreciéndome noblemente pese a que los dientes me castañeaban tanto que no me permitían hablar. Para algo era el mayor, después del profesor, claro.

Adem-m-m-m-mas... tengo pol aq-q-q-q-qui unas castaññññ-ñ---ñ--ñ-ñuelas que pu-pu-pu-puedo fijal a mi za-z-z-z-z-apatos paga nadal m-m-m-m-ás lápido...

Y mientras decía eso (que suponía nadie habría entendido) me fijé una especie de castañuelas en los zapatos que me darían un mayor empuje. De ese modo, no solo entraría en calor más fácilmente, sino que conseguiría un mayor empuje para el bote.

Correspondí al abrazo de Rebecca con una parva sonrisa, ocultando la punzada de dolor que sentí en la espalda para realizar dicha acción. Me separé de ella para darle luego un abrazo a mi primo, quien me había preocupado arriba después de la prueba de las baldosas. Al menos parecía estar recuperado ahora. No me detuve a hablar o responder comentarios, porque las palabras de Paul captaron mi atención y fui nadando hasta donde señalaba. Lo primero que pensé al escuchar lo referente al bote fue que quizá la salida de la cueva estuviera más cerca  de lo que imaginábamos y que ese bote supondría nuestra vía de escape. Pero claro, éramos muchos como para subirnos todos a la vez; así que o algunos nadaban durante el trayecto o se tendrían que hacer dos viajes para ir sacando a la gente al exterior para alcanzar tierra firme, sin saber muy bien cómo de estable sería la embarcación.

—Y-yo no te-te-tengo muuucha re-re-re-sistencia. N-no aguan-ta-taría muuucho ra-rato en el a-a-agua —murmuré  en respuesta a la petición del profesor frotándome las manos para entrar en calor.

- Venga Paul, tú y yo iremos abajo... - dije después de comprobar que nuestro peso conjunto superaba la capacidad de flotabilidad del bote. Nosotros dos éramos los mayores de los niños y el profesor... no tenía muy buen aspecto en realidad... parecía que si tenía que someter su cuerpo a un sobreesfuerzo más le daría un infarto - profesor, si el bote aguanta bajándonos nosotros manténgase en el bote... alguien tiene que cuidar de los más pequeños - añadí guiñando un ojo, aunque en la oscuridad de la caverna tal vez no fuera muy visible mi gesto...

La chica aupó a su hermana dentro del bote -cómo pesas, enana, no paras de crecer -Y luego ella misma con esfuerzo se metió dentro, trabándose con los patines pero sin quitárselos por ahora en toda la aventura. Se tumbó un momento para descansar y al poco se incorporó y cogió un remo.

-¡Ah, ni hablar, yo no me meto en el agua! Si eso ya voy remando. Lo que pueda. Venga, profe, usted me ayuda que los chicos son fuertes y tienen que demostrar músculo. Va, acompasados, que si no es un rollo, el bote no avanzará bien. 

No tenía mucha idea pero alguna vez fue con su padre al estanque del parque y "navegaron" en barquita. 

-¡Becca Bounty y sus secuaces los New Goonies a por el tesoro del sucio tuerto Willy! jajaja. Va, Paul, Álex, ayudad un poco. Y vosotros dos, remando entraréis en calor -añadió para Bernie y Billy.

Estaba más animada. Y animada, Rebecca era hasta peligrosa para ella misma y el grupo de amigos.

Estaba claro que yo tenía que ir en el bote, sino me hundiría como una piedra. Como estaba más fuerte que ninguno, pesaba más; los músculos, ya sabéis. Me costó auparme al bote, pero una vez en él, me fui arrastrando hasta ocupar un sitio. Cogí un remo y lo saqué al agua. En nada entraríamos en calor, como decía Rebecca.

-"Lo siento chicos, pero yo no aguantaría mucho, además que no se nadar muy bien. Mejor remo."

Finalmente, todos empezasteis a remar, menos Alex, Paul y el profesor, que permanecieron fuera, agarrados y ayudando un poco empujando la barca, y dirigiéndoos hacia el lago, en busca de alguna salida de aquel lugar, porque tenía que haberla. ¿Y el tesoro? Bueno, eso también... si lo encontrabais.

El bote avanzaba con lentitud, pero al menos, todo estaba en calma.

El bote se movía a buen ritmo, y el sonido de los remos rebotaba en las paredes, creando un atmósfera misteriosa y también, fascinante. Aquel lugar estaba, debían recordar, dentro de un cuadro. Aquella cueva, los rápidos, el lago... todo existía solo en una especie de sueño y no sabían cómo de real era en verdad.

Pero pronto tendrían otra prueba de aquello volvía a poner su resistencia en juego. Una extraña sombra apareció bajo el agua; indefinida, oscura, enorme... Pasó por la lado del bote como si estuviese examinándolo, justo por debajo de los pies de Paul, Alex y el profesor.