Partida Rol por web

Venga tío, cálmate un poco. No somos celebridades ¿Sabes? Sólo un grupo de personas haciendo lo correcto y poniendo nuestras vidas en la línea de fuego para proteger a quién no se puede proteger por si mismo. 

Y sí es una armadura, no soy un mutante, aunque tampoco me molestaría serlo, he conocido a uno o dos de ellos y son bastante agradables. Lo único que los diferencia de cualquier otra persona es que pueden hacer cosas extraordinarias casi sin esfuerzo. Jejeje. - respondo con amabilidad mientras me ajusto el cinturon.

Que grupo más variopinto. - pienso mientras observo a Dobla Destino, ya había coincidido un par de veces con él en alguna escena de crimen, pero nunca habíamos intercambiado más que un par de palabras y cada quién a lo suyo, pero el resto era un verdadero misterio para mi.

Salvo por Hornet Knight, quién me parecía un buen tipo, algo hiperactivo, pero bueno, al fin y al cabo. Los demás eran un verdadero misterio para mi y el sujeto de la máscara me inquietaba un poco.

Luego llegó el comentario que no quería oir, así que decidí rebatirlo.

Dobla Destino, sabes tan bien como yo, que mientras más consumes esa basura, menos días vives. Y lo peor de todo es que esa cosa es demasiado adictiva. Y si no te mata la droga, el síndrome de abstinencia sí que lo hará. En fin, prefiero confiar en tu buen juicio y espor el bien de ese chico, espero que puedas hacer algo por él. Aunque dudo que alguien pueda. - digo con cierta amargura y melancolía en la voz, al tiempo que recuerdo a un compañero de la universidad que murió a causa de esa cosa.

Por cierto, tal como lo dijo Hornet Knight, yo soy Arcángel. Espero poder llegar a conocerlos bien a todos.

"Sí, haciendo lo correcto, dice. Abrirle agujeros en el pecho a la gente es lo mejor que podéis hacer con las posibilidades que se os abren con vuestro poderes y juguetitos, ¿eh?"

- Sabía que era un traje. Una vez, hace creo que seis o siete años, hablé con el profesor Xavier, fue a dar una conferencia en la universidad cuando yo estaba estudiando. Lo mío no era la Biología, pero, ¡eh!, no siempre puedes hablar con un tipo así. Le hice una... Hablé con él y me dijo que la mayoría de los mutantes tenían facultades sencillamente insólitas, pero que difícilmente se podrían considerar como "superpoderes". Me contó de un camello mutante que se le activó el gen y le cambió la piel a azul. Y solo por tener la piel azul, le empezaron a seguir los Centinelas. Acojona, ¿eh? Las cosas que hace la tecnología cuando no se controla. Tú controlas bien tu traje, ¿no, Arcángel? Pregunto, ¿eh?

Oye, eh... tú, el de la máscara. ¿Podemos abrir la ventanilla? Hace un poco de calor. Entre la pelea y que aquí vamos algo apretujados... Por cierto, no sé los nombres de ninguno. Yo soy Hornet Knight, lo he dicho antes. Deberíamos decirnos nuestros nombres, aunque sean en clave, porque si no va a ser un coñazo decirnos cosas como... como la de la ventanilla, por ejemplo. O sea, a Arcángel lo conozco, por los periódicos y eso. ¿Leéis prensa? Deberíais leer prensa, no podéis creeros todo lo que sale en la red. Arcángel, eso es un traje, ¿no? Quiero decir, que no eres... yo que sé, un mutante con poderes sobre... sobre la moda o algo así.

  El hombre de la extraña máscara miró fijamente a Hornet Knight y le respondió, con una extraña y intimidante voz distorsionada, que hacía imposible identificar el sexo del interlocutor, o si tan siquiera si era humano:

 - No parece estar diseñada para bajarse, Hornet Knight... En cuanto a mi nombre, yo soy Revan, estudioso y practicante de las artes místicas, a vuestro servicios, damas y caballeros...

