Partida Rol por web

Kana imita a Sebastian pues ante su rápida acción no tenía tiempo a discutirle sin frustrar su plan. Por lo que saca su cuchillo más afilado y corre hacía la articulación que ya el día anterior había atacado.

No me extraña que esta mañana intentara ahogarme.

Yaeko ataca al instante a Akiko, la cual se siente muy aturdida para esquivarlo y a continuación, gritos de dolor desgarradores llenan la sala.

Kahei apunta contra Makoto y aunque el disparo de Kahei es certero, el golpe de Makoto alcanza a llegar hasta el señor de esa casa. Aunque sabe bien que si no hubiera disparado, el daño sería peor.

Ahora, era el disparo de Maya el que se dirigía a Aimi, pero ella no sabía muy bien qué hacer para evitarlo y trata de usar sus pdoeres, pero casi como si se tratara de un truco barato, el disparo llega a su hombro y lo deja lastimado. Maya mira complacida a Aimi y le apunta nuevamente. Seguro sería una presa fácil. Inspirada por su ventaja, ataca de nuevo al ama de la casa.

Con Akiko fuera de combate, su madre emite un grito desgarrador. Un grito que por el momento llena la casa de un aire de temor. Su cara se va transformando y sus ojos se van volviendo negros de a poco. Al parecer, aquella mujer estaba sufriendo una terrible transformación.

Con una respiración acelerada y sonora, casi como si de un enfermo se tratara, los mira a todos con el odio en su mirada y dice entre gemidos - ¡Morirán! ¡Morirán! - miraba el cuerpo de su hija arder, mientras se acercaba a Yaeko y la miraba con ira.

Extiende una de sus manos hacia ella y Yaeko se lleva las manos a la cabeza como había hecho antes, pero esta vez sus gritos llenan la sala. Sólo grita - ¡Basta! ¡Basta! - mientras su cuerpo tiembla y poco a poco va perdiendo el control de sí misma, hasta que cae al sueño convulsionando y con lágrimas en los ojos. Sus pupilas están dilatadas y no responde.

Riku seguía sosteniendo a Ouka con fuerza mientras Kana y Sebastian trataban de atacarla.

La espada de Sebastian era contundente y más rápida que en otras ocasiones pero no fue lo suficiente como para darle a la loba. Ésta movió la pata y con eso logró evitar ese golpe, pero no tuvo tanta suerte con el golpe de Kana. La pierna de la licana comienza a sangrar y un terrible rugido sale de su boca.

A pesar de esto, se logra mantener en pie, aunque es muy poco. Lo que la sostiene es el agarre de Riku. Él no estaba dispuesto a herirla, pues sólo se había comprometido a sujetarla. Ouka era su amiga.

Carrol parecía no querer levantarse todavía del lugar en donde había quedado después del golpe de la licana.

Al ver el cariz que tornan las cosas no queda mas remedio que ponerse bruscos.

La mujer había atacado a Aimi y eso era intolerable. Como hombre de la casa y caballero de la familia, cualquier ofensa contra la cabeza de familia era un grave crimen y una mancha en el honor familiar. Para mí ya da igual que sea hombre o mujer. Está muerta.

-Kansai, llévate a Aimi-sama de aquí. Las damas tendrán suficiente con lidiar con un viejo como yo.- Mascullo mientras adopto una posición extraña. La espalda recta  y los brazos en tensión, con las manos unidas a la altura del pecho y la mirada fija en la vampiro caida.- Empezaremos por la gritona. El tiempo de la caballerosida ha terminado.

Al separar las palmas de las manos, aun unidas por las yemas se puede ver una diminuta llama entre ellas, que sale disparada creciendo hasta formar una bola de fuego que se lanza a por la Nagase caída.

- Riku, hay que calmarla. - se queja Kana al ver que el chico no ayudaba a empujar a la bestia. - Y por la experiencia de ayer ello solo se consigue agotándola o con mucha pupa. termina mentalmente.

- Si tu puedes contenerla yo iré a proteger a Aimi. - después de su afirmación Kana dirige su mirada a Sebas esperando que lo aprobara.

- ¡No! - protesta Aimi a las palabras de su tío. Ella no tenía ninguna intención de huir, quizás se replegaría un poco lo justo para no ser un blanco tan fácil. Pero no iba a abandonar el combate.

cuando su tío manifiesta que el tiempo de caballerosidad ha acabado y comprueba del inmenso poder que es capaz de controlar aimi no puede evitar sentir orgullo de su familiar y una sonrisa endemoniada se le asoma a los labios.

- Retirémonos un poco Kansai - le susurra a la chica y se ocultan tras unas gruesas columnas.

Aimi en realidad pretendía que los Nagase no pudiesen ver su rostro. Cierra los ojos y se concentra en el único que no podía ser atacado físicamente, Makoto, si conseguía instalarse en su mente le haría hervir de dentro a fuera.

