Awww... el chico se ofendió jajaja *Me recuesto en la silla y me ruedo unos milímetros hacia atras* Casi me matas pero de la risa ^^... Sabes algo? no te sientas mal, no me considero "mafioso" *Haciendo de nuevo la gestualización* Es más... la rosa no tenía un mensaje oculto... solo me parece divertido ver como volaba en el aire *Saco otro papel y anoto la frase "SARCASMO, ese fue uno"* Aprende a Silvio, él si es un verdadero mafioso *Le lanzo el papel doblado a Falieri con una palabra escrita por fuera "Abreme"*
¡Ese último comentario ha sido buenísimo! Después de reírme, le doy la razón a Falieri:
¡Exacto! ¡De eso se trata! Aquí hemos venido a demostrar quién se preocupa del negocio y quién de hacer figuras. No hay un aviso más intimidatorio que una pistola en la boca o un cuchillo en el cuello.
Aprovechando que está a mi lado, susurro algo a Falieri sin que los demás lo noten:
Me gusta lo que has dicho. No confío especialmente en la gente de esta mesa, pero sé distinguir un mafioso de uno que no lo es. Veo que tú lo comprendes. Miss Pinky, o nuestro amigo Lizandro no lo tienen tan claro. Tampoco me inspira mucha confianza ese lameculos de Cefiliani... Sugiero que nos aliemos hasta encontrar el topo. ¿Qué me dices?
Guardo silencio, con una mano en mi barbilla, pensando, sopesando los pro's y los contra's.
- ¿El topo? No creo que haya sólo uno... -Susurro, repasando de nuevo la mesa con la mirada-. Ceffiliani perdería más que ganaría, traicionando al Jefe. Aún así... es una opción, claro. En cuanto a Lizandro... -Olfateo-. Huele a madero. Si me dás un motivo por el cual no desconfiar en ti... trato hecho. -Le miro-. No te lo tomes a mal. Pero aquí todos olemos a polis.
- Beto, escoria. Como me vuelvas a acusar de ser un poli te arranco la cabeza y te la meto por el culo. Y a ti te digo lo mismo Cefiliani, por mucho que seas quien eres, no me toques los huevos insinuando que soy de la bofia. - ¿Nervioso? ¿Cómo coño no iba a estar nervioso en una reunión así? Toda esa gente con armas de fuego quemándole los gatillos. Pero él también tenía sus ases en la manga. - Lizandro, marica, más vale parecer un estereotipo de pelís de mafiosos que un actor de cualquier pelí de soplanucas y chupapollas con bigote. Se coge los huevos y dice: - ¿Veis este par de buenas pelotas? Pues han pasado por la cárcel varias veces para defender el negocio y a todos vosotros. Como a alguien se le vuelva a ocurrir acusarme de ser un madero le arranco el corazón. - Dijo gruñendo mientras su corazón volvía a galopar. Sacó de su bolsillo un par de pastillas y se las tomó.
No tío, si ya la había usado yo antes...no la gastes. De todas formas gracias por la info Randy y por la carta. Cuidado con Lizandro que ese tiene que estar ya de mala hostia con todo lo que le estamos soltando.
Entendido, entonces me protegeré yo. A por ellos.
Frunció el ceño y pareció inquietarse al escuchar la palabra maderos.
-Y una mierda, no podría fumar de estos si joden los negocios. -comentó aludiendo a su tan querida cajilla de cigarros. Era cara y mucho, si.
Bueno, ¿quien es quien? Ese Cefiliani no me mola nada, demasiado alto y puede colar mucha info...
Todo estaba tranquilo, ¡hasta que por fin se hizo la guerra!
-Amelia W. Pink comenzó la acción. Con una sonrisa en el rostro, de niñita ingenua y frágil saca una pluma de escribir y una libretita con hojas cuadriculadas de su bolso rosa, y empieza a apuntar cosas con una letra inmaculada y preciosista hasta que levanta la mirada y con un gesto rápido intentó clavar su boli, que estaba envenenado en la mano de Randy... Pero randy es más rápido y se defiende utilizando el cenicero de la mesa, que es arrojado contra la mano y el boli de Amelia, poniéndola perdida de cenizas. Amelia queda con toda la cara cubierta de cenizas y no puede ver por unos tres segundos. Finalmente ve que ha fallado. El boli salió volando de su mano por el impacto del cenicero y fue a parar a no se donde. Randy se esconde debajo de la mesa, y cuando ve que ha pasado el peligro vuelve a salir.
- El Beto, sin decir ni una sola palabra ataca a Fat sylvio, con una escopeta de calibre 12. Fat sylvio antes de recibir el disparo se defiende completamente haciendo una de sus populares defensas: cogiendo dos sillas y poniéndome una en cada mano como si fueran un par de gaitilings. Gracias a su exhaustivo entrenamiento como bailarina de salón mete la cabeza entre las piernas con lo cual queda hecho una bola con las dos sillas. La bala impacta contra las sillas haciendolas polvo, pero no logra dar al objetivo. Beto siente una gran frustración y Fat sylvio está más en forma que nunca!
