Partida Rol por web

A pesar de mi firme propósito de centrarme no lo acabo de conseguir, estoy rebosando de adrenalina.
Con la ayuda del señor Quarter y los nervios de la ascensión cuando me he querido dar cuenta ya estaba aquí.
Al dar un vistazo alrededor me siento un poco colapsado, voy con mi vista deambulando incapaz de centrarme en algo.
Me siento como cuando a un niño le das muchos juguetes, no se por donde empezar.
Finalmente decido ir describiendo lo que veo a mis compañeros que no habían subido y después centrarme en cosas concretas.
Conforme voy haciendo la descripción me voy calmando y empiezo a oler algo desagradable, hasta que ese algo se vuelve mucho más intenso.
¿Cómo es posible que no lo haya olido cuando he llegado?, el cuerpo humano no deja nunca de sorprenderme.
Cuando comienzo a ver los grabados con detenimiento me parecen mucho más interesantes de lo que creía.
Mirad, parece una especie de ciudad. El nombre es...
Me acerco más intentando ver alguna letra pero me es imposible.
Lástima, un nombre nos hubiera dicho mucho.

Algo en mi interior me dice señor Heket que el nombre nos hubiera dado más preguntas que respuestas. Por lo que hemos podido comprobar de este lugar no ha sido muy transitado hasta la desaparición de la anterior expedición, y dado lo que ha costado de dar con el dudo que los lugareños hayan hablado mucho de el.

Dado que no tenemos un nombre centremonos en lo que si tenemos. El dibujo de la ciudad esta rodeado de serpientes, puede que los que hicieron los grabados lo tuviesen como animal sagrado, como avatar de algún dios. Tal vez la ciudad dibujada sea la ciudad sagrada de ese dios... comento en voz alta más para mi que para mis compañeros mientras me rasco la barbilla y busco entre mis conocimientos alguna referencia a una ciudad santa de serpientes.

Demasiadas emociones para un solo día...necesitaban descansar y, como bien había dicho Quarter, organizar un poco los siguientes pasos de la expedición.

Las visiones de los cadáveres, el olor a muerte del estanque, aquellos grabados...no dejaban de recorrer cara rincón de la mente de la periodista. Había vivido situaciones extrañas y rocambolescas, pero todo aquel escenario de misterio, antiguas civilizaciones, rituales macabros, deidades desconocidas, le provocaba un estado de nerviosismo que solo ayudaba a hacer florecer su mal carácter.

"Cuanto daría por un trago de buen vino!...o de whisky! Lo que sea para despertarme de toda esta pesadilla." pensaba Gloria.

-Creo que es buena idea lo de buscar un lugar donde acampar...y no aquí, es evidente. Avancemos un poco para buscar un buen sitio para plantar el campamento. Será un buen momento para que, aquí las ratas de biblioteca, nos ilustren sobre lo que hemos ido encontrando...que no es poco.

Acto seguido, hizo señales con el brazo para que aquellos que estaban algo alejados del montículo, se desplazaran hacia donde estaba el grueso de la expedición de rescate.

Y entonces fue cuando sucedió. Un fuerte ruido de una piedra siendo arrastrada por el suelo os hizo giraros hacia el centro de la especie de plazoleta de piedra frente a la pirámide. Todos os habíais olvidado del pobre Miguel, afanado como estaba en mover la piedra del centro. Y por fin sus potentes músculos lo habían conseguido. No sin esfuerzo la piedra se deslizó por el suelo a un lado, revelando un oscuro pozo bajo ella. Desde lo alto de la pirámide o desde lo lejano de la tumba hallada era imposible el vislumbrar la oquedad aparecida bajo la cobertura de piedra.

Miguel os miraba sonriente, feliz por haber hecho algo que creía que sería útil. Os había visto intentando arrastrar la piedra sin éxito a vuestra llegada y se había afanado en lograrlo, consciente de que para él era imposible servir de algo a la hora de identificar restos funerarios (tampoco es que comprendiese bien de qué se trataba) o de identificar mapas de supuestas ciudades perdidas. Pero mover una piedra pesada... Eso sí podía hacerlo, sus potentes brazos y su corpulenta constitución se lo permitirían sin mayores problemas.

Lo malo fue lo que sucedió a continuación, mientras él permanecía de espaldas al pozo. Todos, salvo Miguel, manteníais fija la mirada en la estrecha oquedad, y de ella comenzó a surgir una especie de humo negruzco. Este humo se elevó hasta formar una especie de columna. Denise emitió un tenue grito de asombro, y lo señaló, ojiplática. Entonces Miguel se giró, quedándose anonadado ante un suceso que escapaba a su comprensión.

