Partida Rol por web

La dulce ángel revoloteaba (aunque no con sus alas, si no dando saltitos) por la gran sala buscando algún lugar donde poder cambiarse. Tanto las maids como el mayordomo ya habían adquirido el regalo proporcionado por el amo, aunque esto, a una servidora encargada de narrar las venturas y desventuras de nuestra querida ángel, me llega la pregunta de ¿Desde cuando el señor Vlad Drácula tenia estos disfraces y por qué los tenía allí? Aunque sinceramente no se si quiero saber las respuestas.

Pero en fin, ese es otro tema, lo importante aquí este Gabriel pulula por la estancia, con aquel atuendo en sus manos hasta que tanto la chica de las babas, y la otra chica que no estaba segura de si era o no humana, salían de la gran sala con sus trajes. Su poniendo que irían a alguna habitación/baño que el ángel desconocía, esta las siguió. Para cuando llego las chicas ya estaban terminando.

Según había oído por parte de Vlad, era un traje de doctor, en masculino, así que igual no le encajaría del todo, sobre todo por sus… grandes dotes, pero en fin, eso no detendría a nuestro ángel, estaba muy ilusionada y con ganas de participar en aquel evento de disfraces junto a todas sus compañeras y nuevas amigas que recién había hecho, aunque ellas no lo supieran. Aunque tardo un poco, los trajes de maids no eran fáciles de quitar, y mucho menos cuando tenías dos molestas protuberancias a la espalda, las cuales la chica ángel olvidaba que estaban ahí. Después de una encarnizada y épica pelea contra la camisa interior en el que por unos segundos esta decidió quedarse encallada con la cabeza de la ángel dentro, con sus brazos estirados agarrando la camisa intentando desencajar su cabeza, finalmente quedó desnuda, o más bien en ropa interior; Gabriel comenzó por los pantalones azul turquesa eran, lo cual para su sorpresa le quedaban bien, como complemento llevaba unos zapatos blanco muy cómodos, unos crocs, que por algún motivo resonaban como si la suela de estos estuviese echo de un pegajoso chicle, luego estaba la parte superior, de la misma tonalidad que el pantalón, este costo un poco mas de colocar, los botones quedaban bien ceñido al pecho que quedaba demasiado apretujado, y finalmente la bata blanca, como complemento la chica había agarrado unas gafas sin lente que igual no eran de ese cosplay, y cosido a la bata para que no se perdiera, supongo, tenia un objeto el que la ángel no tenia ni idea, tranquilos, ya estoy yo para deciros lo, un fonendoscopio, que quedaba alrededor de su cuello.

Y finalmente estaba lista, fuera de aquella habitación al parecer había algo de revuelto, pero Gabriel estaba muy metida en su cosas… de ángel que no se percató. Justo cuando estaba saliendo, los botones segundo y tercero empezando desde arriba, los cuales estaban haciendo un gran esfuerzo, no pudieron más, ambos explotaron aconteciendo que gran parte de la piel de los pechos del ángel sobresaliese por aquella abertura; primero salto el segundo botón y a los pocos el tercer botón, saliendo disparados cual misiles, suerte que no había nadie alrededor.

Cuando Gabriel salió de aquella habitación se encontró con aquel percal, no tenia ni idea de que había pasado, pero ahora tenia una nueva misión, un nuevo objetivo en la vida, si es que antes lo tenía, que ya os digo yo que si… pero bueno eso es otra historia. La chica, sin perder su deslumbrante sonrisa se dirigió hacia donde todos “jugaban” metidos en sus papeles con sus nuevos disfraces a desarrollar su cosplay.

El señor Vlad parecía enfermo, así que lo agarro de los hombros y lo pego a ella con un cálido abrazo, claro que su rostro pues quedo entre sus inmensas habilidades, de echo quizás “estas habilidades” pudieran haber golpeado la cara de uno o dos en el proceso, uniendo se así al resto de maids que intentaban animar al señor Vlad.

– Señor Vlad, creo estos tonos tan oscuros no le hacen ningún bien a su salud, debería tomar un descanso, nosotras nos encargaremos de todo – Pronuncio la mujer con dulzura, quedando evidente que no tiene ni idea de lo que hace o dice, pero la pureza en sus palabras es tal que… ¿Quién la va a contrariar?

Mientras unas se acercaban y otras miraban, el amo alzó la vista cuando escuchó la voz de Livia. Sus pupilas se habían vuelto alargadas como las de un gato mientras sus ojos brillaban con intensidad aún, mostrando la furia de la cual era presa el vampiro de apariencia joven. Este miró a la maid con el vestido de lolita gótica cuando mencionó lo de la nota y dijo - Lo suponía... Me descuidé... - ¿acaso el amo esperaba que algo así pasara? ¿Cómo era eso posible?

