Partida Rol por web

Benancio mira para todos lados al encontrarse en un lugar tan raro.

- ¡VÁRGAME ER ZEÑÓL! ¿Pero aonde ma metío yo? ¿Hay arguien por ahí? Mira que sus meto con la espichá en to los hocicos. AAAAyyyy!!!

Benancio!!! Pues ya le puedes dar al Emilio, la Jarras y al Edgar, mañdito primo mio,que es un lobo!!!!

Benancio, en forma corpórea, se sentía abrumado en el "nuevo" sitio en el que estaba. No entendía que era aquel lugar tan extraño. De pronto oyó la voz de Vicente.

- Hombre Vicente, ¡coge la burra y vente! Si la Jarras es una lobuna dezas, yo me dejo que me muerda to lo gordo. Aemá tu no zerá tambié un mortuo de ezos, ¿Verdá? Zea como zea, me pareze a mí que no hay naide¹ que puéa hablá con nusotros desde el otro láo eze. Como jecho de meno a mi guarreras. Tanto cebarlo y restregarlo con zumo de zebá. Alimentándolo día y noche con mugre de la güena pa mierda pa mí. No podré zalá esos jamones y comérmelos con pan de centeno al horno.

De pronto ve pasar las piernas de María Jarras. Y tiene un pensamiento obsceno.

- ¡MÍIIIA RUBIAAAA!, ¿Y no tendrá el molletillo también rubio? Si tu quisieras...¡NO IBAS A CHILLÁ NÁ!

-Mi'a Vicente, como vuelvas a decir que soy un lobo, t'endiño una hostia a mano abierta, d'esas que suenan y pican- le advierto al herrero, aún después de muerto tenía la mollera más dura qu'el yunque 'ande trabajaba.- Que pa' trabaja' con el martillico no necesitabas tener tú el tarro mu' despeja'o y eso te lo perdono, pero si te digo que ni loba, ni lobo, ni na', es que no. Anda que si ya muerta me iba a importar deciros que soy un bicho d'esos o no...

Benancio que acaba de llegar ha pasa'o sin su cerdo. Yo siempre había pensa'o que entre ese gorrino y él siempre hubo algo más. Que quién le va a culpar, que la actividad del campo es mu' solitaria, bien lo saben los pastores.

-¡Y tú! ¡Tres cuartos de lo mismo! Si yo quisiera... Si yo quisiera estaba rodea' de hombres de verdad, de los que salen a cazar bichos y no se quedan emborrachándose en la taberna y luego culpándome. Porque si me votastís es porque teníais to's envidia del Jaime, que a él si le dejaba tentar bajo el refajo... Que los hombres sois to's unos resentíos y lo que no es pa' uno, no es pa' naide... Si lo sabré yo.

Benancio, desolado por no poder atender a su mascota, pues ha muerto y ahora se encuentran separados en diferentes planos de la existencia.

- Pobrecillo mi guarreras, ¿Qué será de él ahora sin mí? Enzeguro que eza mugre ente de la tasca eza rara le dan el puchero cerveza esa tan mala. Con lo que le gustaba a él er zumo de cebá que lacía yo. ¡VÁRGAME ER ZEÑOL! Zolo puedemos esperá a ve zi argún arma caritateva me zaca de aquí, porque pa ezo za visto que no zoy un mortruo dezos.

Se dirige al grupo que está con él.

-Bueno, y ustedes ¿qué profezión¹ tenían?

- ¡Vaya mugre de ente, que ni hablan ni dizen na ni ná! ¡Pos sus podéis ir aonde retoza er guarreras de mi parte!

Invitó a sus compañeros de "estancia", al ver que todos permanecían callados y absortos. Cualquiera diría que han perdido cualquier atisbo de humanidad.

Acto seguido, Benancio saca de su bolsillo un poco de yesca y pedregal, así como unas hojas de alguna planta "medicinal", de dudosos efectos, que encontró cerca de sus terrenos. Se lía un cigarro en la hoja y empieza a fumárselo, arrojando el humo a todos los presentes. Tras dar las primeras caladas, se empieza a formar una humareda enorme en la "sala" y Benancio empieza a sonreír y entornar los ojos.