Y entonces surgió el horror. Parte del humo se condensó formando una especie de brazo. Y ese brazo agarró a Miguel cual garra sujetando una presa que no habrá de soltar. Una vez lo apresó, de un violentísimo movimiento lo arrastró hacia la boca del pozo... Y aquella era una imagen que no habríais de olvidar en toda vuestra vida. Visteis el cuerpo de Miguel aterrizar sobre el suelo, y luego cómo el humo lo retorcía de formas inimaginables para hacerlo pasar por el estrecho agujero del suelo, todo con Miguel aún vivo, gritando presa del dolor más insoportable que un ser humano habría de sufrir. Primero pasó la cabeza y un brazo por el agujero, y luego el tronco del fornido muchacho se desarticuló, escuchando todos sus huesos romperse para que el humo-cruatura fuera capaz a hacerlo pasar por tan estrecho espacio. Cuando ya había pasado hasta la cadera, los gritos dejaron de oírse. Sin duda, el desmembrado Miguel había hallado la muerte. 

La parálisis que sufristeis al ver tan espeluznante episodio no desapareció hasta que los pies de Miguel desaparecieron por la oquedad para no volver a aparecer jamás. Apenas habían transcurrido unos segundos, pero los vivisteis a cámara lenta, tornando en horas. Fue entonces cuando el humo volvió a surgir del hoyo. Si antes había alcanzado las dimensiones de una columna de un par de metros, ahora simplemente era una nube de humo que comenzó a expandirse poquito a poco en círculo, aproximándose por momentos tanto a la pirámide como a la tumba, los dos lugares en que os hallabais los integrantes del grupo, divididos en dos mitades mal repartidas.

De pronto, de la nube de humo comenzaron a surgir ciegos brazos, intentando agarrar presas inexistentes. Os buscaba, buscaba nuevas víctimas que engullir en aquel pozo. Era el momento de actuar... O de correr el mismo destino fatal que el pobre Miguel.

Anonadada. Abrumada por la situación, incapaz de dar un paso al frente y ayudar a Miguel. Tampoco le habría dado tiempo. Si alguien se hubiese quedado a su lado... Pero estaba demasiado lejos.

Al ver la miríada de brazos emergiendo del pozo, intentando cazar una presa, intentando dar con ellos a ciegas, consciente -¿acaso el humo podía poseer consciencia?- de su presencia, anhelando darles caza. Y supo que tenía que correr. ¡Debía salir de allí! ¡Ni un minuto más habría de aguardar!

Se puso en pie, aferrando su petate a su espalda, y salió corriendo como alma que llevaba el diablo. Ya habría tiempo para buscar respuestas después, ya habría tiempo para pensar una estrategia.

Al menos he descubierto cómo murieron estos dos estudiantes. Pero... ¿De qué me sirve? ¡Papá! ¿Has corrido tú la misma suerte? ¿Qué más horrores se hallan ocultos en este páramo sombrío e inexplorado?

Ya habría tiempo para buscar respuestas. Ahora solamente cabía correr, correr y correr.

En cuanto vio salir el humo del pozo, no aguardó. Arrojó su cigarrillo al suelo y desapareció en las sombras. Había llegado el momento de luchar por su vida, y no aguardaría un segundo para lograr salir de aquella peliaguda situación.

No aguardó a ver qué rumbo tomaban los demás. Desapareció de allí. Era un buen explorador. Ya daría con los otros sin problemas. Ya hallaría su rastro en la jungla. Pero ninguna paga, por grande que fuera, lo haría permanecer allí, aguardando la muerte.

-¡Migueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- gritó con toda la potencia que su fuerte voz y sus poderosos pulmones le permitieron. Acababa de ver la tortura y posterior muerte de su único y más fiel amigo, de una de las pocas personas que de verdad respetaba, que le importaban. Miguel había sido como su hermano menor, un fuerte pero demasiado inocente hermano menor que necesitase la ayuda y protección de alguien que evitase que las malas personas se aprovechasen de la escasa inteligencia de aquel buen muchacho.

Y lo acababa de perder. Y no había hecho nada para evitarlo, allí, petrificado, mirando cómo había sucedido todo pero sin acudir en su ayuda. Sus piernas no se lo habían permitido. Se había quedado en blanco, presa del terror, incapaz de moverse, de existir.

De pronto tomó su revólver de la cartuchera y comenzó a disparar al humo, colérico, buscando una venganza que no habría de hallar. Incapaz de acertar en el blanco, el pulso temblequeante. Pero aunque se hallase sumido en la desesperación y profundamente aterrado, no se movió del sitio, encarándose al humo, sin retroceder un paso. El humo le había arrebatado a su amigo, a aquel que consideraba un hermano, y no saldría corriendo así como así.