 El hechicero misterioso no añadió nada más, pero pareció escuchar con mucho interés lo que decía cada uno de ellos, como si los estuviera evaluando y estudiando, tratando de sonsacarles cualquier secreto que sus almas ocultasen. Definitivamente no era un cómodo compañero de viaje....

 Finalmente Dobla Destino le preguntó:

-Bueeeno. A ver que nos cuenta Darth Vader. ¿No tienes calor ahí atrás? ¿Quieres que ponga el aire? -dije mirando a Revan por el retrovisor.

 "Darth Vader" miró al conductor fijamente, a través del espejo, antes de responder, con un tono que pretendía ser educado, aunque era difícil que no pareciese intimidante, con su aspecto y su voz:

 - No, gracias, estoy perfectamente... ¿Falta mucho para llegar a nuestro destino, por favor?.

 A continuación siguió con interés la conversación entre Hornet Knight y Arcángel acerca de mutantes y sobre todo lo referente a la droga que tantos problemas les había causado esta noche.

¿A qué refieres Hornet Knight? Claro que controlo a la perfección la armadura, incluso la modifique para disminuir su poder de daño, adaptándole un cañón sónico que es capaz de aturdir a una persona sin causarle ninguna clase de daño.

Centinelas, odio esas cosas en especial los que diseño Stark, esos son mucho más poderosos que los de Trask, pero al menos tienen a una persona controlando sus movimientos. - digo con cierta molestia en mi voz.

Toqué un botón en el apoya brazos de mi izquierda y la ventanilla del lado de Revan se bajó.

-No insultes a mi coche, por favor. -y rápidamente la volví a subir. A continuación le di a otro botón y todos los cristales se entintaron, impidiendo ver lo que había fuera. Aunque mis lentes me permitían ver a través.- Ya no queda mucho. 

Ahora empecé a dar vueltas unas cuantas vueltas, e ir en diferentes direcciones al azhar. Para que no supieran a donde íbamos.

Todo aquella situación era ridícula. Cuatro personas, atrás sentadas, apretujadas, teniendo a uno que puede disminuir su tamaño, el cual no solo no lo hace, sino que además habla por los codos. Debí añadir que cortaría lenguas a quien hablase demasiado.

Al menos D·D tuvo la genial idea de repetirle que menguase aunque parecía que todos tenían ganas de charlar allí dentro. Los cristales del coche se entintaron. Bueno, ahora si que vamos. Cerré los ojos y me relajé. Me habían enseñado durante años este ejercicio. Aquí arriba y con todos hablando, sería más complicado. Un reto. Debía intentarlo. Centre mi mente en el último punto conocido antes de que los cristales se tornasen negros y situé ese punto en mi mapa mental, como si fuese un GPS. A cada giro dado, cada metro recorrido, iba trazando mi ruta imaginaria en mi cabeza.

Años atrás:

En ruso. <Muy bien niñas, subid todas al furgón. Vamos, vamos. Daremos una vuelta. Escuchad con atención, este ejercicio es primordial. Puede abriros muchas puertas si sabéis usarlo.> La mujer que hablaba repartió unas capuchas a las jóvenes. <Es muy fácil. Os cubrireis la cabeza con esto, la finalidad es que no veais nada. Iremos a un punto de la ciudad. Cuando lleguemos os avisaré. Luego regresaremos aquí por otra ruta, no necesitais memorizarla esta segunda si no quereis. Cuando estemos de vuelta, ireis cada una en un coche, indicando al conductor el camino a seguir. Veamos cuantas de vosotras sois capaces de llegar al destino sin perderse. Poneros las capuchas.>

El vehículo arrancó, saliendo de aquellas instalaciones.

Evidentemente, la charla me es mejor que la incomodidad de estar los cuatro pegados. Así que, por el bien de mantener el buen ambiente, sigo hablando en lugar de encogerme.

