Partida Rol por web

El bibliotecario asintió ante la frase de su compañero. Ciertamente, les habían pagado para que explorasen las ruinas, y por mucho que prefiriese quedarse elucubrando en el campamento, tendrían que acercarse a las ruinas o al bosque antes o después. Cogió su morral y metió dentro un par de sus libros más valiosos y su cámara de fotos; metió su cuaderno de notas y los lápices en su chaqueta, a buen recaudo y, tras dudar un instante, sacó el cuchillo de su vaina y lo sujetó con fuerza. En el peor de los casos lo usaría para lidiar con la vegetación.

- Cre-cre-creo que podemos empezar con el edificio más cercano, el que estaba junto a los grabados. Quizá la historia continue en las proximidades, la narrativa labrada tiende a concentrarse en algunos edificios en particular: te-templos y lugares de culto .- dijo mientras se internaba en las ruinas en la dirección donde había encontrado las tallas.

De pronto, como recordando algo, volvió al campamento, recogió el walkie talkie y lo tomó con la mano izquierda

Al otro lado de la linea se oyó una conversación apagada, que no llegaba a entenderse y se solapaba con las ultimas frases transmitidas por la doctora. Al cabo de un rato la linea quedó en completo silencio durante unos ominosos minutos.

Finalmente, la voz del bibliotecario volvió a sonar, parecía estar moviendose a través de la maleza.

-  Kjjrk. Doctora, voy a buscar más grabados, y de-de-de-de paso si consigo encontrar alguna manera de liberarlos, mantengan la linea abierta. Kjjrk.

Cuando la doctora alumbra con el chorro de luz hacia el centro de la gran sala, ante la pareja de exploradores se muestra un conjunto de enormes plantas gigantes que despiden un olor que mezcla descomposición y humedad. Los capullos de las plantas tienen el tamaño de una persona adulta y forma de almeja, y hay al menos dos docenas de ellas. Las raíces forman un intrincado conglomerado imposible de deshacer hasta que finalmente se hunden en el suelo de tierra. El foco de luz de la lámpara de la doctora hace que el más leve movimiento de la mano que la sujeta forme un baile de sombras inquietante, pero no parece haber ningún movimiento real en el lugar. El ambiente es repugnante y se os forma un nudo en el estómago. El walkie suena con la voz del Sr. Baterman con tono rasposo a causa de la estática: - Kjjrk. Doctora, voy a buscar más grabados, y de-de-de-de paso si consigo encontrar alguna manera de liberarlos, mantengan la linea abierta. Kjjrk.

Lo que descubrió la luz proyectada por la lámpara de la doctora, me dejó totalmente estupefacto. Una enorme planta crecía en el centro de la estancia.

Aquello tiraba por tierra muchas teorías. No había visto jamás algo de aquel aspecto ni de aquella envergadura.

¿De dónde demonios ha salido esto? Necesitamos algún botánico que nos pueda orientar sobre qué tipo de planta es eso. Quizás el señor Bateman haya leído algo sobre plantas gigantes o algo parecido.

Miraba el suelo para ver hasta donde se expandían las raíces de la planta. No se movía, pero nada me decía que no se moviera al detectar movimiento. Busqué en el suelo una piedra lo suficientemente grande como para que se detectara su movimiento, y la arrojé al interior de la sala.

Probemos si esa cosa está viva.

- Deme un minuto - dice el Sr. Kengsinton mientras se pone algo más de abrigo, y es que desde que el sol había alcanzado su cénit, había descendido la temperatura un par de grados -.

Los dos exploradores comienzan a andar camino del edificio que asoma a poca distancia discurre entre una animada conversación caminando entre vegetación y ruinas. Finalmente, en un claro rodeado de árboles y bellas flores de colores, se alza un edificio de piedra con forma estrellada si es visto desde arriba, rodeado de pilares ornamentales de piedra con forma de lágrimas. Su superficie exterior está cruzada por numerosas líneas rectas formando un complejo patrón de figuras geométricas. En todo su perímetro dispone de diminutos ventanucos de pocos centímetros por los que entran rayos de luz, aunque están a cierta altura y es imposible asomarse. Quizá respiraderos o algún tipo de ventilación es lo primero que pensáis.

