Partida Rol por web

Cuando el sr. Visconti subió a la furgoneta, observé un segundo a Ragab desde el asiento del copiloto, interrogante. Me había sorprendido que el hombre acudiera solo, o por lo menos, estaba sorprendida hasta que empezó a hablar. Y cuando lo hizo, me giré en una postura imposible para poder mirarle. Sus ojos eran verdes, curiosamente...

Por supuesto....

-Oh! Buenos días! Dejeme decirle que tiene usted unos ojos preciosos, Luca. Le importa que le llame Luca? Ya me lo pareció anoche pero a la luz del día son aún más verdes, verdad? - sonriendo, franca, volví mi propio verde al conductor que sería nuestro guía. - Preciosos, verdad?... realmente preciosos. Y sí, por supuesto, por supuesto... Debes tranquilizarte. Todo irá bien - y el gesto despreocupado de la mano. Me acomodé la camisa que se me desbocaba levemente por el hombro tirando apenas de ella con dos dedos y el anillo con forma de escarabajo dorado y azul de mi anular emitió un destello frío. Y de repente... me di cuenta. - Oh!- me sobresalté un poco y con los ojos asombrados me llevé una mano a la mejilla ya algo ajada -Perdona mi atrevimiento, pero espero que no te importe que te tuteé, Luca, después de todo podría ser tu madre jajajajaja

La risa recorrió por un momento el silencio tenso que se había producido tras las palabras del hombre. En realidad, ninguno de nosotros quería hablar de las zonas grises de aquella excursión. Y me encogí de hombros, y me retorcí un poco más en el asiento del copiloto para poder observarle. La sonrisa era amplia y esponjosa; la mirada, en cambio, era de bisturí.

- Que gran elección la de tu esposa. Bastet....la diosa Gata. Es una diosa absolutamente maravillosa, con un culto antiquisimo, sabes?. Protectora del hogar, de la vida familiar... Es todo tan absolutamente romántico y adecuado... Y tú, Luca; tú tienes ojos de gato. Con ese verde...

El cuello empezaba a dolerme por la postura, así que volví a enderezarme en el asiento

-Bastet es una de mis diosas favoritas también. La adoro.- la voz y las pupilas empezaron a perderse, como ensoñadas - Es tan... poderosa....

Luca sonrió a la egiptóloga y sonrió amablemente

- Mi madre?, no diga eso signorina Zielort, si no estuviera recién casado y mi mujer fuera tan celosa haría de usted la mia fidanzata (novia). Por supuesto que me puede llamar Luca, de hecho lo prefiero, ya sabe, los americanos no somos muy dados al protocolo y si hay algo de sangre italiana de por medio mucho menos.

Le dedicó su sonrisa más encantadora y siguió

- La verdad es que yo también disfruto con la historia antigua. De hecho estudié un par de años en la universidad pero lo tuve que dejar, así que esto será como volver al colegio. Espero que no sea una profesora muy dura signorina Zielort. Bastet es muy poderosa? Yo conozco a Isis, Ra, Osiris... pero tristemente no se demasiado sobre Bastet, salvo que es la diosa de los gatos y que tengo los ojos como ella. Dijo siguiéndole la broma. Que me puede contar? Tengo a una adolescente a la que impresionar. Dijo compartiendo la broma con la egiptóloga

Se miró el reloj y se dirigió al guía

"Perdonami per il ritardo (Perdoname por el retraso), ya saben...las mujeres siempre tardan un poco más"

Las dos féminas bajan buscando a Luca.Megan le besa con suavidad en los labios

-"Espero que no te hayamos hecho esperar mucho,cariño"-le sonríe mientras acaricia su nuca antes de separarse de él y coger la mano de Becky-"Estamos impacientes por empezar esta aventura ¿a que sí,mi amor?"-mira con dulzura a su hija

Asiente sin más, agarrada de la mano de su madre.

Verlas venir de frente era un espectáculo. Esa forma de caminar poseyendo la acera era única, y su hija no podía negar quien era su madre. Las recibió con una sonrisa a ambas y les contestó

"Esperar? oh no, estaba charlando amigablemente con la signorina Zielort sobre Bastet. Dice que tengo los ojos de gato bonito.. deberías tener cuidado cara mia (cariño mio), creo que te quieren robar al marido" Sonrió para su mujer y luego miró a la niña

"Rebecca, perdóname.... cuando te llegue el amor lo entenderás..... "

El guía había permanecido en silencio y le miró con una pregunta en su cara.

"Signor, Motgalye estamos listos...."

Se había planteado una buena oportunidad de agrandar su prestigio y el de toda su familia como expertos guías, y desde luego no tenía pensado desaprovecharla. Se imaginaba que, el hombre que le había contratado junto a la señora Zielort, a la que Ragab ya conocía de otras ocasiones, sería el típico ricachón maleducado y pedante como tantos otros que había conocido, pero mientras pagara Ragab aguantaría las impertinencias de quien fuera. Lo que desde luego no iba a soportar, ya que nunca lo había hecho, era que insultaran o se mofaran de sus costumbres, de su historia y de su modo de vida.