Xiao Mei abrazó la pierna del amo, quien seguía encorvado, y poco después, Gabriel lo... abrazó con efusividad. Tal vez por la calidez de su gesto o por el lugar en el cual había sido enterrado, el dolor del amo parecía pasar a medida que pasaba el tiempo*. ¿Eran las protuberancias de Gabriel o se trataba de la experticia de Viviana y Zuri para retirar las agujas una a una? En poco tiempo habían logrado quitar las agujas y ahora solo había un muñeco de cierta manera tierno del amo. ¿Alguno lo conservaría? Parecía que la capa era realmente un trozo de ropa de Vlad. Tras pasar el dolor, se separó de Gabriel manteniendo los ojos cerrados por algún motivo - Gracias, Doctora... Gabriel - dijo sonriendo incómodo y alejándose. Si bien estaba mejor, ella seguía siendo un ser de inmaculada luz. El amo no se había quemado, pero tal vez era porque se trataba de un ser milenario. ¿Un vampiro más débil se quemaría al verse asfixiado por semejantes atributos?

Por su parte, Tanya atrajo una silla para el amo tras la sugerencia de Viviana y este se sentó mirando a la maid slime - Gracias, Tanya - y luego miró a los demás -. Y gracias a todos por su accionar tan rápido. Eso demuestra por qué mi maid en jefe hizo lo correcto al contratarlas - y aunque intentó sonar tan jocoso como antes, parecía agotado -. El espectáculo debe continuar. Si esos bastardos regresan, deberán conocer a Sphynx la Esfinge - y su mirada se tornó más oscura, mostrando la verdadera naturaleza oscura que no solía mostrar.

Se paró con velocidad fingiendo no estar afectado - ¡Ahora, a prepararse! El café abrirá en poco tiempo y no podemos dejar que esos imbéciles arruinen la apertura. ¡Todas a sus posiciones! - y aunque comenzó a reírse, se cortó de repente y por un momento vieron que su alma abandonaba su cuerpo por su boca. ¿Tenía un alma? Pues parecía que sí.

Lo cierto era que alguien tendría que llevarlo a descansar mientras los demás se encargaban del café. ¿Quién tomaría esa tarea? Los clientes ya estaban esperando en la fila.

Lo analizaste un momento: la forma de escribir, la sangre... Era humana, pero con algo más. Lo cierto era que las letras parecían escritas con una torpeza poco perceptible, como quien quiere ocultar su verdadera caligrafía. Y las iniciales... Parecía lo más lógico: Organización Anti-Drácula.

Las iniciales... Parecía lo más lógico: Organización Anti-Drácula. ¿Sería tan simple? Tu intuición te decía que sí.

Gabriel sonreía con una deslumbrante e inocente sonrisa mientras trataba al señor Vlad con sus mejores… habilidades, ahora que bestia como una doctora tenia que actuar como tal. Cuando el señor se vio más recuperado de su aflicción se separo de las “generosas dotes” sanitarias de la angélica mujer, y de las demás maids que trataban de mejorar fielmente al señor; Vlad, ahora que se veía mas recuperado de los acontecimientos recientes, acontecimientos que debo aclarar de los que Gabriel ignora y que para ella tan solo ha sido una representación de su nuevo papel como doctora, dio una serie de directrices para finalmente inaugurar la tan esperada apertura, después de eso el señor cayo desfallecido, su alma parecía pretender escapar de su cuerpo, pero la gentil ángel dispuesta a ayudar, junto sus manos frente al señor Vlad, con las palmas de esta en dirección al desfallecido cuerpo, dispuesta a usar su más poderoso hechizo de resurrección. Alrededor del ángel se concentraba una poderosísima energía, una que se podía observar a simple vista de una tonalidad dorada y pura, cálida para algunos, aunque para otros podría cremar, y justo por eso el grupo freno sus puras intenciones, no fuese a ser que quemase el cuerpo del Vlad y de los presentes alérgicos a la pureza de su aura, tampoco le permitieron cargar el cuerpo de Vlad por obvias razones.

Así que, sin mucho mas que hacer, la chica se vio obligada ha realizar las labores a las que en un principio había sido asignadas, labores que obviamente yo, como narradora me veo obligada a buscar entre los cientos de textos escritos por que no me acuerdo, y obviamente no puedo contar con la memoria de esta atolondrada chica.

