Partida Rol por web

- ¡Fantástico! No esperaba menos de vos, lady Marple. Así pues, ya no solo tenemos una misión que era sobrevivir. Sino que hay que encontrar la salida. Tiene que haber una forma. Y la vamos a descubrir.

Asintió ante las palabras del doctor- Quizá debiéramos proponerles, como he hecho yo con vosotros, un pacto de no agresión, o de colaboración mutua hasta que los profesionales hayan perecido- dijo, pensativo- Por otro lado, el hecho de que los profesionales digan tan tranquilamente que Odiseo ha sido un traidor, exponiendo un punto débil... Puede ser una estrategia.

- ¿Os habéis planteado que quizá lo hacen para que queramos aliarnos con él? Puede que en el fondo no sea un traidor y símplemente esté actuando como cebo para aquellos incautos que piensen que tienen la posibilidad de contar con la ayuda de un profesional. Puede que lo hayan planeado, para forjar alianzas que nunca tendrán lugar realmente y así emboscar a los desdichados que se hayan fiado de esa información.

Suspiró, y miró preocupado a Julieta antes de continuar.

- Odiseo es un traidor. - afirmo sin dudar, con la certeza de la lógica - Ya sea a ellos o a nosotros. Y ambas cosas nos perjudicarían. - digo negando con la cabeza.

- En cualquier caso, creo que una cosa está clara: todo será mejor sin profesionales por aquí. Iré a avisar a los del distrito doce para, al menos, tener una charla conjunta. - termino, comenzando a dar unos pasos hacia atrás. - Hasta ahora.

- Una cosa es segura: - respondo al señor Holmes - Mientras haya un enemigo común todo será más sencillo.

- Se trata del anciano, Don Quijote, y la pareja de enamorados. El caballero parece tener algún tipo de demencia, pero buen corazón. Iré a buscarlos. - afirmo, comenzando a caminar hacia atrás.

-La unión hace la fuerza, de eso no cabe duda. Si la información del joven es verídica, esto supone que nuestras posibilidades han aumentado de forma desmesurada. El bien debe permanecer unido para hacer frente al mal. Si el mal lucha entre sí, podremos salir victoriosos.

Asiento al Dcr Jekyll.-Tráelos. Seis es un buen número. Seis soldados del bien que harán frente a las hordas del mal. No temáis, amigos. Estoy seguro de que, si salimos con vida de la cuernocopa, el mal se va a esparcir por la arena para encontrar y matar al bien. Pero nosotros les estaremos esperando. Seremos más y no podrán hacernos nada. Grupos de dos o de tres... Es lo que creo que harán. Es lo que yo habría planeado.

Julieta asiente a las palabras de Romeo. - Traedlos y hablemos con ellos, quizá podamos llegar a algún acuerdo, al menos hasta que no queden profesionales.

Sin decir nada más, estira la mano para sostener la de su amado y coger fuerzas para lo que está por venir. 

Cuando reúno a los dos pequeños grupos hago un gesto para iniciar las presentaciones. Señalo primero a los integrantes del distrito doce para anunciar sus nombres. - El señor Holmes, Miss Marple. - anuncio, para comenzar luego con los otros - Don Quijote, Julieta y Romeo.

Miro a los presentes, con semblante amable y mis manos recogidas a la altura de mi regazo. Una pose típica de cualquier adorable anciana británica.

-¡Qué pareja tan adorable! - digo, sonriendo a los recien llegados, observándolos- Me recordáis a mí, cuando era joven... Míralos... ¡se respira amor! - añado, aludiendo a Romeo y Julieta. Y después, aún sonriente, me dirijo al caballero de más edad- Y usted... ¡Ya no quedan caballeros como usted! Venid... hablemos. Hay que encontrar una solución a toda esta locura...

Miro a Sherlock y a Jekyll de reojo, dejando que sean ellos quienes hagan más preguntas de ser necesario. Por mi parte, parece que, de entrada, los tres personajes, al menos, despiertan mi simpatía.

La joven observa a los recién llegados con un brillo de curiosidad en las pupilas hasta que se da cuenta de que debe hacer honor a la educación que le corresponde y les dedica una inclinación de cabeza a modo de saludo, intentando no mirar fijamente los extraños ropajes que portan.

- Mi espíritu se llena de gozo al conocerlos. - Dice, con voz suave y cantarina. - El doctor nos ha hablado de vuesas mercedes, cree que quizá podríamos unir de alguna manera nuestros destinos, al menos durante un tiempo.

Cuando la anciana se dirige a ellos, Julieta se ruboriza al escuchar las palabras que dedica a ella y a Romeo y una sonrisa brota en sus labios al contemplar a la mujer que irremediablemente le recuerda a su Ama.

Tras conversar un rato con Asenath Rincewind percibe una energía que le resulta familiar emanando del interior de la misteriosa mujer. No es exactamente la misma, pero tiene un algo que le recuerda a otro algo. Le evoca el recuerdo de un templo extraño, octógonos y tentáculos. Quien sabe, igual solo son imaginaciones suyas.

- O evitar unirlos en cierta manera. - puntualizo con una sonrisa nerviosa, satisfecho al ver que el encuentro parece marchar bien.

Sonrío, ante la respuesta de Sherlock. Me gusta su estilo:

-Bien jovencito... Confiaré en tí. Quizás, después de todo, pueda resultar de utilidad en tu búsqueda. - le digo, acercándome ligeramente a él, dispuesta a revelarle mi secreto- Tengo un talento especial... Uno que me ayuda a salir de más de un atolladera y a saber en quién confiar... A veces, sé cosas de las personas. Cómo he sabido que tu ocultabas algo... Son, no sé... sensaciones, o cosas que me transmiten esas personas...

