Partida Rol por web

Finalmente el vehículo detiene su violento giro cien metros fuera de la carretera quedando sus ruedas hacia el cielo. Genmu al volante recibe bastantes golpes contra el techo y el volante. El motor humea y una columna de humo escapa de él. Pronto las llamas podrían apoderarse del coche y carbonizar a sus ocupantes….

Miro a un costado y el jodido buggy del merodeador se refleja en mis pupilas. Se acerca para embestirme, estos cabrones no pararán hasta que orinen dentro de mi cráneo luego de degollarme. Que lo intenten!

Escupo por la ventanilla, bueno... donde antes había una ventanilla y ahora simplemente hay un hueco sin puerta alguna. Suelto el acelerador y pateo el freno con todas mis fuerzas para quedar detrás del buggy. El idiota seguirá de largo y no logrará chocarme, je!

Muerdo mis dientes como si mi vida dependiera de esta maniobra, mi vehículo se pierde en una nube de polvo y humo. Cuando el olor a caucho quemado sofoca mi olfato, mi cabeza se nubla por la adrenalina pero aún así puedo ver el terrible accidente que han sufrido algunos de mis compañeros.

Me acerco hacia la moto en llamas de aquella mujer, su rostro me resulta conocido. Creo que se trata de Rose... Rose Mary.

El convoy había sufrido pérdidas importantes pero habían hecho pagar caro a los robapieles su osadía. Cada piel les iba a resultar cara. De todos modos era obvio que esta batalla no se podía ganar. Debían centrarse en escapar con vida. Para algunos ya era tarde, pero aún había esperanza para los demás. Pero tenía que darlo todo y lo iba a dar. 

Asintió con un gesto de aprobación cuando Sparks se dirigió a auxiliar a Rose. No esperaba que su compañero lo viese, el gesto era para sí mismo. Debía cubrirlo. Clavó rueda para hacer un derrape controlado y dirigirse contra un grupo de merodeadores que estaba en situación de poder perseguirlo y de nuevo, hizo rugir sus ametralladoras que escupieron metal con generosidad. En campo abierto las ametralladoras gemelas del interceptor devoraban con avidez carne y metal entre los miembros del grupo de motos. El derrape controlado del vehículo le permitía coger un mayor abanico durante la ráfaga. Finalmente controló el derrape y enderezó el vehículo para aumentar la distancia con respecto a sus maltrechos enemigos.

-"Fuerzas, no me falléis ahora, debo llegar a la línea final"- pensé envuelta en una profunda oscuridad, notando como mi consciencia se desvanecía y mis pensamientos crujían como un débil cristal.

-"No, no dejaré que la muerte me cubra con su fúnebre crespón... ni siquiera la muerte dura, todo se convierte en polvo... no quiero desaparecer."- pensé agotando mis fuerzas, cuando mi brazo alzado, tiritando, se derrumbaba. Mi alma y mis ojos bajo aquellas sucias gafas de aviador se turbaron por las lágrimas. Todo lo que percibía era tan hondo y tan negro...

De repente todo explota en mi interior y siento un profundo dolor, ¡seguía viva! -ahhhgg- emití un pequeño sonido casi imperceptible, exhalando mis pulmones, sintiendo que el alma se me escapaba por la boca.

El dolor y una fuerte sensación de ingravidez rápidamente me hicieron perder el ápice de consciencia que a duras penas había conseguido mantener tras mi violento accidente.

El coche da vueltas y vueltas y vueltas, no noto nada, el chute de adrenalina no me deja sentir nada, es como un shock, simplemente veo el mundo girar y girar. De repente todo para, y de golpe noto el dolor. El cuerpo apenas me responde, pues mi cabeza sigue dando vueltas. Noto calor, el coche se pone a arder.

El tanque de gasolina...

Mi mente poco a poco empieza a reaccionar, mis manos aún torpes intentan quitarme el cinturón de seguridad, tras dos intentos lo consigo. Observo que Speedy sigue en el coche, pero no se mueve, y no llego a ver si respira o no.