La angélica figura de Gabriel, danzando con una radiante sonrisa, se dirigió en busca de los clientes, puesto que ahora como doctora no se podía permitir el lujo de realizar labores de limpieza, aunque esto le creaba un serio e importante dilema, si no limpiaba, abría suciedad, si hay suciedad los clientes no están contentos, clientes descontentos es igual a poco trabajo, lo cual significa que hay que limpiar, pero ahora era la doctora y si pretendía meterse en su papel de doctora no podía limpiar.

Un serio dilema al que se tuvo que enfrentar con astucia este ángel, obligándola a detenerse en mitad de la estancia para pensar seriamente en aquella cuestión tan super ultra mega compleja.

Tensó la mandíbula al ver que el amo reconocía las iniciales ¿Cómo no lo habían visto venir ellos? Se suponía que debían protegerle. Con cuidado lo ayudó a sentarse y tras eso se quedó a un lado en silencio, simplemente observando y escuchando las palabras del resto. Sus manos se deslizaron por los pliegues del vestido en un intento de reacomodarlo y así apaciguar sus nervios. Y no es que le diera miedo nada, pero la enfurecía ver que intentaban atacarles. 

Ante las palabras de Vlad, asintió. Ella era la encargada de la zona de apuestas, por lo que su lugar estaba allí. Y hubiera ido de no ser que el vampiro cayó cual pajarillo, la joven se aproximó para sostener la cabeza del amo con suavidad. De las allí presentes... Era quizás la que menos trabajo tendría al abrir puesto que los clientes había que "trabajarlos" un poco antes de pasarlos a la sala de apuestas, y eso era trabajo de sus queridas compañeras.- Yo me encargaré de llevar al señor Vlad a sus aposentos. Al ser la encargada de la sala de apuestas... Creo que seré la que menos trabajo tendrá nada más abrir. Y estoy segura de que todas vosotras podréis encandilarles en la zona del café ~ -Livia mostró una sonrisa después de aquellos minutos de tensión, la joven volvía a verse radiante y con ese aura infantil.- ¡¡Venga venga!! ¡Nada de caras largas o preocupadas! -Los clientes eran lo primero. Ellas debían lucir perfectas, y ganar clientes fieles que repitieran.

Livia cargó al vampiro millenario con suavidad, lo llevaría a los aposentos y se aseguraría de que todo estaba bien. Y tras eso volvería a su puesto de trabajo sin perder un sólo segundo.

Vivi asintió a Tanya, agradecida al ver que traía algo para que el amo se sentara, y luego al mayordomo al ver que la ayudaba a quitar las agujas. En poco tiempo consiguieron apartarlas todas y Viviana suspiró aliviada, haciendo un gesto para quitarse el sudor de la frente, aunque parecía más una costumbre que porque hubiera sudado de verdad. 

- Esas siglas me suenan a Organización Anti-Drácula... Y está claro que quien decidió que ese era un buen nombre era tan tonto como para decidir enfrentarse al señor Vlad. - suspiró molesta, cogiendo el muñeco y peinándole el flequillo con cuidado. 

Pero la verdad es que el muñeco es bastante mono... No es tan guapo como el de verdad, pero está muy conseguido. Y parece suave y hace tiempo que no duermo con peluches en la cama... Tardó unos segundos en darse cuenta de que tal vez el mayordomo también estaba interesado en el peluche. Bajó la mirada un momento, empezando a perder la seriedad con la que había actuado antes. ¡Pero no le puedo decir que me lo quiero quedar yo!

- P-podría estar bien guardarlo... ¡Ya sabes, por si...! Por si pasa algo o lo encuentra alguien o lo intentan tirar a la basura y... - Vivi comenzó a abrazar un poco más al peluche sin darse cuenta mientras buscaba excusas, aunque sus gestos y su mirada lo pedían a gritos. ¡Porfa, porfa, porfa, que deje que me lo quede!

Una vez resuelto el tema del peluche, Viviana se mantuvo atenta a las palabras del amo, algo aliviada porque estuviera mejor. No sabía si había sido porque haber quitado las agujas o tal vez por los atributos de Gabriel, a los que Viviana echó una mirada de reojo. Pero en cualquier caso, eso duró poco pues Vivi dio un respingo al ver cómo de repente el amo volvía a caer derrumbado. Se acercó con cierta preocupación, aunque sabía que no sería capaz de moverle ella sola. Entonces notó una fuente de calor a su lado y la pequeña vampiresa abrió los ojos como platos se puso aún más pálida al ver lo que estaba a punto de provocar el ángel. 

- ¡NononONONO, GAB, QUIETAAAAA! - consiguió detenerla y apartar hacia arriba al menos uno de sus brazos, jadeando con cierto nerviosismo - Será mejor que el señor Vlad descanse en su habitación... N-no te preocupes, ya luego podremos ir a verle...

