Partida Rol por web

—Os ruego que os calméis. —Miriam Olivares es quien dice esto, la Señora del Elíseo. Su voz es como una campana o como un suspiro o como el viento soplando entre cortinas de seda.

Albert relaja su actitud, no parece menos peligroso ni más amable, pero de alguna manera su amenaza parece volverse más distante.

Rafael se pone de pie, mira alrededor para tomarle la medida a la sala, se pasa una mano por el pelo y habla.

—Es cierto que este despropósito ocurrió en nuestro territorio —dice confirmando las palabras de Estela— pero no es uno de los nuestros.

Estela Vergara mira a Rafael duramente, cortando así de raíz una posible insinuación por parte del Anarquista a que el sujeto pudiera ser de la Camarilla.

—Imagino que será un Autarca —continúa— en cualquier caso, sabemos que se esconde en Moratalaz.

—Moratalaz es un término bastante ámplio —es la primera contribución de Sánchez-Casas— ¿No podrías concretar un poco más?.

—Creo que Cucaracha conoce bastante bien la zona. —suelta sin miramientos.

—¿Qué quiere decir eso? —pregunta Casas.

Todas las miradas recaen sobre el Nosferatu.

—¿Pretendes insultarme? —le interpela Cucaracha—. ¿Eres tan estúpido como para venir aquí y hablar de lo que no debes delante de mi Senescal, mis iguales y de todo el mundo?

—Por supuesto que no —dice Rafael riéndo. Está jugando perfectamente al juego del Elíseo—. Todo lo que quería decir es que sé que tienes un refugio allí.

Se hace el silencio en la sala.

—Todos tenemos nuestras guaridas —dice Cucaracha finalmente—. Todos tenemos nuestras fuentes de alimentación, todos tenemos lugares que ya hemos abandonado y también todos llevamos calzoncillos. Eso no quiere decir que sea algo pertinente para la discusión de hoy.

—Lo siento si he dado a conocer tu presencia en Moratalaz —dice Rafael— Pero lo único que yo quería decir...

—Bien, esto es interesante —dice Estela—. No tenía ni idea de que uno de nuestros antiguos estuviera realizando actividades por su cuenta en esa zona.

—Estela, yo mismo me encargaré del tipo ese del... —dice intentando salir del paso. Estela Vergara levanta la mano cortando las palabras de Cucaracha. Todos sabéis que tras el Elíseo, la Senescal y el Nosferatu tendrán una charla privada nada agradable para este último.

—Nos estamos apartando del asunto —la Senescal toma nuevamente la palabra— Vamos, volvamos a la cuestión más apremiante de esta reunión: ¡El tipo del vídeo!. Está claro que el primer paso para solucionar este entuerto es encontrarlo.

Se gira hacia los Anarquistas —Agradecemos vuestra visita y la información que habéis aportado. A partir de aquí nos encargaremos nosotros del asunto. Los detalles los trataré con mi consejo de asesores.

—¿Alguien tiene alguna otra cuestión?.

Alfonso de la torre se pone en pie y empieza a hablar sobre ciertos problemas con el ayuntamiento de Cortes de Arenoso.

​La reunión se da por finalizada tras prolongarse durante casi una hora más y tras ser tratados asuntos de toda índole e importancia. Cuando finaliza, todos los Vástagos volvéis a ocupar los pasillos del museo. A partir de aquí, la presencia es menos "obligatoria". No está mal visto marcharse tras la reunión principal, aunque la mayoría de miembros de la Corte disfrutan el momento final de la noche más que ningún otro, pues esta es la hora más propicia para sacar a relucir las lenguas que son tan afiladas como puñales.

^{Museo del Prado. Últimas horas de Elíseo.}

—Mal asunto este. —os aborda Sánchez-Casas— Ya sabéis lo que toca, ¿no?. —dice cruzando los brazos.

De un momento a otro, Cucaracha logra quedar como un completo estúpido con dos comentarios de Albert y en evidencia delante de la príncipe. Estupendo... y mensaje recibido: si te metes con Albert, puedes salir escaldado.

Mi concepto de Cucaracha de repente había bajado unos cuantos puntos. No creía que alguien de su antigüedad fuera incapaz de morderse la lengua sobretodo teniendo este tipo de secretos bajo la alfombra.

Cuando termina la reunión, no me contengo de ir a charlar en privado con Rafael; pues había demostrado ser el más sosegado de los dos anarquistas, quien tenía la lengua más suelta y sobretodo, el que aparentaba ser menos peligroso.

- Buenas, soy Diego Valderrama. Perdona que te lo pregunte, pero al final no nos habéis dicho qué consideráis los anarquistas que deberíamos hacer con el culpable en caso de dar con él.

Aquello era importante y no bajé el tono de voz al preguntárselo. De hecho, quería que los allí presentes escucharan la conversación. Al fin y al cabo, si teníamos que ir a husmear en su territorio lo mejor sería tener una confirmación del juicio que los anarquistas hacían de la transgresión para no pillarnos los dedos con según qué actuaciones.

Yo tengo muy claro lo que haría con el culpable —responde Rafael— pero nosotros, los anarquistas, no somos quienes tenemos tantos... reparos, en hacer lo que hay que hacer. No nos regimos por tradiciones ancestrales ni cumplimos a raja tabla las órdenes de un Príncipe que prohíbe matar o Abrazar —mira hacia María "Golconda" Suárez, que está reunida al final del corredor con los miembros de su Coterie— y por lo que he visto, incluso tenéis ciertos valores que cumplir. Valores... ¿religiosos?.

Se encoge de hombros —No me malinterpretéis. Respeto vuestras costumbres y tradiciones en cierta manera, pero no las comparto. Y sinceramente, me parecen obsoletas para los tiempos que corren. El protagonista de ese vídeo es un peligro para todos y hay que solucionar este asunto cuanto antes. El motivo de nuestra presencia aquí es ayudar, simplemente. El culpable es un Vástago del que no sabemos nada, así que es de imaginar que la violación de la Mascarada ocurriera en nuestro territorio es pura casualidad. Moratalaz en estos momentos es territorio de nadie, así que informarnos mutuamente evitará futuras confusiones y problemas —hace una pausa— lo último que queremos es iniciar una guerra territorial por esto.

- Me parece buena idea. - Digo asintiendo sacando mi móvil.
- ¿Me paseis vuestros telefonos? - termino esperando que canten numeros para apuntarlos, mirando a Rafael y Albert

—Hecho —ambos anarquistas apuntan también vuestros números de teléfono. —¿Deberías actualizarte un poco no? —dice al Brujah mirando su viejo celular. Lo cierto es que a estas alturas parece casi prehistórico. —Hay muchos planes de telefonía que te lo canjean por puntos y esas cosas —sonríe.

—Moratalaz es un distrito peligroso con demasiados Sangre Débil para el gusto de nadie —añade. —Lo que hagáis allí nos trae sin cuidado. —esa frase disipó cualquier duda que aún pudiera tener Valderrama.

- Claro, si me consigues uno por buen precio y que funcione sin tener que menear la sangre, te lo compro - dije con una sonrisa