— Y ..¿El resto te gusta? - pregunte. De hecho, me sentía mucho más segura en las cabinas. Estando junto a ti volvían a surgir muchos de los miedos que me habían acompañado.
Mire la mano que posabas en el muslo e instintivamente, puse mi mano sobre la tuya enlazando los dedos.
Suspiré y seguía mordiéndome los labios.
— No es miedo lo que me provoca y ...no son los tatuajes.. — dije lentamente — ... no precisamente ellos.
Respiré con dificultad y me moví un poquito acercándome a tí.
— Me resultaba más fácil hablar contigo con la mampara —. Confesé mirando su mano z acariciando el dorso con el pulgar
—El traje no es más que el envoltorio de mi regalo —dije apretando tu mano y mirándote directamente a los ojos. Al entrelazar nuestras manos sentí como temblaba un poco tu cuerpo. El suspiro, tu boca mordiendose como si quisiera decir muchas cosas pero no pudiera.
Puse mi cabeza en tu hombro y te susurré— ¿Por dónde quieres que empiece? ¿Por tus hipnóticos ojos o por tu generoso escote? –levanté la cabeza y te di un beso tierno en la comisura de la boca —¿De qué tienes miedo?
Te acodé junto a mí cuando parecías buscar cobijo y me guré para rodearte con mis enormes brazos. No obstante contesté a tus palabras con cierto pesar —No digas eso, Daphne. Ahora estamos nerviosos pero en cuanto nos vayamos de luna de miel podremos relajarnos.
Al sentir como tus brazos me rodeaban, me relaje un poco.
— Me era más fácil hablar contigo cuando no sabía que... — dude — ...que estabas tan - baje el volumen — ...bueno.
Ya está, lo había dicho. Me hacia sentir más cómoda el tener sus brazos rodeándome. El beso me hace cerrar los ojos, disfrutando tu contacto fugaz.
Dejé la cabeza en tu hombro observando las formas geométricas desde ahi.
Los labios suaves , los ojos rasgados me transmitían tanto.
— No tengo ninguna duda - te aclare — Tengo miedo de no ser suficiente. Ya lo tenía antes y ahora me siento algo intimidada.
Besé su cuello y me giré quedando casi recostada en tu lado, depositando la mano en el abdomen.
— Literalmente eres Apolo — divertida
Suspiró y sonrío —Puedes cerrar los ojos y dejarte llevar por mi voz pero...no dejes de hablarme.
En cuanto apoyaste la cabeza en mi hombro te di un beso en la frente —Daphne, eres la persona que me ha enamorado. No te infravalores.
Cierro los ojos cuando me besas el cuello y acaricio tu muslo mientras suspiro —Yo también tenía miedo de que vieras mis tatuajes y ... —estaba disfrutando de cómo los besabas.
—Cuando tenía dieciocho años no me atrevía a hablar con ninguna chica por todo lo que pesaba, con veinte por mis pieles colgando, con veintidós por las cicatrices de mi operación. Con veinticuatro sentía miedo de que no aceptarán mi aspecto. No soy demasiado normal, nunca lo fui. Pero eres de las personas que más a conseguido que me abriera. Quiero que sigas siendo mi ninfa de los bosques.
Suspiré. Tus besos sorbe mi piel eran como un bálsamo.
— Tendré que acostumbrarme a estar casada con el guapo de la clase — resignada y luego me entró un pequeño ataque de risa al escuchar lo que decía.
El muslo quedaba muy cerca de tu muslo duro. Era un contraste curioso, lo redondo y rubicundo de mi piel y la firmeza y tonicidad de la tuya.
Cerré los ojos para relajarme, como había sugerido mi prometido. Prometido. Aún me costaba pensar.
— Dijiste que se te quedaron muchas preguntas. Si quieres, hazmelas , como en la cabina, así me relajare.
De alguna manera ha hecho que caiga uno de los zapatos y sobre ti parecía más calmada
—Nunca he sido el guapo de la clase, así que no me voy a quejar de que me lo digas. Pero si me apunto a rey del baile tú vas a ser la reina.
Di un golpecito de mi rodilla con la tuya y te sonreí.
–Sí, me quedan muchas. La primera ¿Qué tal te suena Walter Collin-Ross? ¿Qué significa la ese de tu nombre? Y como regalo te añado. Ahora que ya me conoces ¿Me ves con falda escocesa?
