Partida Rol por web

9 de Octubre de 2015. Viernes.

Es por la mañana temprano y aún no tienes que entrar a trabajar, hoy tienes turno de tarde, así que duermes tranquilamente en tu cama, sabiendo, ahora que vives solo y que no tienes que aguantar a los pesados de tus hermanos, que puedes estar ahí todo el tiempo que quieras, o eso pensabas.

Vives de alquiler en un piso de dos habitaciones, un baño, un salón y una pequeña cocina. No es gran cosa, pero no te quejas, no está nada mal, además te ha costado muy barato el alquiler para la zona que es, demasiado barato dirías tú, incluso llegaste a pensar que tenía que tener algún truco. Pero después de una exhaustiva investigación, no descubirste nada raro en el piso.

La señora Potty, la mujer que te lo alquila, vive justo encima tuya y el primer día te recibió con una tarta de manzana, que aún te queda.

Por la ventana se podía apreciar que hacía un día horrible, soplaba el viento y parecía que iba a llover. Aunque no te podías quejar del paisaje, había hojas caídas en el suelo, dejando una vista que bien podía ser la de un cuadro.

Estás tranquilamente en tu cama, cuando suena como si unas llaves estuvieran abriendo la puerta de tu casa, y efectivamente, la puerta se abre, unos tacones entran, y la puerta se cierra. ¿había entrado alguien en tu casa? pero si no le habías dado copias de las llaves a nadie!! que raro...

-¿Qué?- Me pregunté a mi mismo cuando escuché la puerta. 

Mi corazón latió por un momento a mil. ¿Era una mujer lo que había entrado? Por un momento pensé que fuera la casera pero no me la imaginaba en tacones. Algo más tranquilo tras unos segundos, salí a investigar quien podría ser. Quizás había sido justo enfrente y sonaba como si estuviera en el mismo piso...

Te encuentras en tu salón, a una mujer muy atractiva. Lleva una camisa blanca muy femenina, una falda formal de traje, de color negro, por las rodillas y unos taconazos importantes.

cuando te ve, se queda sorprendida y asustada, desde luego no parecía que esperase a nadie en la casa. Te empieza a tirar cosas, todo lo que pilla.

AAAAAAAAH!!! QUIÉN ERES TÚ? FUERA DE MI CASA??? QUIERES DINERO?? TE DARÉ TODO EL QUE QUIERAS, PERO NO ME HAGAS DAÑO POR FAVOR!!! te grita mientras te sigue tirando cacharros.

-¡Es-Espe...!-Intenté decir esquivando los objetos que lanzaba y protegiendome la cara con los brazos-¡Espera! ¡Si yo vivo aquí desde hace un tiempo! ¡Me lo alquiló la Señora Potty!

dejó de lanzarte cosas y te miró con desconfianza. Te lo alquiló la señora Potty? No puede ser, me lo ha alquilado a mí!!! Se sentó en el sofá y trató de relajarse antes de seguir hablando. Vaya mala suerte la mía, mi jefe decide enviarme de repente a esta maldita ciudad y yo sin apenas tiempo de buscar un piso, en el vuelo pierden mis maletas, y cuando llego al piso, que he tenido que alquilar por teléfono, al parecer ya está ocupado por otra persona. Pues para que te enteres, no me pienso marchar!!! parecía que había tenido un mal día, y te había tocado pagar los platos rotos.

Me alegró ver que se tranquilizaba pero yo me mantuve donde estaba pues aun desconfiaba de todo cuanto estaba pasando. Pero entonces caí en la cuenta.

-Eh, bueno... Hay dos habitaciones, así que seguramente la otra es la tuya.- Comenté bastante seguro pues dudaba que la casera hiciera ese juego sucio, más aun viviendo en el mismo edificio.-¿No será que a la Sra. Potty se le olvidó comentar el detalle de que sería compartido? Y siento que estés teniendo tan mal día. 

