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Los últimos días de Midgard

Acto I: Recuerdos de Midgard

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09/11/2016, 23:38
Director

 El padre de todos. Antaño Odín. Mi Padre. Ya han pasado eones. Miles de años desde lo aquí acaecido...Midgard, o...la Tierra, es sólo una roca inerte en órbita de un ardiente sol. La cáscara rocosa de una semilla que no puedo lograr despertar. Una semilla muerta por la que sigo luchando.

 ¿Por qué regresar? 

 Por una promesa.

 Midgard está demasiado cambiada. Todo son desiertos. Más aún que en aquellos últimos tiempos en los que aún resistían los humanos. Ahora ya no queda ninguno en la galaxia. Fallé protegiendo su reino, falle protegiendo al que llamé mi pueblo, mi familia. 

 La arena se deslizaba áspera por tus dedos, y no te importaba, porque era la arena de Midgard. No era necesario llevar contigo el brazo izquierdo, como tampoco era necesario estar preparado para la lucha. Habías llegado allí para recordar, para pensar en lo que había ocurrido. Tenías infinitas posibilidades...todo allí era un cementerio de cenizas y arena, pero sabría volver allá donde deseases.

 Tantos viejos amigos perdidos...tanta vida.

 No te rendías en tu búsqueda de una forma de revivir aquella Midgard, de darles la oportunidad que no pudistes darles cuando firmaron su condenación por voluntad propia.

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11/11/2016, 12:12
Thor

Caminé despacio por aquella árida superficie, sin asomo de vida, sin una sombra de lo que antaño fue. Miré alrededor, como buscando algo, algo que sabía que no llegaría en el fondo. Aquella tierra estaba yerma.

Un dolor en el pecho me dificultaba la caminata. Notaba mis fuerzas flaquear a cada paso. Aquí vine yo, como un hombre más, desarmado, un hombre que lamenta y se culpa por el estado de Midgard. Sin embargo, mi entereza no me permitió parar de caminar. No me permitió bajar la mirada o ignorar en lo que se había convertido aquella promesa. 

Era mi responsabilidad... fue mi culpa que esto acabase así... y ahora no hay marcha atrás. Sin piedad y con estos pensamientos en la cabeza seguí avanzando, incrédulo. Aquella tierra que antes rebosaba vida, ahora no era más que un lamento. Aún pude imaginar cada rincón de aquel lugar inhóspito como un lugar lleno de personas, de niños jugando, de edificios levantados, de animales corriendo... Cerré mi puño de la mano que me quedaba ilesa hasta hacerme daño.

- Mentira - grité, fustigándome aún más. 

El dolor de mi corazón era muy superior a  cualquier otro. Un pensamiento de debilidad asomó en mi cabeza: ¿habría esperanza para aquel mundo? Y enseguida lo descarté. Aquello no tenía sentido... era más un pensamiento para acallar mi tortuosa conciencia. No podía permitírmelo, tenía que afrontar el resultado de mi promesa fracasada y asumir el horror que había desencadenado.

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12/11/2016, 19:59
Director

 Midgard. Una roca muerta en el universo. Nada la hacía especial. Sin embargo allí estaba Thor, el padre de todos, gritándole a un cielo con una atmósfera inservible , gritándole algo a Midgard o, tal vez, a sí mismo. ¡Mentira! ¡MENTIRA! el eco viajó por la superficie de los yermos de arena y ruinas invisibles, recordando que quizás hubiese algo vivo allí. Pero nada se movía salvo el viento que agitaba su ropa y su cabello. La arena golpeaba el rostro de aquellos dioses con apariencia humana tratando de socavar su firmeza. Ni las arrugas del padre de todos sentían aquello como un acto tan hostil, sino más como una caricia maternal de los ecos de un mundo desaparecido.

 Nada se podía hacer contra la inevitabilidad de aquella muerte que galopaba por el universo arrasando todo a su paso, dejando sólo ceniza y polvo a su paso. No había llegado el día en que el padre de todos se dejase llevar por el destino, pero sin duda recordaría las palabras de alguna bruja, con suficiente poder y visión como para no equivocarse. Recordó, sin quererlo, como aquella criatura le había previsto una gratificante muerte, una muerte que no se había cumplido. Pues la bruja había hablado y le había dicho a Thor, el padre de todos, que moriría en Midgard. Y sin embargo, Midgard había muerto mucho antes que él.

