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Noche del 7 al 8 día

El día ha llegado. La mañana amaneció nublada para luego dar paso a una fina lluvia que se convirtió en torrencial, complicando los últimos preparativos del asalto. Lord Camiel había ordenado construir más escalas, por lo que las tropas disponen de una veintena de escalas, algunas para guardar de reserva y sustituir a las que se dañasen durante el ataque. Afortunadamente la lluvia comenzó a remitir a primera hora de la tarde, y por la noche no sólo había parado del todo, sino que las nubes se habían retirado dejando una noche preciosa, con gran visibilidad, lo que os iría bien a vosotros, y también a vuestros enemigos. Eso sí, la temperatura ha bajado considerablemente, y notáis el frío, por lo que os habéis tenido que abrigar más de lo que os hubiese gustado.

Garin, el capitán de “Los Piratas”, ha insistido en que él y los suyos entrarán los primeros en la ciudad por el pozo, dado que conocen el lugar y así les será más fácil tomar posiciones y controlar el lugar, por lo que su ofrecimiento es aceptado, así que entrarán los primeros en el túnel y montarán las escalas, luego irá el resto de la tropa tal y cómo se había planeado.

Las tropas de asalto son las siguientes. Unos treinta hombres de “Los Piratas”, Mellongaladh irá con sus montaraces, una decena de hombres aproximadamente, Wulf con la “Compañía Negra”, también una decena, y Talin con el resto de hombres, otra decena, en total seréis un grupo de asalto de unos sesenta hombres. Nain, Mellongaladh, Wulf y Talin controlarán el paso de sus hombres, los cuales cruzarán por parejas y de forma alterna respecto al resto de las compañías, la idea es que no cruce todo el mundo a la vez, y si lo hacen que la distancia permita que no sean descubiertos a la vez. En cuanto se llegue a la muralla, rápidamente cada soldado se desplazará rápidamente hasta el túnel.

Os distribuís a lo largo del riachuelo por compañías y a cierta distancia la una a la otra, las cuales se distribuyen de la siguiente manera, primero “Los Piratas”, quienes estarán más cerca de la entrada del túnel, luego la “Compañía Negra”, luego la tropa de montaraces y por último la tropa de soldados de base.

Os ponéis en posición, notáis el frío como os va calando en los huesos poco a poco. No es algo agradable. Se nota la tensión en el ambiente. De pronto, un zumbido seguido de una explosión y una llamarada que se eleva en lo que pensáis que es la zona de las puertas os indica el momento de comenzar a cruzar.

Tras recibir la señal de su oficial al mando, poco a poco varias parejas de soldados van cruzando el riachuelo intentando hacer el mínimo ruido posible. Observáis que hay una veintena de figuras a lo largo del perímetro de la muralla por dónde tenéis que cruzar, pero muchas de ellas comienzan a correr en varias direcciones. A la vez a vuestras espaldas se encienden una serie de hogueras y una lluvia de flechas se dirige hacia la muralla. Se escuchan unas voces y gritos procedentes desde la muralla y una lluvia de flechas en respuesta cae sobre vosotros aunque sin mucho acierto, aunque alguno de vuestros soldados son heridos levemente. Wulf grita “¡avanzad todos!” y todos corréis hasta la muralla, para, desde allí, dirigiros al túnel. Oís ruidos e imprecaciones procedentes desde la muralla y alguna que otra flecha que no os impacta. Parece ser que los defensores, aunque más o menos saben donde estáis, no pueden dispararos bien, por lo que no os aciertan. Al poco llegáis al túnel. En el túnel evaluáis vuestro estado. Quitando algunos heridos leves, en general todo el mundo está bien, salvo algunos soldados que se encuentran completamente helados y tiritan de frío. Uno de ellos es Maeglin, que incluso está más pálido de lo costumbre como consecuencia del frío, pero parece ser que aguanta bien.

Ahora toca esperar unas cuantas horas hasta que llegue el amanecer, -dice Wulf- Garin, que los tuyos comiencen a montar las escalas, vosotros -dice señalando a un grupo de soldados-vigilar la entrada del túnel, el resto distribuiros por el túnel y prepararos. Sé que hace frío y no estáis a gusto, nadie lo está, pero somos soldados y esto es lo que nos espera, un agradable baño frío antes de entrar en combate.

Las horas pasan, mientras estáis congelados, pero en líneas generales aguantáis, salvo Maeglin cuya palidez ha adquirido un tono azulado, y escucháis algún que otro estornudo procedente de vuestros compañeros. Poco a poco comienza a entrar cierta claridad por la entrada del túnel.

-La hora se acerca, ¡preparaos!

Las tropas se preparan. “Los Piratas” serán los primeros en subir, por lo tanto forman dos columnas para ir subiendo por las escalas. El resto forman a su vez dos columnas para ir subiendo por las diferentes escalas según el orden establecido. Primero la “Compañía Negra” y luego el resto de tropas.

Me siento al lado de Maeglin al ver que adquiere un tono azulado. Intento que el contacto cercano de una fuente de calor le ayude a rebajar la sensación térmica de frío. Me es igual si va con la Compañía Negra o no, me quedo a su lado y dirijo a los montaraces desde allí (ya que tampoco hay mucho que dirigir, es algo obvio que estamos esperando hasta que Wulf dé la orden). 

-Mu...mu...muchas...gracias....-dice mientras le castañean los dientes e intenta taparse con su capa-, pe...pe...pe....ro...me...me...te...te....te...mo...que....ne....ce.....ce...sito....algo....más.....pa...pa...ra... en...trar....en...en...en...ca....lor. Una elfa m....m...me ven...dria...muy bien....en estos....mmmmo...mentos

-Si alguien tiene licor que lo comparta con los que tengan síntomas de congelación. Sed buenos compañeros. Es una orden -dijo Talin en tono firme, aunque sin levantar demasiado la voz para no hacer ruido y que les descubrieran, a la vez que alargaba a Maeglin una petaca del mejor licor que había conseguido birlar de suministros y que, por supuesto, había llevado al campo de batalla.

Para Talin había cosas que se daban por hechas: compañerismo entre combatientes del mismo bando, odio hacia los orcos, bebida siempre que fuera posible...

- ¿Una elfa? -rio entre dientes - creía que habías tenido bastante con el troll aquel que te tiraste la última vez... - agarro la petaca de Talin y se la acerco - tendrás que conformarte con lo que hay, si quieres me levanto y le digo a Wulf que necesitas algo de calor. Aquí si algo tenemos de sobra son gente sin escrúpulos.

El elfo toma la petaca con sus manos temblorosas

-Pre...prefiero al troll...es más guapo....y más sim...sim...simpático -dice antes de tomar un trago.