Parecía simpático y parecía lógico que si había dos habitaciones la señora Potty decidiera alquilarlas las dos, pero hubiera sido un detalle por su parte comentarlo y no hacerla pasar por todo esto, que casi se había muerto del susto. Ahora estaba mucho más tranquila, el chico que tenía delante le parecía de confianza. se levantó y se acercó a tí.

Pues sí, parece que somos compañeros de piso.... aunque ya hablaré con la señora potty de esto.... por cierto, me llamo Alexa Wood, encantada de conocerte. Te dio dos besos a modo de saludo. Sé que nos acabamos de conocer, continuó, pero puedo pedirte un favor? como he dicho el avión ha perdido mis maletas y necesito cosas nuevas....no conozco la ciudad y tampoco a nadie....

-Oh, ¡claro!- Dije al recordar ese detalle.-Necesitarás algo de ropa hasta que el aeropuerto te devuelva tus cosas, si es que las encuentra.

Medité un segundo recordando las tiendas de ropa y otros supermercados más cercanos para que la joven pudiera empezar su nueva vida aquí. Tras hacerme un mapa mental de donde podríamos ir, me decidí.

-Hay un par de tiendas cerca de aquí donde podrás comprar tanto ropa para salir como interior y pijama. Luego, si tienes ganas, nos acercaremos a algún supermercado para que compres lo que necesites para ir empezando. Te ayudaré en lo que haga falta, somos compañeros. Y me llamo Hector de Entrerríos, encantado. Primero vamos a comprar lo necesario y luego te enseño el barrio si tienes energías.

Alexa acepta agradecida y os vais a comprar las cosas necesarias para que pueda aguantar, al menos unas semanas.

Estáis en el centro, y ella se emociona con cada tienda por la que pasáis. Por lo que te cuenta, lleva toda su vida viviendo en su pueblo y la gran ciudad la impresiona bastante.

Al final de la mañana, ya tiene la suficiente confianza como para cogerte de la mano y tirar de ti para entrar en algún sitio.

Te debo un favor! Te agradece una vez que ya tiene todo lo necesario. Puedo invitarte a algo? No te deja responder, antes de que te quieras dar cuenta, ya estáis sentados en un bar y ya ha pedido una ración de patatas y dos refrescos.

Hector, tú crees en Dios? En el bien y en el mal? Crees que puede haber algo más? Como ángeles o demonios, o quizás fuerzas que no puedas explicar? La pregunta era extraña, además de sacarla de esa manera que no venía a cuento.

El día al final resultó ser realmente divertido. Ver su expectación en cada tienda, en cada calle... La chica era amable, divertida y, para colmo, increíblemente hermosa. Pero no me hice ilusiones pues era mi compañera de piso y la acaba de conocer. Tenía que conocerla y saber como era realmente.

-¡Vaya, gracias!-Dije aceptando su invitación. Las preguntas que me hizo tan de sopetón me resultó un tanto extraña pero no me importó responderla.- Pues... No se si existe un dios o dioses pero si creo que hay cosas que, simplemente, no se pueden explicar y no son fruto de la casualidad. Este mundo es... caótico. Extraño. Ves bien y mal por todos lados. Antes la gente hacía el bien por que quería ir al cielo pero, en los tiempos de ahora... Hay un mayor libre albedrío y es más variopinto. No sabría que contestarte exactamente, la verdad. Ángeles... Demonios... Yo creo que todos somos en parte ángel y en parte demonio, en constante lucha en cada acción nuestra. Y al final siempre hay un lado que gana más que el otro. 

Me quedé meditativo un segundo, reflexionando sobre lo que acababa de decir que había siso expuesto de manera natural. Era lo que pensaba realmente sobre todo esto.

-Mira, mi vida no ha sido fácil. He sufrido muchas maldades de las personas pero jamás he perdido mi voluntad por ayudar al prójimo. Pero no soy tampoco una buena persona, no totalmente al menos. También tengo mis demonios. 

Ella te sonrió al escucharte.

