Partida Rol por web

Amy, Bledwyn, Edrran, Neram y Silwen continuaron por el camino que llevaba directamente a la ciudad mientras los otros se desviaban, a ellos pronto se les unió Ben que no quería perderse la oportunidad de ver aquella gran ciudad. Aunque a los ojos de los transeuntes que entraban y salían cruzando las puertas de Tharbad tan solo eran cinco, puesto que la elfa era completamente invisible a los ojos de todos. Y ahora ni si quiera ellos podían saber si estaba cerca realmente o les seguía de lejos.

La ciudad era bastante grande aún pese a la decadencia en la que estaba sumida, sus murallas eran altas y fuertes, estaba dividada en varios barrios separados por canales que las habiles manos de los Númenóreanos habían construido tiempo atrás. La ciudad constaba de tres principales partes. La zona al norte del río Gwanthló, donde se encontraban atravesando la puerta, la zona sur, que era más reducida y una isla en medio del río.

Las tres zonas estaban comunicadas por una extensión del camino principal, el Camino del Norte-Sur o Camino Verde, por el que llevaban caminando todos aquellos días. Dicho camino cruzaba la ciudad de Norte a Sur y continuaba por las Tierras Brunas hasta llegar a Rohan.

Neram mostraba un claro signo de contrariedad en su rostro al ver que la reducida y discreta incursión en la ciudad se había convertido en más numerosa de lo que él hubiera deseado. No obstante sabía que no podía doblegar el ímpetu de sus compañeros por lo que asumió la realidad y marchó al frente del grupo como siempre.

Según avanzaban hacia la entrada sus pasos se fueron haciendo más y más cadenciosos, absorto observaba las murallas y las cúpulas de las casas que le trajeron una idea recurrente en su cabeza Amon Shûll... El montaraz nunca había sido amante de las obras de los hombres, siempre prefirió la naturaleza, las obras de los dioses; pero en aquella ocasión algo extraño le atraía, algo que en su fuero interno le parecía familiar y bonito, pese a haber sido elaborado por la mano del hombre. Aquello no había sido construido por hombres cualquiera, había sido obra de los más grandes que pisaron la Tierra Media, los hijos de numenor, la mayor estirpe de los hombres.

Recomponiéndose dijo antes de entrar:

Recordad hablaremos Bledwyn y yo, si queréis alguna cosa nos lo decís al oído, hablaremos única y exclusivamente en dunael... ¿De acuerdo?

La visión de Tharbad mientras se acercaban a la ciudad era sobrecogedora; aunque Amy vivia en una ciudad, Bree, contemplar la silueta de la ciudad era algo indescriptible.

Mayor aún fue su emoción al acercarse a los altos y gruesos muros de piedra, así como atravesar la puerta del norte; Amy no estaba familiarizada con la historia de la Tierra Media o de los hombres, pero algo le decía que esas piedras habían contemplado el paso de grandes heroes, de grandes ejércitos...

Cuando Ben corrió a su lado y le dijo que no le dejaría sóla se sintió feliz y no pudo evitar un respingo de emoción. -Gracias Ben, es bueno tener un amigo como tú. Pensó mientras se sacaba del morral un mantel que ofreció a Ben para que vendara sus grandes pies de hobbit.

Silenciosa Silwen siguió los pasos de sus compañeros, por el momento no era necesario acercame a ellos para susurrarles palabras, en este caso la elfo era como una suave brisa.
Sin duda si forma invisible será útil en este tipo de ciudad donde nadie les conocía y serian extranjeros desconocidos

"¿Neram, a dónde nos llevan nuestros pasos, por dónde empezaremos la búsqueda?"

Dijo Amy tan pronto como entraron en la ciudad, para ella lo más importante era encontrar un rastro de su hermano, pero no olvidaba que sus nuevos compañeros estaban hambrientos, y que si sales de tu casa debes llevar abundantes viandas, no siempre hay fuentes frescas o ríos como en los campos del norte.

-"¿Dónde encontraremos un mercado para comprar víveres?"

Neram se agachó e hincó una rodilla en tierra para acercarse al oído de la joven Tuck Contente, aquí los forasteros no somos bien recibidos, de ahí que tengamos que hablar bajito.

