Partida Rol por web

-Señorita Trace, ¿ve usted lo que estoy viendo?

Devlin ensaya una sonrisa de alivio. Al menos esta vez no se trata de nada peligroso.

Por las caras de Heket, Lockly y Morgan se da cuenta al instante de que ninguno de ellos ha visto nada relevante desde aquella prudencial distancia. Antes de hablar confía en que la avispada periodista, acostumbrada a agudizar la vista a la caza y captura de noticias, capte la misma escena que los agudos ojos del chico para todo del grupo.

-Le escucho cuchichear, Devlin. ¿Es que ha visto algo?

El anciano profesor eleva un poco más la cabeza tratando de vislumbrar algo, pero es incapaz de percibir nada desde tan lejos.

Aún y la tranquilidad de las palabras de su compañero, la periodista no acababa de estar del todo relajada. Entre la espesa vegetación, estar pendiente de los miembros de su grupo y el cansancio acumulado, Gloria no podía acabar de ver con claridad la cima de la colina.

-Devlin, quá has visto? No puedo ver nada...

Esperaba la respuesta del hombre, hablando entre susurros. No quería nuevas sospresas...

Miro al lugar donde estoy ahora.
¡Camuflado entre los arbustos!, si alguien me hubiera dicho hace unas semanas que acabaría así le hubiera tachado de loco. Estamos en una época de avances tecnológicos, la ciencia es e presente y atrás han quedado toda clase de supersticiones absurdas, alquimistas en busca de oro, caza de brujas... Todo eso y yo, yo me estoy escondiendo del humo.
Un pequeño escalofrío recorre mi espalda.
Aunque saliera de aquí vivo no podría contar esto a nadie sin que me tacharan de loco y manchara mi reputación. Maldita la hora en que acepté el trabajo.
Me tranquilizo al escuchar el tono del comentario del señor Devlin y le hablo en voz baja.
¿Qué es lo que ha visto señor Devlin?
Todo esto en las pirámides no pasa.

Por un momento Devlin volvía a ser el de siempre, con su aire de socarronería habitual. Esbozó una desdeñosa sonrisa y comentó lo evidente para sus ojos, tan imposible de ver para el resto a aquella distancia.

-Son nuestros "amigos"- dice alegremente- Han debido de encender una hoguera para llamar nuestra atención. No es nada de lo que preocuparse. Salvo que a mademoiselle Staci se le ocurra la brillante idea de volver a danzar mientras al egiptólogo aquí presente se pone a dibujar. Deberíamos hacernos ver, para que sepan que estamos aquí y no salgan en nuestra búsqueda. La señorita Williamson parece presta y dispuesta a darse una vuelta por el bosque.

Devlin arrancó una ramita de una planta y se la llevó a la boca, mascándola como solía tener la costumbre de hacer cuando se hallaba de expedición. Durante un instante se retiró el sombrero de la cabeza con el objetivo de limpiarse el sudor con el dorso de la mano, y nuevamente se caló el sombrero en su bonita cabellera morena. Dicho esto, se puso en pie. Sus casi metro noventa de estatura resultaban imponentes en el centro del acuclillado grupo. Estiró una mano para ayudar a Trace a ponerse en pie, y realizó el movimiento dos veces más, con Heket y Morgan. A Lockly no le ofreció la mano. Ni siquiera lo miró, desprecio que pareció divertir al ninguneado mercenario.

No le gustó para nada que el otro grupo hubiera encendido una hoguera. Era una buena manera de mostrar un punto de referencia para ser localizados, pero también era una señal evidente para todo aquel que quisiera encontrarlos con intenciones ni muy amigables.

Gloria aún no sabía que diablos les había atacado, su orígen y el porqué... Pero no quería volver a pasar por lo mismo.

Devlin comentó que se dieran a conocer al resto de expedición, pero como? Era momento de realizar una acción algo alocada, pero necesaria para que no iniciaran una búsqueda. "Qué demonios, tenemos que reunir al grupo de una forma u otra!".

La periodista se puso un par de dedos en la boca y silbó tan fuerte como pudo. Era como cuando estaba en aquellos partidas de beisbol universitario y tocaba batear al equipo contrario... "Porqué mierdas pensaba en beisbol justo en aquel momento!"