Partida Rol por web

Los últimos romanos (Privada)

Escena I: In taberna quando sumus

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15/02/2017, 09:52
Calístrato de Mileto

-No, nadie me informó... pero ¿Quién soy yo para desobedecer una orden imperial? -digo más para mí que para mi compañero - ¿Quién soy yo para creer a un viejo al que acabo de conocer y aceptar mover mi dromon imperial sin un documento certificado que lo autorize? -Si tienes ya dicho documento en tu posesión, enseñamelo y mañana confirmaré los detalles en el palacio.

-No es que dude de tí viejo, pero dudo de tí.

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15/02/2017, 10:53
Jenócrates de Tenedos

Llegados a este momento, tengo comprobado que el capitán es un hombre de fiar, terco como una mula y que servirá bien a mis propósitos. Saco una carta sellada del interior de mi mugrienta capa y se la entrego.

-Toma, hagio Dídimo, deja de dudar, éstas son mis llagas. Creo que de la mano del mismo Procopio, o, al menos, de su despacho. -¿Acabo de hacer una referencia al Nazareno? Se me habrá pegado algo después de los dos segundos de conversación con los sacerdotes. Decido subsanar esta herejía allí mismo, en aquel improvisado templo de Dionisos, y pido que nos rellenen los cuencos. -Deja que, esta vez, pague yo. Por las molestias que te haya podido causar este viejo chiflado. -digo, mientras saco algunas monedas y se las entrego al tabernero.

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15/02/2017, 12:10
Gaius Tertius

-Valerio solo tiene palabras buenas para hablar de usted. Es un honor conocerle.-Digo, con una sonrisa.-Estoy ansioso por saber más de usted.

Examino disimuladamente al peculiar individuo, fascinado por sus ricos y exóticos ropajes, e intentando determinar su edad. Parece mucho más viejo de lo que Valerio me dio a entender. 

 

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15/02/2017, 14:57
Ormuz

-Sin duda cualquiera que acompañe a Marco tratase de alguien de fiar. Un placer, Cayo. Espero que no haya sido un viaje demasiado duro el que habéis tenido.

Observa al joven con tranquilidad. No es mucho mas joven que él, sin duda, pero él sí lo parece. Los claustros no permiten que el sol curta la piel. Que Marco hable bien de sus amigos solo entusiasma más al mercader. Da un pequeño sorbo del repugnante brebaje y pone una mueca extrañada.

-¿Cómo podéis beber de semejante escupidera?- Mira a sus compañeros y suelta una suave carcajada, riéndose de su propio chiste.

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15/02/2017, 21:34
Marco Valerio

Marco Valerio está visiblemente afectado por las noticias. Como suele pasar, las palabras no llegan a su cabeza. En ella sólo hay una imagen: el cuerpo sin vida de Dalda en la cima de una de loma rocosa, siendo devorado por las aves carroñeras hasta que de él no quedasen salvo huesos calcinados por el sol inclemente del desierto iranio. La imagen se le presenta sin sonido, como un grito de dolor que no consigue salir de la garganta. Por algo las llaman torres del silencio.

Al cabo de un rato ausente, murmura:

Lo siento.

A veces con eso basta.

Pasa un tiempo imposible de medir, tal es la naturaleza subjetiva de estos acontecimientos. Cuando ambos se han repuesto, dice:

Y bien, hijo. La flecha del tiempo sólo apunta en una dirección, y los vivos debemos hacernos cargo del mundo que nos han legado los muertos. Nuestro miedo a la muerte no es más que el temblor del pastor cuando está en pie ante el rey, cuya mano va a posarse sobre él como un honor.

>> Tú eres joven, todavía estás formándote como persona. Atesora, pues, sus enseñanzas. ¿Has descubierto algo en tu búsqueda?

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15/02/2017, 22:29
Calístrato de Mileto

Me sorprende que el hombre que me saludó pidiendo que le invitara a beber haya acabado por pagarme la bebida a mí.
-Gracias viejo. A tu salud.
Miro el documento que me ha proporcionado. Estamos ya los dos visiblemente borrachos. Sin embargo puedo aún distinguir el sello del Emperador.
-Muy bien, viejo. A ver a los íberos vamos. Podemos zarpar en dos días, para entonces tendré la nave lista.
¿Que carajo vamos a hacer tan al oeste? -La borrachera me incita a preguntar - Déjame adivinar, ¿es secreto de Estado?