Buscó con la mirada a alguien que se ofreciera a llevar a su jefe arriba, y por suerte Livia se ofreció antes de que tuviera que detener de nuevo a Gabriel para que no acabaran con un jefe carbonizado. Y respecto a sus labores, Vivi estaba dispuesta a ir a la cocina, cuando se dio cuenta de su atuendo. Podría ir a cambiarse, sin duda. Pero el señor Vlad parecía contento... Y quería que lo lleváramos en la inauguración... 

- A lo mejor deberíamos reasignar las tareas... - comentó mirando a las demás, incluida Gabriel que no parecía decidirse en qué hacer - Es que... Y-yo no creo que pueda cocinar o limpiar llevando esto... - habló, bajando cada vez más la voz y medio tapándose con un brazo, avergonzada de nuevo. 

Ya que Viviana le confirmó el potencial adorable de la pijama, la zombie que la tenía entre sus manos sonrió de forma dulce. Eso significaba que no se quedaría atrás a la hora encandilarle los ojos al amo.

Xiao Mei continuó pensando en lo anterior mientras la atmósfera cambiaba una y otra vez gracias a las cosas que fueron sucediendo, aun así trató de mantenerse lo más atenta posible, como era su trabajo, en especial cuando ocurrían cosas extrañas… como por ejemplo cuando de pronto escuchó a lo lejos un ruido similar a disparos que le pareció extrañamente familiar, casi… ¿nostálgico?

Rápidamente volteó para ver lo que era, aunque lo único que distinguió fue a Gabriel vestida de doctora mientras que por alguna razón un botón agrietado llegaba rodando torpemente hasta su pequeño pie. La zombie se preguntó de quien sería, pero ya que nadie lo reclamó se limitó a recogerlo para luego guardarlo en uno de los bolsillos de su delantal. Poco después ocurrió el incidente que provocó la pérdida de calma del amo.

—¿E-está seguro, Drácula xiansheng? U-una vez el amo de Xiao Mei cayó enfermo y dijo que todo estaría bien, p-pero luego ya no volvió a despertar y la dejó sola… —dijo todavía aferrada a la pierna que era como un pilar desde su punto de vista. Podría parecer lo contrario, pero sus manitas eran capaces de producir un fuerte agarre como quedó claro cuando ni con las acciones de Gabriel o el propio Drácula se desprendió, es más, al quedar el vampiro indispuesto la zombie infantil se mantuvo adherida a su extremidad inferior. Solo se desprendió cuando Livia llegó para llevarlo a un lugar más tranquilo.

—P-perdón, Livia, pero Xiao Mei no lo puede evitar… ¿e-estás segura que Drácula xiansheng se p-pondrá bien? —preguntó con una vocecilla más aguda de lo habitual al tiempo que se estremecía. Además sus grandes ojos de color arcoíris se veían a punto de desbordar en lágrimas. Mei quería ser fuerte pero le estaba costando mucho.

Fue entonces que escuchó a Viviana y con su planteamiento la chica de coletas ayudó a que volviera un mínimo de la cordura de la china. —C-como dijo antes, Xiao M-Mei puede encargarse de a-atender a los c-clientes y de h-hacer algo de limpieza, p-pero Xiao Mei no sabe a-apostar y tal vez no alcance la e-estufa… —reconoció avergonzada y con la voz todavía temblorosa porque quería ayudar a la chica de bikini pero no estaba segura de cómo podía hacerlo.

—Quizás s-si te pones un delantal… d-de todas formas en la cocina solo te veremos n-nosotras… —solo tras pensarlo unos momentos concluyó en forma de susurro hacia Viviana.

Resultó un alivio ver cómo las agujas habían desaparecido y cómo el señor Vlad parecía estar ligeramente reconfortado. El mayordemon hasta se permitió una ligera sonrisa antes de ver cómo desfallecía ¿acaso había gastado tanta energía el amo que había caído? Tuvo que obligarse a parpadear un par de veces, sólo para ser consciente de cómo se llevaban al vampiro a las salas superiores. Carraspeó recuperando la compostura.

Yo tampoco le veo otra posibilidad más allá de Organización Anti Drácula, señorita Viviana. Las palabras parecen confirmarlo.

Y, viendo que el tiempo se les echaba encima y que no se había preparado como debía para su tarea, tomó el frasco de aceite y lo usó mientras se dirigía hacia la entrada. Debían dejar la investigación para un momento más propicio.

Trataré de ganar algo de tiempo. No se demoren en sus puestos, señoritas, que tenemos que conseguir que esta noche sea memorable ~.

