Partida Rol por web

Más Allá de las Montañas de la Locura

Prólogo Ernest

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05/03/2010, 14:59

Mayo, 1933. Green Avenue, Brooklyn, Nueva York.

Nada. Una vez más en la oficina de empleo te habían salido con la misma respuesta. Nada, nada, nada. No había trabajo para nadie. Aún tenías dinero, por supuesto. No te habías dedicado a despilfarrarlo en los buenos tiempos y no ibas a hacerlo ahora. Aún podías pagar el alquiler de tu pequeño piso en Brooklyn pero pronto empezarían a surgir los problemas. Para un escalador como tú, las expediciones universitarias eran la mejor forma de conseguir un salario. Pero mientras, había que encontrar otra cosa.

Regresando a casa entre la multitud que abarrotaba las aceras te encuentras un ejemplar del periódico de hoy tirado en una papelera. Los cojes casualmente y al empezar a ojearlo te quedas parado en medio de la calle, a pesar de las maldiciones de las personas que te rodean.

La noticia a doble página hablaba de una expedición científica a la Antártida. Sus organizadores querían tomar el testigo de la malograda expedición del profesor Lake hacía tres años y acabar lo que empezaron. Querían escribir historia y por eso la misión estaba orientada a la exploración y el descubrimiento. Tenían previsto partir en septiembre de este año y volver antes de julio de 1934. Esperaban visitar muchos de los lugares en los que estuvo la expedición anterior y lo que era más interesante: todavía estaban reclutando personal.

Los líderes eran el mundialmente famoso explorador James Starweather y William Moore, geólogo de la Universidad Miskatonic de Arkham.

Recuerdas que intentaste entrar en la anterior expedición, la del profesor Dyer. Y menos mal que no lo hiciste ya que acabó en tragedia cuanto una tormenta de nieve mató a gran parte de los miembros del grupo después de que hubieran descubierto un increíble tesoro de huesos y fósiles situados en una serie de cavernas a los pies de una cadena montañosa hasta entonces desconocida.

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08/03/2010, 08:45
Ernest Andersen

Aquella era una muy buena noticia, ya llevaba meses sin trabajar y antes, cuando lo había hecho, había tenido que estar un tiempo en una empresa metalurgica cómo peón, en vez de hacer lo que a él más le gustaba, viajar, explorar y sobre todo, escalar... Desde luego corrían malos tiempos en cuanto a economia se refiere y las expediciones que salían, estaban bastante mal pagadas. Aunque a Ernest aquello le daba igual, necesitaba enrolarse en algo cuanto antes, estaba más que arto de aquella maldita jaula en la que se había convertido la ciudad de Nueva York.

Al releer una vez más la noticia, recordó la expedición del profesor Lake, unos años antes, él no había podido entrar por poco, aquello le dolió profundamente a pesar de haber acabado alegrandose al final, según lo que había podido leer posteriormente al seguir sus movimientos desde la distancia, todos los integrantes del grupo murieron en una tormenta de nieve después de encontrar una nueva cadena montañosa, nada más se supo de ellos y no se recupero ningún cadaver. La posibilidad de unirse a la nueva expedición representaba una oportunidad inmejorable para explorar las desconocidas montañas y ganar reconocimiento definitivamente, más aún cuando lo haría junto al explorador James Starweather.

Sin pesarselo ni un segundo más puso rumbo a la dirección que venía en el anuncio, no tenía tiempo que perder si quería unirse a ellos aunque sospechaba que no serían demasiados los osados que se presentarían, era para ir al sitio más peligroso de todo el planeta y había bastantes posibilidades de que surgieran algo más que problemas...

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08/03/2010, 23:30

La dirección corresponde al Hotel Amherst. Un viejo edificio de cinco pisos en la esquina de la Octava Avenida con la calle 44 en Manhattan, a sólo dos manzanas de Times Square. El salón del hotel es pequeño y oscuro, pintado al aceite, y hay un par de macetas de pálidas palmas al lado de la puerta. El recepcionista es un hombre icterícico y delgado de pelo negro que al verte entrar te aborda con educación.

