Partida Rol por web

Los que ya no se demoran

Capítulo 1: La linde del bosque

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31/01/2023, 16:50
Baldbrand

Baldbrand estaba tan obsesionado con encontrar orcos que cuando se vieron rodeados por los arqueros elfos, casi que tardó un poco más de la cuenta en darse cuenta.

Al principio gruñó sorprendido por aquel hecho -pues no esperaba en absoluto un recibimiento como aquel- finalmente el beórnida pareció resoplar con decepción y quedarse tranquilo mirando a unos y otros. No conocía a ninguno de ellos y le extrañó un poco que apuntaran a su propia sangre... claro que los elfos... eran gente enigmática.

Acompañó las palabras de Miriel con asentimientos rotundos y entonces no pudo evitar añadir.

-La Dama Miriel dice la verdad. -se golpeó el pecho añadiéndo- No hay razón para que nos apuntéis. Somos vuestros vecinos y enemigos de la Sombra. Tan sólo estamos aqui para ver qué mal hacen esas sabandijas. -la sinceridad del joven era tan tosca como firme y no tuvo problema en mantener la mirada del líder de aquellos con una transparencia absoluta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He intentado apoyar un poco la presentación pero... nada 3 de 3. Sigue mi mala racha XD XD XD XD.

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01/02/2023, 16:46
Director

¡Cuidado! —susurró alguien, y en un abrir y cerrar de ojos los elfos que estaban frente a ellos desaparecieron de su vista trepando a los árboles y ocultándose en las ramas más altas. 

El príncipe Legolas se colocó frente a la dama Irimë para protegerla, sabiendo que Qildor haría lo mismo, y se mantuvieron allí, entre los árboles y los arbustos junto a los que caminaban. Tardaron unos instantes en entender qué estaba pasando, pero luego supieron que los exploradores que iban en avanzadilla habían dado con un rastro de retoños de árboles salvajemente destrozados a base de crueles espadazos en la linde del bosque sin mayor propósito que la pura maldad. Algo que era propio de los orcos. Y justo en ese momento, los exploradores habían escuchado los pasos a través de la hierba de un grupo que se acercaba y tomaron las correspondientes precauciones. Nadie podría detectar a un elfo en un bosque a menos que éste lo quisiera, así que si el grupo que se acercaba era otro séquito de orcos, terminarían asaetados mucho antes de darse cuenta de dónde venían las flechas. Tanta precaución no era exagerada. Desde que habían dejado atrás la protección del hechizo de Thranduil, la compañía se había visto hostigada de vez en cuando por orcos más fuertes de lo normal, los estaban persiguiendo a ellos, y ellos perseguían a los orcos cuando los rechazaban. 

Los exploradores silvanos tenían, para aquellos momentos de incertidumbre y sigilo, un lenguaje de gestos por el que se comunicaban sin necesidad de alzar la voz. Los gestos fueron transmitiéndose desde la zona de incertidumbre hasta la parte de atrás donde se encontraban ellos con la dama, y el príncipe se los tradujo: no eran orcos, pero no bajarían la guardia hasta estar seguros de que no había peligro. Se requería calma y silencio. 

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01/02/2023, 17:02
Galion

¿Me engañan mis oídos o esos confusos versos ripiosos son obra del infame Vanwa el Descarriado? —Contestó el elfo con una de esas chanzas propias del humor de los Hijos de Ilúvatar cuando escuchó la retahíla de títulos que el elfo nombró para el grupo. No era nada extraño, ni nada que ellos mismos no se dijeran entre sí, aguantando las mofas con estoicismo cuando eran objeto de ellas, siempre que no fueran malintencionadas, y mofándose de quién las tomara como afrentas hacia su honor. Al menos era así entre los elfos silvanos que poblaban el bosque Negro. Por eso, Galion no se tomó a pecho la mención al vino que Miriel había dejado caer con toda la intención del mundo. 

Lo creáis o no, dama Miriel, todavía soy un gran aficionado al vino —dijo con una sonrisa. 