Por ahora no hay más ataques.
Fin del primer turno
Miro el intento de masacre que ha habido... no esta nada mal... son fieros todos ellos
Chicos, parece que hay algún altercado, ¡Me he despeinado! matadse entre vosotros pero no quiero que se me ensucie el traje. ¡Es nuevo!
Me vuelvo a sentar
Cojo el peine y se lo doy al jefe, son un poco maleducados a la hora de matar...
Tome señor, esto le vendrá bien... ¡Y vosotros un poco más de cuidado, si no quereis iros al carajo rápido!
Saco mi revolver para intimidar
Se deshace de su forma de bola y dirige una mirada furiosa a Beto. - Beto, eres un cabronazo. Me has intentado pegar un tiro...hay que ser hijo de puta. Te voy a destrozar, marica. Que me follara a tu hermana no es razón para dispararme. Empieza a pensar la forma de matar a Beto.
- Fat se fijo en que habían atacado a Randy también. Iban a por ellos...ahora tenían que estar más unidos que nunca.
Tío, que cabrones han venido a machacarnos a ambos. Hay que utilizar un buena estrategia que yo creo que estos repiten.
Me sorprende el ataque de Pink a Randy, por lo que ni siquiera logro reaccionar a tiempo. Por suerte, éste sí ha sido lo suficientemente rápido y esquiva el ataque. Giro la cabeza al oír cómo Beto dispara a Fat. Suspiro.
"¿Por qué diablos me ha tocado en ésta mierda de gallinero? Yo quería cadillacs, puros caros y mucho alcohol de reserva... no gilipollas que se tiran los trastos por cualquier tontería" me lamento en silencio.
- Hacéis mucho ruido -Me enciendo un cigarrillo. Pienso si cerrar los ojos y usar el "si no os veo, no existís". Pero, como en el caso de Fat, huelen tan mal que aún con los ojos cerrados seguiré notando su presencia-. A ver, quien sea poli que se mire las manos. Si las tiene rojas...
Zorra de mierda... Murmuro según me levanto de debajo de la mesa, enfadado.
Sabía que atacarías a traición, estaba jodidamente seguro... La que menos encaja en este negocio es la primera en sentenciar a un compañero, y encima ni siquiera has sido capaz de acabar conmigo. Trabajo sucio y mal hecho. Nunca me caíste bien, Pinky, pero ahora estoy seguro de que llevas la palabra poli escrita en la frente.
Me limpio el polvo del traje y vuelvo a sentarme en mi silla solemnemente, sin dejar de mirarla.
Estaba claro que iban a por Fat y a por mí. Esos hijos de puta apestan a poli y quieren cargarse primero a los más peligrosos. En mi estado actual sería incapaz de reaccionar a tiempo ante otro ataque.
Amigo, estamos jodidos. Sólo tengo una carta especial, así que no puedo atacar ni defender. Sólo puedo rezar que ellos tampoco tengan carta de ataque, y esperar. Lo mismo te ocurre a tí con Beto, porque si ese tiene, va a repetir seguro... En cuanto pille una de ataque voy por Pinky, ¿tú qué vas a hacer?
Al sentarme de nuevo, le susurro a Falieri, mientras recupero el aliento:
Tío, si quieres más pruebas, tendrás que buscarlas en mi funeral, porque no seré capaz de aguantar otro asalto. Pinky cumple todos los requisitos para ser una sabandija traidora. Cuidado con ella.
- No te precipites -Le susurro a Randy, poniéndole una mano en el hombro-. Piensa con frialdad. Está claro que ahora irás a por ella, cosa que espera. Si la atacas ahora, es probable que la palmes tú también.
Sigo dándole caladas al cigarro hasta que se consume, momento en el que lo apago en uno de los ceniceros, mientras medito sobre lo que me ha dicho de Pink.
- Puede que tengas razón.
Tras escuchar a Randy, Fat sabía que estaban jodidos, pero bien jodidos.
¿Yo que voy a hacer? Tragar sangre mientras muero. Moriremos como hombres, que hostias. Yo voy a liarla antes de morir, ya verás, habrá risas.
Le saco la lengua infantilmente a Randy. "Maldita sea! Qué escurridizo que es!".
-Nenaza! Si fueras la mitad de hombre que aparentas ser, no te habrías metido debajo de la mesa como un cobardica! Eso sólo lo haría un poli infiltrado! Los del Gremio no hacen ese tipo de cosas! Qué eres un hombre o un conejo?!- acuso a Randy, después de que me insultase llamándome ramera y traidora.
-Si no mira a Fat, tal vez sea un pervertido machista y baboso, pero al menos sabe defenderse con estilo y no como una niñita llorona, que se esconde debajo de las faldas de mami...- añado, poniendo tono repipi.
-Ni squiera eres capaz de morir dignamente!- añado, muy ofendida por haber esquivado mi ataque y rabiosa por haber perdido mi mejor pluma estilográfica. Me vuelvo a sentar en mi silla, cruzando las piernas con elegancia y luego los brazos, enfurruñada.