Partida Rol por web

El joputa del Brandon le quiere quitar la radial, y el Kevin la defiende a codazos mortales.

-Ioputa, habéla cogío tu ante, tate quieto...Suuuu, chaicho, sate patrá. A ver si te viá a arradiá a ti la polla y te queda nenuco- codazo, codazo, puntapié. -Irá, que te rajo con la radiá, tate quieto, ohtiah.

-Maricona, si me raja la picha por la mitá me quean 20 sentímreto nabo pa rompete la hucha. Dale ya y acaba duna puta vé que parese el yayo cuando va cagá con sus treñimiento, chacho.

!Y por fín un carrazo de gasolina! To acorde con la casa. Menudos pijos. Si estaban dentro, seguro que estaban lloriqueando por su desgracia. Putos payos llorones. Tos con leche condensá en las venas.

- To guapo er coshe, eh...Menuo dehperdisio - digo, mirando semejante carro.- Yo shupo, no vaya seh quer papa sahfisie tamién. Enga, to rapido. Vihto y no vihto.

El soldado le vió la cara de lástima, y pensó. Pensó que si les dejaba pasar, y estaban los gitanos en las tres mil, y les dejaban caer "por error" unas poquicas de bombas, harían un buen servicio al país. Y él era un tío patriota.

-Muy bien, pasen.

Apartaron un poco el BMR para que pudieran seguir circulando.

Comenzó a circular de vuelta al Polígamo, impresionado por la mano izquierda de su primo. Ser bueno o aparentarlo tenía sus cosicas, debía admitirlo. Pero él tenía cara de cabrón y eso no se lo quitaba nadie.

-Vaya labia tiene primo. ¿Las puesto ya nombre al shusho?

Como dos neibi sils se deslizaron por el jardín delantero hasta el coche, y abrieron la tapa de la gasolina forzando la cerradura con unas ganzúas. El primo colocó la manguera y preparó la primera lata. Se agachó y comenzó a chupar. Pero no salía, no salía. Aquello tenía su erotismo y el primo callaba, al borde de la risa. Aquellos labios carnosos y morenos cerrados en torno a la manguera color carne.

Se encanó y chupó más fuerte. "Esto tié que ser como chupársela a mi Cristo", pensó. Y salió gasolina. Vamos que si salió, pero también se tragó un buen golpe así sin querer. Tan llena de octanos, sabiendo a ginebraza de altísima graduación con un dulzor asqueroso. Y echó la raba sin poder evitarlo.

Pero efectivamente la gasolina salía y se comenzó a llenar la lata.

Su primo luchaba por no partirse la caja a mandíbula batiente. No pudo evitar el chascarrillo en voz baja.

-Como se la shupe con ese ímpetu a tu marío lo tiés que tené contento híja.

El estómago le ardía como si se hubiera comido tres kilos de gambas a la plancha, chorreando urea. Una comilona estándar de la gente de la UGT. El primo tuvo risas de esas silenciosas de las de menear mucho el pecho pero no reirse en voz alta. Eran de las peores.

-Sigue una miajica que ya no sale. Luego te doy un cartón de leshe. De la de vaca, que de la otra tu no vá a queré por que quiere musho a mi primo.

Vaya putos profesionales del robo. Comenzaron cortando unos cables de fuera, que eran de la luz. Pero la luz no les hacía falta, y eso apagó la alarma. Entonces saltaron los cierres de la persiana con la radial. Eran cierres cojonudos, muy caros, y tuvieron que echarle un par de minutos apretando bien la herramienta. Luego abrieron el cristal que había quedado desbloqueado con el corte eléctrico (una medida para que la gente no se quedara atrapada dentro). Y había llegado la navidad al Corte Inglés.

Habían entrado en el centro comercial, y ahora cada negocio tenía sus persianillas para abrir, con un candado normal y corriente. Solo había que escoger que coño querían robar.

A mí a sigilo no me ganaba nadie. De cría ya me fui un par de veces con los primos a robar cobre. Son experiencias que a una le mejoran ciertas aptitudes. Total, que estuvo de Dios que le hiciera un serso orá a la manguera. Se me vino la imagen de mi Cristo, pero al verdad que eso se asemejaba más a chupársela un muñeco hinchable. De esos que tiene la prema Concha. Que yo lo sé. Cuando se va el mario seguro que lo monta como a un toro de lidia.