Un gesto de Galion fue suficiente para que los arqueros destensaran las cuerdas y recogieran sus flechas, pero pudieron advertir que no guardaron los arcos ni dejaron de estar vigilantes. Aunque no parecía que la causa de su estado de alerta fuera el grupo de viajeros con el que casualmente se habían encontrado. Algunos de los elfos se mantuvieron en las copas de los árboles y se alejaron de aquel punto saltando de rama en rama, pero Galion junto a la mayoría de los elfos descendieron de los árboles con una facilidad pasmosa y se colocaron junto al grupo. Munin desplegó sus alas para planear desde el árbol hasta el enano a la orden de Ainar y lo miró sin signos de culpabilidad en su inocente mirada. Algunos de los elfos que rodeaban al grupo los miraban con curiosidad, bromeando sobre la barba del enano, la altura de Baldbrand o el aspecto desgarbado de Welf. Se escucharon algunas risitas y burlas cuando Baldbrand les reprochó que les apuntaran con los arcos, pero Galion mantuvo la compostura, sabedor del orgullo de los hijos de Beorn. 

Disculpad que os hayamos apuntado, pero creíamos que erais las desalmadas criaturas que habían provocado este daño al bosque. Quizá la ronca respiración del enano y los pisotones que le da a la hojarasca nos hayan confundido —añadió con una sonrisilla malintencionada. Sabedores eran los elfos del grupo que a Galion los enanos no le caían demasiado bien desde aquel incidente que le hizo perder su prestigiosa posición en la corte del Rey—. Decidme, ¿habéis visto orcos en vuestro viaje? Hay una banda de ellos cercana, ellos nos persiguen y nosotros les perseguimos a ellos. 

Notas de juego

El hecho de que haya elfos en el grupo os exime de tener que superar un encuentro. No tengo en cuenta las tiradas ni los gastos.

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02/02/2023, 08:21
Miriel

- Que juego tan divertido, perseguiros en círculos. – comentó Miriel con una leve sonrisa ignorando el comentario sobre el enano para no ahondar más en la chanza – Con gusto os ayudaremos a hacerles un pinza, si deseáis acabar con el juego que os traéis. – propuso segura de que sus compañeros también querrían acabar con los siervos de la Sombra, pues nada les apremiaba a llegar al Salón del Bosque, salvo su propio deseo de ver rostros conocidos.

-  Nosotros vimos orcos y trasgos bajo la montaña, cerca del Fuerte Circular, donde nos adentramos para rescatar a un pequeño periannath que regenta la posada junto a su hermano. Vimos semanas más tarde la obra de los orcos, más de una veintena, que mataron a flechas a dos buenos beornidas que remontaban el Anduin en barca. Creo que Beorn dio buena cuenta de ellos por la noche, pero es probable que algunos escaparan. – relató abiertamente, pues eran noticias inquietantes que todos los pueblos lires debían conocer. - Ahora vimos este destrozo sin sentido y Beorn nos compartió las noticias preocupantes que ya os relaté.

Hizo una pausa que dejaba claro que aún iba a decir algo más. Miraba a los ojos de Galion con sus propios ojos azules profundos aclarando que dejaba atrás las chanzas, que la próxima pregunta era muy seria a pesar de ser inusual.

- Galion, ¿habéis oído algo sobre el Rey del Patíbulo? – preguntó finalmente como un sabueso que se niega a abandonar el rastro que encontró mucho tiempo atrás.

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02/02/2023, 09:13
Baldbrand

Al Beórnida no le gustaron las chanzas del jefe elfo y así se lo hizo saber su rostro. La gente que parecía necesitar bromas crueles o hirientes creyéndose algo así como un ente superior le merecían su peor cara, más cuando se trataba de gente a la que respetaba o incluso admiraba, como eran sus compañeros de viaje.

Estuvo a punto de avanzar para estamparle un puño en los dientes a aquel listillo de orejas puntiagudas, pero la Dama Miriel siguió la charla "como si tal cosa" y aquello le hizo vacilar, haciendo que enarcara una de sus pobladas cejas ¿Sería una costumbre élfica el uso de aquellas burlas? Podría ser, aunque no le gustaban.

No obstante, el hecho de que pudiera haber orcos y que el grupo de elfos saltarines de los árboles se convirtiesen en aliados también hizo que Baldbrand mantuviera la calma y, de nuevo, volviera a asentir como una piedra pesada ante las afirmaciones de su compañera élfica.

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02/02/2023, 11:51
Vanwa

Vanwa rió con ganas las chanzas, relajando así la tensión. Podría haber entrado en el juego de las chanzas con ganas, pero Miriel creyó oportuno cortar las burlas con las sombrías palabras sobre el Rey del Patíbulo.

Poco por no decir ningún interés tenía Vanwa en perseguir orcos, pero una vez más, parecía que iba a verse envuelto en algo que no deseaba.

