Partida Rol por web

Lo que os gusta liarla en el ultimo momento, eh? :-D Vamos a resolver, a ver que pasa

¿En serio? ¿No respondéis ninguna de mis misivas hasta una hora y media antes del límite para poder dar órdenes a nuestras tropas?

¿Así cómo se supone que tenemos que coordinarnos? Creía que os habíais sumido en la desesperación y que ya no pensabais hacer nada más esta estación.

Esta no es forma de llevar a cabo una Alianza, la verdad. ¿Qué se suponía que tenía que hacer yo, si no me decís nada? La verdad es que ya no sé qué pensar. 

Francesco I Sforza.

Dos días pidiéndoos que me expulsarais de Verona, que así disimulábamos, vos diciendo que nones, que eso no haría más que ralentizar vuestro avance, y al final entráis en Verona con dos apoyos.

Bien.

Francesco I Sforza.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva al duque y principal entre los condottieros de Milan, a Francesco I Sforza.

Cuando nos sospechamos traición, es bueno esperar, y ver si la misma se produce. Difícilmente, tras nuestro apoyo a vuestro movimiento, vuestro intento de entrar en mis tierras natales puede, eligiendo las excusas que deseéis, verse con buenos ojos. Una pena.

No sabemos como pensáis que llevar una alianza es compatible con tratar de entrar en nuestras tierras después del apoyo que os entregamos. Y ahora, decidnos, ¿cual será el futuro? ¿combatiremos entre ambos dejando que Venecia luego se reparta los despojos?

Que el Altísimo os guarde

¡Pues claro que no, por Dios!

Os mandé mi pésame, os mandé sugerencias, os pedí que me dijerais cómo debíamos proceder, os supliqué una respuesta... 

Y solo obtuvimos silencio por vuestra parte. Y aquí, quien calla, pierde. ¿De verdad esperabais que, cual Julietas enamoradas, estuviéramos pendientes hasta el último minuto de vuestras palabras?

Habéis tenido tiempo de sobras para planear cómo recuperarnos. He esperado con ansia vuestra respuesta, como demuestran todas mis misivas. Si creéis que darnos la callada por respuesta era vuestra mejor opción, allá vos.

Francesco I Sforza.

Enhorabuena Dux, Croacia es vuestra.

Y no habéis necesitado mi ayuda, Austria se ha retirado por sí misma.

Ya puedo retirar mi ejército de nuestra frontera común.

Rezaré porque Allah os brinde nuevas y numerosas victoras como la de hoy.

Nápoles me envió una misiva in extremis pidiéndome que le apoyara para avanzar contra Nápoles. Parece que las recomendaciones que le distéis para colaborar conmigo frente a Nápoles surtieron efecto.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Enorabuena Pío III habéis avanzado profundamente en territorio de Nápoles.

Habéis abandonado Roma, supongo que esperábais que la flota de Tyrrhenian también intentase entrar en Capua.

No obstante espero que Roma no esté perdida puesto que dirigiré mi flota hacia Tyrrhenian Sea. Si Nápoles quiere usar esa flota de allí para entrar en Roma, se verá expuesta a que yo entre en dicho mar. También avanzaré hacia Barri y Otranto con mis otras flotas. Nápoles no puede cubrir todos los frentes.

Os sugiero que vuestro Ejército de Spoleto entre en Roma apoyado por el de Capua y que al mismo tiempo vuestra flota de Aquila apoye a mi flota de Lower Adriatic que intentará entrar en Bari. Mi flota de Ionian Sea atacará Otranto para romer su apoyo.

Así que finalmente su ejército de Nápoles sólo podrá evitar una de los dos ataques. De modo que o bien vos entráis en Roma o yo entro en Bari. Cualquiera que sea el resultado, Nápoles perderá recursos.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Querido Sforza,

Entenderéis que tuviera mis reticencias hacia vos tras vuestra actuación en primavera y que la desconfianza hiciera mella en los palacios venecianos de cara a confiar plenamente en las tropas milanesas.

Ahora bien, volviendo a la practicidad y el beneficio mutuo, miremos cómo ha quedado el mapa y la mejor forma de repartirnos ayudar al pueblo austriaco, ¿no os parece?

Tyrol puede ser vuestro sin apenas esfuerzo, forzando a su ejercito a arrinconarse más aún o a retirarse a terrenos franceses.

Supongo que Federico moverá su tropa de Carinthia a Carniola con apoyo de Slavonia, dejando Carinthia libre, quedando a vuestra disposición si lo deseais.

