Partida Rol por web

- Esos tipos que rondan por las calles están dementes... Son peligrosos... No puedo dejarte aquí solo... Roy se apoyó un momento en un sillón, parecía que estaba buscando las palabras adecuadas.

- Vamos Tony. Volvió a mirar a su amigo que parecía desmoronarse por momentos. - Aun podemos encontrar a Doris... Si no ha podido venir aquí, lo más seguro es que esté con los soldados, seguro que la han evacuado... Quedándote en casa no la encontrarás.

No quería dejar a su amigo solo en aquella casa, no quería abandonarlo, pero no sabía como convencerlo, y no tenía la intención de obligarlo por la fuerza. Era su amigo, y no se merecía eso. Aun así, le lanzó una última mirada suplicante.

- Vamos Tony, ven conmigo...

 Tony se quedó mirando la cocina, las estanterias que había en ella. Luego miro el salon, vacío y oscuro. 

-Creo...creo que tengo un par de linternas por aqui. Viendo que no hay electricidad...estoy pensando que nos serán utiles...-dijo mientras cojia las linternas de un cajon. Despues se reunió con Roy en la puerta y lo miro con una mueca, una sonrrisa de amistad pero triste al fin y al cabo.-Creo, creo que cerraré con llave, no quisiera que nadie entre mientras no estamos. Quizas cuando encuentre a Doris podamos volver...

Los dos juntos bajais las escaleras y salis a la calle. La luz de la luna no es suficiente y todo esta oscuro, oscuro y silencioso. Dais media vuelta al edificio...

 Roy y Tony girarón la esquina del edificio.Con la oscuridad el policia y Ruth pudieron ver las luces de sus linternas claramente y les hicieron señas para que fueran a la furgoneta, que ya estaba preparada para salir. Habían estado fuera mucho tiempo y el resto del grupo estaría preocupado. Ademas ahora, en la noche y sin apenas luz el peligro de esas personas deambulando por alli se hacía mas latente y ninguno se sentía tranquilo

 Claudia encontró una vela y un paquete de cerillas e ilumino la estancia. Eso ayudo a que Nidia pudiera seleccionar la comida que quería recojer: unos botes de comida enlatada, agua, comidas saladas...cosas que ella sabia que durarian mas tiempo que la comida que normalmente caducaba a los pocos dias.

Roy suspiró para si mismo al comprender que Tony, finalmente le acompañaría. Sentía un gran alivio, como si hubiera dejado a tras un gran fardo lleno de pesadas piedras.

Pasando el brazo por la espalda de su amigo, sonrió.

- Movamos el culo. Añadió para romper un poco la tensión del momento, mientras bajaban y daban la vuelta al edificio con las linternas en la mano debido a la oscuridad de la noche.

Entre la penumbra, Roy distinguió las figuras de James y Ruth que esperaban al lado de la furgoneta. Se acercaron con precaución hasta donde les esperaban. - Espero que hayan podido poner en marcha ese trasto. 

- ¿Todo bien? Dijo Roy a Ruth, mientras escrutaba su rostro, intentado vislumbrar la respuesta.

- Nidia, Nidia, ¡una vela!.- la avisé cerrando un cajón de debajo de la encimera.

Seguí buscando más cosas tras encender la vela. ¡Al fin un poco de luz! Veamos que más encontramos...

Encuentro un par de latas de fabada y un paquete de macarrones.

-Esto parece lo más duradero. Lo que menos necesitamos es comida que se eche a perder a la primera de cambio ¿no crees?-le digo mientras sigo buscando-. No parece que haya nada más. Cojamos esa botella de agua de allí también. El agua es tremendamente necesaria, pensamos en comida y no nos damos cuenta del agua.

Busco un poco más, pero no ecuentro nada más.

-Claudia... ¿Quieres que vayamos a las habitaciones? Igual tienen agún bate de beisball, una caja de herramientas con algún martillo...-la dejo entrever pues la idea de las armas a mi no me parece tan mala.

-Eso parece a simple vista pero no lo sabremos del todo hasta que arranquemos la furgoneta y conduzcamos un poco. No puedo saber los fallos sin eso y teníamos que esperaros para no hacer ruido- explico con resignación y algo de frustración mientras los recién llegados se acomodan en la parte trasera del vehículo, como era de esperar sin la tal Doris pero al menos dejarán de dar el coñazo con ella. Todos queremos encontrar a alguien y nos estamos aguantando.