- Como mola. Lo del traje, digo. ¿No te pesa? Cuando vuelas, ¿no te pesa? Porque a mí me pesaría. Claro que yo soy chiquitillo. Oye, Revan, ¿lo tuyo es también de un traje? ¿Tu máscara te da poderes? ¿O es alguna otra cosa? Oye, ¿alguno es mutante? Porque yo firmé en lo de Change.org para darle un consulado a Utopía. Vamos, que me parece cojonudo lo de la nación independiente mutante. Triste, pero cojonudo. ¿Ninguno es mutante? Deberíamos contar con un muti. ¿Puedo llamarlos mutis? ¿O es un término que solo pueden usar entre ellos?

Estabamos demasiado apretados para mi gusto en la parte de atrás y Dobla Destino había comenzado a dar vueltas para perdernos. Aquello nos llevaría un rato aún. Me preguntaba si la armadura de nuestro hombre de hojalata tendría un navegador GPS. Si era así, no le desorientarían fácilmente.

El pequeñín no paraba de parlotear en contraposición a Noche que era una tumba. Parecía casi dormida recostada en su asiento. Había demostrado ser una asesina eficiente, no le daría el beneficio de darla por desprevenida. "Ya que Doble D no va a ponernos hilo musical para el viaje, conversar será la forma de hacer pasar el tiempo lo más rápido posible."

Me acomodé en mi asiento lo más que me permitían las circustancias y miré a nuestro hombre menguante. "Dios, parece que no necesite respirar para hablar." Hice desaparecer mi sombrero y mis guantes. No los necesitaría y con tanta gente apiñada en el coche comenzaba a hacer calor.

- Yo soy mutante. - "Y aparentemente la más normal del grupo..." - Y puedes llamarnos como te plazca. Normalmente los problemas deriban del tono en el que se dice, no del término. Y lo del país para una raza en porticular a mí me parece lo más absurdo de la historia. Creo que el precedente histórico más similar conocido es Hitler y no me parece un ejemplo a seguir.

Más por cortesía y pasar el rato que por curiosidad comencé a bombardear a mis acompañantes con algunas preguntas sobre sus habilidades. Doble D parecía interesado en que trabajaramos en equipo de forma que algo de información no me vendría mal.

- ¿Y qué clase de capacidades místicas tienes, Revan? Nunca he conocido a un mago. Al menos, no a uno de verdad. - luego me giré hacia Hornet Knigth aunque no parecía necesitar pie para hablar. - ¿Y tú pequeñín? ¿Aparte de encoger y dar martillazos, qué sabes hacer? ¿Puedes cambiar de tamaño sólo por partes o algo?

Sonreí casi divertida por la imagen de aquella personita pero con sus pies de tamaño natural. No pretendía despreciar sus habilidades, encoger a un centímetro de altura no era una cualidad nada común. Sin embargo, comenzaba a aburrirme del viaje y la paciencia no era mi mayor virtud.

Creo que allí tienes tu respuesta Hornet.

En cuanto a mi traje, te aseguro que no pesa nada, es ligero como una pluma, tiene conexión satelital y hasta me permite ver las caricaturas, jejejejeje. Bueno tal vez eso último no, pero está totalmente equipado con un sistema de rastreo GPS que me permite llegar a donde me necesitan en muy breve plazo.

¿Qué hay de ti Hornet? ¿Tus habilidades son innatas o provienen del traje como las del Dr. Pym? - pregunto con curiosidad.

Revan no se sentía cómodo teniendo que hablar tanto, sobre todo sobre él mismo. Él era muy reservado con sus asuntos y no le gustaba nada pregonarlos por ahí... En realidad lo odiaba, si por él fuera, no estaría hablando y estaría todo el viaje callado como un muerto.

Cuando le preguntaron acerca de su máscara, sencillamente respondió, con tono neutro y dejando claro que no iba a extenderse más con la explicación:

- Mi máscara sirve para ocultar mi rostro...No necesitas saber nada más, si me haces el favor.