Sea como sea, empezó a salir gasolina. Una manguera mu bien ordeñá. Coño. Si es que a mi esto de ordeñar el mango se me daba bien. El primo se está partiendo el ojete y yo me trago un chorreón de aquello. Definitivamente ahí se me fue toda la cachondez. C`Ahco. Es como cuando el papa se empezó en destilar su propio orujo. Tuve que reprimir una arcada. Como me hubiera gustao pegarle un pellizco al gordo, pero lo mismo gritaba y nos pillaban.

- ¡Ya te guhtaría, dehgrasio! - siseo en bajito, con amor familiar. - Ains…- . Y al tema.

Coño, había sido más fácil de lo que creía - Ir siñú sus bendiga - me despido justo cuando pasamos por su lado.

Pueeee... lo he llamao Perico, nu sé por qué. Tié cara de Perico ejejeje. - Me estaba dando de hambre, y el olor a comida no ayudaba a ignorarlo - Oye chacho, viá cogel algo pa comel, ¿ta bien? - A esto que me estiro un poco hacia atrás para agarrar lo primero que pille, ojalá que sea una tripa de salchichón...

Oye chacho, ¿sabes como son los menguel isus? A lo mejol tienen tres titicas como en la pilícula esa... esa... la de los payos que no macuerdo como si llama.

Estaban llenando la segunda lata, iban por la mitad. Entonces la puerta de la casa se abrió y se asomó un tío. Un tío alto y con cuerpo bien trabajado en el gimnasio, pero con una cara de pijo asqueroso que te cagas. Pijo y de Sevilla, doblemente odioso. Se los quedó mirando, llevaba en la mano una llave inglesa de las grandes, nuevecita y reluciente.

-¡Eh, gitanos de mielda!. Ya os estáis yendo de mi propiedaz o llamo a la policía.

El perrico trataba de chorizarle una de las longanizas que había sacao. Tenía un hambre perruna. Ladró y puso cara de perrico bueno a ver si le daba algo de motu propio.

El primo respondía mientras conducía. Estaban circulando a través de unas pequeñas calles y ahora cruzarían sobre la Ronda de Circunvalación. A su izquierda, el Puerto de Sevilla medio destruido por un bombardeo. Propio o ajeno, eso daba bastante igual. Era el mismo camino de ida, pero ahora de vuelta.

-Pos algo han sacao por la tele. Son como la mielda esa despediente equis. Bajicos y de colol glis, con losojoh grande y negro. Aunque tienen musho bisho, o eso disen. Y cosa mecánicas como robó.

Tuvo que ir aminorando.

-¡Lostia en bote premo!

Allí delante, sobre el puente, una batalla. Un grupo de soldados con dos vehículos, incluyendo un tanque, contra algo que no podían ver y estaba al otro lado. Pegaban tiros con el puto tanque, y disparos de los soldados pa tos laos. Uno incluso dió en la furgoneta, pero no hizo más que dar en chapa.

Aminoró hasta casi detenerse.

-¿Que hago primo, damo un rodeo o esperamo a vé si se los cargan?

Para ir al barrio tenían que ir to tieso y cruzar el puente.

Ay que nos  había pillao el pallo. Pero eso era lo de menos. ¿Gitanos de mierda? Lo miro con mala hostia, como cuando te duele la puta monstruación y viene un canelo a hablarte de gilipolleces mientras tu te retuerces de dolor. Como cuando te anuncian la sincleplí pa las piernas y la paya tiene cara de correrse, mas que de estar arrancandose de cuajo los pelos de las patas. Pásatelo por el chocho, morena, a ver si te gusta. Pues igual, sin chocho para farolillos.

- !Ay preemo! !Que no ha llamao hitano de mielda! !Ay que lo rajo con esa cara de pijo malfollao que tíe! !Tuh muelto pisaoh! - mano a la navaja, pero ya cargo con la garrafa a medio llenar. El gordo que cargue con la otra.

El tonto del culo cargó tras ellos pensando que les había acojonao. Pegó una patada a la Choni pero como ella corría, solo dió al aire. Entonces el abuelo, el patriarca, descargó ambos cañones de la escopeta contra su pecho y le tiró al suelo. Jodido vivo, inconsciente, camino de muerto.

Una mujer salió de la casa mientras se retiraban al coche del primo, parecía la mujer del hombre caído, pues se agachó a su lado y gritó como histérica.

-¡¡AYYYYY BORJA NOOOOOOO!!

El abuelo se quedó un momento pensativo, mientras sus acompañantes se metían en el coche. Recargó la escopeta con parsimonia, mirando la escena. Luego miró el vecindario. Persianas bajándose. Seguro que llamaban a la policía, pero. ¿Quien coño iba a ir ahí, si estaban evacuando Sevilla? Estaba la policía como para atender a llamadas, y más a las de tiroteos, preocupados por salvarse a si mismos y sus familias.