Mis manos seguían aferradas, entrelazando tus dedos y jugueteaba con los dedos. Por un instante me llevé la mano al pecho y por el cuello de la camiseta saqué una cadena donde colgaba el librito plateado que me ofreció en la primera cita —Tenemos aún muchas páginas que escribir...
— Walt, cielo, te he abrazado. Eres directamente el Quarterback de la clase y yo soy la Nerd que va detrás de él. Tampoco me voy a quejar.
Tener la rodilla cerca me hacía sentir tu proximidad y me daba cuenta que a pesar de todo, mi cuerpo reacciona muy bien con el tuyo.
— Me suena bien ese nombre, pero no me parece justo. Tú ya vas a venirte — musita — ¿Y si lo echamos a piedra, papel o tijera? Además, después de verte, creo que la falda te quedaría perfecta. Ahora sí, no prometo que me contenga para ver lo que hay debajo. Al mas puro estilo adolescente — me reí con suavidad y complicidad.
Al ver la cadena se ríe llevando la mano en la boca, divertida, a lo que acto seguido también saca una cadena donde hay una D y al lado el anillo que le regalaste — Hemos tenido la misma idea — . El brazalete ya lo llevaba puesto
— La S es por Sophie, el nombre de mi abuela materna. Daphne por mi tía y Sophie por su madre, me abuela. Ambas murieron en un accidente de tráfico, antes de que yo naciera.
Gute Nacht, ich gehe ins Bett :)
—Siempre me han caído mal los Quarterback—dije con cierta ironía —Si te llevará a ver mi pasado como el fantasma de las navidades pasadas verías que el bueno de Walter era el gordito de la clase. Sigo llevando a ese niño dentro...
Escuché tus palabras y negué ante la posibilidad de arreglarlo haciendo uso de un juego de azar. —Lo discutiremos durante nuestra luna de miel –y me eché a reír con tu broma a la que contesté —vaaaya, la novia a sacado el picante...
Miré como sacabas la cadena de entre tus pechos y no pude evitar quedarme mirando tu escote hasta que me hablaste. Eso me hizo reaccionar —Humm el mundo de Sophie, Tengo ganas de recorrer minuto a minuto de tu piel...
Ich wünsche Euch schöne Träume, Prinzessin. :P
— Como el fantasma de las Navidades pasadas — repetí con el — Iría y te abrazaría. Te diría que todo va a salir bien. Es una de las mejores historias de Dickens. Mamá solía sentarse en mi cama a leermela durante las navidades.
Asentí a la sugerencia de decidirlo durante la luna de miel y entonces elevé un poco el tronco para acercarme al oído y susurrarte muy bajito pero muy seria — La novia ha sacado el picante desde que te vió — te confesé bastante sugerente — A este paso, me van a echar de aquí, porque ciego, ciego, lo que es ciego, no está siendo — dedicándote un repaso de arriba abajo
— Cierto, el mundo de Sophie. Aunque solo me llama así mi madre cuando está realmente enfadada. Y si lo hace usa todos los nombres del santuario, apellidos y lo que te dé la gana. Entonces sabes que , casi es mejor no aparecer.
Miré tu ojos y me sonroje al ver desviar la mirada, dejando la cadena por fuera del vestido.
— ¿Tú tienes algún nombre intermedio?
Danke, Ich habe von griechischen Götter geträumt :)
Guten schönen morgen und froh schaffen!
Te miré visiblemente entusiasmado y comenté —Ya me estás abrazando. Es lo que importa. Ese cuento sí que es una metáfora bonita de la Navidad.
Una sonrisa pícara se dibujó en mi boca con tu comentario y añadí en la misma línea —Vaya, vamos a tener que ponernos a cocinar en cuanto salgamos de aquí.
El semblante se me puso un poco serio al hablar de tu madre y le dije —Bueno, y ahora que me has visto... ¿Qué opinión crees que tendrán tus padres? Que sepas que es algo que me preocupa bastante. No soy alguien lo que se dice normal.
En cuanto te sonrojaste no pude evitar una sonrisilla y te di un beso antes de negar con la cabeza —soy solo waaaaalter –finalicé imitándola.