Esperó a la respuesta de galion para poder decir nada más, pues en verdad Vanwa apreciaba la pregunta casi poética que había introducido Miriel, y por nada del mundo quería romper ese encanto con vulgares palabras.

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03/02/2023, 10:47
Welf Ramaverde

¿Qué hacéis tan lejos de vuestro Reino? ¿Porqué no habéis acabado ya con ellos? Siempre creí que erais amigos de los hombres del bosque y no que os dedicarais a acechar viajeros.

Los tiempos cambian y hasta los elfos parecen hacerlo. Con vosotros o sin vosotros acabaremos con esos orcos, deben pagar por lo que han hecho.

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03/02/2023, 15:27
Galion

Ah, cuánto ímpetu en los mortales, cómo late el fuego en su corazón —respondió Galion a las agresivas palabras de Welf sin dejar que las dudas que planteaba el hombre del bosque ensombrecieran su semblante. 

El elfo escuchó las palabras de Miriel con atención, interesado en los acontecimientos que se desarrollaban en los últimos tiempos más allá de la linde del bosque, en las tierras de Beorn y las lejanas Montañas Nubladas. Por supuesto conocía la Posada Oriental regentada por los medianos, y asintió con gravedad como si hubiera escuchado con anterioridad las hazañas de la compañía para rescatar al señor Brandigamo y los problemas que habían afrontado en Vado de Piedra. Pero el elfo negó con la cabeza dándole a sus palabras una gravedad que no habían tenido hasta entonces.

Mucho me temo que lo que enfrentamos aquí no son trasgos de Hithaeglir1 como los que Beorn el Cambiapieles ha estado despachando desde el final del verano, sino poderosos orcos de Mordor que surgieron del corazón marchito del bosque Negro en las últimas semanas y nos han hostigado desde entonces —y con aquellas palabras pretendía dar respuesta tanto a Miriel como a Welf, en el cuestionamiento que el hombre del bosque hacía de porque no habían terminado ya con ellos. Al parecer eran orcos más duros, resistentes y mejor equipados—. De ese Rey del Patíbulo que mencionas no he escuchado nada, pero sin duda tiene un nombre sombrío como poco. 

»Y sobre el motivo de nuestro viaje —dijo recuperando la sonrisa—, me temo que no estoy autorizado a revelarlo. Pero ellos quieren veros, tal vez os lo cuenten —dijo alzando un brazo en dirección a la profundidad del bosque para invitarles a ir con él hasta la retaguardia de su compañía donde, aparentemente, estaban los líderes de aquellos elfos. 

Solo los más observadores entre los miembros del grupo2 se habían percatado de que los elfos se habían comunicado con señas desde su encuentro, una especie de lenguaje entre los exploradores silvanos para no alzar la voz cuando las situaciones requerían de silencio. Primero, una oleada de gestos apenas perceptibles habían viajado desde los elfos a la retaguardia de su compañía, regresando al poco de vuelta hasta llegar a Galion. Solo eran miradas, movimientos ligeros de una ceja o del rostro, pero parecían tener un significado concreto para ellos. 

Notas de juego

1Las Montañas Nubladas.

2Ainar por suspicaz y Miriel por buena vista son los únicos que se dan cuenta de este detalle.

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03/02/2023, 16:00
Irimë

Hasta donde estaban ellos llegaron los mensajes secretos a través de gestos de los exploradores sobre información sobre lo que habían encontrado más adelante. Eran gestos apenas perceptibles, miradas, movimientos ligeros de una ceja o del rostro, pero con un claro significado. Aquellos que habían encontrado los exploradores no eran los orcos que llevaban días hostigándoles, sino otro grupo bien distinto, conformado por dos elfos, dos humanos y un enano. 

La dama posó una mano sobre el hombro de Legolas y también sobre el de Qildor, apenas un roce delicado que sirvió para calmarles. No había peligro en aquellos momentos, pero Irimë parecía saber algo más. 

Son ellos —dijo mirando a Qildor—. Son ese grupo del que me hablaste. Los que rescataron al mediano de la Posada Oriental en las Montañas Nubladas y ayudaron a Beorn recientemente. Deseo verlos. 

La petición de la dama fue transmitida por Legolas a uno de los exploradores a través de aquel lenguaje de señas, y discurrió hacia el frente de la compañía. 

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03/02/2023, 16:03
Vanwa

- ¿Entonces acecháis a orcos o nos buscábais? No parecen ambas cosas el mismo asunto, pero ya que estamos aquí y tan bien nos recibís, quizás no estaría de más saludar a aquellos que tanto deseo tienen en vernos, ¿no creeis?- Preguntó finalmente, dirigiéndose al resto del grupo.