Cuando Rift le pregunto acerca de sus capacidades místicas y de que no había conocido a un mago de verdad, Revan le respondió, de manera enigmática:

- ¿Estás segura?. La mayoría no llevan ropas tradicionales como las mías. Otros llevan ropa normal y tienen trabajos corrientes, sin rebelar lo que pueden hacer realmente, ocultándose a plena vista...

Ahora el hechicero le había puesto a la mujer de rojo lo bastante nerviosa como volverla paranoica y buscar brujos por todas partes...

Mientras seguían volando, Revan trataba de concentrarse y tratar de mantenerse al tanto de por donde estaban y a donde se dirigían. Lo último que quería era acabar en un lugar desconocido.

Continué centrada en lo mío, en mi ejercicio, procurando evitar que las conversaciones me perturbasen la concentración. Ellos no lo veían, pero mis ojos permanecían cerrados y mi respiración era rítmica y relajada.

La primera vez que realicé este ejercicio fue un horror. La peor de todas. Los siguientes no fueron mucho mejores, al igual que los castigos. Pero eso fue hace años. Ahora todo era distinto, al igual que la situación. Pero aquel tipo... podía desesperarme. No sólo molestaba manteniéndo su tamaño normal... suponiendo que realmente no tenga el tamaño de una cucharacha a la que poder aplastar con mi bota. Sino que además, continuaba hablando y preguntando sin parar. Inspiré nuevamente con fuerza y solté todo el aire. Lo importante era esa ruta.

-Ya falta poco. -informé al cabo de un rato.

Había dado un par de vueltas a la ciudad, intentando desubicarlos. Hasta usé un disrruptor de hondas por si Arcángel intentaba localizarse. Era eso o dejarlos inconscientes.

Los pasajeros notaron una fuerte sacudida, y rápidamente se dieron cuenta de que estaban bajo el agua. Ahora el coche volador iba un poco más suave, pero haciendo más ruido. Al parecer los repulsores de las ruedas también funcionaban como turbinas.

Le di a uno de los muchos botones que había en la consola. Se escuchó el ruido de una compuerta al abrirse. La presión del agua comenzó a bajar y el coche toco tierra. Habían aterrizado.

-Bienvenido a mi base. -dije mientras desentintaba los cristales y desbloqueaba las puertas.

Principalmente consistía en tres plataformas conectadas por escaleras. La primera y más baja, era el garaje. Dándole al botón adecuado, del suelo saldrían los compartimentos donde estaban las herramientas y demás cosas técnicas para el coche.

La segunda plataforma era más bien una sala de estar. Había una par de camillas de hospital, ocho maniquíes vacíos, un sofá, nevera y demás comodidades.

Y luego la tercera plataforma. Había una mesa redonda rodeada de sillas. Más al fondo habían unas cuantas pantallas, con unos cuantos teclados. Tenía pinta de se un ordenador muy avanzando. Y al lado, había un mesa de laboratorio con un montón de cachivaches que parecía que hacía tiempo que no se utilizaban.

-¿Te la imaginabas así? -le dije a Rift en cuanto salimos del coche.- No toquéis nada. Vamos.

Subí al segundo piso, a la sala de estar. Rápidamente fui a donde había un marco con una foto colgado de la pared, lo cogí y lo guardé en el segundo cajón de la cómoda que había al lado.

A continuación me senté en uno de los sofás. Le di a un par de botones en mi máscara, me la quite y me puse unas gafas. Ta vez no era inteligente, a fin de cuentas no conocía muy a fondo a la mayoría. Si quisieran podían investigarme, que lo intentaran. Pero no tenía miedo, me fiaba de ellos.

-Bueno, empecemos. Me llamo Dan Rowling.

- Bonita cueva.