-Dale caña- incito a Rivers, sentado en el asiento del conductor, manteniéndome tensa y a la expectativa.

- Sí, miremos en las habitaciones porque creo que no nos da para mucho con lo que hay aquí. Miremos, a ver si tenemos suerte y en esta familia hay un niño con sobrepeso mórbido que guarda chocolatinas en el armario.- Dije con desánimo.

De alguna manera, estábamos en peligro tanto por las personas enfermas, que podrían turular por cercanía, como por la familia de aquella casa; aquello que estábamos haciendo se llamaba "allanamiento de morada", si nos pillaban, se nos caía el pelo a base de bien. Estábamos en peligro para que encima, no encontráramos toda la comida que teníamos pensada encontrar. No estaba siendo proporcional correr riesgos con la cantidad de comida encontrada. Se empezaba a convertir desesperación y obsesión unidas.

Tirada= 3 + Buscar( 2)= 5

 No encontrais nada en la casa, excepto quizas algun cuchillo de cocina. La casa sigue a oscuras y no se escucha nada excepto...el ligero ronroneo de un motor. ¡Un coche!

 Todos seguis en silencio esperando a que vuelvan Nidia y Claudia. El doctor sigue acariciando el pelo de su hija y contandola una historia para intentar que duerma. Los demas dais vueltas por la casa como tigres enjaulados. La casa sigue a oscuras y no se escucha nada excepto...el ligero ronroneo de un motor. ¡Un coche!

 Rapidamente el motor se pone en marcha y salis a la calle. Todo parece tranquilo, y eso os aliviaria de no ser que es demasiado tranquilo. Las calles sin un alma, el silencio. Os parece que el motor se debe escuchar a kilometros de distancia, pero no veis a nadie. Rapidamente, en cuestion de minutos llegais a la calle de la casa de Roy. El policia dice que mantengais el coche en marcha que el bajara para llamar al resto.

Me quedo ensimismado pensando en mis cosas cuando las chicas se marchan. Estoy cansado, me molesta el pié, me molesta el Dr. Who, me molesta la situación, no sé dónde está nadie... Intento despejar un poco la mente y ¡fíjate! por unos instantes incluso consigo sentir que nada de esto está ocurriendo en realidad...

El ronroneo del motor aproximándose hace que despierte de mi ensimismamiento. Frunzo el ceño ante lo que eso vuelve a significar: salir a la calle, enfrentarme a esas cosas...

-Vamos, ya están aquí. Tenemos que darnos prisa -digo intentando levantarme-. Que alguien vigile la ventana más cercana a la calle con disimulo, hay que ir hacia la puerta.

- Bien. Murmuró Roy entre dientes, mientras miraba en todas direcciones esperando encontrar alguna señal de aquellos maníacos que no dejaban de perseguirlos.

- Espero que todos estén bien... Dijo sin dirigirse a nadie en particular. - Este pueblo, cada vez se parece más a un pueblo fantasma... Estaré encantado de salir de aquí. Miró un instante a su casa, no es que le tuviera mucho cariño. Solo era un lugar donde vivir, y no habían sido demasiados buenos momentos, la verdad.

-Seguro que están bien, por aquí no ha pasado nadie desde hace rato- respondo a Roy asintiendo un par de veces mientras observo alejarse a Rivers con nerviosismo y expectación -Será mejor que conduzcas tú para arrancar cuanto antes, si tengo que bajar para arreglar algo tenemos que intentar ahorrar todo el tiempo posible- me giro entonces hacia al grandullón con cierto pánico en la mirada y después hacia su colega, que no ha abierto la boca desde que llegaron.

Estoy a punto de darle el pésame o decirle algo pero dado que no le conozco creo que será peor así que opto por girarme de nuevo y mordisquearme las uñas.

Se queda un poco inquieta después de la marcha de las chicas. Ella seguía sin pensar que fuese una buena idea el salir de la casa, pero la situación se había ido de madre y entendía la decisión que habían tomado. Después de unos segundos eternos, parecía que un coche se acercaba.

- Mierda, si son ellos tendremos que ir a avisar a las chicas - dice mientras se acerca a una de las ventanas - Aseguráos de coger todas las cosas, que no se quede nada que luego nos pueda ser útil. ¿Algún voluntario para ir a avisar a la casa de al lado? - pregunta mientras aparta con cuidado la cortina.