Jajaja soñando ya con dioses griegos y todo! Dame un poco de eso que tomas para dormir :P
— En el teatro central de Fort, representan la víspera de Navidad, esa obra. A mí me gusta y podríamos ir este año. Sería un plan precioso.
Al acercarte a mi oído, me lleve la mano a la boca, mordiéndome el labio, con los vellos de punta por el susurro.
—¿Sabes? Tenía miedo que no tuviéramos química en persona. Ahora me da miedo no poderte quitar las manos de encima, en cuanto estemos realmente a solas — le dije mirándote casi bizca, fijándome lo coqueta que tiene la punta de la nariz y volviendo a tus labios de nuevo — Tienes unos labios preciosos y me vienen a la mente preguntas que no se me habian pasado antes por la cabeza.
Volviendo al tema peliagudo de mi familia, eché la cabeza para atrás y suspiré
— Si te soy sincera, no se cómo van a reaccionar. Bueno, mi madre si que me va a mirar elevando una ceja y no se va a creer que nos comprometimos ANTES de vernos
Sonreí con la imagen de mi madre diciéndome algo así como ”Didi, cariño, todas somos mortales y cuando la naturaleza llama, llama. Si le quieres vender a Papá que no os habéis visto, antes yo te voy a apoyar, pero que todos tenemos ojos en la cara y empiezo a explicarme eso de casarte rápido"
De hecho no solo me sonreí, sino que me reí, así que al ver tu mirada extrañada, te lo comenté, poniendo la voz de mamá.
— Mi padre es harina de otro costal . Tiene muchos tiros dados así que será bastante inquisitivo. No va a ser el tema de los tatuajes lo que le resulte raro. Ha vivido en zonas muy degradadas, como parte de la tapadera laboral. Creo que sí ve que me haces feliz, no pondrá pegas.
— ¿Y por tu parte? Alguien que tenga que darme el visto bueno, además de Lucky?
—Plan anotado en la lista de tareas futura. Me encantará verla —dije con toda la ilusión del mundo—. Me va a gustar estar en Fort.
Mientras te explicas paso una mano acariciando tu pelo –Yo tbién estoy deseando quedarme a solas contigo —mientras mis dedos se ensortijaban bajando hasta tu nuca donde me quedé acariciándote –Tus labios también son preciosos. ¿Ya sabes que puedes preguntarme todo lo que quieras?
Escuchando con atención quise disipar las nubes negras que me salían en torno a sus padres y afortunadamente sus palabras parecían ser tranquilizadoras. Aunque por experiencia prefería ser cauto y paciente antes de hacer más comentarios al respecto.
Me reí con la pregunta y contesté —Lucky va a ser un hueso duro. Pero seguro que le acabas encantando. —reflexioné un instante —me gustaría que te conocieran Kevin y Maggie que viven en Nueva York. Theo y Ágata viven en Alemania pero seguro que se ponen a preparar algo en cuanto los llamé.
— Espero que te guste, quiero te que sientas cómodo. La ciudad es fantástica y si alguna vez necesitamos algo de frio, podemos ir al norte. Hay zonas preciosas cerca de Canadá que me encantará ver.
Cerre los ojos al tacto de tus manos en el pelo y empezabas a descubrir que los masajes me.gustaban más de lo esperado. .
— Ahora mismo es más lo que quiero hacer que lo que quiero preguntar — afirmé con los ojos cerrados.
Aún disfrutando de la caricia, me di cuenta de tu preocupación, al mantener silencio.
— Tranquilo, ya sabes que cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él — abrí los ojos para tranquilizarte — me estoy dando cuenta, que podrías hacer lo que te diera la gana solo con esto — refiriéndose a las caricias en la nuca, casi ronroneando — Trataré de ganarme a Lucky, por cierto.
Escuchar que podía venir gente de parte tuya, me alegró mucho.
— Me encantará conocer a tus amigos. En casa hay sitio para que se queden. Podemos enseñarle la ciudad y organizar alguna escapada. Es algo que me hace ilusión.
Vuelvo a acariciar tu rodilla jugueteando con tu pierna y mi pierna.
— Hagámonos una promesa. Decirnos las cosas aunque no nos guste escucharlas. No quiero despertarme un día y darme cuenta que vivo con un extraño, que se ha instalado el silencio o que hay rendijas que rompen el matrimonio. Prefiero saber algo a tiempo, que llegar tarde.