Terminó en un tono musical.

Mirando hacia todos lados, Tanya temblaba como un flan sin saber realmente qué sucedía, solo que al amo le dolía algo. En ese momento, su naturaleza slime se hacía más presente que nunca... porque realmente era la más inútil de todos. Miró con ojos llorosos cómo socorrían al amo hasta que Livia le ordenó traer una silla, cosa que se fue corriendo a hacer como si su vida dependiera de ello. Lo único que se le venía a la mente era su anterior amo. No había caído en cuenta de lo que le había pasado en verdad hasta años después, y ver a Vlad así, aunque era más dramatismo que otra cosa...

—¿El amo se va a morir? —dijo mientras colocaba la silla llorando ya, pero estaba claro que no se iba a morir, por lo que retrocedió y se quedó temblando con las manos a la altura de la boca. Pero cuando el alma del amo salió por su boca, Tanya se tapó los ojos— El amo murió —¿qué era esa imagen? ¿Una mujer slime llorando con un traje ceremonial de velorio japonés? ¿No era el traje absurdamente conveniente? Vio cómo se llevaban a Vlad a descansar pensando que su amo había muerto, llorando cual viuda.

En gran medida parecía ignorar que la mayoría de sus compañeras estaban más calmadas, pues ella se estaba tomando todo por otro lado. Tanya trabajará muy duro en honor al amo. En silencio, juntó sus manos y cerró sus ojos. ¿Eso era una especie de rezo budista? ¿Estaba dando sus respetos? Dio una palmada. ¡Sí era un rezo!

—Si quieren, Tanya puede encargarse de la cocina y la limpieza —se limpió sus lágrimas de slime mientras hacía pucheros pero hablaba con una fuerte determinación. Pero... viendo lo visto... tal vez lo mejor era ignorarla. Si apenas podía moverse dos pasos sin volverse papilla en el suelo, ¿qué se podría esperar de lo demás?

Livia logró alzar al amo, cuya alma volvió a entrar a su boca con un extraño sonido parecido al que haría una aspiradora encendida. Una vez lo hizo, el color volvió a su piel, aunque aún se veía agotado. ¿Se habría dado cuenta Tanya de este detalle o seguía enfocada en desearle descanso eterno a su amo? Y Gabriel estuvo a punto de conceder ese deseo, pero afortunadamente fue detenida a tiempo por Viviana. Hablando de esta, parecía que Zuri no había mostrado mayor interés por el muñeco, así que esta lo podría haber escabullido entre... sus coletas o dejarlo en el uniforme que estaba a punto de quitarse.

Xiao Mei había dado varias vueltas que a cualquier ser humano habrían mareado al instante, aunque afortunadamente este no había sido el caso para ella, pues esta no tenía realmente esta capacidad de los vivos. Mientras tanto, Zuri se aplicó aquel extraño aceite y de repente, su cabello se veía más dorado, sus ojos de un azul aún más profundo, sus cuernos brillaban con una luz casi angelical y sus ropas parecían ceñirse a su piel, demarcando los trabajados músculos de aquel príncipe de las tinieblas. Después de caminar, dejo un rastro baboso en su camino que hacía tentador el seguirle... ¿Siempre había sido así de sexy? Sin duda, el público femenino esa noche buscaría llamar su atención por cualquier método posible. Si su atractivo no eclipsaba a las maids, las cuales lucían todas el traje dado por su amo. El café se veía increíble y todos estaban preparados. Con cada uno tomando una posición, Livia subió los tres pisos con el amo a cuestas para que luego el mayordomo abriera el café.

Por tu estatus de amante, era posible que fueras la única que había estado en los aposentos del amo hasta ahora. Ya conocías lo enorme que era, con su estudio gigante que tenía allí su piano, su ataúd en donde descansaba cuando requería recuperarse de grandes daños y su cuarto de baño... que parecía una habitación más.

Cuando te mudaste, puso tu habitación junto a las escaleras, de modo que pudieras escabullirte con más facilidad y sin levantar mayores sospechas del resto de la servidumbre, así que ese lugar era casi como un segundo hogar para ti, pues era común que Vlad te invitara a quedarte con él. Poco después de llegar, lo llevaste a la cama para que pudiera descansar y se te quedó mirando. La cama era tan enorme que podrían caber cuatro personas cómodamente.

- Livia... Te ves hermosa con ese traje - y a pesar de que aún se veía algo pálido, sus ojos brillaron con una travesura implícita -. Quédate conmigo un poco más. Me siento terrible - y se llevó la mano hacia la frente como para hacer pose de víctima y dejarse caer sobre la cama aún sujetando una de tus manos.