Notas de juego

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16/02/2017, 00:15
Jenócrates de Tenedos

-Sí, o no, o yo que sé... -ni siquiera presto atención a lo que me dice Calístrato. La conversación que mantienen los recién llegados me tiene intrigado.

-¿De qué cojones están hablando? El persa ha dicho algo de una "torre del silencio" y... los magi, ¿los sacerdotes de Zoroastro? Pero los otros dos son cristianos... -voy murmurando, casi susurrando, hablando conmigo mismo. Es, al mismo tiempo, un defecto y una técnica que utilizo para clarificar los pensamientos. Especialmente, cuando llevo unas copas de más. -¿Se refiere a los magi que cita Mateo? El evangelista, no el sármata. Es poco probable, pero no se me ocurren muchas más ideas...

Caigo en la cuenta de que el capitán sigue ahí.

-¿Qué te parecen esos extranjeros? ¿Se traen algo entre manos o este griego borracho ya ve conspiradores por todas partes? -le pregunto. Si no saco nada en claro de todo esto, o al final, no me lleva a nada, al menos puedo seguir evaluando las aptitudes del de Mileto. 

Notas de juego

Joder con las referencias, lo de la torre de silencio lo he tenido que mirar. Doy más que por supuesto que Jenócrates no tendría ni puta idea de qué es. Por mi parte, ya poco que añadir a esta escena. 

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16/02/2017, 10:17
Calístrato de Mileto

Conspiración. Extranjeros. Solo esas palabras retumban en mi cabeza. Multiplicadas por el efecto del vino. 

-Vamos a enterarnos. - le digo sin mirarle.

Lo agarro por la capa de la misma manera que los perros agarran a sus crías por el cuello. Lo levanto de la silla y lo arrastro hasta la mesa de los extranjeros.

-Ya que os fuisteis sin decir nada, nosotros nos unimos sin permiso a vuestra conversación . -digo al grupo.

Siento el viejo en una silla como si lanzara un saco de almendras y me quedo de pie con los brazos cruzados.

-Mi amigo el viejo está interesado en vuestra conversación, piensa que podeis estar conspirando contra...- miro al viejo para intentar recordar contra que conspiraban estos extranjeros, pero no recuerdo que lo dijera, de hecho no lo dijo.- ...contra la Iglesia, o el Imperio... o Justiano... ¿eh? ¿Que tenéis que decir?

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16/02/2017, 14:30
Gaius Tertius

"¿Esto es un chiste?", Pienso. "Dos sacerdotes, un marino mestizo, un viego mendigo y un magi entran en una taberna. ¿Por qué me haces esto, Dios mío?"

-¿Conspirar? ¿Dos sencillos sacerdotes? No, buen señor. Esto es meramente un reencuentro entre mi mentor y un viejo amigo suyo, al que quería presentarme.

Miro al mestizo de arriba a abajo, reparando ahora en el sobrecogedor olor a vino de su aliento. "Genial, está como una maldita cuba"

-Está usted interrumpiendo un momento muy emotivo entre ambos.-Añado, con expresión conciliatoria.

 

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16/02/2017, 19:27
Calístrato de Mileto

-¿Dos sacerdotes?-intento procesar- ¿Que es tan emotivo? ¿Uno de los dos ha descubierto el sexo de los Ángeles?
Miro al Mercader al que ahora confundo con un sacerdote.
-Ese desde luego ha descubierto la buena vida en la tierra. Seguro que no fue profesando el Evangelio. ¿eh? ¡Viejo!-le grito a Jenocrates aunque esté a mi lado- ¿Te parecen trigo limpio?

Notas de juego

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16/02/2017, 19:46
Jenócrates de Tenedos

-No. Vuelvas. A. Hacer. Eso. En. Tu. Puta. Vida. -Le digo a Calístrato, aún recuperándome del viaje inesperado.