Por ejemplo... Sé que nuestro amigo Jekyll no es tan manso como aparenta... Hay algo en él, algo en su interior, mucho más letal y violento que ese hombrecillo inseguro que hay ante nosotros... Y eso puede ser muy útil, a la par que letal... Creo que podemos confiar en él, pero debemos estar preparados, por si acaso. Ni siquiera sé si es consciente de eso que alberga en su interior...

Miro a Holmes, mucho más seria al decirle aquello. Despues de todo, es algo que puede poner en peligro esta seguridad nuestra.

A pesar de que Bridger me tiende la mano, a mi ese gesto me sabe a poco asi que decido mostrarme mucho más cercana. La agarro por los hombros, con suavidad, dejándole un amigable beso en la mejilla, ese tipico beso de anciana afable:

-Es un placer conocerte, hija... No te preocupes por nosotros. Estas entre amigos... - le digo enseguida, pasando una mano por su hombro, para que se acerque a nosotros- Veamos, jovencita... Estábamos hablando sobre cómo sobrevivir en esta casa de locos el máximo de tiempo posible... Y seguro que alguien tan bonita e inteligente como tú, tiene claro cuál es la mejor forma... ¿verdad?

La miro, con esa sonrisa aún en los labios, comprensiva y acogedora. Bastante tenemos ya con estar allí. Y parece que, de momento, podemos relajarnos. Me gusta el grupo que hemos construido y, realmente, creo que puedo decir que ahora mismo, estamos entre amigos.

Todo un consuelo, teniendo en cuenta el lugar en el que nos encontramos...

- ¿Tu que opinas, querida? ¿Mejor maña que fuerza?

- He de informaros que el mago de rojo que se ha tratado de unir a vuestro grupo en verdad ya tenía otras alianzas con más magos. Se ha acercado a vosotros, deduzco, que para medir vuestra fuerza. He sido informada de que esa alianza ya conoce que me he unido a vosotros. Entonces, mi recomendación no como maga, que no lo soy, pero sí como alguien a la que le ofrecieron entrar en ese círculo, es que le aceptéis, pero sin contarle más allá de lo que necesita saber. Eso no impedirá que os venda, pero sí podréis medir qué información es la que puede  filtrar. Al parecer, las noticias vuelan en esta sala. 

Viendo que un hombre cuyo aspecto me recordaba a mi buen amigo Aragorn se me acerca a presentarse le respondo con cortesia.

Asi es, no soy ningun niño, aunque por mi aspecto pudiera parecerlo, y a decir verdad he pasado por muchas dificultades y he sobrevivido a peligros que pocos creerian por mi tamaño. Usted parece tambien un hombre rudo, tal vez seria interesante ver lo que somos capaces de hacer juntos.

Me iba a hacer falta armarme de algo que habitualmente no tenía, valor.

Y una botella de brandy.

Sonrío ante la determinación del mediano.- Bien. Habrás notado que la gente esta que no para por aquí. Para garantizar nuestra supervivencia en la cornucopia, necesitamos un plan. 

Mi idea es que reclamemos lo que nos pertenece por derecho, eliminando a quien se oponga  a nosotros. Si nos vemos superados y nuestros aliados comiencen a caer- Señalo al resto de profesionales- huir a la naturaleza será nuestra mejor baza.

Pero atento. No te acerques a Odiseo. Es un traidor conspirador que esta jugando a engañosos y peligrosos juegos, y es peligroso con un arma en la mano. 

Observo a nuestros tres nuevos compañeros balanceándome ligeramente adelante y atrás, fumando mi pipa y casi sin pestañear. Quiero saber lo máximo de ellos en una primera visita.

 Mi primera conclusión es exacta a la de mi querida compañera. Una pareja de enamorados. Muy enternecedor y muy productivo. Quizás mi pequeño teatro con la señorita Jones no sea tan indispensable después de todo.

Pensaré detenidamente en ello. Aunque nunca viene mal para un show...

La joven se presenta y me doy cuenta de que su forma de hablar es tan educada que llego a lamentar momentáneamente que una joven de tan buen talante, belleza y dulzura se encuentre en este lugar.

- Mi querido amigo está en lo cierto.- sujeto su mano y la acerco a mis labios, apartando el brazo de la pipa lejos- Sherlock Holmes. Es un placer contar con vuestra compañía en tal empresa. Hablábamos de estrategia. Decidme amables caballeros y señorita, ¿Qué tal se os da correr?

- No dudaba en que contaba con un sexto o séptimo sentido muy interesante y útil, miss Marple, aunque me alegro de que confíe tanto en mí como para nombrarlo en voz alta.- me quito una pelusa que acabo de percibir en el cuello de la chaqueta- Hablando de nuestro querido amigo, el doctor... intuyo que algo esconde más aún por lo que acaba de comentarme, claro está. Tiene miedo. Se lo noto en sus movimientos. Lo que no acabo de acertar a decir es si es a todo esto o a él mismo. Habrá que vigilarlo de cerca y ayudarlo en todo lo posible. Por su propio bien y por el nuestro.

Bueno, entonces parece que tenemos un plan. Si quieres llevarlo a cabo sígueme al salir de la cornucopia. Si no vienes supondré que tus palabras se las ha llevado el viento o que desgraciadamente has caído.