Me arrastro por el coche y le quito su cinturón. Me la echo a un hombro, y con la otra mano cojo mis bolsas. Intento abrir la puerta y no se abre, la abro de una patada, y como puedo me tambaleo para salir al asfalto y alejarme del coche, que en breve puede explotar.

Veo que bicho esta tirado en en asfalto. Intento ir hacia él, más pendiente de los coches que vienen que de otra cosa

El autobús para bruscamente junto al coche ardiendo, que parcia una dantesca mole de hierros girando y dando vueltas en la carretera. Cojo el extintor con fuerza y tras abrir la puerta amarilla acristalada con refuerzos de una rejilla de acero fundido, salgo de un salto mientras veo que el conductor empieza a salir del vehículo con una mujer joven de pelo negruzco calcinado que supongo es por el humo del fuego. La joven está inconsciente y quien carga con ella no parece en mucho mejor estado, mucha sangre sale de heridas abiertas en su cabeza, la mirada parece un poco perdida al menos desde estoy yo y en la otra mano lleva unas bolsas cogidas con férrea fuerza.

Antes de accionar el extintor contra las llamas veo que hay otra persona en el coche, en la parte de atrás de este, yace con mascara de gas puesta sobre su rostro por lo que no es distinguible la edad de este. Miro al techo del autobús mientras digo Sr. Van Zan necesitaremos que nos cubra, si alguno de esos malditos robapieles se acercan espero que Lulú (que es como cariñosamente llama a su fusil), les haga replantearse el atacarnos e incluso les dé un viaje gratis al Vallhalla.

Tras decir eso, me santiguo y empiezo a usar el extintor contra las llamas del vehículo accidentado, es entonces cuando alzo la voz con fuerza para que me escuchen el resto de los componentes del grupo que vamos en el autobús, ¡por favor Sr. Topanga si puedes auxiliar a los que están saliendo del coche se lo agradecería! Sin dejar de dar órdenes que espero que cumplan por propia voluntad y con diligencia sigo gritando. ¡Sta. Sandy si es posible contenga con arena el pequeño fuego que se ha iniciado en la parte trasera del autobús sería una pena que perdamos este vehículo cuando más lo necesitamos! Sin parar a respirar casi sigo diciendo, ¡Sr. Dread, si es tan amable necesitamos su inestimable ayuda aquí! Comento señalando al joven de la mascara antigás inerte en la parte trasera del coche, ¡luego intentaremos ver si podemos quitar esa motocicleta atorada en la parte trasera del autobús!

Una vez termino de apagar el fuego corro a apagar el de la parte trasera del autobús.

-Van Zan:

Ok pater, Lulú a punto y caliente, digo en voz alta ante la petición del predicador.

Es entonces cuando acerco mi ojo a la mirilla de Lulú y observo, lo primero que aprecio es como Sparks se acerca a Rose que yace inerte y tendida, aprovecho para tocar la mira calibrándola por si se acerca alguno de los robapieles a nosotros mientras chasco la lengua por la impotencia de poder ayudar mejor a Rose o Sparks, pero aquí también están en peligro unos compañeros y los tenemos más cerca, susurro disgustado.

Mi mira recorre la carretera con un movimiento pronunciado a la vez que calculado, buscando el coche de Kroon que veo disparar a lo loco, vuelvo a calibrar la mira y observo a sombra en la parte de atrás, pero quedo aún mas sorprendido al ver a Frank´n junto a esta pistola en mano, dos felinos juntos no se si es buena mezcla, pienso justo cuando vuelvo a observar a los robapieles que se acercan, calibro por última vez a Lulú y me preparo para abrir fuego a quien sobrepase mi línea imaginaria de tiro.

- Jack "Topanga":

Los espíritus me previnieron hace minutos que esto pasaría padre, el gran espíritu proveerá y disfrutará viendo a tu dios impotente no hacer nada, digo con voz seria mientras termino de preparar los ungüentos para las heridas y los ungüentos para las quemaduras dos tipos de medicinas para dos tipos de necesidades.