No sé por dónde empezaremos ni donde está el mercado, habrá que preguntar... No obstante tendremos que entrar en algún tugurio para conseguir sacar algo de información. Primero trataremos de buscar el mercado o tiendas y, cuando seamos más familiares para los lugareños empezaremos a preguntar. No te preocupes.

En cuanto entraron a la ciudad las miradas de los habitantes de Tharbad se clavaron en ellos como puñales. Muchos los miraban, sabían que eran extranjeros. Aunque también había otros viajeros de lejos y pronto sus miradas se acontumbraron a ellos tras ese primer momento inicial.

Algunos todavía les miraban con recelo al ver que con ellos iba un hombre de Gondor y un montaraz. Y otros, los dueños de las tiendas, simplemente les miraban como presas que atrapar en su red de precios inmejorables y descuentos. Caminaron hasta llegar al primer puente, no tenían ni idea de donde se encontraría el mercado, tan solo habían visto algunas tiendas pero no les interesaban los productos que vendían de momento, eran armeros, peleteros y demás.

 Benjamin, con los pies vendados en el mantel de Amy y ya incorporado al grupo, andaba silencioso mirando la ciudad con ojos como platos y una enorme sonrisa en la boca. Sin duda, había merecido la pena entrar en Tharbad. Era la primera vez que veía una ciudad amurallada, y sin duda estaba visiblemente impresionado. Ahora las inocentes milicias de la Comarca le parecían una defensa irrisoria comparadas con el poderío que presentaba esta ciudad...nunca hubiera imaginado estar en un lugar semejante, pero claro, tampoco hubiera imaginado tener por compañero de viaje a una elfa invisible!!

El despierto hobbit no perdía detalle de lo que ocurría a su alrededor, pero también se cuidaba de no separarse del grupo. Las miradas de la multitud no eran muy agradables...

Entre toda la gente que pasaban caminado a sus asuntos pudieron ver a unos guardias que hacían una ronda por la ciudad, iban charlando despreocupados mirando alrededor pero sin preocuparse demasiado por la gente, hasta que uno de ellos miró a Ben y enarcó una ceja con cierto aire de extrañeza. Le comentó algo al otro guardia y se acercaron directamente hacía ellos.

 Benjamin, al notar la mirada de los guardias y al ver la resolución con la que se acercaban, cambió su trayectoria de forma disimulada, haciendo ver como que algo le había llamado la atención en esa nueva dirección, de tal forma que quedó oculto para los guardas tras Neram

Una vez que se encontraba tras el cuerpo del montaraz, comprobó que sus pies continuaban ocultos bajo el mantel de Amy y sus pertenencias bajo su capa. Una vez hubo chequeado eso, comenzó a pensar una vida inventada para el supuesto niño humano que era, y susurró a Neram

Vienen guardias

Amy no pudo evitar sonrojarse al ver como se acercaban los guardias, pero luego se tranquilizó al pensar...

Bueno, no hemos hecho nada malo, incluso si descubren nuestro engaño podemos decir que somos artistas o algo así.

Entonces Amy se giró hacia Neram y se agarró de su capa como si fuera una chiquilla acomplejada por la enormidad de la ciudad.

Neram asintió con la cabeza en respuesta al susurro del pequeño hobbit, con ánimo decidido se irguió y avanzó un par de pasos hacia los guardias. Usando sus conocimientos de dunael se dirgió a estos utilizando tal dialecto.

Buenos días caballeros, ¿podrían indicarnos dónde se encuentra el mercado?

El montaraz se apresuró en interpelarles y mostrarles sus aparentes intenciones antes de que ellos pudieran tomar la iniciativa en la realización de preguntas.

Uno de los guardias miró a Neram pero no respondió a su pregunta.

-¿Son suyos estos niños? Preguntó al montaraz. Usted tiene para botas, ¿no?... como se atreve a tener a sus hijos con ese calzado ridiculo.

-Vamos, dejalo.- Le tranquilizó el otro guardia.-¿De donde vienen?- Preguntó a Neram.

El "calzado" de los hobbits había llamado la atención de los guardias y por eso se habían acercado hasta ellos.

Sí, son mis hijos, venimos del norte de un refugio que hay en las tierras brunas, vivimos en y del campo, precíasamente venía al mercado a comprarle unas botas a los pequeños. Dice el montaraz en un tono jovial y distendido, al tiempo que acaricia la cabellera de ambos hobbits.