-!Claro que puede contenerla, quien te crees que soy, sexy pelirroja sirvienta mortal¡- Dije con el pecho hinchado de orgullo, mientras señalaba la puerta.- !Ve y protege a mi tia¡ Dile que me disculpe por mi ausencia y que me presentare ante ella, cuando resolvamos este caso de malas pulgas.- Dije, apretando el mango de la empuñadura de mi espada, y preparandome para un segundo asalto.- !Ahora ve y no mires para atras¡!Las artes oscuras que usare sobre esta bestia, son capaces de derretir las retinas de debiles mortales, y no quisiera estropear vuestro bello rostro, buajajajaja¡

Carrol seguiasentado en la pared en el lugar que quedo, no queria levantarse, en parte por que estaba aturdido, pero mayormente por que si lo hacia no estaba seguro si le dispararia a ella o a aquellso que la estan deteniendo, el solo se quedaba tirado tratando de no mirar la escena susurrando una y otra vez -No la lastimen, no la lastimen, no la lastimen-

Su cara miraba al suelo y las lagrimas caian mientras el intentaba suprimir sus instintos que lo hacian disparar a aqueñllos que atacaban a la mujer

Vista la situación, y viendo lo poco que puedo hacer, ayudo a Aimi a esconderse tras las columnas, quedandome yo con ella, y viendo la situación.
No puedo luchar, nyan, he de hacer lo poco que pueda, nyan... pienso para mi misma.

- Me refería a Riku, yo nunca dudaría de vuestra capacidad principe - se excusa Kana por el malentendido.

Kana se retira con un nudo en el estomago, ¿llegaría a tiempo de impedir que dañaran a Aimi? Maldita bestia pensó al imaginarse a sus amos destrozados por los Nagase apretó con fuera un puño para contener su rabia ¿Esque no hizo suficiente daño ayer? lo que despertó en ella una idea y desobedeciendo las ordenes de Sebastian miró atrás antes de abandonar la sala.

- En la habitación todavía quedan las cadenas de plata. 

Sebastian se levanta en contra de Ouka una vez más pero su golpe no da resultado. Las fuerzas oscuras no se encontraban con el valiente amo.

Con un movimiento violento, la licana derriba a Riku hacia un lado, mientras que el licano da una vuelta y sus ojos parecían cambiar de tono. Se estaban volviendo oscuros y al parecer, los de ella también. Los licanos colicionan y de un golpe, Riku logra derribar a la licana. Parado a su lado, mira a Kana y le asiente con la cabeza cuando dice lo de las cadenas.

La bola de fuego que va dirigida a Akiko, la joven logra verla antes del impacto pero no logra evitarla y su cuerpo sigue en llamas. Cada vez sus movimientos eran más violentos. Parecía que resistiría poco, aunque Yaeko se encontraba igual que ella.

Aimi se escuda en Kansai y se alejan un poco para fijar su atención en Makoto. Cuando se concentra en él, el joven la mira enfurecido pero no parecen haber tenido efecto sus poderes mentales. Con un tono burlón, le dice al ama de la casa - Eres débil para ser mayor - luego, fija su mirada en Kansai y sus ojos se tornan de un color brillante, mientras ubica la mirada de Kansai. Con un tono bajo pero que la fantasma podía escuchar le dice - Yo soy tu amo. Acaba con ella -.

Maya, al ver a su hermana pequeña en esa situación, apunta a Kahei después de que él haya disparado la bola de fuego y suelta su disparo. Se estaba cansando y el color amarillo de sus ojos iba aumentando. Maya se encontraba realmente enojada.

Al ver como prendia fuego a la vampiresa me permití un suspiro de alivio. Una menos... Hasta que oí el ruido de un disparo. Con un gesto reflejo alcé las manos para generar un simple escudo de fuerza ante mi, con tan poca habilidad que nada hace por detener el disparo. Con un gemido sordo caigo al suelo mientras me aferro el hombro herido.

-Aggg ¡Joder!

Con la respiración aún fuerte y la mirada demencial, fija su mirada en Kahei pero al ver que su hija ya se estaba encargando de él, mira a la sirvienta caída y una tenebrosa sonrisa se dibuja en su rostro.

Luego se fija en Aimi y se da cuenta de lo que ha tratado de hacer. Ahora, era su turno. Sus ojos brillan de un intenso rojo y entre dientes dice - Pagarás por tu familia -.

Kana resopla mentalmente Aimi tendrá que esperar piensa cruzando de nuevo el campo de batalla para adentrarse en la habitación a recoger las cadenas de plata.

Regresa de nuevo cargando unos cuantos eslabones y tirando de los demás que repicaban contar el suelo creando un ruido le ponía los pelos de punta.

Al llegar al lado de Riku deja caerlas y agacha las orejas para rehuir el ruido del golpe y el chirrido metálico mezclados.

- ¿y ahora qué? - pregunta ingenua a Riku - ¿la atamos o basta con cubrirla? 

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