Camináis un poco alrededor del abandonado edificio, vacilando sobre cómo entrar en él y os percatáis que del suelo salen al exterior, desperdigadas, raíces, por las que casi estáis a punto de tropezar si no camináis con precaución. Cuando casi lleváis media vuelta al edificio, llegáis a una zona que parece una entrada. Tiene una abertura circular. De hecho, parece un círculo perfecto, lo cual es algo complejo de hacer hasta hace bien poco que se desarrollaron algunas técnicas arquitectónicas. A ambos lados del cículo que funciona como portal de entrada, dos pilares con forma helicoidal, la cual os recuerda a la pasta fusilli que comisteis hace unos años en un congreso en Nápoles. Del interior llega un completo silencio acompañado de un olor a óxido.

- ¿Qué sugiere, Señor Baterman - dice el matemático -? ¿Alguna idea de qué uso puede tener este edificio? Parece tener una función relevante en la sociedad que habitase estas ruinas. Sus características exteriores son... ¡precisas! Quiero decir, ¡exactas! Podría tratarse de algún lugar donde se ejerciese algún tipo de ciencia.

En medio del asombro, la primera reacción del Sr. Ohrin fue coger una piedra del suelo y lanzarla contra las plantas*. Cuando impacta contra una de ellas, ésta hace un movimiento y abrie la flor en forma de almeja revelando que en realidad son dos lóbulos abisagrados en cuyo centro se puede apreciar, gracias a la luz que sostiene la mano temblorosa de la doctora, algo de carne en descomposición.

Maldita sea. ¿Ha visto lo que sale de la planta? Ahora sabemos el origen del mal olor. Parece que hay algo dentro. Podría ser humano o un animal, pero no hay duda que de que es una planta carnívora.

Me quedo mirando el interior de la sala.

Pero no había visto nada de ese tamaño. ¿Es posible que haya crecido aquí de forma salvaje? No quisiera parecer uno de esos de las revistas sensacionalistas, pero no parece que sea de este mundo.

Iluminó las paredes , buscando alto o bajorrelieves.

¿Será la defensa de los vegetarianos contra los carnívoros?  ¿Dormida en semillas estuvo?

El edificio que se alzaba ante ellos era, cuanto menos, peculiar. Las formas geométricas parecían demasiado perfectas para una cultura antigua, aunque la mente hiperactiva de Batsy no podía dejar de recordar las pirámides egipcias y sus dimensiones y su orientación cardinal casi inmejorables. Las columnas en forma de lágrima eran anecdóticas pero dado que era probable que  fuese incapaz de deducir su función hasta descubrir el de la edificación principal. Por eso, fue sacando fotos de todo lo que le resultó llamativo mientras rodeaban el edificio, tomando notas de la escala y detalles interesantes en su cuaderno. 

La circunvalación de la construcción, de esa guisa, fue tremendamente lenta, pero el bibliotecario no pareció darse cuenta. Siempre le había gustado ser meticuloso y cuando se centraba en algo que le interesaba perdía la noción del tiempo. A resultas, la antes animada conversación pasó a ser un par de frases incongruentes de vez en cuando y un constante balbuceo mientras hablaba para sí mismo y tomaba notas.

Al cabo de un rato que pareció interminable, llegaron a la puerta del edificio. Su perfecta redondez provocó una exclamación admirada.

- Va-va-vaya ¿No le parece perfecto? Póngase junto a ella, para comparar la escala. Además estoy se-se-seguro que le encantará como recuerdo.- dijo Baterman con frivolidad, intentando mantener un ambiente calmado. Quizá no era lo más apropiado en ese momento con sus compañeros atrapados y "algo" amenazándolos, pero debían mantener un ánimo positivo.

