cojo todo, me voy a l tienda que me dijo para alquimia.
-Buenas tardes, ¿estais abiertos aun?
Miro curioso al humano encapuchado. Desde hacía un rato había notado su curioso olor. Eso unido a su extraña forma de ser hacía que se me pusieran los pelos de punta. Decidí ignorarle.
-185 septins.- Apilo las monedas.- Y 145 septins de una daga de hierro en ascuas.-Añado el resto.- Espero que esten a la altura de su precio tendero.
Marcho al flechero una vez me dan mis adquisiciones.
Entramos el la tienda de ropa que ay en la ciudad y dos amables vendedoras se disponen a atendernos, una altmer no pregunta sobre lo que queremos y enseguida respondo, Busco una buena capa que me abrigue del frío, aunque vengo del Norte siempre hay que resguardarse del frío no se le puede tomar a la ligera. Por cierto ¿Han pasado por aquí hace poco gente forastera?
Entras en la perfumería. Hace una olor que te hace muy confortable. Hay dos mujeres, una más vieja que la otra. Parecen ser madre e hija. Angeline Morrard se te acerca. - Buenos días. Pase pase aun no hemos cerrado.
Asiento y le entrego la daga. - ¿A caso duda de mi profesionalidad? - Le fruncí el ceño. Me eché a reír. - Es broma, es de uno de los mejores herreros de Skyrim. Bien pues muchas gracias. - Le sonreí.
Apúntate los objetos al inventario y quitate los septims gastados. A demás de ponerte la magia, salud, armadura y peso.
- Así que busca un capa eh.. pues tengo una capa tejida por los mejores artesanos del norte. Cubre del frío, del viento y de la ventisca a demás. - Le muestro la capa. - Se la dejo por 500 septims y casi no pesa (2), se está llevando una buena artesanía, que conste.
Esto.. bueno.. pues... Balbuceo palabras sin sentido dudando que decir.
Con aún mis manos en el estómago intentado contener la risa noto como de mis poros empieza a salir un abundante sudor. Una espada que... corte... Nervioso por la situación, alzo uno de mis brazos para secar el sudor de mi frente. ¡De una mano!. Digo, esta vez un poco más lanzado aunque no mucho mejor que antes.
¡¡AYAY!!. Qué no me pregunten nada más...
- Bueno.. algo es algo.. veamos que tenemos por aquí. - Entonces me moví hacia un mueble. - Mire tiene aquí una espada de hierro, casi no pesa y por un módico precio de 85 septims. - Le digo mientras le enseño la espada de acero.
Observo al extraño encapuchado escuadriñando las profundidades de sus capucha; entrecierro los ojos hasta que son dos rendijas rojas.A continuación observo la espada que le ofrece mirando si su calidad/precio es aceptable o de lo contrario es una estafa.
La vendedora al escuchar mi petición, entro dentro de la tienda y me saco una buena prenda, justo lo que necesitaba, sólo había un problema el precio. Cierto es que parece de buena calidad pero en este momento no poseo esa cantidad de septims, así que me conformare con algo de peor calidad.
Asiento rápido con la cabeza deseando en lo más profundo de mi ser alejarme de allí los más rápido posible.
¡Me la llevo!. De detrás de mi túnica saco una pequeña bolsa con monedas. Entrego 85 septims al herrero y cojo la espada. Posteriormente me alejo lo más rápido posible del herrero, en dirección a ninguna parte y con las manos en el estómago y encogido, evitando a toda costa contener las carcajadas de risa.
intento hacerle disimuladamente la zancadilla para que caiga y pueda ver que oculta con tanto misterio debajo de su capucha.
Que malo que soy xddd
¿tengo que tirar por algo?
Por esta tontería no. xD
A lo de los efectos de mi túnica me gustaría que agregase una mayor potencia a todos mis hechizos.
Algo más de 50 septims. Si le digo lo que tengo seguro que me estafaría.
Vale pues en tus tiradas de hechizos lo que saques lo multiplicas por dos.
- Buf.. por ese precio no tengo nada... deberás volver con más septims si quieres taparte bien. - Le dije mientras guardaba la capa.
Xsi tropieza y se cae al suelo haciéndole voltear varias veces en el suelo.
¡¡Aaaay!! Patoso de mi.. Me levanto, al mismo tiempo que froto con ambas manos mi túnica pues esta se había ensuciado por la caída. ¡Oh no! me viene la risa, no te rías, contente la risa. ¡¡CONTENTE LA RISA!!.
Sin previo aviso una fuerte carcajada sale de lo más profundo de mi garganta. ¡¡¡Huahahahahahahahahahahahaha!!!.
Nuevamente, intento alejarme los más rápido posible, sonrojado y avergonzado, con los brazos en alto sujetando la espada y sin parar de reírme, alejándome a la velocidad que mis dos piernas lo permiten, mientras giro mi cabeza para ambos lados, buscando un lugar en el que pueda estar por unos instantes alejado de las miradas indiscretas...
Miro a Red y le digo por lo bajo:
-Si quieres puedo darte algo de dinero, al fin y al cabo era para repartir y yo necesitare un poco menos amigo.
Mientras Red mira la mercancía me dirijo a la Altmer y le digo:
-A mi me gustaría comprar el Collar de abrir cerraduras, por ahora no querré nada más. Es un regalo para un viejo amigo que colecciona estas cosas… gente rara ¿Eh? Le dije a la dependienta mientras sonreía.