"Bonita cueva"

Cuando aterrizamos y alguien abre la puerta, me minimizo y salgo a toda velocidad antes que los demás. Cuando aterrizo, vuelvo a mi tamaño, mientras me estiro.

- ¡Ah, que bien sienta estirar las patas! Una charla maravillosa, chicos. Espero que en la próxima tengamos algo más de conexión interpersonal, ¿eh, Power Ranger negra?- Sonrío a Noche.- Estoy seguro de que a todos vuestros poderes os han traído desgracias sin par. Estoy deseoso de escucharlas.

Sigo a Doble D hasta su salón, donde le veo sentarse y quitarse la máscara.

- ¿Ya hemos llegado a ese nivel de confianza? ¿El de mostrarnos con la misma cara que a nuestras madres? Fantást...- Me quedo a la mitad de quitármela. Miro a Revan y a Noche. Retiro las manos de mi cara con lentitud. Y hablo algo más despacio. Al principio.- Pensándolo mejor, me la quitaré cuando se la quiten esta gente. Espero que no os moleste si os digo, así en petit comité, que de vosotros tres, Arcángel, Noche y Revan, me fío entre poco y nada. De ti sí, Rift, de ti sí me fío. Aunque algún día vamos a hablar de la ley de Goodwin tú y yo. Oye, DeDé, ¿un café es abusar de tu hospitalidad? Algo me dice que esta es de esas charlas que te cambian la vida. Voy a necesitar un poquito de cafeína para soportarlo.

Así que aquí vives. Bonito lugar Dobla Destino, prefiero mi laboratorio, pero esto no está nada mal. -  digo mientras desceindo del coche y observo con detalle el lugar.

Podrías apagar ese condenado disruptor, no me deja ver nada ¿Sabes? Prometo no activar el GPS. - digo mientras lucho contra la estática del visor. - Oh al diablo, desconectar pantalla, cambiar a visión Standard.

Mucho mejor.

Mientras recorro la basae de Dobla Destino, observo su computadora y sonrío. - No tendrás instalado el "Heroes of Storm" o el "WoW" ¿Verdad? Nah, estoy de coña. Bastante impresinante por cierto.

Luego seguimos a Doble D a la sala de su casa en donde descubrió su rostro.

Dan Rowling, no serás familiar de la autora de Harry Potter ¿Cierto? - bromeó, sabiendo que Rowling no es un apellido poco común en Inglaterra.

Jejeje. Vamos ¿En serio? Tan poca confianza te inspiro, pues bien señor popular, déjame decirte que cuando me quite el traje te voy a inspirar menos aún. - digo mientras remuevo el casco y activo el mecanismo de retracción de la armadura, quedándome en jeans y un pequeño polo blanco de manga corta.

Soy Miguel Strauss. - digo mientras busco en el bolsillo de los pantalones, unos gruesos guantes negros con los que cubrir los guantes de la armadura al tiempo que las botas adapatan su apariencia, simulando ser calzado estándar.

Creo que no sirve de nada que me cubra las manos si no tengo con que cubrir los brazos. Ni modo, igual me los pongo, es la costumbre. - sentenció mientras cubro mis manos dejando expuesto el resto de los brazales de la armadura.

Lo siento no puedo quitarme las botas ni los guantes, están unidos a mi, es un defecto de fabricación de la armadura, estoy trabajando en ello, pero aún no lo resuelvo.

En fin ¿Por qué nos trajiste aquí Dan?

Por fin habíamos alcanzado nuestro destino. La base de operaciones resultaba ser una cueva oculta y no tenía demasiada mala pinta. Sonreí al escuchar el comentario de Doble D.

- No sé, Dan, la esperaba con más glamour. Tú siempre has sido un tipo con clase - respondó entre risas.