Pero tenía que reconocer que el señor Visconti no era el típico hombre al que estaba acostumbrado a tratar en esos viajes. Parecía muy interesado en la historia de su país, no le importaba salirse del recorrido habitual para conocer nuevos sitios y, a pesar de resultarle tan empalagoso como sus propios compatriotas, daba la impresión de ser alguien con quien se podía tratar.

Pacientemente escuchó el cruce de palabras entre la señora Zielort y el italiano, mientras esperaban al resto de los integrantes de la excursión, dos mujeres más. De vez en cuando sonreía ante algunos comentarios como la adulación de la egiptóloga hacia los ojos del hombre. Interesante.

—Interesante elección… Muy apropiada para una mujer casada con hijos ya que Bastet siempre ha sido la guardiana del hogar —dijo casi a la vez que la egiptóloga.

Tamborileaba sobre el volante impaciente por la tardanza de las dos mujeres, dándose cuenta que si querían llegar a tiempo y ver todo lo que les interesaba ver necesitaría pisar el acelerador.

Quedó bastante impresionado al ver a la espectacular mujer del italiano. Desde luego el hombre era afortunado no sólo por su riqueza sino también por su esposa.

—Salam-alaykum. —Saludó educadamente a las recién llegadas antes de asentir ante la petición del hombre. Arrancó el motor y se puso en camino—. Allá vamos… A una aventura que espero disfruten.

El caos circulatorio de la ciudad le resultó sorprendente a Luca. A él, las grandes urbes le agobiaban y las visitaba solo cuando las necesidades del trabajo obligaban a ello, o en este caso cuando quería darle un gusto a su mujer. El guía era un experto en sortear ese tráfico y aunque su estilo era agresivo se sentía plenamente seguro

"No le envidio el trabajado Ragab, conducen todos como locos..."

De pronto resonó en el bolsillo de Luca el nessun dorma de Puccini. Con un gesto rápido lo cogió y contestó

"Si?... Oh, Giorgio, Come va?.... Si....Si... Giorgio, me conoces hace muchos años... si... no es broma... Si...." El hombre resopló con impaciencia "Giorgio, tu no eres solo mi abogado, eres mi amigo... eso es lo que quiero hacer... 3 partes.... Si, los empleados una también.... que por que? porque casi todos llevan una vida conmigo y si me pasa algo quiero que ellos puedan seguir con el viñedo..... Si....lo sé.... soy un cabezota.... muchas gracias Giorgio, y recuerda... estoy de viaje familiar" intentó remarcar la palabra familiar "así que si no es nada muy muy importante no vuelvas a llamar. Si... dale un beso enorme a Maria y dile a tu hija que descanse.... y a ti que se te haga corta la espera amigo. Nietos... nos estamos haciendo viejos eh?... Si... cuidate amigo"

Cogió el móvil y lo apagó y se disculpó con las dos mujeres

"Lo siento... el trabajo me persigue pero ya no habrá más interrupciones"

El tráfico era cada vez más salvaje, pero ya se sentía más tranquilo. Si le pasara algo a su familia, su nueva familia, no le faltaría de nada.

-_Mamá...-Musitaba mientras zarandeaba su brazo, indicándole con la mirada como Luca nos estropeaba las vacaciones con su llamada telefónica de trabajo.-_Mamá...-Volvía a repetir gimoteando, zarandeándola.

Puse los ojos en blanco cuando acabó de hablar y formuló su pobre disculpa. Solté el brazo de mi madre, después de un último apretón para llamar su atención, quejándome.

Me volví para mirar por la ventana y observar como los pequeños puestos y personas pasaban a rápida velocidad a nuestro alrededor. Suspiré afligida y la ventana se empañó un instante.

Megan posa una mano sobre la de Becky,calmándola y conminándola a que guarde silencio.Le interesa lo que Luca está hablando y de lo que no sabe nada.Luca nunca le cuenta nada sobre sus negocios...algo que a ella le molesta bastante.Son marido y mujer ¿no deberían hablar de todo,incluídos los negocios?Aparta estos molestos pensamientos cuando él cuelga,ya tendrían tiempo a lo largo de su vida en común para enterarse de todo y conocerse bien

-"No pasa nada,cariño"-le tranquiliza con una sonrisa mientras se agarra al asiento ante una curva tomada demasiado deprisa por el árabe.Dios,conducen como locos,van a acabar muertos antes de llegar a su destino!

