Partida Rol por web

Se escuchan los tacones de Miho resonar por las escaleras del edificio de oficinas, en dirección al despacho de Shirase... ya ha vuelto...

Llega al despacho, esta vez el trabajo si que lo ha realizado sin problema alguno. Llama a la puerta y pasa cuando le da permiso. Hace su saludo de siempre y coloca el maletin sobre la mesa del despacho de él.

- El trabajo se ha realizado sin ningún problema y he traido bastante dinero. Espero que de esta forma perdone que el trabajo anterior fallara.

Dos personas estaban en la escalera, un negrata y un japonés. El negrata no paraba de decir que él era el hombre, que si quería hacer un buen negocio tendría que contratarle, y el japonés permanecía callado, silencioso. Shirase terminó de bajar las escaleras, sacó su pistola y le metió un balazo al negro en el entrecejo. Shirase miró al otro.

-Enhorabuena. Tienes un trabajo. Deshazte de esa cosa tan horrible y ven a verme al sotano.

Le dijo Shirase, serio, como siempre, al tipo que le miraba.

Tras todo eso, Shirase se encontraba en el sotano del edificio. Había otro negro atado a una cadena de carne, y Shirase le lanzaba puñetazos a la cara y a las costillas. No tenía camisa, por lo que podía verse perfectamente el tatuaje del dragón luchando con un samurai que tenía en su espalda.

Al oir la puerta se giró hacia Miho y Fudo.

-Nuevo, ella es Miho, mi mejor asesina, trabajareis juntos.

Avisó, luego le lanzó una patada a la cara al negro y este hizo un gesto de quejarse, pero tenía la boca tapada.

-Os voy a mandar a la calle. ¿Veis a este mono? han venido aqui por sus cojones y han comprado una de mis tiendas en Little Tokyo para poner un club de negratas, se ponen a vender droga y me arruinan el negocio. Me he asegurado de que no pertenecen a una banda grande, se lo montan por su cuenta. Bien, hoy dejarán de hacerlo.

Hizo una pausa y miró a Miho.

-Miho, cargate al jefe. Nuevo, busca a Franky Li, el antiguo dueño del local y obligale a darnos hasta el ultimo dolar que cobró de los negros. Si os encontrais con los italianos o los moros, no ataqueis, solo si os atacan primero.

Sonrie cínico al ver como le daba una paliza al negro.Allí empezaba su nueva etapa, llena de sangre, tiros y dolor.Se acerca al negro, baja la cabeza mirandolo desde las alturas.De pronto le da una patada directa al estómgado, que hace que se quede bocaarriba.Había mucha sangre que surgía de entre las cejas del tipo, y se tendría que manchar quieisera o no.Le agarra de los pies y se lo lleva arrastrando hasta una puerta de emergencia que daba a un callejón.Había una tapadera metálica que daba a las alcantarillas.Con ayuda de una barra de metal, la levanta y la aparta lo suficiente para que el cuerpo cupiera.Lo vuelve a agarrar y lo va metiendo poco a poco, antes de que cayera a las agus sucias y malolientes...

-Bon voyage......- dice frío sin importarle el negro muerto.El cuerpo cae finalmente al interior.Pasan unos segundos y "polf".Algo de agua lleva casi al exterior, pero no logra salir.Se puede ver como el cuerpo vuelve a las superficie tras hundirse por la caida.Poco a poco el agua se lo lleva hacia el interior alejándolo d ela vista de Fudo.Este vuelve a sonreir y tapa el agujero con la tapa.Vuelve a entrar al edificio y baja unas escaleras hasta llegar al sótona, donde había una bella dama junto con su jefe Shirase.La observa cuando Shirase les presenta.Vuelve a sonreir, aunque esta sonrisa desprendía elegancia y respeto.Se agacha levemente para besarle la mano delicadamente.

-Me llamo Fudo...- le dice a la chica.Tras presentarse escucha las instrucciones de Shirase.Sin decir nada más inclina la cabeza dándole a entender que lo había captado y que así sería porque lo dijo él.

-Una cosa más.

Hizo una pausa, secandose el sudor de la frente con una toalla ensangrentada.

-¿Quereis herramientas?

Cuando se disponía a salir escucha de nuevo la voz del jefe, se para en seco y se gira a la espera de que acabara de hablar.Se aparta los laterales de su americana dejando creyendo que tenía sus eagles, pero al dirigir la vista hacia las fundas donde deberían estar, un fuerte sentimiento de dolor se adueña de su corazón.Se había olvidado que aquellos mafiosos lograron quitárselas.

-............- suspira volviendo a mirar al frente-.No me importaría tener algún bate, ya sabes, para ir entrando en calor.......- se vuelve de nuevo a acercar a Shirase a la espera de su respuesta.

Se dirigió hacia el sótano, donde le dijeron que estaban alli. Al entrar estaba su jefe limpiandose con una toalla ensangrentada, ¿qué estaría haciendo y no la ha invitado?? Pero al poco entró otro tipo, de los suyos, que parecía ser el nuevo contratado para la banda.

El hombre cogió su mano, ella no sonrió ni nada, solo le miró fijamente y asintió.

- Bienvenido Fudo, encantada.

Pronto el jefe les dió sus nuevas órdenes, esta vez tocaba uno de los grandes y necesitaría algo más para poder dejarlo ko.

- Necesitaría sedante para caballos, debe ser un tipo muy grande, así me será más fácil.

Respondió la chica.

Shirase asintió.

-Cogedlo y marchaos. No volvais hasta que me pueda hacer unos zapatos con la piel de estos monos.

Escucha las órdenes de Shirase y asiente.

-Si señor...- hace una leve reverencia y coge un buen bate de baseball.Se lo apoya en el hombro, haciendo palanca con la mano en el mango, para que no se cayera hacia atrás.

-Volveré en un rato...- se marcha del edificio tranquilamente.Una vez fuera, se saca un pitillo de la pitillera y se lo enciende con un bonito mechero plateado de tapa.Le da unas cuantas caladas mientras recordaba donde estaba ese maldito local.Una vez encendida la "bombilla" se encamina hacia su objetivo.

Fudo y Miho abandonan definitivamente el edificio de oficinas de Little Tokio, rumbo a sus respectivas misiones.