El color verde con tonalidades amarillas y marrones, de tacto viscoso y olor fuerte por haberlo mezclado con tequila que en su día me “prestó” Lupe mientras dormía, contrasta con el otro medicamento de color grisáceo y tacto frio en los que se ve motas de pólvora “prestado” en su día de las armas de Kroon, Rose y Frank´n, extraída poco a poco y durante días. Era necesario tomarlo prestado ya que sabía que algún día las necesitaríamos, machacada esta sustancia explosiva con hiervas durante días mientras oraba al gran espíritu para que este soplara su benefactor aliento sobre esta y así sea transportado para curar las heridas de los elegidos.

Tomo los dos cuencos y salgo del autobús con paso firme, rodeo el coche que ahora humea por el calor del fuego extinto y me acerco al “doctor” Referred, que veo tumbado en el asfalto aún consciente y que está al lado de una inconsciente, demacrada, ahumada y chamuscada Jessica.

Por favor Referred hazte a un lado para que pueda intentar salvarla del abrazo de la noche eterna, son mis secas palabras mientras sin esperar a que se aparte me pongo junto a ellos y comienzo a cantar:

Hep-a Hep-a Nay Nay 
Hep-a Hep-a Nay Nay

Yo wayAh eh eeOh oo uh
Gah kah geh

gee go goo guh

Hep-a Hep-a Nay Nay

Mientras hago los cánticos rituales y con cuidado, voy poniendo el ungüento verde sobre las quemaduras que tiene por todo el cuerpo, sonrío levemente (algo raro en mi), cuando noto que la medicina al menos está aliviando el dolor, pues veo que su rostro se relaja, Aunque sé que aún puede morir al menos morirá sin dolor, pues la medicina adormecerá el dolor de su cuerpo y su alma.

Cuando termino con ella suelto suelto el cuenco en el suelo y miro a Referrd, ahora te toca a ti, comento en tono aún serio y tranquilo. Cojo el otro cuenco y lo mezclo un poco con las manos notando el frio que exhala de él, luego saco un viejo mechero zippo y le prendo fuego mientras hago otro pequeño cántico parecido al de antes:

Ha heh hee
Ho hoo huh
Lah leh lee
Lo loo luh
Tsa-la-gi, tsa-la-gi

Por ultimo lo apago con un paño tapándolo para ahogar el fuego y con la mano intento que el humo que sale llegue al “doctor”. Tras “humear” a Referrd intento llevar el ungüento con las manos a las heridas sangrantes mientras digo estoicamente, esto te va a doler un poco aguanta como un hombre.

Una vez termino con sus heridas corro con una cantimplora del joven cura en las manos que he cogido “prestada” y voy donde está Dread con Bicho y con Sandy que tiene en las manos las latas con el “alimento proteínico” del enmascarado compañero.

Con mano firme pero con cuidado retiro de este la máscara y con cuidado le lavo las heridas gastando así el agua que tenía la cantimplora. Previamente quito como puedo algunas tiras de tela que llevan consigo restos de piel pegadas a ellas. Una vez término de limpiarle las heridas uso el resto de ungüentos que he usado con las heridas tanto de Jessica como de Referrd, para poder cerrar las heridas tanto de fuego en la mano y brazo derecho, como las causadas por las volteretas del coche cuando se accidentó.

- Molotov Sandy:

Al momento jefe, digo alegremente pues es difícil hacerme perder la sonrisa, corro todo lo que puedo mientras me cuelgo el arco a la espalda para tenerlo a mano por si lo necesito.

Cuando llego al final del autobús veo que está ardiendo partes de plástico pegadas a la amarilla chapa, este plástico parece caucho y estoy seguro que si me acerco mucho comprobaré que estoy en lo cierto. Así que miro a mi alrededor y recuerdo el cubo de plástico que hay dentro, corro otra vez pero a la puerta trasera del autobús y la abro, subo corriendo y allí está, un cubo de latón caliente como un demonio que cojo mientras una mueca de dolor pasajero se dibuja en mi juvenil rostro por el calor que desprende.

