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Economía

El basto terreno del Pueblo Púrpura le permitió adquirir sus riquezas de varias fuentes, siendo sus principales el intercambio con mercaderes buscando piedras preciosas, minerales, ganadería y agricultura. No poseía puertos, pero sí lagunas, por lo que varias especies acuáticas son desconocidas, pero se conocen varios de agua dulce. La madera del pueblo también es considerada de gran belleza, aunque no de muy buena calidad para estructura, si no que más para muebles y ornamentas.

Si bien llegaban monedas al pueblo, de cobre, plata y oro, el comercio se solía manejar con piedras preciosas, siendo la amatista la más común y, por ende, la de menor valor. 

No existía un lugar en donde se acumularan las riquezas más que en las casas de los nobles, por lo que no había ni banco ni casa del tesoro. La práctica del prestamismo y usura era común y no estaba regulada.

Política 

Religión

Sólo existía una religión predominante en el pueblo, la cual constaba de un panteón de varios dioses. Aunque son varios en el panteón, en el Pueblo Púrpura se veneraban mayormente a dos, siendo el resto del panteón casi desconocidos para los que no son conocedores del tema. 

Dios del Abismo, Jubb, que protegía a los mineros y otorgaba riquezas al pueblo. Se le suele representar como una calavera con un manto espectral y que tiene ojos de gemas, que van variando entre rubíes, esmeraldas y topacios. Jubb tiene una personalidad caótica y tiene un sistema de justicia basado en la suerte; aquellos que le veneran, siempre piensan que el infortunio será recompensado en algún momento, aunque el cuándo y cómo pueda no ser lo que ellos esperan. Muchos creen que lo bueno llegará en algún momento al Pueblo Púrpura o que ocurrieron muchas atrocidades sin que nadie lo supiera y ahora se está pagando el precio.

Diosa del Santuario, Zarr, que protegía al pueblo con sus densas montañas y bosques y ayudaba a su crecimiento. Representada como una mujer adulta, de proporciones que llaman a la fertilidad, con la ropa típica de sus sacerdotisas y una belleza inigualable. Tiene una personalidad benévola y un sistema de justicia basado en el equilibrio de las cosas; los seguidores de Zarr, creen que las buenas intenciones no son suficientes y que las acciones correctas se hacen por una razón moral y no por buscar algo a cambio. Los templos de Zarr fueron casi totalmente abandonados y sus seguidores casi desaparecieron tras la declive estrepitoso que sufrió el pueblo. 

Fuera de estas dos figuras, se adoraba al resto del panteón de manera ínfima, además de otros dioses ajenos a la cultura del pueblo y cultos que nacían esporádicamente. 

A pesar de todo, la comunidad era mayormente atea. 

Sociedad

​Existía un sistema desigual, separados por diferencias socioeconómicas muy marcadas. Los ricos abusaban y explotaban a los pobres sin repercusiones y el machismo era algo muy arraigado en el pueblo. Todas las decisiones eran tomadas y efectuadas por los hombres, mientras que las mujeres eran segregadas a labores más básicas y tratadas como propiedad. El cuidado y crianza de los hijos era una tarea que solía caer totalmente en la madre.

La infidelidad masculina era aceptada socialmente, mientras que la femenina era castigada casi como crimen de robo. Era común ver familias con más de tres esposas, pudiendo llegar a casos extremos de diez. La prostitución forzada era recurrente y aceptada por la sociedad.

El incesto era una práctica muy común en los nobles y, al mismo tiempo, rechazada, pero se solía hacer la vista gorda al respecto. 

Como señal de unidad, las mujeres solían despedirse entre sí con besos de boca, en señal de buena suerte. 

Gastronomía

Como se había mencionado, la comida en el pueblo era muy diversa y adecuadamente condimentada.

Teniendo una amplia gama de verduras, especies, ganado y frutas, los chef tenían grandes opciones para elegir, no concentrándose en algún tipo de comida típica.

La experimentación era recurrente, dando en ocasiones con resultados muy bien criticados por los comensales.

En temas de licores también había mucha variedad. Principalmente basados en el proceso de destilación, los tragos del pueblo eran frutales y dulces, con muy poca presencia de amargos. El licor más usual en las comidas y fiestas era uno basado en una mezcla de berries.