Supongo que no habrá invonveniente ¿No?... Seguro que han visto ustedes otros niños en semejantes condiciones...

Neram contuvo en ese punto su exposición esperando la reacción de los guardias.

El primer guardia parecía confundido, como si algo en los supuestos niños le chocara de algún modo aunque no lograba saber que era, por ello refunfuñó y volvió al asunto de las botas.

-Le debería dar vergüenza llevar a sus hijos así...- Repitió. Cierto era que Neram vestía ropajes desgastados y convertidos en harapos, pero Edrran llevaba ropajes más ostentosos.

El otro guardia intentó tranquilizarlo y pidió disculpas a los viajeros. Después les dió las indicaciones para ir al mercado. Id por la primera avenida grande que hay a la izquierda Y llegareis a una plaza. Les indicó. Allí esta colocado hoy el mercadillo.

El gondoriano siempre se habia sentido orgulloso de sus ropas, su armadura y de su cargo. Sin embargo en aquella ciudad parecia no ser bien recibido.

En un instante, mientras seguia al montaraz, paso de ir en su erguida y orgullosa postura, a encorvase. Tenia que intentar pasar desapercibido.

Mientras Edrram caminaba por las calles, dejando atras tiendas y puestos sueltos, no dejaba de mirar a su alrededor. Tanta hostilidad podria acarrear malas consecuencias. El comandante, se limitaba a seguir al grupo, habia decidido no intervenir demasiado, podria causar problemas.

Cuando los guardias se acercaron, guerro agarro bajo su capa, cuidando de no ser visto, el mango de la espada. No deseaba usarla en la ciudad, ni contra otros hombres, pero su vida de lucha le habia enseñado que habia que estar preparado para todo.

La elfa se mantuvo al margen ajena de todas las miradas allí presente, trataba con sumo cuidado no hacer ruido alguno, tan solo era una presencia invisible, aun así sus compañeros sentían su presencia cálida. Decidió no intervenir pues a pesar de todo el encuentro con los guardias no pareció ser grave, solo debían moverse de allí e ir al mercado.

- Gracias por la ayuda, oficial.- intervino Bledwyn en perfecto dúnael. - Intentaremos resolver esto lo antes posible.

El joven había prestado poca atención al asunto, inmerso como estaba en la contemplación de todo lo que lo rodeaba. Rostros, vestidos, edificios… todo era una asombrosa novedad para él, y estaba ciertamente fascinado. Incluso aunque era evidente que la ciudad había visto tiempos mejores.

Recordó su estancia en Bree, y se sorprendió al notar que no sentía la menor pizca de nostalgia. De hecho, hasta se sentía más cómodo en este lugar. Quizás fuera la historia que se acumulaba en cada rincón, o la variedad de sujetos y mercancías que pululaban por doquier. Si pretendía labrarse un nombre en el mundo, este era el lugar correcto para empezar.

Caminaron por la ciudad siguiendo las indicaciones de los guardias, algunas personas les miraban con cierto recelo y desconfianza pero la gran mayoría no les prestaba la menor atención.

Llegaron al mercado, que estaba abarrotado de gente comprando fruta, carne, pieles, herramientas, etc. y cualquier cosa que pudieran necesitar para su vida en la ciudad en los puestos del mercado. Había mucha aglomeración de personas en los puestos más populares pero salvo eso en la mayoría de la plaza se podía circular bien sin mucho agobio de gente.

En el mercado había otro tipo de juegos, juglares y otro tipo de feriantes que se ganaban la vida aprovechando el tumulto de personas, un hombre hacía malabares frente a la gente que paraba a mirarle. Una vieja caja de madera, donde un titiritero manejaba a su antojo a dos marionetas hacía las delicias de un circulo de niños que reían alegremente.

Mucha gente compraba verdura, carne, abrigos, otros comerciaban con ganado y otra mucha gente simplemente paseaba entre los puestos tan solo mirando.

Neram se agachó y susurró al oído de los hobbits Vosotros sois quienes conocéis al hobbit, abrir bien los ojos por si pudiera encontrarse entre tanto gentío.

Entre tanto iremos comprando provisiones para el camino, después iremos a investigar más profundamente, a ver si alguien sabe del paredero de vuestro familiar.