Todos tomaron una posición, listos para cumplir con su parte, mientras que Zuri se dispuso a abrir la puerta con ese atractivo que recién le habían descubierto al mayordomo. Estas se abrieron de par en par y la muchedumbre apareció. Eran olas de humanos los que estaban alrededor de la fila, e incluso escuchaban rumores sobre quienes estuvieron ahí acampando durante días, a la espera de la apertura del café. ¿Por qué tanta fiebre? De seguro eran personas cuyo objetivo principal era ver monstruos en vivo y en directo vestidos como criados.

Había grupos de mujeres de apariencia aristócrata, hombres deportistas, modelos, inclusos personas que podrían considerarse jefes de la mafia... también uno que otro de apariencia más normal y algunos monstruos: mujeres mitad oveja, lamias, otros vampiros y licántropos por igual. ¿Qué haría cada uno? ¿Qué tareas cumplirían? ¿A qué grupo se acercarían?

A pesar de toda la ansiedad que experimentó, Xiao Mei tuvo que hacer un esfuerzo para recomponerse cuando el flujo mismo de la situación demandó que siguieran adelante. La pequeña entonces aprovechó y cuando creyó que nadie la vería se cambió rápidamente el uniforme de maid por la pijama que a primera vista parecía ser de su talla, pero ya sobre su cuerpo arrastraba de las piernas y colgaba un poco de las mangas. La capucha que venía integrada le dio a la no muerta un aspecto ligeramente místico pero también aumentó su ternura natural. Dado que quedó descalza sus brinquitos ya no sonaban, además se veía si cabe más bajita al haber perdido los centímetros que le sumaban las plataformas de sus zapatos.

—Sería genial que pudieras ayudar en eso, Tanya, seguro a Drácula xiansheng le alegrará mucho cuando lo sepa —se acercó a la slime para tratar de animarla, pues entendía en gran medida cómo se sentía.

No mucho después vio cómo el mayordemon que estaba cerca de allí se preparaba a su manera. Xaio Mei todavía no sabía exactamente qué debía opinar de él, pero cuando escuchó su determinación decidió dejar esas dudas para después… eso sin contar que se veía brillante, pero no como Gabriel. Si la china tuviese un corazón vivo se habría agitado en ese momento.

—X-Xiao Mei también irá… —avergonzada por lo anterior simplemente le dijo a Zuri mientras se apresuraba para no quedar muy atrás.

Ya en la entrada ella se quedó al margen para no estorbarle al demonio y también para prepararse en su propio puesto. Aun con ello, cuando aparecieron tantos seres humanos y no tanto Xiao Mei fue incapaz de evitar sorprenderse y ponerse un poco nerviosa. Ella nunca había visto tanta gente fuera del televisor y no sabía exactamente cómo tratar con ellos, ¿y si la aplastaban por no verla?, ¿llegaría acaso su vocecilla a los oídos de los más habladores?

La usual tensión de su cuerpo resucitado se multiplicó como respuesta psicológica a sus dudas, mas cuando estaba por retroceder la criada más pequeña en tamaño recordó las palabras de Zuri y por encima de todo las del amo. Si defraudaba allí a Drácula estaría fallando como maid, y eso no lo podía aceptar.

—H-huanyíng, o sea b-bienvenidos en chino. Esta es Xiao Mei y estará honrada de atenderles hoy, señores y señoras. Por favor pídanle lo que necesiten… —echando mano de toda la determinación que pudo juntar habló en voz fuerte y clara pese a todo; ello lo acompañó extendiendo ligeramente a los lados la tela de su pijama, como si fuera el saludo de una damisela con vestido. Por supuesto también se aseguró de sonreír tan amable y dulce como pudiera con tal de empezar a amenizar la atmósfera.

En ese momento la zombie todavía no se había acercado a ningún grupo en específico, en cambio se encontraba atenta en general ya que no quería que alguien se sintiera menos bienvenido…

Livia subió por las grandes escalinatas ayudando a su amado señor. Para ella ese recorrido de normal era en plena noche cuando nadie la veía, pero en esa ocasión tenía la excusa perfecta pues el Amo necesitaba que alguien lo acompañase. Una parte de ella lo había hecho porque estaba preocupada por Vlad, pero la otra parte sólo deseaba tener un rato a solas con el hombre y ese evento había sido perfecto ¡¡Que no se alegraba de que le hicieran maldades a su amado!! Pero... Había podido aprovechar la oportunidad.