 Jamás se había equivocado, salvo ahora. El destino se tornaba confuso, ni los videntes más veraces, ni los visionarios más acertados habían podido prever aquello. Era el fin de los tiempos, era el final del universo. Pocos quedaban como ellos, y mientras, había más y más planetas que se convertían en piedras que vagaban en la oscuridad y el frío del cosmos.

 Sin su brazo, Thor terminó por derrumbarse. Acabó en cuclillas en medio del desierto en el que se adivinaba, a lo lejos, estructuras tecnológicas que parecían pura roca y arena. La humanidad cambió mucho y rápido, más desde que conectaron con Asgard. Pero ahora, todo ese conocimiento, todos esos avances, eran sólo parte del paisaje y se mostraban tan naturales como podía resultar una montaña.

 Los pasos de Frigg, Ellisiv y Atli hicieron crujir las piedras diminutas que conformaban el terreno. Había estado totalmente solo, pero ahora, estaba en la cálida compañía de sus nietas. Las diosas habían viajado por el puente estelar hasta allí para buscar a su abuelo, y pudiendole buscar en cualquier otro lugar del inmenso universo, supieron exactamente donde estaban. En una roca muerta tan distante, tan diminuta, como puede ser un ínfimo segundo en el curso infinito del tiempo.

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14/11/2016, 09:23
Frigg

Lo primero que hizo Frigg al llegar a Midgard fue mirar alrededor e inspirar profundamente.

Aquello era bastante desolador. Arena y nubes de polvo por todas partes, barriendo lo poco que quedaba de una civilización perdida, y de paso desbaratando su melena. Finalmente optó por recogerla en una cola, y se quitó algo de polvo de la armadura, pero era inútil. El polvo de aquél lugar era omnipresente y no cesaba de moverse, como si pretendiera engullirla a ellas también.

Para la diosa del trueno resultaba difícil imaginar cómo era antes de su caída. ¿Un planeta selvático? ¿Frío tal vez? ¿O cálido y lleno de agua? Daba igual cómo fuera, ahora en aquél lugar tan solo se sentía pérdida y desolación. Para algunas personas la soledad podía ser un bálsamo, pero la desolación también podía ser una droga. Algunos edificios, o algo parecido, que habían en la lejanía podrían dar pistas de cómo era el mundo que su abuelo amó, y desde luego que de no haber venido por otro motivo mucho menos ocioso, su curiosidad la habría llevado hasta allí para investigar un poco sobre esos humanos que tanto habían fascinado al Padre de Todos.

Pero no estaba de paseo en aquella roca muerta, deshabitada y con una atmósfera tan poco apta para la vida.

Las tres hermanas vieron a Thor, solo en aquél páramo, y tras hacerles un gesto, avanzaron hacia él, llegando cerca suyo, lo bastante cerca como para que pudiera sentir la calidez de su familia, de sus seres queridos, pero no tanto como para invadir su espacio personal de luto.

Abuelo... Dijo para llamar su atención. Podía empezar confesando que las preocupaba, pero podría tocarle el orgullo, y tampoco sabía cómo iba a reaccionar al verlas allí. Queremos estar a tu lado. Dijo antes de acercarse otro poco Nos duele verte triste, y quisiéramos comprender... el porqué de ésta pena.

Suspiró esperando su respuesta. Realmente quería comprender el pesar de su abuelo. Tal vez... en este lugar fuera más abierto.

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14/11/2016, 17:55
Director

 Atli, la menor de sus nietas, se mostraba siempre tan sincera que olvidaba los posibles sentimientos del resto. Era algo a lo que no todos podían acostumbrarse. Ellisiv, su hermana mayor, por debajo de Frigg, la reprochó pronunciando su nombre con fuerza y un tono maternal marcado. Para Frigg era evidente que el dolor de su abuelo se movía en la incomprensión del resto. Necesitaban saber.

 El viento arrastraba la arena y la visión de la superficie terráquea no ayudaba a que las palabras de Atli fueran mentira. ellas no habían conocido Midgard sino por las historias que se contaban o habían escrito sobre las hazañas de Thor. La historia de su abuelo para ellas estaba en Asgard, y a duras penas sabían reconocer que era un "Vengador", incluso tenían dificultades para imaginar como eran los humanos, pues decir que se parecían a un "asgardiano" era como comparar un ciervo con un escarabajo. Ambos podían tener cornamenta, pero eran en sentido muy diferenciado.