Salto fuera del autobús y corro a un lado de la calzada, lo lleno de arena y cuando me voy a acercar al fuego ya está el buen pastor al lado del fuego con el extintor.

Como veo que el curita está a lo suyo, tiro la arena y suelto el cubo dentro del autobús lanzándolo por la puerta abierta intentando tardar lo menos posible para llegar corriendo a donde está Dread y ayudarle a sacar a bicho, cosa que también llego tarde porque ya está medio cuerpo fuera.

Así que sin pensarlo dos veces entro en el coche humeante, y tras buscar unos minutos saco las latas de bichos mientras comento alegremente, si no las cogiéramos se nos volvería loco el pobre bicho.

En ese momento llega Topanga y se pone a curar a Bicho con sus manos mágicas.

- Elijah Dread:

Apago el motor y corro a salir del autobús mientras observo cómo se van acercando los robapieles, ¡Zan tio no nos falles! Digo en voz alta mientras corro hacia el coche de Speedy, miro dentro y veo a Bicho en el sangrando y quemado, ropas humeantes y hechas trizas están pegadas a su piel en el brazo derecho colmado de ampollas ennegrecidas.

Con mucho esfuerzo consigo abrir la puerta trasera del coche donde el brazo quemado cae sobre la arena pues estaba apoyado en la puerta, tomo el pulso y veo que es débil así que con todo el cuidado que puedo reunir saco el cuerpo inconsciente mientras murmuro, no te mueras hombre aún nos tienes que alimentar durante mucho tiempo.

Tras sacarlo llega Sandy y acto seguido entra en el coche a rebuscar algo, cuando sale lleva las latas de animales que son en parte sustento de nuestro amigo y en parte mascotas.

Al poco de llegar Sandy aparece rodeando el coche Topanga, y tras ayudarme a acomodarlo en la arena, pues no hay tiempo de prepararle un lecho con mantas, le quita la mascara, limpia las heridas quitando la ropa que puede pegada del brazo de este y se pone a untarle varios ungüentos por el cuerpo para intentar sanar alguna de sus heridas.

-Luces fuera-

Estoy en una cueva...... miles de insectos pululan, vuelan y se arrastran por las paredes y suelo..... Voltean a verme con millones de ojos, abren sus patas como para recibirme en interminables abrazos...

De pronto unos brazos humanos gigantes me sacan de la cueva .... escucho una voz melodiosa cantar al desierto a lo lejos, se acerca la voz en forma de sombra y me despega la cara con un movimiento...... Siento que la baba de una gran Caracola me llena de alivio y escucho a lo lejos llorar a mis larvas.

En un mundo alejado y fuera de todo peligro me encontraba, si el dolor de mi cuerpo incinerado hacia mella en mi, jamás lo sabre. O si Genmu logra controlar la situación frenando un vehículo en llamas y preparado para correr tampoco lo sabre.
Solo se que me perdí y espero volver pronto, aún me queda mucho por hacer.

Van Zan dispara al último Merodeador motorizado y segundos después Kroon termina de acribillar a los restantes con las ametralladoras de su automóvil.

Jack Topanga atiende a los heridos lo más rápido posible porque luego de apagar los incendios entre todos suben a los heridos al autobús para continuar la huida.

El Guerrero de la carretera rodea por detrás y del baúl de su vehículo saca una tira de púas y la despliega por la carretera. El pobre desgraciado que cruce por encima pinchara sus cubiertas sin remedio pero aquella treta no detendrá a todos por mucho tiempo.

Permanecer quietos en la carretera un minuto excedente significa ser alcanzados por los Robapieles. Aquellos temibles cazadores pueden verse a dos kilómetros en la carretera y se acercan a toda prisa.

¿Qué harán?

Me arrastro como puedo hasta el autobús del pater, en una mano llevo mis cosas en la otra a Speedy. El dolor de las quemaduras no lo noto, parece que el ungüento es bueno, aunque no entiendo las tonterías de cantar, vaya perdida de tiempo me parece.