- En cuanto a la función del edificio... quizá se trate de algún tipo de centro de aprendizaje o un observatorio astrológico. No estoy seguro, pero la matemática y la geometría parece que tiene que ver con su fun-fun-fun-ción. Tenemos una decoración pragmática y abstracta en contraposición con el resto de edificios que hemos visto, cuya decoración era vegetal... o his-his-histórica. En todo caso, creo que hasta que no entremos, no podremos saberlo.- elucubró mirando la puerta.

Se quedó mirándola unos instantes y tras eso asintió para sí mismo, la decisión tomada. Se llevó el walkie a la la boca mientras entraba a través de la puerta circular....

- Kjjrrrr. Doctora, hemos llegado al edificio con forma de estrella, el que vimos desde el helicóptero. Vamos a entrar. Kjjrrrr. -  la voz del bibliotecario sonó en el walkie tras un largo rato de silencio.- ¿Co-co-cómo es su situación?

Batsi sólo oyó la respiración contenida de la doctora y luego un susurro de "Es..., kjjk, estamos viendo algo. No sabemos qué es. ¿Unas plantas carnívoras? kjjk  Gigantes."

Las paredes iluminadas sólo muestran el relieve natural de la piedra utilizada, y en las zonas inferiores, están cubiertas de diferentes musgos.

Tendríamos que intentar conseguir una muestra de esto para analizarlo en el campamento, pero no me atrevo a meterme allí. Esas cosas tienen pinta de estar defendiendo el lugar. No creo que esten aquí por puro azar.

Miraba sin perder detalle al interior del edificio semi-iluminado por la lámpara de la doctora.

Pero no veo demasiado lógico que defiendan una fortificación como este conjunto de edificios desde dentro de uno de ellos. ¿Puede ser que fueran una especie de capullos donde "cultivaban" lo que fuera? Me suena a aquella película "La invasión de los ultracuerpos" donde se "creaban" seres humanos en el interior de unas vainas. Quizás estas plantas sean como incubadoras. Tal vez los carnívoros usaban estas plantas para sintetizar algún tipo de alimento a base de vegetarianos.

Hablaba de puro nerviosismo. Quería entrar a coger una muestra de planta pero tenía miedo de la reacción que pudieran tener los organismos a la entrada de un cuerpo extraño.

¿Qué opina Sharada?

El interior de la construcción es diáfano. Está prácticamente vacío, sin ni siquiera vigas o pilares clave que sostengan todo aquel monstruo de piedra. Inmediatamente tras entrar, el camino se desvía a izquierda y derecha. A la izquierda, el camino desciende en espiral pegado al margen del edificio, dejando el centro de la construcción libre, de manera que aunque hayas descendido muchos metros, puedes seguir viendo el techo si miras hacia arriba. El descenso se produce por una innumerable cantidad de escalones de piedra en buen estado. Durante el descenso, a izquierda queda la superficie pulida de piedra, y a derecha un pasamanos de madera con retorcidas formas. Os lleva unos segundos daros cuenta de lo que en realidad se trata: son raíces que atraviesan el muro de piedra en diversos puntos y se acoplan como si fueran pasamanos, como una increíble coordinación vegetal, que os hace preguntaros cómo y quién ha moldeado las raíces para dicho fin. En otros lugares forman pequeños arcos sobre los escalones que los posibles habitantes cruzarían durante el descenso o ascenso. Todo eso queda, como habéis visto, si tomáis el camino de la izquierda. El de la derecha es más corto, pues apenas tiene una decena de metros. Dicho camino sigue por el margen derecho hasta unos metros al mismo nivel que la entrada, donde se ensancha en un punto en el que hay un relieve de piedra en la pared. Parece lo que sería un punto de información o un recibidor en una construcción actual, o al menos, eso os parece.