Dado que todos los presentes ya habían visto mi verdadero rostro, no tenía ningún problema en volver a vestir de civil. Con un sencillo gesto, la vistosa ropa roja desapareció siendo reemplazada por una sudadera gris ancha y unos tejanos lavados a la piedra ajustado. Mi sombrero se cambió por unas gafas de sol que sujetaban mi pelo hacia atrás y mis tacones se transformaron en unas zapatillas deportivas. "¡Qué ganas tenía de quitarme los tacones! Los pies me estaban matando"

- Me llamo Lara. - saludé rápidamente con la mano como si acabara de entrar en la sala.

Comencé a caminar por la cueva dejando que mi vista vagara por las paredes y la escasa decoración. Cuando pasaba cerca de Hornet alargué la mano hacia el vacío como había hecho anteriormente. En mi mano se materializó un vaso de café para llevar que le tendí con una sonrisa.

- Es un macchiato caramelo. De mis favoritos. Espero que te guste. - le dije guiñándole un ojo. Me giré a nuestro hombre de hojalata. - Encantada Miguel. 

Avancé hacia otro sofá y me senté de lado, pasando las piernas sobre los reposabrazos. Sonreí tranquilamente y miré a los dos que aún no se habían pronunciado. "Veamos hasta qué punto quieren ser misteriosos nuestras dos mayores incógnitas." Dudaba que Noche mostrara su identidad con tanta facilidad.

La figura enmascarada se mantuvo impasible mientras los demás mostraban su identidad de manera temeraria. Él no era tan tonto como para mostrar su rostro a las primeras de cambio: Si querían su confianza, tenían que demostrarla. Decir un nombre era fácil, cualquiera de ellos podía ser falso. Rift solo había dicho su nombre de pila, que no era mucho y Hornet Knight ni siquiera eso... Además, puede que no les gustase saber lo que había debajo de la máscara, así que puede que fuera mejor para todos seguir con ella puesta.

Finalmente miró a Dobla Destino, o como se llamase, y le respondió, con esa voz infrahumana:

- Por el momento, podéis llamarme Revan. Si más adelante demostráis que puedo confiar en vosotros, os informaré si eso cambia...

Por fin llegamos al lugar. Me quedé realmente sorprendida de donde estábamos. La cantidad de veces que he pasado por aquí, por las cloacas... y... no he visto acceso alguno a este lugar. Pronto dejé de sentir tanta presión en mi cuerpo. Por fin el hombre-bicho había hecho algo útil y redujo su tamaño para salir del coche. Claro que al volver a su tamaño natural, volvió a rajar sin parar.

Al salir del vehículo no pude evitar lanzarle una mirada rabiosa cuando me comparó con los ridículos Power Ranger. No me hagas comprar un bote de insecticida para rociarte con él, hombre-chinche. Susurré al pasar a su lado. Iba mirando y admirando mi entorno mientras seguía a los demás. Ni punto de comparación con mi refugio. Alcé la vista y vi que D·D se había despojado de su máscara, mostrando un rostro bastante atractivo y sexy. Me había quedado embobada mirándole durante unos segundos y aparté la vista rápidamente.

Por fortuna el charlatan del hombre-chinche se arrancó de nuevo a hablar y las miradas recayeron sobre él. En medio de su charla nos dejó claro que no se mostraría salvo que los demás lo hiciésemos. Yo tenía muy claro lo que iba a hacer y más claro aún el porqué, pero guardé silencio mientras seguía observando el lugar.

Arcángel no tuvo problemas en quitarse su traje y mostrarnos quien es en realidad. Lo cierto es que no me sorprendió demasiado ver quien se ocultaba detrás de tanta tecnología. No sólo era el mayor competidor contra Industrias Stark sino que además, compartían aficción... sólo que Stark no se quedaba con las botas y los guantes puestos por "un fallo técnico". Eso me hizo sonreir bajo mi máscara. Una situación bastante cómica ver al muchacho así.

Acto seguido fue Rift quien se puso cómoda. Lara, bonito nombre. No se como lo hacía pero era curioso como tomaba prestadas las cosas de la nada. Me pregunto si estará perjudicando a alguien cuando coge las cosas así, a la ligera.