Mi tobillo parece que tengo algo grave, cada paso es un dolor insufrible. Pero consigo llegar hasta el autobús.

-Subid aquí todos los heridos... o súbanlos, vaya. Rápido, intentaré trataros. El resto preparaos para largarnos !ya!-

 Pongo a Speedy en un asiento. Le abrocho el cinturón de seguridad. Me fijo que las quemaduras son graves, las contusiones son fuertes, pero por suerte, no veo síntomas de hemorragias internas. Menos mal. Dos de los dedos de la mano si parecen rotos. Aprovechando que está inconsciente cojo su mano con mi mano izquierda y con un movimiento rápido y fuerte le recoloco un dedo *clac* luego el otro *clack*. Le vendo los dedos a un tercer dedo, para que cojan la posición natural de los dedos sanos.

Luego voy conmigo. De otro rápido movimiento me recoloco la nariz, que no para de sangrar. Ya pararás. En el pómulo me pongo una tirita. Con esto vale.

Ahora me miro el pie. con bastante dolor me quito el calzado y el calcetín, que parece un pañuelo ensangrentado.

Miro entre mis bolsas, mi kit de médico es bastante escaso, auqnue bastaría, sin embargo dedico dos segundos en mirar el nuevo kit de primeros auxilios que encontré. Quizás tenga más que el mío propio y pueda curarme mejor...

Colt:

Tras ayudar a subir a todos los heridos al autobús, corro donde está atorada una moto entre las ruedas y el chasis del amarillo vehiculo, ¡Venid y ayudad a quitar este amasijo de hierros! Grito a los que aún están en el autobús o a mi alrededor para poder irnos lo antes posible.

Sr. Zan, buen trabajo, ahora siga haciendo de ángel de la guardia por favor es nuestro apreciado vigía. Tras el comentario miro a mí alrededor y cuando veo a Sandy le digo a esta, Sta. Sandy por favor recupere del coche accidentado todas las pertenencias posibles, seguro que nos van a hacer falta.

Tras mis palabras, toco el “bolso” de cuero colgado de mi hombro, cruzando mi torso y que porta la biblia, e instintivamente mi mano derecha va de este al revolver que reposa en la cartuchera de mi cintura, aún podemos salir de esta solo un poco más, solo eso dios mío, un poco más y tus ovejas serán devueltas al redil. Es entonces cuando salgo de mis pensamientos involuntarios y cogiendo el resto de lo que pudo ser una manta, tendida en el suelo, la uso como parapeto para el calor que desprenden los hierros de la motocicleta anclada al autobús y tirar con fuerza de estos junto a la yuda que me presta el Sr. Dread, para sacar esta de debajo ya que mientras no la quitemos no podremos irnos.

Van Zan:

Ok pater, Lulú y yo nos encargamos de la vigilancia ustedes dense prisa que los veo como se acerca a toda velocidad. Respondo al cura mientras centro mi vista en Rose y Sparks primero para pasar a mirar cómo se acerca el coche de Kroon y Frank´n perseguidos a lo lejos por mas robapieles de los que yo esperaba ver nunca.

Venga joder corred como el demonio tenemos que salir pitando ya de aquí, pienso mientras hago mi ronda de vigía con Lulú.

Jack “Topanga”:

Mientras veo al pater liarse a empujones con el chasis de la moto accidentada y a Dread ayudarle yo me dedico a cuidar de los incoscientes. Veo que Referrd hace lo propio con Speedy y con el mismo, dirijo mi mirada a Bicho, reparando por primera vez en su rostro, creo que nunca te vi sin tu mascara, pienso para mis adentros mientras procuro que no se muevan pues su estado aunque estable según creo, aún puede empeorar y es mi deber como médico y como miembro de la tribu ayudar en lo posible a mis hermanos.