De los diminutos ventanucos que bordean la construcción entran unas caprichosas iluminaciones que forman unos curiosos patrones en el interior, aunque a primera vista no lográis identificarlos.

Cada paso que dais en el interior resuena con un eco y desde ese momento advertís que es imposible mantenerse desapercibido.

El comunicador emite un leve ruido de estática que probablemente sea debido a la débil señal atenuada por las gruesas paredes de roca que tiene esee edificio.

Pues creo Threkor que para eso tendríamos que saber más sobre lo que son esos cuerpos ahí dentro. 

Comenzó con la luz a buscar huellas entrando o saliendo del recinto.  Si eran cuerpos cultivados serían de humanos saliendo, si eran animales capturados como alimento, serían sus huellas entrando, atraídas por algo o alguien.  

Tomó una vara larga, ¿alcanzará a llegar?  Para repetir lo de hacerlas abrir, pero esta vez sin piedras, o volvemos a tirar otra.   -le dijo. 

¿Estamos haciendo algo estúpido o peligroso? -le dijo, concentrada, a modo de reflexión, mientras seguía escudriñando el piso con el haz gordo de su linterna. 

Seguía dejando abierto el walkietalkie para que Batsi los oyera dirimir. 

Con la vara, y manteniendo una distancia prudencial, la doctora rozó atónita otra de las plantas que se abrió despacio, revelando unos huesos machacados en su interior. Al abrirse, el olor de la sala aumentó un grado más de pestilencia. Una vez abierta, la planta se quedó inmóvil, esperando un roce, un estímulo, para cerrarse como un resorte.

Pues, investigar esto debemos.  Esperemos no regrese nuestro amigo tira-piedras.  Mantengámonos atentos.  Mientras tanto... Sacó su equipo de toma de muestras y empezó a revisar la vara larga, y trató de sacar algunos huesos con un gancho amarrado a su extremo.  Todo para que pudieran saber que pasaba. 

Batsi, jkjkjk, estaremos investigando las plantas carnívoras pestilentes.  Si pueden llegar hasta acá estará genial.  Si no, no se preocupe, nos mantenemos en contacto.  Buscaríamos regresar en un par de horas para compartir resultados y comer un poco. -pensó en lo que había dicho y se tapó con un trapo la nariz-  kkjjk  thi es que noth da algo de hambre despuéth de ethto.  Ugh, de guácala. kjjjk

Intentas repasar tus conocimientos en botánica, y aunque no logras dar con el tipo de planta, al final, y de manera fortuita aparece su nombre en tu cabeza. ¡Dionaea! Se trata de plantas del género dionaea. Eso sí, muchísimo más grandes que su tamaño habitual. Quizá algún desarrollo extraño en algún gen y el aislamiento de la región haya hecho que se desarrollen de manera diferente.

Conforme remueves con la vara el montón de huesos ubicados en los lóbulos de las plantas aparecen, semienterrados, hojas secas unidas formando una especie de hilera, junto con piedras grabadas con dibujos similares a mandalas, pequeñas esferas de vidrios de colores y algún utensilio más al que no consigues encontrar utilidad. Todo el conjunto se asemeja a los típicos abalorios que casi todas las sociedades del mundo usan para acompañar a los muertos en su viaje al más allá imaginado en su cultura cuando celebran los ritos funerarios.

Cada vez lo tienes más claro: este edificio es un cementerio. Un cementerio... vivo. Habitado por estas plantas gigantes que se dedican a digerir los cuerpos.

Revelación:

Una cueva tiene el olor dulce y húmedo de la descomposición, en su interior florecen plantas gigantes del género Dionaea, sobre las cuales hay esqueletos a medio digeridos. Los habitantes de las ruinas continúan utilizando este lugar para sus ceremonias funerarias colocando los cadáveres en los lóbulos de las plantas carnívoras.