Intentó no pensar más en eso de "duros orcos de Mordor". No era el tipo de canción del agrado de Vanwa, y le intrigaba quien podía querer ver a tan variopinto grupo de viajeros.

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03/02/2023, 16:32
Baldbrand

"Orcos de Mordor"... aquellas palabras resonaron en la cabeza de Baldbrand varias veces, como si se tratara de una pelota encerrada en una arcón. Si ya los trasgos eran una mala hierba que desechar en cuanto era vista ¿qué no serían aquellas criaturas?

Acarició el mango de su enorme hacha mientras pensaba que aquella encomienda de Beorn se estaba poniendo cada vez más interesante, excitante y peligrosa.

Ante la pregunta de Vanwa al grupo, el beórnida tan sólo elevó los hombros y asintió  de forma queda. Él iría donde fueran sus compañeros. Los elfos eran extraños y misteriosos para él, pero siempre había oído que eran enemigos ancestrales de los Orcos... asi pues el enemigo del enemigo...

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03/02/2023, 18:38
Ainar, hijo de Ai

Ainar casi se lanza contra el elfo engreído, pero decidió distraerse con Munin, a quien retó en murmullos por la traición de irse con esa panda de orejas puntiagudas. Pero como si lo hubiera pensado mejor, y esbozando una sonrisa, decidió decir algo. No dejaría ese malintencionado comentario sin respuesta.

-Parece que se le han destapado los oídos al maese elfo, ya que no escuchó la respiración de los barriles...- dijo el enano, recordando una historia que había escuchado, y que luego de las palabras de Miriel y las del elfo, unió puntos y creyó entender de quién se trataba.*

Ni bien percibió aquellos gestos y señas, miró a los demás y se detuvo en Miriel, creyendo haber percibido cierto grado de extrañeza. La elfa tenía buena vista, seguramente lo había notado. Por lo que cuando se pusieron en marcha, le susurró, sabiendo que aquellos silvanos podrían escucharlo.

-¿Lo has visto?- preguntó, haciendo un leve gesto con la cabeza, mientras acariciaba la cabeza del cuervo.

Notas de juego

*: asumo que la historia puede haber corrido en Erebor, pero recién ahora haber entendido de quién se podía tratar. Más como condimento jeje

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03/02/2023, 19:45
Welf Ramaverde

     Galion el corazón late con fuerza cuando las tierras de mi gente se ven atacadas y dañadas por los enemigos. La vida más allá de las lindes del Bosque es dura para nosotros y la presencia de esos seres no hace más que aumentar el veneno que se extiende.

     Miró a Miriel, lo que ella decidiera se haría.

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03/02/2023, 21:00
Qildor Qinorin

Yo también lo deseo —convino Qildor dirigiéndose al príncipe.

Le sorprendió encontrarse con ellos tan pronto. Deben de ser muy confiados y hábiles para atreverse a avanzar por el bosque como un mûmakil en una alfarería, pensó, o unos insensatos. Cualquiera de las opciones satisfacía al alto elfo. Los insensatos también son osados, como bien había comprobado muchas veces en el campo de batalla. Irimë pecaba, precisamente, de demasiada sensatez.

Beorn me ha hablado bien de ellos, como ya dije, y para que el beórnida tenga buenas palabras de alguien deben haber hecho algo realmente excepcional. 

Sería poco sensato no incluirlos en la escolta, aunque decidió guardarse esa parte. No quería vender la piel del oso antes de tiempo. Lo mejor sería ponerle la miel en los labios a su vieja amiga para que fuese ella la que tomase la decisión.

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04/02/2023, 23:56
Miriel

Por supuesto que no se le habían pasado por alto los gestos a Miriel, que incluso entendía lo que se estaban comunicando pues ella era una de ellos, una elfa silvana que había servido en el Bosque Negro por más de un siglo y medio.

- Orcos de Mordor… - repitió en un tono grave y reflexivo. Los había combatido en el pasado, no le eran ajenos. Conocía su fuerza y su pericia en el combate; no eran enemigos que se debieran menospreciar por mucho que le hirvieran la sangre.

Asintió a la propuesta de conocer a quienes dirigían aquella partida de caza.