Mientras subían las últimas escaleras y llegaban a la habitación, la joven abrió la puerta e hizo pasar al hombre con cuidado, cerrando la puerta tras ella y pasando la llave para que nadie importunase al abrir la puerta. La joven de cabellos bicolor lo acompañó hasta la cama, y con cuidado lo ayudó a sentarse. Pero que dramático que era Vlad, si no lo conociese desde hacía tantísimos siglos... Se lo hubiera creído y en ese instante estaría cual flan por la preocupación ¿Pero un simple muñeco? Sí, se le veía agotado, pero no lo suficiente cómo para arrancarle esa parte tan atrayente de él.- Siempre intento estar perfecta para ti.-Se mordió el labio de manera traviesa y sonrió de manera picarona.- Y eso... Qué tan sólo estás viendo lo que está por encima.-Le guiñó un ojo.

Cuando él se recostó y tiró de ella esta se aproximó. Con la mano libre acomodó el vestido para no pisarlo con las rodillas al subirse a la cama. Aunque no se subió sobre la cama simplemente, si no que se puso a horcajadas sobre el amo, tras eso la mano que tenía liberada la colocó a uno de los lados de la cabeza de Vlad, sobre la cama y se inclinó lentamente sobre él, pero sin llegar a hacer nada.- Sabes que si me quedo... Puede que no sea capaz de resistirme a tus encantos ¿Verdad? .-Mostró una tierna sonrisa, pero que escondía la travesura de un diablillo.  

Todos tienen sus puestos asignados.

Le recordó a Tanya antes de alejarse. Se detuvo un único segundo cuando la pequeña zombie le habló para voltearse hacia ella y dedicarle una sonrisa afilada.

Cuento con Xiao Mei ~.

De nuevo aquel tono musical, que podría hacer un poco de contraste con las sombras agudas de su faz.

Habían demasiadas cosas que hacer y poco tiempo para gestionarlo. Debía confiar en la recuperación de Vlad, con lo que mostrarle el resultado del trabajo bien realizado seguro que sería algo que le agradaría. Así llegó a la entrada y enseguida pudo percatarse de la enorme diversidad. Curiosamente a aquellos que no les quitaba el ojo eran aquellos que parecían más normales ¿cómo se habían permitido ir? ¿tenían algo en mente? Por lo demás, estaba seguro que había mucha gente que iba sólo para presumir de poder ir a aquel lugar, o monstruos que querían saber cuán seguro podría ser un mundo viviendo juntos. Con lo que también tenía que asegurarse que ningún cliente se intentase aprovechar de otro bajo el pretexto de pensar que eran parte del servicio.

Pero, sobre todas las cosas, estuvo atento a las famosas siglas. Si encontraba a alguno de los bastardos que le habían hecho eso al amo... aquel pensamiento le alejó incluso de la sensación de aquel viscoso aspecto que lucía ahora.

- C-claro que no se va a morir... - respondió a Tanya, esperando poder tranquilizar sus temblores. Pero una vez consiguió detener a Gab, se fijó de nuevo en la slime, en esa pose tan dramática que no le auguraba nada bueno - ¡Que no se ha muerto! - respondió, aunque ya de por sí estaba pálida. 

Viendo que los poderes del ángel habían sido controlados y que la slime por lo menos parecía más calmada, Viviana se permitió un momento para guardar con cuidado el muñeco entre sus pertenencias, casi con la promesa de darle luego un lugar mejor en su habitación. Al escuchar a la pequeña zombie, asintió algo más convencida, aunque fueron las palabras de Zuri las que le hicieron entrar en razón. No, no, por mucho que le pueda gustar esto... este... traje al señor Vlad, debo cumplir con mi deber. 

- Está bien, me encargaré de la cocina como debía... No te preocupes, Tanya. - le aseguró, esperando que pudiera trabajar ella con menos preocupaciones. 

En cuanto todo estuvo arreglado, volvió corriendo a cambiarse para ponerse su traje habitual encima del bikini. Aunque eso no evitó que echara de reojo una mirada a Zuri, bajándola luego al suelo más sonrojada de antes. S-solo intenta lucirse pero... parece demasiado... ¡e-ejem! Una vez le diera tiempo a cambiarse, correría a la cocina a empezar a preparar los menús que fueran pidiendo. Pero si los clientes eran demasiado rápidos en aparecer y no le daba tiempo a cambiarse, no le quedaría otra opción que salir a recibirlos, centrándose sobre todo en los humanos.

Tomando la determinación de alguien que sabía que debía afrontar solo el mundo, Tanya asintió a las tiernas palabras de Xiao, aunque sin tomarlas por donde debía.

—Es cierto. Allá donde quiera que el amo esté... —y cerró los ojos. Era cierto que estaba más calmada, pero era de oídos sordos a las palabras de Viviana. Ahora era cuando se podía evidenciar el tamaño de su cerebro. ¿Pero qué se podía esperar de un slime? Objetivamente, ya había evolucionado bastante para desarrollar la inteligencia suficiente para al menos... hablar.