Se movió el palillo de lado en la boca y parpadeó. Para él estaba claro. El mundo, más bien Sevilla, pertenecía a los gitanos y a los mengues. Y ambos podían tomar lo que quisieran sin pedirle cuentas a nadie. Las reglas del viejo mundo se iban por el váter a cada minuto que pasaba en las manijas de su peluco plateao.

Así que se acercó a la mujer y la encañonó con la escopeta. Ésta retrocedió un par de pasos hacia atrás, acojonada, pensando que iba a morir también.

-Tu te subes pal coshe nuestro si quiere viví. Y no haga ninguna gilipollé o te disparo.

Estaba buena y tenía una edad aceptable. Ni muy vieja ni muy joven. Y él necesitaba una mujer para calentarle la cama.

-Andando, ojicos.

Hizo un gesto con la escopeta.

-Choni, primor, átamela a ésta cabrona y que no intenté ninguna chominá.

El papa vuelca al payo de un escopetazo. A tomár por culo el payo. Una patá me quería dar...!Lo rajo! Pero ya no. Ya estaba dentro del coche, pero el papa tenía sus propios planes. Había visto carne fresca. Seguro que quería cumplir sus fantasía sersuales con la "tabata ven pa ca".

- ¿Que l`ate, papa? Preeemo, ¿que tíeh pa atá? En el malitero, premo. - al gordo- Y quitale al payo er peluto y to. Eso suh pasa por salí y meté er morro aonde no debíh, payóh mierda.

De mientras miro por si alguna de las mierdas que tiene que tener el gordo por aquí sirve pa atar. Aunque sean una bridas de esas de farretería. Seguro que el gordo ha secuestrao a alguien en su vida, tiene que estar preparao pa lo que surja.

Tahte, TAAAAHTE - le digo a Perico mientras esquivos sus bocaos hacia la longaniza. Lo que hago es darle un fuerte mordisco a la longaniza por la mitad para partirla en dos, de manera que le sujeto un trozo a Perico con una mano y con la otra sujeto mi trozo al que le voy dando bocaos mientras escucho al Chacho.

Ay la vilhen - me hacía más gracia pensar que eran tías buenas con tres tetas y no enanos cabezones feos - ¿tonse son como payoponis pero en gris?

A esto que mientras echo a volar mi imaginación, nos topamos con la batalla del puente - LA JOHTIA PREMO, DALE DALE - casi me atraganto con el trozo de longaniza que estaba masticando - AMONO QUE TAVÍA RESIBIMO NOSOTRO. Tírale pande hayan muso edifisio o algo pa ki nu nus vean, o al menos nu nus disparen - *CLINK*, se escucha la bala dar contra la chapa de la furgoneta - DALEEE PREEMOO, RÁPIDO.

Mi instinto de supervivencia me decía que daba igual quién ganase la batalla, teníamos que salir por patas de ahí a la de ya; eso sí, no lograba apartar la mirada de la puta batalla, ¿a qué coño estaban disparando con un tanque?

¡kia! ¡Qué sitio! El Brandon entró ahí con la curiosidad de una comadreja olisqueando el aire ese que parecía como nuevo y to. Resién salío de lo járboles o argo deso. Todo estaba limpito, brillante, pa reflejarse en el suelo, vamos.

-Lo que tenemo que hasé en veni´no tos a viví aquí. Quel barrio ta mu malamente que loh payo no noh ponen tubería ni na ni na. Vinimo a viví como loh rico, que en ehte pasillo goldo hay sitio pa toa la familia y lah gallina. Y vendiemo lo que sobra, chacho.

Se acordó de cuando loh payoh leh pusieron unos bloque dapartamentoh asín de grati, que luego fueron los gitano a sacá lah puerta de los marco y las ventana y loh fregaero, grifo y to eso pa vendelo, y luego los cabrone de los payo ni lo arreglaron ni na, que dejaron las casa asín to descuarinjás y rota. Unoh mieldas. El Kevin y Brandon sacaron un buen pellisco robando el motó del asensol de un bloque pa vendelo enel rastro´la Pava. Luego loh viejo no podían bajá ni subí de su casa, pero esas son cosa de payo que lo que tienen casé é viní a solusioná loh poblema que pa eso se paga impueto.

-Illo, vamo a los bare a de comé argo, que toy ennortao ya de gusa y sé.