Partida Rol por web

Sarah, ¿Te llamas así verdad?, ¿Decías enserio las palabras de antes?

Y me quedé observándola con cara impresionada. 

asentí a lo de reunirnos y saber a quienes no tendría que matar por el momento. Sabía que estaba cualificada para aguantar la demencia de la arena pero, ¿hasta que punto...?

-Voy a dar una vuelta a ver que me encuentro aparte de lo evidente... Cualquier cosa llámame...

Intenté que eso último no sonase comó sonó pero quedando pocos días para ir a la muerte estaba pensando que tal vez ya diera todo igual como suenan las cosas...

Entro en la sala y busco a mi compañero. ¿Dónde estará ese leñador? Bueno es igual. Y me dirijo hacia la zona de jabalinas y lanzas. Así que hay otra jabalinera. Tendré que estar atenta. Debo ser mejor que ella, por los patrocinadores. Pueden decidir quién vive y quién muere.

Arrojo una jabalina impactando al muñeco de pruebas en el pecho. Aún mejor. E inmediatamente lanzo otra que impacta en la cabeza y miro a la jabalinera con desafío. Continúo lanzando para acostumbrarme al peso de las armas.

Continuaba hablando con un chico en una zona de la sala de entrenamiento donde había una diana para el uso de las ballestas allí expuestas. A su vez, miraba de un lado a otro con los ojos entrecerrados hasta que pude localizar a Alice haciendo uso de una jabalina.

«Espero tener tiempo para hablar con ella antes de salir de aquí», pensé algo preocupado mientras conversaba con el joven de tez algo pálida. Deseaba ir directo hacia ella, pero antes debía cerrar cierto asunto con él.

-Me parece bien. Disfruta de los últimos momentos por aquí jeje- me despido de la chica. -Ya sabes, si necesitas cualquier cosa avísame-

Veo a Edward mirando a Alice, es inevitable mirarla no solo porque es guapa sino porque es fuerte y agresiva.

-Ey Edward. Ya tienes compañera ehh. Yo aún sigo sin ella... parece una buena combatiente estaría bien tenerla de aliada en un principio ¿no crees? Yo por mi parte ya he hablado con alguien más para tener una tregua inicial. Ya os reuniré antes de la cornucopia para no atacarnos entre nosotros ¿te parece bien? ¿Has hecho alguna otra amistad?

Luego de aquella contestación por parte de mi compañera de distrito me quede sentado unos cuantos minutos más, viendo y analizando las habilidades de combate de mis rivales. Al parece mi compañera de distrito era buena con las jabalinas, los del distrito 2 sin duda eran especialistas en el combate cuerpo a cuerpo así que ya sabía que en caso de enfrentarlos sería a distancia.

Después de tomar unas cuantas notas mentales decido levantarme y acercarme a un puesto de entrenamiento donde había colgadas varias armas blancas, desde dagas o cuchillos hasta grandes espadas, todas de distinto tamaño pero eso me importaba poco y sin pararme a ver mucho agarro dos armas, un cuchillo y una espada de gran tamaño. Me acerco a un maniquí que estaba casi en medio de la sala y servía para practicar cuerpo a cuerpo, entonces cierro los ojos, suspiro y comienzo a danzar alrededor del maniquí dando estocadas por distintas partes. No necesitaba de mi vista para saber donde golpearía la espada, ya que luego de años de entrenamiento cualquier arma era una extensión de mi brazo. No pasó un minuto cuando ya el maniquí estaba completamente roto, le faltaban algunas extremidades y tenía mas relleno afuera que adentro. Entonces vuelvo a abrir mis ojos y camino en dirección al lugar donde saque la espada, pero luego de separarme 8 metros del maniquí me doy vuelta y rápidamente lanzo el cuchillo, el cual acierta justo en el cuello del maniquí haciendo rodar su cabeza por el suelo.

Sin prestarle atención a quien podría estar mirando o no el mensaje que quería dar era claro, sabía como defenderme tanto a corta como larga distancia. Coloco la espada en su lugar y luego empiezo a dar vueltas por el centro de entrenamiento, parando en algunos puestos de supervivencia para repasar mis conocimientos.

Me fijé que Kinu volvía a acercarse para insistir en el asunto que habíamos hablado un rato antes. Me estaba descolgando el carcaj y ahora apoyaba la ballesta en su correspondiente expositor.

— Es evidente que sí —respondí con seriedad—. Entiendo que intentes llevarte bien con todos, pero de aquí solo saldrán pactos y nunca amistades. Ni siquiera tú ni yo somos ni seremos amigos, sino que socios.

«¿Por qué iba a pensar que mi compañera no formaría parte de la alianza tal y como habíamos acordado antes?», reflexioné dando un suspiro. Me inquietaba pensar que un desconocido intentase estrechar lazos tan pronto habiendo detrás un interés de supervivencia tan evidente por parte de no solo él, sino todos los que nos encontrábamos en la sala de entrenamiento.