 Thor no hablaba mucho de su promesa, y siendo el padre de todos, podía negarse a dar cualquier explicación.

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17/11/2016, 00:21
Thor

Al oír sus pasos y sus voces, Thor no pudo evitar sonreír. La insolencia de Atli siempre le había divertido. Sin embargo no había porqué dar respuestas a preguntas para las cuales no estaban preparadas para escuchar. 

Suspiró, bajó su mirada un momento y haciendo acopio de todas sus fuerzas, reprimió el sentimiento de infinita tristeza que le atenazaba, que inundaba todo su ser. Cambió el gesto amargo que hace dos segundos se retrataba en su cara y lo sustituyó por una sonrisa justo antes de abrir el ojo que le quedaba. 

Se tomó su tiempo para levantarse y se giró para enfrentar a sus nietas, los seres que más quería en el universo. Por ellas, sería fuerte, por ellas... haría cualquier cosa. 

- Preguntáis cosas que recuerdan a un pasado lejano. - Comenzó Thor - Atli tiene razón... no es más que una tierra vacía. Sin embargo... debemos ser conscientes de los ciclos. De la vida surge la muerte y... de alguna manera de la muerte surge la vida. ¿Y si existiera la posibilidad de devolverle la gloria a Midgard? 

Thor se permitió el lujo de fantasear con esa posibilidad si mutar su gesto. Devolver la gloria a Midgard... sin duda, eso podría suponer una tregua para su terrible conciencia. 

- Frigg - puso su mano ilesa en el hombro de aquella jóven - a menudo los recuerdos vuelven para recordarnos cual es la razón de nuestra existencia... pero siempre hay que mantener la vista al frente. 

 

 

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17/11/2016, 00:51
Frigg

Un pasado lejano... Murmuró Frigg, sacudiendo la cabeza, y se acercó a Thor. Pero que para tí sigue bien vivo, esa herida está muy abierta en tí.

Me gustaría decirte que me importa esta roca, abuelo, pero lo que de verdad me importa eres tú. Le dio un fuerte abrazo y enseguida lo soltó, dándole una palmada en el hombro del brazo manco. No sé qué tendrían estos humanos o su planeta, pero no creo que su recuerdo merezca que salgas sin la debida protección. Desde luego se refería al brazo metálico que se había dejado en Asgard.

Puede que seamos jóvenes, pero hemos pasado por mucho, -Esclavitud, orfandad y desesperación, entre otras cosas- y aunque tengamos una labor crucial por delante... Tú eres la fuente de conocimiento de la que debemos beber. Nada como tu experiencia nos hará crecer y estar a la altura de lo que Asgard, y los mundos que aún viven, esperan de los Dioses.

Le miró a los ojos. No era desafiante, pero era una suave forma de exigencia. Querían saber, estaban allí por respuestas, porque se creían con derecho a tenerlas... y no se iban a ir fácilmente.

Abuelo... Tal vez deberías reconsiderar lo que 'debemos' y lo que 'no debemos' saber. Miró alrededor. Tal vez podrías empezar por esto. O por otra cosa... Pero ya no somos niñas, ni tenemos responsabilidades de niñas.

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17/11/2016, 17:06
Director

Su conversación terminó de súbito.

 El suelo comenzó a agrietarse y el sonido de las placas terrestres expresaba el lamento de un planeta golpeado por una energía sin parangón en todo el universo. El terremoto sacudió cada rincón del deteriorado planeta y la arena que se levantó ennegreció los cielos para caer como una lluvia de tierra, polvo y rocas. Fue como si la luna chocase contra el planeta, y el sonido ensordecería a cualquier mortal o lo aniquilaría haciendole explotar los tímpanos. Podía ser...¿Podía ser él realmente?

 Nadie pudo controlar sus palabras, su pavor al contemplar aquel legendario ser del cosmos descender y aterrizar en la tierra, disminuyendo su tamaño y aún así, siendo casi tan grande como una luna. Su voz resonó, como un crepitar metálico. Tenía una misión.

 

Notas de juego

Ese es...

¡¡Galactus!! ¡El devorador de mundos!