La voz de Revan me sacó de mis pensamientos. No era muy distinto a mi. Salvo por.. todo. Sentí de pronto como las miradas se clavaban en mi. No me gustaba ser el centro de atención, pero allí no habían sombras para ocultarse.

Lo siento. Les dije a todos con mi voz rota. Por mi propia seguridad y puede que incluso la vuestra, debo mantenerme así. Pero puedo deciros que mi nombre es Katherine, aunque prefiero que me llamen Kat. Me giré luego hacia Hornet Knight. Lo siento hombre-chinche. Te quedas con la cara tapada. A pasar calor como el resto. Me sonreí para mis adentros.

- ¡Hostia, Miguel Strauss!- Se me cae la mandíbula al suelo.- ¡No me lo puedo creer! Vaya punto, ¿no? Ya sabemos quien va a pagar el taxi de vuelta, que a mí apenas me llega para el alquiler.

Estoy distraido con Arcángel y su auténtica identidad, así que apenas presto atención a Rift, pero cuando cojo el café, le sonrío.

- Gracias, Lara. Muy amable.- Bebo un sorbito, sin dejar de mirar ni a Revan ni a Noche. Hago una mueca.- Ah, quema. Pues bueno, Revan, si sigues sin querer mostrarte, lo siento pero yo tampoco. Espero que no os importe. Pero os adelanto que lo más interesante de mí es que soy rubio. Oye, este café está muy bueno, Lara.- Doy otro buche, con más cuidado.- Oye, debería callarme, ¿no? Que Dobla Destino está aquí queriendo abrir su alma a nosotros y yo dale que te pego con la cháchara. Me callo. Perdón, eh, que no es queriendo. Solo que... Bueno, me sale solo. Perdón. Ya paro. Me bebo el café y escucho. Lo siento.

Me giré  y fui a la zona de cocina que estaba enfrente del sofa. Cogí algo para picar de la nevera y me hice un café. "Power Ranger negra", este tío me gusta. Me recordaba mucho a Fa... Bueno, a él.

Mientras iban hablando yo iba contestando a sus preguntas. 

- ¿Ya hemos llegado a ese nivel de confianza? ¿El de mostrarnos con la misma cara que a nuestras madres? -dijo Hornet.

 -Claro, ¿Qué esperabas? ¿Que te invitase a cenar primero? -dije en tono de broma levantando una ceja. Dejé el pica-pica en la mesilla, enfrente del sofá.

Dan Rowling, no serás familiar de la autora de Harry Potter ¿Cierto? -preguntó Arcángel

 -Sí, es mi prima segundaPUES CLARO QUE NO.

Rift ofreció un café a Hornet. Bien, se empezaban a llevar bien. Algunos.

-Si alguien más quiere café, ahí hay una Dolce Gusto. Creo que le falta agua. Servíos vosotros mismos, no soy vuestro mayordomo. -dije mientras me sentaba en una butaca.

Noche se negó a quitarse la máscara al igual que Revan.

-Tranquila Katherine, nadie te va a obligar a revelar tu identidad. Ni a ti tampoco, Revan. -dije mirando al mago.- Si respira un poco nuestro amigo Eddie... Quiero decir, Hornet Knight. Ugh, bueno, tío. Lo siento si no querías...

Seguramente los allí presentes notaron que lo hice queriendo. Solo tenía ganas de probarlos un poco, a ver hasta donde llegaban. Pero de una forma muy suave, claro.

-En fin, eso. Os iba a contar para que habíais venido. Hace unos cuantos meses que... -empecé.

-¡GUAU, GUAU!

El ladrido se oyó por toda la base. Provenía de la tercera plataforma. 

Con pasos cortos pero rápidos, venía corriendo un bulldog francés color arena. Con un salto torpe se subió encima de Rift y le empezó a lamer la cara frenéticamente. 

-Tardaba en aparecer, él es Drago.