Me alejé frotándome los ojos en dirección hacia Alice.

Edward esta vez se ha comportado mucho más cortante, de hecho diría que más engreido. Quizá me equivoqué al pensar que era diferente al resto pero bueno es buen arquero y tener un aliado así es importante así que confiaré en él.

Ya sé que en los juegos todos intentaremos matarnos entre todos pero... ¿por qué no intentar comportarnos como personas normales hasta que llegue ese momento? ¿Por qué no disfrutar la poca humanidad que nos queda? ¿Es eso tan malo? No entiendo como han sido criadas estas personas para llegar a este día con estos pensamientos. A caso no han sabido disfrutar todos estos años de su vida... o quizá simplemente sea yo un soñador y estoy equivocado en que aún existen personas buenas...

-Está bien Edward, no te molestaré más. Solo dejarte claro que estoy intentando cuidar tu espalda, no solo la mía y que cada vez que hablo con alguien para hacer una tregua al comienzo de esto también insisto en que no te lo hagan a ti, no es que vaya haciendo amigos...

Sonríe a la pelirroja y le hace una reverencia exagerada con los brazos extendidos hacia los lados, reconociendo su habilidad. 

Buena puntería. 

Se acerca a la diana y recoge las jabalinas, que vuelve a guardar cuidadosamente en el soporte que las sostenía previamente. 

Nos vemos afuera, preciosa. - dice guiñándole un ojo mientras se aleja caminando.

Se pasea alrededor, fingiendo intentar decidirse por qué practicar ahora. Ve a su compañero de distrito pararse y caminar hacia las armas blancas y lo sigue. Por fin vería que podía hacer el chico. Se sienta cerca y lo observa destrozar el muñeco de entrenamiento con un arte imposible y maestría envidiable, lo que la hace sonreír de nuevo, orgullosa de él. Una habilidad así a su lado era mucho más que aceptable y si el propio orgullo no le ganara se hubiese disculpado por subestimarlo.

Pronto él sigue recorriendo el lugar, repasando los puestos de supervivencia, y ella ve la oportunidad de una conversación más privada. Se acerca a David y se sienta frente a él.

Creo que empezamos con el pie equivocado. Necesitaba ver a qué nos enfrentabamos antes de discutir cualquier cosa. - dice con una sonrisa. Era lo más cercano que llegaría de una disculpa. Volvió a hablar antes de que él pudiese contestar  - Estuviste increíble con la espada, en serio. Espero que no mostraras todo tu juego, eso si... Fue por eso que me fui con las jabalinas. No es mi fuerte, pero así aprovechaba de despistar un poco, y darme ventaja en las primeras muertes. Eso si no soy yo una de ellas... - tomó una pequeña pausa - En cualquier caso, te debo mi punto fuerte. Porque he de suponer que con tal nivel de habilidad ese era el tuyo. El mío son los cuchillos, particularmente lanzarlos. 

Era su mejor intento de alianza. Estaba compartiendo información vital para ella y ofreciendola como tregua. 

Estaba solo en un puesto, algo alejado al resto, aprendiendo algo mas sobre la flora, pero como ya sabía que pasaría distingo la gran mayoría de bayas, frutos y plantas. Se me escapa una sonrisa pensando en mi madre, como con su ayuda pude aprender tanto y esperaba que aquel conocimiento me sirviera en la arena. De repente se me acerca mi compañera de distrito, se sienta enfrente mio y por primera ves la observo a los ojos mientras escucho sus palabras.

- [color=#0000FF] Entonces compartimos el don de una buena puntería [/color] - le respondo guiñándole un ojo luego de unos segundos de silencio tras escucharla - [color=#0000FF] Supongo que eso servirá para poder cubrirnos las espaldas, mas en el baño de sangre que será la cornucopia, claro esta si estas decidida a formar una alianza [/color] - suponía que si se acercaba de esa manera luego de nuestra primera charla estaría dispuesta a unirnos para el comienzo de los juegos, pero de todas formas uno no podía estar seguro de nada ni nadie allí dentro. Tenía la vista clavada en sus ojos, esperando su respuesta, tratando de ver si hablaría con la verdad o no.

Lo mira a los ojos fijamente, sus ojos transparentes denotaban la sinceridad tras sus palabras. 

Contaba con ello. - dice sonriéndole de nuevo - Dime si no sería una enorme victoria para nuestro distrito que fuéramos los últimos dos en pie. Claramente no podríamos ganar los dos, pero decidiremos que hacer cuando lleguemos a ese momento. Además, veo potencial en nuestra alianza. Podemos ser una fuerza importante en el campo de batalla. Y si tienes facilidad con las armas blancas y buena puntería como yo, ni siquiera tenemos que acercarnos al resto de los tributos para eliminarlos, lo que nos da una grandiosa ventaja sin necesidad de separarnos. 