Molotov Sandy:

Corro al coche de Speedy sin contestar a Colt ya que el tiempo corre en nuestra contra y no es momento de hablar sino de hacer. Con la agilidad que siempre he hecho gala, me meto dentro de este a rebuscar con cuidado de no punzarme con ningún hierro, la desolación de lo que veo hace durante un suspiro mella en mí. Pero vuelvo a mi optimismo a pesar de los trozos de carne, sangre, una oreja que creo es de Bicho por la mascara que se encuentra cerca, pero que no pienso comprobar y como no, ropa raída o quemada por todos sitios.

Busco y rebusco hasta encontrar enseres de mis compañeros, pocos pero menos da una piedra, pienso optimistamente. Salgo del automóvil y voy a lo que antiguamente podría haberse llamado maletero, tras una patada certera este se abre y deja caer también algunos enseres que recojo con avidez y llevo dentro del autobús siendo la última en entrar justo destrás del curita.

Elijah Dread:

Corro a ayudar al pater a tirar de la chatarra atorada en el autobús, por suerte llevo mis guantes de cuero, y el calor que desprende solo me afecta haciéndome sudar un poco más de lo normal ya que estoy curtido a la hora de tocar metal caliente.

Vamos padre a la de tres, digo apremiante, uno… dos… yyyy tres, señalo para tirar con fuerza y sacar el metal encajado.

Después de soltarlo a un lado con estruendo, palmeo la espalda de Colt amigablemente, y le regalo una sonrisa también amigable mientras le digo, seguro que su dios nos ha ayudado padre pero si no nos damos prisa no habrá servido para nada.

Tras mis palabras medio en broma medio en serio, monto al autobús corriendo, sin hacer las comprobaciones necesarias de las ruedas ya que no hay tiempo. Enciendo el motor que responde al giro de llave con un fuerte ronroneo, compruebo que aún nos queda más de medio depósito de gasolina. Por último entra Sandy con algunas bolsas en las manos, siendo la última en montarse justo detrás del pater, cierro las puertas reforzadas y nos pongo en marcha.

Un intenso dolor me doblega, siento como si hubiera visitado el infierno consumiendome en el. Abro mis ojos de golpe y observo todo, no soportaba el ardor de las quemaduras, alzo una mano como puedo y noto que tengo los dedos entablillados. -Ohhh... - apenas alcanzo a decir cuando voy recorriendo mi rostro con la mano y siento las vendas hasta la mitad de mi cabeza. Horrizada sigo recorriendome para descubrir que tan mal estaba, mi cuerpo que al parecer sigue en ropa interior como la última vez que recuerdo, mantiene las heridas que ya tenía solo que percibo el aroma a un ungüento sobre él.
-Gen.. mu... Genmu. - llamo al doctor con desesperación porque miro hacia arriba y no conozco el lugar.
Intento a duras penas incorporarme, el dolor me consume pero necesito hacerlo.
A lo lejos puedo ver a Bicho y de corazón deseo que esté vivo, también hay un sacerdote y alguien mas, aunque mi atención se centra en Genmu.
Ya sentada y adolorida espero a que se acerque, no sabia como reaccionar si jamás he estado así. Conocía la dureza de la carretera y los daños que puede causarte pero jamás pensé que a mi me sucedería algo dentro de mi auto. Al pensar en mi vehículo me pongo de pie a duras penas y me dirijo hacia la ventana mas cercana. Fue ver mi auto destrozado y sentir una punzada en el pecho, lo único que me mantenía integra acaba de destruirse.
Vuelvo al lugar donde estaba y haciendo fuerza para no llorar espero a Genmu que estaba curandose solo.

Kroon era consciente de la premura de la situación. Con varios de sus compañeros disperdigados, presentando heridas serias o incluso mortales, corrían el peligro de quedar a merced de los robapieles. No lo iba a permitir. 

Los pinchos que El Guerrero de la Carretera había puesto les daban una pequeña ventaja que esperaba, pudieran darle unos minutos más así que acercó su coche al autobús y se dispuso a ayudar a los heridos a subir, sin dejar de mirar al horizonte por donde temía que sin duda, en cualquier momento volviesen a aparecer sus perseguidores. 

Si le quedaba tiempo, intentaría echar un vistazo entre los restos de los buggys y las motos por si pudiese coger algo de valor.