- Hay que vé, que güeno eztá este cigarrito tan raruno que le compré al tío las yerbas. Me dijo que ze lo compró a un tal Bob, de un viaje a unas islas dezas raras. El tío dicen que murió de un porrazo¹ que ze dió con argo. Ofú que rico eztá, cagon tó la mae que parió ar demonio veinte pares de veces. ¡Qué contento eztoy!

Benancio miraba a todos y sonreía. Si estaba destinado a estar en aquel lugar, no perdería el tiempo amargándose. Poco a poco empezaría a entrarle hambre.

-Benancio, hostia, contigo ni descanso ete'no, ni na' de na'- muevo la mano para airear un poco el pequeño espacio. Si ya olía a humanidad y descomposición, solo nos faltaba la peste de los cigarros d'el Benancio.

- Eso huele como cuando padre quema los restrojos del huerto c'ai detrás de casa... Apaga eso hombre, que nos vas a intoisiquiá, c'angustia, por dios. Ni descansar en paz, ni leches. Ya te podías haber quedao' con tu gorrino y tus cigarros raros dando po' culo al resto del personal... Que además no dan pie con bola, más que decir que si era loba... Les guardo t'ol rencor por tira'me del campanario, ni que fuera la cabra Matilda en las fiestas, copón.

- María....¿No quié un poco de la marijuani¹ esta que me vendió el tito Bob? Verás que te azienta bien er pecho que tienes mi arma.

-¡Anda, calla y calla, que contenta me tenís! A mi no me des hierbas de la risa del tito, que al último que le vi fumando d'eso, acabo desnu'o en mita' del bosque. El Felipe, que le tiraba piedras a la luna po'que decía que lucía demasia'o y no podía dormi'.

- Pos si vieras tú lo que le gustaba a mi guarreras. Ze ponía er tio contento a tó meté. Fíte tú que cogía a las marranas del corrá y las vorvía a toas por atrás. Las cogía a las marranas arrancando papas¹ y las ponía enzendías. ¡ No chillaban ná ni ná! Juas juas juas juas!!!

- ¡VÁRGAME ER ZEÑOL! La bruja y la...bruja. No me digái que ahora arguna de vusotras zois mortruos de ezos. Me dá a mí en los hocicos que de aquí no zale naide en to lo que quéa. Por cierto, y mi guarreras, ¿Lo están tratando bien en la ardea? Mira que er bicho es mú regomellozo y zolo bebe el zumo de cebá que yo le preparaba. Pobrecito mi marrano, que zerá de él sin mí....

-Calla Benancio, ¿qué no ves que se ha jala'o enterica a la Miriam? A ver si no va a ser tu gorrino un mostruo d'esos y nos lo'stabas escondiendo. 

Os pasáis todo el día discutiendo? Benancio parece que er guarreras sabe espabilarse sólo

- Po zerá que no lo tengo bien enzeñáo ni ná ar puerco de mis amores. Hombre, zi ze come los zezos de argún taráo o mortruo que tiren desde lo arto der campaná, mu bié que hace mi guarreras. Zi totá, de aquí no nos zaca ya ni el padre que abaje de los cielos. A vé zi en breve nos visita el mismo padre Antonio y tó...Veremo a vé.....

El padre Antonio? Para que nos lleve al cielo? Pues yo me pido el ático que dicen que tiene mas vistas e irá bien para mi negocio que en todas partes hace falta.

- ¿Un atíco? ¿Ezo qués lo qué éh, arma mía? El padre veremo a vé zi no rezurta que és un mortruo de ezos er también. Cagon la madre que parió al demonio veinte pare de veces. Por mí como zi ze mueren tós y zolo zobrevive mi guarreras.

 - Me dá a mi en los hocicos que zi la coza no cambia ze viene pabajo la úrtima mujé que merece la pena en el pueblo. Ar finá me quearé zolo con tó el arén del pueblo, juas juas juas!!! Ya me quedan 2 o 3 por catar na má...

-Calla, Benancio, 'amos calla... Bastante tengo to'a la eternidad aquí a tu la'o por culpa de los tontos del pijo estos... Como pa' encima tener que arrima'me a ti. Ni con'un palo. Ansperate a que se casquen al Guarreras pa' la cena de celebración y cuando venga le pu'es meter de to' menos miedo. ¿Sabes que te digo? Pos eso, no tientes la suerte, que yo fui la primera en venir y to'sto es mío.