-Buenos días caballero, ¿puedo ayudarle en algo?

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09/03/2010, 09:31
Ernest Andersen

El alpinista tardo algún tiempo en llegar andando a su destino en pleno centro de la ciudad, el hotel Amherst, que no distaba mucho del Times Square. Ernest entró en el edificio sin siquiera detenerse a comprobar la dirección, era un tipo resuelto y decidido en todo lo que hacía, cuando entró en el hall del hotel un recepcionista lo detuvo con amabilidad...

-Si por favor, vengo por el anuncio de la expedición, me gustaría hablar con el responsable de las contrataciones...-

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10/03/2010, 14:26

-El señor Moore y el señor Starkweather me han dejado encargado que diga a los aspirantes que rellenen un formulario -el conserje regresa al mostrador y busca algo debajo de la mesa. Saca un papel mecanografiado y te lo tiende. Básicamente es un formulario estandar pidiendo datos personales, direcciones de contacto, curriculum y referencias. Buscas un rincón y lo rellenas con dificultad. Escribir nunca ha sido tu fuerte. Después de completarlo se lo devuelves al sonriente empleado.

-Gracias señor. Se pondrán en contacto con usted a la dirección que nos haya remitido tan pronto como les sea posible. Que pase un buen día.

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11/03/2010, 09:32
Ernest Andersen

Ernest se lamentó por no poder hablar personalmente con los responsables directos de la contratación o con el propio Starkweather, el era uno de los mejores alpinistas y estaba en su mejor momento, ya que era a esa edad, cuarenta y pocos, cuando se reunía toda la experiencia necesaria cómo para no cometer errores y el cuerpo aún respondía. Pero el recepcionista del hotel no dió más opción, Ernest se tuvo que conformar con rellenar el maldito formulario y confiar en que lo volvieran a llamar, no demasiado contento por el resultado de la mañana después de haberse hecho algunas ilusiones, el escalador puso rumbo a su casa, pues ya no le quedaba nada que hacer esa mañana...

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11/03/2010, 19:33

El mes de mayo transcurre con lentitud, cada vez haciendo más calor. Los primeros días consultas tu buzón con avidez deseando tener noticias de la expedición aunque con el transcurrir del tiempo empiezas a perder las esperanzas. Entonces, casi a finales de mayo, encuentras un sobre color marrón en tu buzón con el símbolo de la expedición Starkweather-Moore en el dorso. Dentro hay un escueto telegrama.

Preséntese 3 de julio en hotel Amherst STOP Piso 5º STOP Calle 44 Manhattan.

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12/03/2010, 12:51
Ernest Andersen

Al recibir aquella carta, Ernest se alegro bastante, ya había empezado a perder la esperanza de que lo llamaran y la verdad sea dicha, veía su futuro muy negro. Rápidamente se puso a pensar y llegó a la conclusión de que probablemente aún no estaba del todo dentro, el tres de Julio era una fecha bastante alejada de la partida, aunque bien sabía que preparar una expedición cómo aquella requeria algún tiempo. El alpinista se animo bastante y se dió cuenta de que aún quedaba un mes para su cita, así que decidió empezar una seria preparación física y mental hasta entonces, el resto del tiempo lo pasó esperando la fecha con ansiedad...

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13/03/2010, 14:50

Julio, 1933. Calle 44, Manhattan, Nueva York.

El esperado día de la entrevista llega por fin junto con una ola de calor húmedo que empapa cuellos de camisa y alas de sombrero. Al aire libre, una brisa ocasional empuja las basuras esparcidas por las aceras; pero dentro de los edificios apenas se puede respirar. Das un paseo hasta el hotel donde Starkweather tiene una gran suite de lujo en el quinto piso.

El ascensor te lleva arriba y te abre la puerta de la suite un hombre pequeño que luce una cuidada perilla. Se presenta a si mismo como el profesor Moore. Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición, pero la mayoría son retratos de Starkweather.