—¿Frío? Creo que me podré acostumbrar a andar descalzo y llevar poca ropa. Tal vez de vez en cuando eché de menos meterme bajo una mantita pero eso lo podemos dejar para los viajes a Alemania –dije guiñándote un ojo.
Viéndote disfrutar de las caricias seguí acariciándote la nuca— propón lo que te apetezca. Podemos probar cosas.
Me eché a reír con aquella frase sobre las caricias y contesté —No todo el mundo está dispuesto a dejarse acariciar ni yo dispuesto a acariciar a todo el mundo así que... No es tan fácil hacer lo que uno quiere.
—Espero que te gusten —dije sobre mis amigos —Kevin es un tipo particular que está... Más tatuado que yo. Pero tiene un fondo estupendo y su pareja Maggie es una chica muy dulce. Cómo que es pastelera —dijo con alegría —a Theo lo conozco desde hace mucho, un tipo de mundo, brasileño de la parte alemana, igual que Ágata, que llegará a ser actriz y fue la que me metió el gusanillo de actuar.
Mi mano va también a tu rodilla y la acaricio con suavidad mientras asiento a tus palabras —De acuerdo. No soy especialmente silencioso, pero entiendo que habrá cosas que procesaremos de forma diferente. Eso sí, no me gusta hablar de estas cosas con gente delante. Prefiero hacerlo a solas,.en confianza. Espero que estés de acuerdo con esto.
— Lo del frio, es pocos días al año en Fort. Pero el tío Joss tiene casa en Nueva York, así que podemos ir allí en Noviembre para el alumbrado en el Rockefeller Square. Y..¿Patinar? Um? — sugerí tentando al destino.
— Para lo que quiero hacer, me sobra gente y cámaras — deje caer a tu oído — Sigue, no pares, me está encantando. Tranquilo, me dejó acariciar y más si es por ti. Tienes unas manos que transmiten mucho. Como si transmitieran energía y calidez.
Con algo de indolencia elevé los ojos para no cambiar la postura
—¿Más? No he visto .....todo pero más tatoos, lo veo complicado. Y si Maggie es pastelera, tengo muchas ganas de que me enseñe a hacer algunas cosas. Si son amigos tuyos, me van a gustar.
Apoyé mi mano sobre la suya que me daba su apoyo.
— Estoy de acuerdo en que los trapos se laven en casa. Pero que se lave. Y que si algo no te gusta, lo digas. Quiero que tengamos esa confianza. Los problemas se vuelven una bola de nieve cuando no se hablan y quiero que nuestra relación se base en esta conexión y en la confianza.
Solté una respiración algo más densa y finalmente agregué.
— Igual que si no te sientes preparado o te sobrepasa esto o te parece precipitado y necesitas más tiempo, prefiero saberlo.
—También podemos quedarnos en casa de Kevin y Maggie. No está bien que todo lo pongas tú. Aunque me alegra e ilusiona que seas tan resolutiva.
Una sonrisa forzada se marcó en mi rostro. Así que contesté —¿Quieres ver a un gigante partir la pista de un cabezazo? O peor aún...que te caiga encima...—dije azorado —No soy hábil sobre ruedas...
Se me dibujó un gesto pícaro —Uhh vaya, ¿qué será lo que quieres hacerme? –te susurré —recuerda que me dijiste que me harías un masaje.
Me reí —te puedo asegurar que tiene más que yo, y también da un poco más de miedo, pero es un tío tranquilo. Maggie no. Ella es un huracán. Seguro que estará encantada de enseñarte alguna receta mientras la hace y regaña a Kevin y me cuenta a mí su última anécdota en el trabajo. Es majísima.
Asentía con convicción mientras te aseguraba —Las bolas de nieve las dejamos para una guerra en Navidad— y dicho esto te di un beso inesperado temiendo que en cualquier momento nos tendríamos que ir cada uno por su lado. Luego contesté a la cuestión —Puede funcionar, o puede que no, nos queda mucho trabajo que hacer por delante pero independientemente de eso... Voy a cuidar mi parte de responsabilidad emocional en esto.
Corregí erratas porque vaya lo escribí con prisa y vaya tela... XD
— No te preocupes por eso. Vas a hacer algo mucho más importante. Pero si te hace ilusión, nos quedamos con ellos.