Se peinó el pelo hacia un lado con la mano, desordenando un poco su cabello. 

- De acuerdo entonces esta decidido, haremos un equipo - le dice pero entonces desvía su mirada a los tributos del dos disimuladamente - Pero no creo que seamos suficientes nosotros dos solos para dominar la cornucopia, así como nosotros somos buenos peleando a distancia se nota que aquellos dos son buenos en el cuerpo a cuerpo y a menos que obtengamos rápidamente algo para lanzarles podrían ser un verdadero riesgo - entonces miro nuevamente a los ojos a mi compañera
- Se que no nos podemos fiar de nadie, incluso aunque seamos del mismo distrito ambos sabemos que cuando queden pocos tributos seremos un potencial peligro el uno al otro, pero necesitamos reclutar a alguien mas para nuestra alianza, preferiblemente alguien que sepa defenderse con su cuerpo ¿ Que opinas? - no sabia como reaccionaria pero en el fondo debía saber que hablaba con la verdad, debíamos tratar de dominar la cornucopia y si los demás hacían una alianza más fuerte podríamos ser nosotros los primeros en morir

Me parece razonable. Ven. 

Se levantó del puesto de supervivencia de flora y le hizo una señal para que la siguiera. Caminó hacia los dos tributos del segundo distrito que practicaban el combate cuerpo a cuerpo, los mismos a los que había estado admirando hacía un rato. Se paró a un costado de ellos.

Yo soy Sapphira, este es David. Del primer distrito. ¿Tienen un momento para hablar?

Les extiende la mano derecha a modo de saludo, mientras con la otra señala con el pulgar hacia su espalda, invitandolos a conversar en un lugar más disimulado de la sala.

-No tengo ninguna razón para mentir,lo que dije antes es la pura verdad.- Sarah mira de arriba a abajo con algo de desconfianza al joven que le habla pero al mismo tiempo con algo parecido a empatia- Vi tu entrevista,muy buena,parece que piensas como yo,solo quiero recuperar algo que me arrebataron y no tengo nada contra nadie aquí,pero debo sobrevivir.

La chica golpea un par de veces el saco para no enfriarse y se dirige de nuevo al chico.

-Si piensas parecido ami,quizas sepas quien es verdadero enemigo,te propongo que hay dentro colaboremos y sobrevivimos,desde dentro podemos encontrar un fallo en el sistema y joderlos de algún modo,confiare en ti porque como yo,odias a estos malditos juegos inutiles.

Sarah golpea con todas sus fuerzas el saco reforzado haciendo un gran estruendo,te mira esperando la respuesta.

Zumya no le pierde vista a la muchacha con lo que hace en ese saco, es fuerte sin duda, entonces después de escucharla:

-Estaría muy bien eso entonces, he escuchado por ahí que buscas a un tal "Fran", bueno pues en la arena nos podemos ayudar, soy bastante buen superviviente y me vendría bien unas manos fuertes como las tuyas,¿Aliados?

Me hubiese encantado salir a tomar el aire. Mi cabeza está embotada y no pienso con claridad. Veo a los tributos con verdadera tristeza, incluso a ese grupo de distritos 1 y 2 que parece que se alian como todos los juegos... tan previsible, tan tópico... Pensé en gritar lo que todo el mundo sabía pero realmente... a quien podian acudir... no creo que nadie del resto de distritos se fiase de las palabras de estos asesinos desalmados cuya motivación es participar en los juegos. Cojo una daga y juego con ella entre las manos intentando evadir mis pensamientos derrotistas

Al tener la conversación con Edward lo primero que hago es acercarme a Amanda y Espiga que por el momento son los únicos en quien confio.

-Ey chicos. Estoy algo preocupado... Acabo de hablar con Edward y ha estado muy tirante conmigo... no sé si fiarme del pacto que formamos al inicio. Por el momento solo confio en vosotros dos, la gente se está aliando y como permanezcamos solos lo único que pasará es que nos vean indefensos. ¿Qué proponéis? ¿Habéis hablado con alguien más?

Aupo al niño un momento. -Por cierto Amanda, este es Espiga. Es un buen chaval jeje

- Hola Amanda, mi nombre es Espiga - digo con la cabeza gacha, sonrojado al ver una chica tan guapa.

También miro con temor a los chicos del distrito 1 y 2. Eran unos asesinos y no les importaba disimularlo.

Me agarro con la manita a la mano de Kinu.

- La... la chica de mi distrito no me habla ni me dice nada. Prefiero ser amigo de Amanda y Kinu.

Muestro a ambos una sincera sonrisa. Inconscientemente, estaba formando un pacto con ellos. Y se había hecho de forma natural, porque a mi alrededor, ya había gente aliada, gente que me había hablado de malas maneras y gente que no mediaba palabra con nadie.

Sí, había decidido que, pasara lo que pasara, iba a confiar en Amanda y Kinu más que en nadie en la arena.