Antes eran igual de malos, aunque le tuvieran miedo a Dios y quisieran ir al cielo, créeme. Te puntualizó a uno de tus comentarios.  Se acercó más a ti, y te habló en bajito, temiendo que la pudieran estar escuchando. Y si te dijera que sí existe Dios, el demonio y los ángeles? Su cara era seria, no se estaba riendo de ti o al menos no lo parecía. Después de unos segundos sonrió con picardía. Pero no te preocupes, yo cuidaré de ti. 

Su comentario era muy cierto pero lo siguiente que dijo me dejó aun más extrañado.

Lo dijo totalmente en serio... Supuse que es una chica creyente así que no le di mayor importancia pero no pude evitar sonreír con agradecimiento cuando dijo que cuidaría de mi.

-Bueno, somos compañeros de piso así que... Si cuidas de mi, yo cuidaré de ti.-Le contesté con esa sonrisa sincera que había surgido en mi rostro.-¿Qué te apetece hacer ahora? ¿Quieres dar una vuelta por el lugar? ¿Ir a un sitio en especial? ¿O quizás quieras ir a casa y descansar? 

Te sonrió y pagó la cuenta. Podemos ir a dónde quieras. Te respondió.

Por desgracia para ti, esta tarde te tocaba trabajar y no te quedaba mucho tiempo para estar con ella.

Bueno Hector, háblame de ti, tienes novia? En que trabajas? Cuáles son tus sueños? Ya que somos compañeros de piso y nos vamos a proteger, es mi deber estar informada sobre todo. Se hizo la seria, como si aquellas preguntas realmente tuvieran alguna relación con proteger a alguien. Supongo que un chico tan guapo como tú tendrá una novia, no? te sonrió con algo de picardía. Estaba flirteando? Parecía que un poco sí.

-Bueno...-Contesté con una sonrisa embarazosa.- Estoy en una tienda de videojuegos como encargado y en caja. Es un trabajo que me gusta y me permite ahorrar para montar mi propio negocio. Me gustaría ser mi propio jefe y, se que te va a sonar a cursilada, ganar lo suficiente como para vivir dignamente y mantener a una familia. Y actualmente estoy soltero, no ha aparecido nadie aun con quien compartir mi viaje que es la vida.

La situación era, cuanto menos, extraña. En mi mente empezaban a saltar alarmas por que todo cuanto estaba aconteciendo se saltaba la normalidad. Pero siempre fui paciente y calmado así que sólo esperaba algo que confirmara que o bien esto tenía gato encerrado o bien me había tocado un ángel. 

-Acabo de caer.-Dije dándome un suave golpe en la frente.-Tengo que entrar a trabajar más tarde. Si no te importa, deberíamos volver a casa y así poder prepararme. Podemos salir mañana otro rato si te apetece. 

Es un buen sueño,  estoy segura de que… se calla un momento y mira para atrás, daba la sensación de que alguien os seguía. Pone mala cara. Algún día lo conseguirás. Termina la frase.  Vamos mejor al piso. Te sonríe.

De camino la sensación sigue siendo la misma, estabas convencido de que alguien os seguía, y aunque ella parece más nerviosa, te sigue hablando como si no pasara nada. puedo comprar algo para cenar y beber para cuando salgas de trabajar te propone. Incluso y por qué no? te acompaño a la tienda de videojuegos, quiero verla! Intentaba sonreírte, aunque se la notaba tensa y pendiente de todo.

-¿Qué ocurre?-Le pregunté en voz baja, acercándome algo más a ella. -¿Nos sigue alguien? 

No me estaba gustando la situación y ahora las alarmas sonaban más que nunca. Lo presentía y notaba como mi cuerpo también se ponía en tensión y mis sentidos se agudizaban en búsqueda de cualquier señal de peligro. El día estaba siendo, sin duda, completo. Sólo faltaba que se metiera en una pelea.

-Podemos callejear, conozco bien el barrio y podríamos despistarle fácilmente.-Le sugerí.