-No lo sé, no lo sé. Tanto usted -me dirijo al persa-  como vosotros dos. Están todos muy lejos de casa. ¿Habéis recorrido todos medio mundo sólo para contaros vuestras penurias? Y todo este asunto de los magi... dudo que a los cristianos les haga mucha gracia. Pero, en el fondo, qué sé yo, sólo soy un viejo agrimensor. -Mientras suelto este discursito miro a los extranjeros y trato de averiguar, por sus expresiones, si sus intenciones son honestas, pero voy tan pedo, que mis interlocutores podrían ser las Tres Gracias y no darme cuenta.

 

 

 

- Tiradas (1)
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16/02/2017, 20:52
Marco Valerio

— Hermanos, no somos extranjeros. Todos aquí somos cristianos, y provenimos del mismo país en la memoria silenciosa de Dios. "Magi" no es más que una palabra persa para referirse a "sacerdote". Basta ya de purismo y estupidez provinciana griega, ¿o es que aquí en Constantinopla hacéis liturgia en arameo?

>> Dicho esto, ¿seríais tan amables de dejar de echar vuestro apestoso aliento a las barbas del jefe de la embajada diplomática de la Iglesia Romana en Constantinopla?— dice, irguiéndose en toda su ostrogoda altura, mostrando el broche del obispo de Roma en su túnica. Su figura irradia poder, quizá por el broche, la edad venerable o la altura norteña.

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17/02/2017, 03:31
Ormuz

Ormuz se levanta a la par que su amigo, deja que éste se tome unos segundos de delicioso dramatismo que enfatizan sus palabras. Luego, hace una breve reverencia.

-Mi nombre es Ormuz, disculpad mis ropajes, denotan un estatus que alcanzó en sus mejores años su anterior portador, mi difunto tío. Ahora las porta un humilde sacerdote que ha encaminado sus pasos por otra tortuosa senda. -El griego estudiado se hace notar. Degusta las palabras de este bello idioma. No puede reprimir su acento, ni tampoco lo desea, le gusta como suena en sus oídos. Sonríe levemente.

-Lamento informaros de que no conspiramos contra nada, como bien ha dicho el pupilo, solo nos estábamos poniendo al día.- Dicho esto se sienta de nuevo y se apoya en la mesa, expectante. Ahora no sonríe, ahora observa.

Notas de juego

Que divino es Marco xD

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17/02/2017, 10:08
Calístrato de Mileto

Tanto palabrerío me ha dejado confuso. Magi. Embajadores. Espera. Nos han llamado estúpidos a los griegos.

Cierro los puños automáticamente como siempre hago cuando busco pelea.

-Mi nombre es Calístrato y soy capitán de la Danäe. -digo tambaleándome un poco- Puede ser usted el mismísimo Papa, que como nos vuelva a insultar a los griegos, pasará a ser el Papa sin dientes. O peor, el fallecido Papa.

Miro al pupilo para ver cuantos puñetazos me costaría tumbarlo. Uno en la mandíbula bastaría. El persa tiene pinta de ser más duro, pero una patada en los huevos lo dejaría en la Torre del Silencio.

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17/02/2017, 14:09
Magister

Y entonces, silencio. Todo el mundo en la taberna está pendiente de vosotros. Un chiquillo sale gritando, atrayendo al gentío porque parece que va a haber una riña de borrachos. Y a los borrachos le gustan las riñas de borrachos.

El problema es que no todo el mundo en esa taberna está bebido. Algunos de los mercaderes y comerciantes que han ido hasta allí para encontrar un lugar tranquilo en el que organizar sus transacciones miran al joven marino con desconfianza y molestia. Uno de ellos hace venir a un muchacho de unos once años, de estos que merodean entre los suburbios como las moscas alrededor de la mierda, y le dice unas palabras al oído. Veis como le desliza unas monedas negras en la mano. Menos da una piedra.

El muchacho sale corriendo sin que nadie le oponga resistencia; Calístrato y Jenócrates están sin duda demasiado bebidos para pensarlo.

Marco Valerio entorna los ojos con fastidio. "Genial", piensa, molesto. Él sólo buscaba un lugar tranquilo en el que hablar, y ahora el matón griego ha atraído a la guardia de la ciudad.