El propio Starkweather es un hombre alto con un poblado bigote e imbuido con el clásico donaire altivo, sombrío y elegante que desprenden los oficiales del ejército británico. Te saluda con un fuerte apretón de manos antes de indicarte que tomes asiento en uno de los sillones de la sala de estar.

-¿Que tal esta usted, señor Andersen? -pregunta el profesor Moore. Lleva consigo un pequeño bloc y un bolígrafo-. Este calor es insoportable.

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15/03/2010, 18:27
Ernest Andersen

Los días se hicieron eternos hasta la fecha señalada, y para colmo, estaba aquel calor que parecía haberse instalado en la ciudad cómo uno más. Pero por fin llegó el día, Ernest se puso su mejor ropa y se encaminó al lugar donde habían quedado, le costaba reconocerlo pero aquella mañana se sentía nervioso, costaba de creer, era capaz de hacer frente a situaciones de montaña durisimas pero no a pasar una larga temporada en la cuidad. Se sintió aliviado cuando se vió en aquella lujosa habitación puesto que aquello demostraba que la cosa iba en serio, el propio doctor Moore y Starkweather estaban allí para recibirlo así que se alegro sin exteriorizarlo.

-Ni que lo diga señor Starkweather, es todo un honor conocerlo, temo que pueda parecer demasiado adulador, pero le admiro mucho...- dijo estrechandole la mano, aquel hombre había sido el protagonista de un buen número de grandes azañas en el campo de la exploración, y Ernest sabía que el cumplido no se lo tomaría cómo un simple peloteo, puesto que lo que le decía era cierto...

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15/03/2010, 21:35
James Starkweather

-Gracias, gracias, el honor es mío recibiendo esos elogios de un consumado alpinista como es usted. Como sabrá, señor Andersen, estamos a punto de embarcarnos en la mayor aventura que el género humano haya conocido. Queremos escribir la historia y llegar más allá de lo que se ha llegado nunca. Ante nosotros se abre la Antártida, un continente ignoto del que nada se conoce. Imagínese usted su nombre escrito en letras de oro como uno de esos pioneros que abrieron una senda en el conocimiento humano. Todo está ahí, listo para ser descubierto ¿Se unirá a nosotros en esta gran aventura?

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16/03/2010, 08:35
Ernest Andersen

Normalmente los cumplidos no hacían demasiado efecto en Ernest, pero viniendo de tan conocido explorador este si le agrado, Starkweather tenía razón, aquella era una aventura con mayusculas, la región más hostil y menos conocida del planeta, con toda una nueva cadena de grandes montañas sin explorar, aquello era un sueño, y también muy peligroso. El alpinista no se lo pensó ni un momento...

-¿Cuando partimos?, no aguantaré mucho más en esta jungla de asfalto- Le dijo con media sonrisa en la cara y mostrando su conformidad con las condiciones, fueras cuales fueran...

 

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16/03/2010, 18:41
James Starkweather

-Excelente, excelente ¡Ese es el espíritu! -Starkweather te da otro apretón de manos y una palmada en la espalda-. Regrese a este mismo hotel el primer día de septiembre con sus efectos personales ¡Bienvenido a bordo, amigo!

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18/03/2010, 13:53
Ernest Andersen

Aquel caluroso mes de agosto se le hizo eterno a Ernest, que contaba los días y no veía el momento de ponerse manos a la obra, el proyecto era muy ambicioso y formar parte de él llenaba de orgullo al alpinista, que casi quería sentir ya el frio Antártico calando hasta el último de sus huesos, aunque sabía que se iba a arrepentir de aquello, la antartida era el lugar menos explorado del mundo y sin duda el más peligroso...

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18/03/2010, 16:20

Notas de juego

Vas a hacer algo de aquí a septiembre o saltamos directamente?

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19/03/2010, 08:32
Ernest Andersen

Yo creo que podemos saltar directamente :)

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19/03/2010, 14:05

Notas de juego

Ok, pues tendremos que esperar un poquito a que el resto acabe sus prólogos ;)