Observé la sonrisa forzada y traté de darle algo de humor.
— Te puedo poner la cosa esa que usan los niños para no caerse — graciosa — No quiero verte caerte, solo pasar un buen rato y si no se te da bien, siempre podemos hacer otra cosa. Pasear por esa zona en invierno, con las luces, siempre es precioso. Iremos acomodándonos, seguro.
Recibí el beso fugaz, pero cuando fue a retirarse, la mano sujeto desde delante el cuello para que siguiera en esa postura y pude saborear tus labios con la punta de la lengua.
— Por lo pronto — susurré a milímetros de tu boca, sujetando aún la cabeza — probar qué sabor tiene tu cuerpo. Y darte ese masaje. Tienes músculos duros que deben ser agradables de tocar.
Liberé tu cabeza, perdiéndome en tu mirada.
— Haremos que funcione — entrelaza los dedos en tu cabello largo — Lo siento dentro de mi. Aunque nos conocemos de poco, esto que siento al hablar contigo, o al estar cerca tuya, es tan intenso, que me asusta. Nunca había sentido con esta fuerza — confesé entre susurros
—Me gustaría compartir eso contigo, sí. Kevin es un tipo del que aprendí mucho. Maggie lo llama Hades porque bueno...tienes que verlo. Y se enamoró de Maggie el día que ella se presentó como Perséfone... ¿Qué te parece la historia? —dije poniendo carita vergonzosa.
—¿Uno de tamaño industrial? —dije con una carcajada —Lo intentaré pero prefiero caminar por Central Park o Broadway.
No me había aún retirado de tus labios cuando sentí que me retenías mientras probabas mis labios. Aproveché la ocasi9n para abrir la boca y atrapar tu lengua entre mis labios y luego presionarla levemente. Cuando la liberaba una sonrisa pícara se dibujaba en mi cara "te atrapé" parecía decir.
—hummm mi ninfa... Por favor, que empiece ya la luna de miel.—dije impaciente. Aquel juego siempre me había tenido impaciente, antes de empezar, durante y ahora mismo. Era como si no me permitiera ser libre.
Una vez liberada la cabeza no la separé demasiado, lo justo para mirarla y escuchar sus pretensiones —Eso es.porque estábamos destinados a encontrarnos... ¿Crees en ello?
- Me van a caer bien tus amigos. Es como la historia de Daphne y Apolo. Lo mismo son tan graciosos como nosotros. Así cuando Tánatos se quede con tito Kevin y con tita Maggie, no se sentirá raro. ¿O era Morfeo? He perdido la cuenta de los posibles nombres de Mr. Nobody - me reí divertida. Hay que tener valor para presentarse como Persefone, asi que me parecía que la muchacha iba a llevarse bien conmigo.
- Si prefieres caminar, caminaremos. Tiene que ser un lugar romantico y encantador. Tu mano sobre mi hombro y yo con los dedos enlazados. Me seduce la idea. No necesito ir a patinar, si tu no puedes venir o si vas a tener un accidente.
Los roces y los besos empezaban a incitar cada vez más y el pensar en estar alejada de él, en cuanto terminase nuestro tiempo en la sala de presentación, me resultaba agobiante.
- Tu eres todo un dios. Pero creo que en vez de Apolo, eres todo un Eros - comence en un tono suave y delicado - Esta ninfa espera poder ser una ninfa de verdad y mandar las flechas de Eros a tomar viento, y disfrutar con mi Apolo.
Lo más gracioso es que nunca había sentido esta sobrecarga, esta tension, todo.
- Si no creo en el destino, debo de creer que tengo una gran suerte por encontrar alguien con quien poder charlar de muchas cosas y que sin esperarlo, me veo teniendo atracción física. Estaba preparada para todo, pero no para encontrar semejante, escultura griega - me reí, apartando un mechón que se escapó de la frente.
Me venían muchas dudas a la cabeza.
- ¿Crees que tendremos compatibilidad... bueno ... - titubeé al decirlo - en el lecho? Es uno de los cuatro pilares fundamentales del matrimonio. Lealtad, Confianza, Atracción intelectual y Atracción sexual - obviamente, despues de que haya pasado el periodo de la L.