Yo recuperaré Croatia este invierno, como legitimamente correspondía a Venecia, y puedo dirigir mis ejercitos a Mantua.

De esta forma, ganaremos cada uno dos provincias y tendremos al austriaco atrapado en cuatro terrenos y sin apenas tropas, listo para terminar con él.

Estimado Mehmed, siempre es un placer amanecer leyendo vuestras palabras.

Me alegro que hayáis llegado a buen entendimiento con Pío, a quien por mi parte le tranquilice asegurándole que no debía temer ataque por el norte.

Supongo que os referís a él cuando habláis de Nápoles como si se tratase de la parte contratante de la primera parte:

Nápoles me envió una misiva in extremis pidiéndome que le apoyara para avanzar contra Nápoles. Parece que las recomendaciones que le distéis para colaborar conmigo frente a Nápoles surtieron efecto.

Respecto al norte, podéis estar tranquilo ya que aún atesoro los ducados suficientes para llevar a cabo vuestra magnifica idea en caso de que hiciera falta, por lo que podéis centrar vuestros esfueroz en vengaros de Nápoles.

Un abrazo

Querido Alfonso,

Como podéis comprobar, Venecia resiste los embates de sus enemigos y mantiene su posición.

Por vuestra parte, compruebo con pesar que Pío se ha aliado con un hereje, dejando claro que solo es un usurpador del trono de Dios y no su verdadero representante en la tierra. Aunque han dispersado sus tropas, veo imposible que recuperéis este año los territorios robados.

Fuerza, compañero.

Que no se diga que Venecia no os avisó de las consecuencias de vuestros actos y que, en vuestra soberbia, rechazasteis de las peores maneras posibles la oportunidad que de buen corazón os ofrecimos.

Como habéis podido ver, Venecia siempre cumple su palabra.

Compruebo que habéis conseguido un aliado activo en el tunecino y habéis salido ampliamente beneficiado, mermando los terrenos de Alfonso.

No obstante, no perdáis de vista a Lorenzo, pues tiene una fuerza lista en medio de vuestros terrenos.

Si necesitáis algo de nos, no dudéis en mandar una misiva.

Me alegra comprobar que Francesco ha mantenido su palabra y os ha cedido Turin, tal y como me indicaba. Solo espero que no decida echarse atrás en su decisión y trate de arrebatárosla antes del invierno con ayuda de Federico.

El único temor es que ahora quiera añadir Savoy a su imperio si vos y el florentino no le parais los pies y añade una nueva ciudad a su colección.

Ojo, Francesco, que el francés me susurra preocupaciones por vuestra continua expansión, indicando que dentro de poco seréis imparable.

Doy por hecho que os habrá enviado similares misivas respecto a Venecia, tratando de que centréis vuestros esfuerzos en nos.

Os lo digo porque me preocupa que le hayáis regalado Turin y ahora pretenda sembrar cizaña entre nosotros.

La Ambición del Francés no conoce límites...

Nos repartimos el Norte desde la primera primavera, para ahorrarnos disgustos: él se quedaba Turín, Savoya y Saluzzo, y nosotros Montferrat y Génova. 

Veremos lo que dura el reparto. Probablemente hasta que nos caiga la primera peste.

Que Dios proteja nuestras tropas,

Francesco I Sforza.

Esperemos que la peste o las hambrunas sean leve en los meses venideros.

¿Habéis meditado sobre mi propuesta en cuanto a los territorios cercanos?

Podéis contar que avanzaremos hacia los territorios de Austria; ahora que nuestras tropas están en posición, no tiene sentido actuar de otro modo. Veremos hasta dónde llegamos.

Amado emperador,

Me temo que el os ha pedido luchar a la vez con Venecia y Milán han sido ellos mismos.

Como sabemos contar estamos a su disposición cuando lo crea necesario.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva al duque y principal entre los condottieros de Milan, a Francesco I Sforza.

Intentad no insultad nuestra inteligencia en demasía: nos atacásteis pensando que nuestras tierras iban a pasar a perteneceros, no os salió como queríais. Bien está. En todo caso, la situación sigue sin ser buena, ni para vos, ni para nos.

Proponed, esta vez sí, sugerencias que estéis dispuesto a cumplir. Y nos las estudiaremos teniendo el deseo de, a pesar de los pesares, llegar a un acuerdo que ambos beneficie.

Que el Altísimo os guarde