Que Zuri y Viviana le impidiesen a Tanya estar en la cocina había sido lo mejor para todos. Haberlo hecho habría significado la quiebra de aquel café el primer día. Si bien Tanya se vio algo desanimada al respecto... era verdad, ella tenía su puesto. Por lo mismo, asintió a las palabras de Viviana y la abrazó buscando "tranquilizarla". ¿Pero... tranquilizarla por qué? No porque estuviese preocupada por tener que trabajar en traje de baño, sino por... —El amo nos dará fuerza desde el otro mundo —¡Esta slime de verdad no tenía cerebro!

Cuando llegó el momento, ella también se fue a su puesto designado, vistiendo el kimono de funeral sin intenciones de quitárselo, pues era el "último" regalo del amo hacia ella. Atendería a los clientes lo mejor posible... aunque solo tomando sus órdenes. Lo mejor es que ella se alejara de la barra.

Gabriel seguía con su serio y problemático dilema cuando el mayordemon sin previo aviso, para ella, que estaba más preocupada por cuál sería la mejor forma de ir vestida para atender a los clientes, abrió las puertas dejando paso a una gran cantidad de seres vivos y algunos no tan vivos. Humanos (o quizás no tanto), monstruos, espíritus, manos solitarias… una procesión de los más variopinta comenzó a entrar. Por suerte, o al menos esa fue la impresión que recibió este ángel, el resto de las chicas reaccionaron acorde a sus funciones y a lo que el señor Vlad esperaba de ellas. Gabriel no debía quedarse atrás, no había tiempo para dudar que debía llevar, con su traje de doctor, uno que le quedaba demasiado ajustado en la parte pectoral de la que se habían roto un par de botones y que ahora dejaban ver la suave piel de sus… grandes dotes, se dirigió de inmediato a atender a los clientes que fueran entrando, intentando ayudar a la adorable zombi, ahora mas adorable con aquel pijama en el que parecía que se podría perder de un momento a otro, y a la chica de las babas que también daba su mejor esfuerzo, poco después apareció aquella chica que lucia un bikini, la recordaba bien por qué le resulto raro que vistiese con un bikini en aquella época del año, claro, este ángel ya había olvidado por que vestían como vestían.

La celestial mujer se dirigió a la gran sala para atender a los clientes que allí sentados se encontraba y a todos los que les iba atendiendo repetía su presentación – Haaaaiiii ~~ – Primero saludaba cantarina la angelical figura de Gabriel, con la mano alzada, irradiando una angelical sonrisa (un poco redundante). – Yo soy… - ¿Se queda siempre unos segundos meditando sobre su nombre sin perder su sonrisa? Si. – Gabriel, y seré vuestra doctora por esta noche… día… tarde? Si son tan amables de esperar iré atendiéndoles uno a uno, gracias por su pacienciaaaa ~~ – Después de eso los clientes le van pidiendo lo que quieren, algunos le solicitan una carta para ver lo que hay, pero Gabriel no lo apunta, solo los escucha con una amplia y celestial sonrisa, y una vez que han terminado la angelical figura de la chica se mueve danzante hacia otra mesa, y allí los dejaba ¿Devia primero atender a su pedido? Si, ¿Alguien le dijo cuales eran sus deberes? Probablemente si ¿Está trabajando sin tener ni idea de que es lo que debe hacer? Sin lugar a dudas.

Vlad sonrió – Eso suena a una propuesta… - y alzó una ceja ante tu afirmación.

Si bien era cierto que un truco vudú no sería suficiente para acabar con Vlad, sí que había bastado para dañarlo, aunque afortunadamente Gabriel lo sanó con sus… habilidades. Lo cierto era que ahora la atmósfera entre el amo y tú se había vuelto algo romántica y cómplice entre ambos. No era algo nuevo para ustedes, pero acaso ¿no habías cerrado la puerta con llave porque tenías la intención de aprovechar tu papel como amante de siglos de Vlad?

Apenas tiró de ti y vio cómo reaccionaste, además de la posición que adoptaste, posó sus manos sobre tus piernas que permanecían ocultas bajo la falda. Este imitó tu sonrisa traviesa y te respondió mientras tomaba tu otra mano y te empujaba para que quedaras apoyada sobre él - ¿Quién dice que quiero que te resistas? Tal vez debas quedarte un poco – y te guiñó el ojo.

El amo te estaba diciendo claramente sus intenciones. La pregunta era: ¿qué harías ahora?