Pero que co…

No llego ni siquiera a acabar la frase en su cabeza. El horror que estaba presenciando no tenia igual en las cosas que había vivido en toda su vida.

El imbécil de Miguel había destapado algo, algo que se cobro su propia vida sin miramientos, algo que ahora les estaba buscando.

No pensaba analizarlo porque sabía en lo más hondo de sus entrañas que aquello era malo, y mortal. Así que empezó a moverse en tan pronto como sus piernas entendieron que el horror iba a acabar con sus vidas.

Sintiendo que escapar era como poco, la única alternativa razonable. Y sin embargo, aterrorizado con la idea de que si no se cerraba aquella tapa, la misma jungla quedaría devorada por aquel humo de los siete infiernos.

¡Corred!

Grito al tiempo que se bajaba de un salto de los primeros escalones de la pirámide y emprendía su funesta carrera delante de la muerte.

Correr era lo único que podían hacer, y era precisamente lo que increpaba a los demás con su voz en todo lo amplio de su tono.

Si Gloria recordaba alguna de las pesadillas de cuando era una niña, aquella era la de ver aparecer una sombra tras una de las puertas de un estrecho y largo pasillo. La sombra permanecía quieta, como queriendo demostrar quién era la responsable de sus temores, para más tarde avalanzarse sobre su inocente cuerpo y despertarla con el corazón latiendo aterrorizado y el lloró infantil a punto de explotar.

La sombra que apareció del pozo y se "llevó" a Miquel como si fuera un muñeco de trapo, transportó a la periodista a aquellos recuerdos de infancia....

Se sobresaltó al ver como aparecía aquel humo, primero pensando que sería una especie de efluvio de gas o algo por el estilo. Pero al ver que aquella cosa tenia vida propia y "agarraba" a Miguel y lo zarandeaba como si nada, Gloria quedó aterrorizada... Su corazón, juraría, había parado de latir, su respiración entrecortada le provocaba dolor en el pecho, sus ojos no pestañeaban y, aún queriendo mirar hacia otro lado y evitar aquel espectáculo dantesco, no podían dejar de observar qué pasaba con el cuerpo del compañero que hacia unos minutos estaba a su lado.

Pero aquella pesadilla no había acabado...solo era el principio!

Gloria observó como aparecían ramificaciones del humo negro que se había llevado a Miguel, en busca del resto de integrantes dle grupo.

-Dios mio...vienen a por nosotros, joder!

Y entre algo parecido a sollozos, murmullos rabiosos e insultos difíciles de descifrar, Gloria salió corriendo tan rápido como pudo de la base de la pirámide. No sabía hacia donde dirigirse, y si alguien acompañaba su carrera...pero lo que tenia claro era que tenía que salir de aquel lugar cuanto antes mejor.

A lo largo de mi vida había conocido todo tipo de horrores y torturas, ya las leyera, las viera en algún dibujo o me las contara algún otro estudioso. Pero ninguna que yo llegará a recordar se acercaba lo más mínimo a la atrocidad inhumana que acababamos de presenciar. Resultaba imposible creer que un cuerpo humano pudiera retorcerse y doblarse de aquella manera, por muchos huesos que se tuvieran que romper y músculos que se tuvieran que desgarrar.

Pero si ver como un cuerpo humano es capaz de caber en un hueco tan estrecho es horrenda, la de que lo haga el cuerpo de una persona con vida es algo que parece salido de las pesadillas de un lunático. El sufrimiento que había tenido que soportar el pobre Miguel hasta encontrar el descanso de la muerte era algo que no debía de ser experimentado por ningún hombre.

Pero no había tiempo para llorar al pobre muchacho. Ni para preguntarse que era esa maldita cosa y si era la causa de la desaparición de la expedición. El humo seguía expandiendose y parecía que no había tenido suficiente con el pobre Miguel y seguía buscando víctimas. No había tiempo más que para correr, ni siquiera para preocuparse por el resto. Solo espero que todos tengamos a bien correr en la misma dirección...

Bueno dado que he pasado la tirada de cordura en lugar de correr en una dirección aleatoria voy a suponer que el bueno de Henry tiene algo de sangre fría y reflejos para correr en la misma dirección que Denise por dos razones: porque es la lider del grupo y la que sabe a donde hay que ir y sobre todo porque es la hija de mi amigo y no pienso dejar que ella también desaparezca en este lugar. Si ves que me paso de listo me dices y salgo por patas para donde sea como los demas.