- Será un honor conocerlos. – no había mucho más que añadir al respecto de momento. Se puso en marcha siguiendo a Galion mientras sopesaba las terribles implicaciones de que hubieran llegado allí, tan lejos de Mordor. ¿Qué les había traído? ¿Qué buscaban? ¿Cuántos serían? ¿Serían una avanzadilla de más orcos de Mordor que llegarían tras el invierno? Eran demasiadas preguntas sin respuestas llevando todas a muy malas conclusiones.

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07/02/2023, 04:13
Director

Galion, inmune a quejas o reproches, condujo al grupo a la retaguardia de su compañía, donde había tres elfos aparte del resto y los tres parecían muy diferentes a los demás silvanos, especialmente dos de ellos, más altos y más... brillantes. No supieron muy bien qué era, pero parecía rodearles un aura diferente. Tal vez fueran más nobles que los demás elfos o pertenecieran a otro de sus clanes. Uno de ellos iba vestido de verde y marrón, y llevaba un arco a la espalda. Parecía joven, confiado y valiente, un señor de los elfos en la flor de la vida. Era alto y rubio, y sus ojos eran de un intenso azul, para aquellos que tenían conocimientos sobre los elfos pudieron distinguir esos rasgos como los de un sinda. Por tanto, debía pertenecer a la nobleza del reino de Bosque y tanto Vanwa como Miriel lo reconocieron inmediatamente. No era otro sino el príncipe Legolas, hijo de Thranduil.

Los otros dos elfos, en cambio, tenían un porte diferente, más noble incluso. Una era una elfa que llevaba un vestido largo de sedas de colores blanco brillante y gris nube, sin mancha ni desgarro alguno a pesar de lo espeso del matorral en aquella parte del bosque. Su rostro lo cubría un velo gris, pero llevaba los brazos adornados con brazaletes de plata, y en uno de sus dedos lucía un anillo que brillaba con una luz interior. La mujer debía pertenecer al pueblo de los noldor, de los cuáles quedaban tan sólo unos pocos en la Tierra Media. A su lado, el último elfo, con porte igual de distinguido y una impresionante altura, era otro noldo, aunque a diferencia de la dama, quien tenía los cabellos oscuros, éste los tenía rubios, lo que para Miriel y Vanwa lo situaban como uno de los descendientes de Finarfin.

Los tres elfos hablaron entre sí en un complejo idioma que sonaba tan noble y antiguo como el viento, y que incluso a los elfos del grupo de aventureros les costó entender. Era la lengua antigua, el quenya, de la que ya pocos elfos hacían uso más allá de unas pocas palabras o locuciones, a excepción de los noldor y de aquellos que dedicaban su vida al estudio de las viejas costumbres. Tras eso, el joven señor elfo se volvió hacia el grupo y se inclinó en una leve reverencia.

Notas de juego

Qildor, puedes detallar más la descripción de tu personaje. 

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07/02/2023, 04:19
Legolas

Os saludo. Soy Legolas, hijo de Thranduil. Esta es la dama Irimë, de la casa de Gil-Galad, que viaja al oeste hacia el Paso Alto. Y su acompañante, Qildor Qinorin, también del pueblo de los noldor.

Yanwa y Miriel ya conocían a Irimë, aunque no a Qildor. La dama había pasado tres mil años como ilustre invitada en la corte del Rey Elfo. Se decía que ella había tejido la tela del reluciente estandarte de Gil-Galad y que era pariente cercana de la casa gobernante del reino de Lindon Tras la batalla de la Última Alianza entre hombres y elfos, cuando se derrotó al Señor Oscuro y se puso fin a la Segunda Edad del Sol, Irimë se instaló en la corte de Thranduil, aportando su luz, pero en las últimas décadas esta luz se había ido apagando y ahora su mirada se dirigía, como la de muchos otros elfos, hacia el oeste. Al mar, y a las Tierras Imperecederas que aguardaban a todos los elfos.

Nuestra misión era acompañarla hasta el Paso Alto, pero hay que expulsar a estos orcos de nuestras tierras —se detuvo para mirar por un instante a la elfa velada, quien asintió con la cabeza—. La dama ha pedido que la escoltéis vosotros el resto del camino.

Notas de juego

Este sí es un encuentro. Podéis lanzar lo habitual para presentaros.

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07/02/2023, 11:02
Vanwa

Observó con mucho detalle lo que se sucedía, y aunque conocía de vista y oídas, tanto a Irimë, como Legolas, no dejó de sentirse algo intimidado por aquel regio séquito.

Por otra parte pensó que aquel miedo era absurdo, pues él cada día se relacionaba que robles y abejas, todos ellos seres más antiguos que cualquier elfo.