¿Me estaba haciendo el valiente? No, si fuera así me encararía con la amenaza. Sinceramente, pensaba más en nuestra seguridad y la forma de evitar el conflicto. ¿Tenía miedo? Por supuesto, pero no dejaba que me dominara sino que lo usaba para que mi cuerpo fuera más rápido a cualquier estímulo que recibiera.

Es….un exnovio mío, está loco, me sigue a todas partes, además es un mentiroso compulsivo, si te dice algo, deberías ignorarle por completo y por supuesto no le creas. Te explicó ella.

Estuvisteis un rato callejeando hasta que la sensación de que alguien o seguía se fue. Ella respiró más tranquila y por fin pudisteis ir a casa.

Vaya, eres increíble, lo hemos despistado! te debo un favor. Se acercó a ti y te besó muy cerca de la comisura de la boca  Eres un encanto y hoy lo he pasado muy bien. Esta noche te invito a cenar! por cierto, él volverá y probablemente intente hablar contigo para contarte alguna mentira o asustarte. no le escuches ni le hagas caso, será lo mejor para ti.

La hora de trabajar había llegado. Ella decidió acompañarte al trabajo para ver la tienda de videojuegos y ya de paso comprar alguno para pasar el tiempo. Por suerte, no parecía que esta vez os estuvieran siguiendo.

-¿Te vas a llevar este? -Pregunté mirando la caratula. Hice todo el trámite para vendérselo- De acuerdo, podrás jugar en mi consola. Si tienes alguna duda yo te la resolveré si me llamas a la tienda y, de paso, te escribo mi móvil por si acaso.

Le pasé una tarjeta con el número del local y, con bolígrafo, el mío personal. La verdad es que estaba algo preocupado por el tema del exnovio y, no podía negarlo, curioso. La chica me empezaba a gustar pero la experiencia ya me enseñó que debía andar con mil ojos.

-Oye, ¿y si te quedas hasta el cierre? Me preocupa que te esté esperando o algo...- Le dije, compartiendo mi preocupación. 

Después de estar mirando un rato la tienda, se decide por un juego y se lo vendes. Le pasas tu número de teléfono y ella el suyo.

Me quedaré, no te preocu…. No termina la frase, le suena el teléfono móvil. Mira el número, alza una ceja. Es mi jefe, tengo que responder. Y sale del local para hablar por teléfono.

Y no pasa ni un minuto, que otra persona entra, y se acerca a ti. Te suena su cara. Ese no es el famoso tenista Roland Foster?? Si, eso parece.

Tengo poco tiempo, Hector, así que escucha atentamente.  No puedes fiarte de ella, no lo hagas; te está mintiendo, sacará lo peor de ti y acabarás siendo el tipo de persona que siempre has odiado.  Hablaba deprisa y mirando a la puerta todo el tiempo, como si temiera que entrara alguien. Lo que te está ensañando sólo es una máscara. Cuando la conocí me hizo lo mismo; siempre actúa así, se hizo pasar por una compañera de mi trabajo, fingió que la atacaban y Beth, mi exmujer, acabó matando a un chico inocente por su culpa.

Apoyando las manos en el mostrador, no supe si dar por cierto lo que decía. Sin duda, yo ya estaba más que extrañado por toda la situación desde que la joven apareció en el piso y, a pesar de que mostraba total confianza, los años me han enseñado a que nunca se debe mostrar todas las cartas y debes estar preparado para recibir un golpe por cualquier sitio. 

-Escucha, no te conozco. Ni la conozco a ella. Así que no os creeré a ninguno hasta que vea por mis propios ojos a quien debería creer.- Contesté mirándolo con decisión. Salí del mostrador y me coloqué a su lado, posando de forma amistosa una mano en su hombro mientras que con la otra le indicaba la salida.-Esto es una tienda y si no has venido a comprar, te pediré amablemente que te marches. Yo voy a vivir mi vida normal y ella es mi compañera de piso. Mientras no me cause problemas, no tendré motivos para expulsarla de mi vida.

Notaba la tensión de mi cuerpo y se habría podido notar en mi voz si no estuviese forzandome mentalmente a estar sereno.