- Es un honor conocer a Irïme, la luz de Thranduil, y a Qildor, del antiguo linaje de Findarfin, así como al gallardo prínicpe Legolas. Mi nombre es Vanwa, como ya debéis saber, Vanwa el errante, contento y orgulloso de haber abandonado la corte, para así poder aprender por igual la senda de la industriosa abeja y la persistente cigarra. La paciencia del roble y la urgencia por vivir de la mosca. El deslumbrante sol y el tenebroso misterio de la luna. Nada me es ajeno, pues todo lo somos y nada me pertenece. Sé que mi senda no es del agrado de todos, pero no me preocupa, y me hace muy feliz saber, si nos habéis llamado, que formáis parte de los que no desprecian el extraño camino que profeso.- Dijo, a modo de presentación. Ya llegaría el momento de preguntar la razón de querer que escoltara a esa dama, aunque creía que se debería más al hecho de acompañar a Miriel, o al fiero Ainar, que no al hecho de querer a Vanwa como escolta por si mismo. Desde luego el mismo vanwa no se elegiría como escolta de nadie.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Utilizo impresionar para presentarme, pues entiendo que como elfo descarriado debo tener una mala impresión inicial ante elfos, por defecto.

Entiendo que hacemos presentaciones individuales, no?

me gasto 1 de mi esperanza, para conseguir un gran éxito.

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07/02/2023, 20:13
Qildor Qinorin

El noldo de cabello dorado se mantenía cercano a la dama en todo momento. Sentía curiosidad por las presentaciones del grupo, al fin y al cabo era su turno de brillar. Si lo que había oído era cierto, las primeras impresiones debían ser engañosas.

Al acomodarse, algunos de los presentes pudieron notar que, pese a su nobleza, empleaba movimientos cortos y precisos que denotaban experiencia marcial. Su cuerpo, si bien de aspecto etéreo como el del resto de su pueblo, era robusto y con gran porte. Llevaba ropajes poco ornamentados y un camisote de malla. No era un noble cualquiera y su presencia allí no se limitaba a servir de compañía. Cualquiera lo suficientemente perceptivo sabría ver que no era buena idea poner en peligro a la dama Irïme estando él presente.

Desde su posición de espectador, les dedicó a los recién llegados una mirada cargada de curiosidad y una sonrisa tan evocadora como enigmática.

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08/02/2023, 09:30
Miriel

Al ver al príncipe Miriel hincó la rodilla en tierra, en señal de respeto al hijo de su gobernante. La dama Irïme le era conocida. Miriel gustaba más de vivir en los bosques persiguiendo a la Sombra, combatiéndola, pero cada año visitaba sin falta la corte del rey Thranduil para presentar sus respetos, ya fuera pasando allí el invierno o en primavera, si es que ese invierno lo había pasado con sus descendientes en el Salón del Bosque. Cuando Legolas dio su beneplácito para levantarse, así lo hizo.

Viendo que los demás compañeros muy prudentemente silencio guardaban tras las palabras de Vanwa, Miriel se adelantó para hacer lo que consideraba correcto, que era presentar a sus compañeros no elfos ante sus semejantes; la falta de modales de Vanwa no la tendría en cuenta porque al fin y al cabo era un descarriado y nadie esperaba que respetara el protocolo.

 

El viento pareció acompasarse al ritmo de sus palabras creando una música suave y etérea para acompañarlas. O tal vez fue la habilidad de Miriel con su voz para acompañar el sonido del viento con su canto. O tal vez era la magia de los elfos. En cualquier caso, el efecto era el mismo.

Permitid, que Miriel, a los compañeros interesantes

De esta compañía os presente.

A Vanwa lengua de plata,

Versos de oro

Ya conocéis.

No os engañéis,

Abrid los ojos,

También maneja la lanza.

 

Aquí Ainar escudo recio, hacha más afilada

Terror de orcos, sobre o bajo la montaña.

 

Allí Welf de pies ligeros y vista aguda,

Su corazón sincero no deja duda.

 

Baldbrand fiero y poderoso,

Desconfiado y juicioso.

 

Nuestras empresas en el Fuerte Circular,

Bajo la Montaña Nublada,

En el Vado de Piedra,

En la Posada Oriental,

En la casa de Beorn,

Ya conocéis,

Pero con gusto os de nuevo oiréis,

Si así lo queréis.  

- Tiradas (1)

Notas de juego

Weee ese Gandalf XD

 

Cantar, por supuesto. Si vale, hago las presentaciones para todos ^^