Luca era una persona observadora. No se podía crecer en el negocio del vino sin ser una persona observadora y paciente, y Luca había crecido hasta convertirse en un gigante. Vio como la niña hacia todo lo posible por quejarse y gimotear por la llamada, aunque para ser exactos llevaba culpándole de todo lo que ocurría si era malo y quitándole cualquier mérito de las cosas buenas que pudieran suceder durante todo el viaje. También vio pasar el relámpago de la duda en los ojos de su mujer, unos ojos que lo culpaban y pedían explicaciones, unos ojos que ocultaron el sentimiento apenas apareció en ellos, pero era tarde... Luca los había visto. No era el momento ni el lugar, y menos delante de la niña, pero no quería que la excursión se estropeara por nada del mundo.

Suspiró y le dijo

"Giorgio es mi abogado. Es amigo de la familia desde que yo era un bambino así de alto" con la mano marco una altura cercana al metro y veinte "He cambiado mi testamento para que en caso que me pasara algo no os falte nada." Miró de reojo a la adolescente "Aunque creo que Rebecca debe ganar mucho mas dinero que yo. Cuando volvamos si lo quieres tendrás un puesto en la dirección del viñedo... o podrás seguir con tus estudios de historia. Decidas lo que decidas te apoyaré.... "

Luca clavó sus ojos de gato en su mujer, esperando ver desaparecer en ella los nubarrones de las dudas y la incertidumbre...

Finalmente, tras un buen rato de trayecto en coche con una música de fondo interpretada por explicaciones sin fin sobre lo que ibais a contemplar de manera exclusiva el viaje llegó a su fin.

El motor se detuvo y las puertas se abrieron, el sol estaba comenzando a salir y todo aquel que no hubiese ido preparado con ropajes cómodos y frescos iba a empezar a lamentar no haberlo hecho.

Los alrededores estaban tranquilos, no había nadie: ni otros turistas, ni guardias de seguridad ¡era todo un lujo!

Se podía observar que a menos de 300 metros estaba ya el acceso, sin lugar a dudas comenzaba ya lo bueno.

El resto del trayecto se tuvo que hacer a pie, no era cómodo pero si práctico teniendo en cuenta que no se debía llamar demasiado la atención: el lugar donde estabais ahora caminando estaba restringido a todo aquel no perteneciente a un grupo de arqueólogos de la nación.

Con mucho sudor a vuestra espalda, llegasteis a la entrada del templo; un lugar en ruinas cuyo atractivo era alto pero os dejaba una sensación de “no es lo suficientemente bueno por todo lo que he pagado”, lo cual incitó a que la expedición entrase en las ruinas a pesar de las advertencias del guía, quien sabía de sobra que aquel lugar era inestable para pies inexpertos.

Una vez dentro del templo se pudo observar que había mucha infraestructura que indicaba que era un foco muy activo de arqueólogos, algo que dejó intrigado a la egiptologa debido a que este templo no tenía tanto interés “histórico” como otros más cercanos a las principales pirámides.

Tras unos minutos de investigación, polvo y telarañas, el grupo descubrió un lugar que no parecía estar habilitado para su exploración, no había cuerdas de seguridad y mucho menos regularidad en el suelo, pero sí que había algo llamativo: un gran número de colgantes y baratijas de corte egipcia que estaban tiradas en el suelo como si alguien hubiese querido huir de allí con las manos llenas y se había dejado parte del botín.

De repente, Megan se abalanzó a coger uno de esos colgantes ¡las joyas eran su perdición! Pero nunca aquella frase iba a cobrar tanto sentido, pues tras tocarla todo comenzó a temblar. Un escalofrío recorrió todo vuestro cuerpo mientras intentabais entender qué era lo que estaba pasando ¿un derrumbe? ¿El lugar no era seguro?

Apenas pasaron unos segundos cuando todo el suelo que había a vuestros pies se desmoronó como si fuese azúcar, provocando que vuestros cuerpos cayesen al vacío de una manera que jamás habíais sentido antes.

Todo estaba oscuro y la incertidumbre sobre lo que iba a pasar después era totalmente desconcertante.

La caída terminó en un golpe seco, un doloroso golpe que os recordó que algo iba mal, exageradamente mal.

¿Qué demonios había pasado? ¿Dónde estabais? ¿Formaba parte de la excursión turística?

Muchas preguntas se formaban dentro de vuestras cabezas, pero el aire espeso os hizo daros cuenta de que esta situación no parecía planeada. Un ambiente asfixiante os rodeaba...

Ragab estaba intentando encender una de las antorchas que siempre se llevan encima para iluminar las excursiones y adentrar a los visitantes en el ambiente místico, pero algo les decía que esta vez todo iba a ser distinto.

La luz del fuego mostró una imagen aterradora: cerca de vuestra posición encontrasteis lo que serían los restos del cadáver de una persona que a saber cuánto tiempo llevaría ahí muerta ¿falleció por la caída? ¿O por otro motivo? 

Poco tiempo pasó antes de que uno de ustedes registrase los restos para comprobar si había algo útil, obteniendo una respuesta que os dejó más intrigados: un mapa.

Se podía comprobar que el mapa estaba hecho a mano, con anotaciones misteriosas que intentaban “organizar” lo que allí se veía ¿significa que existía la posibilidad de encontrar una salida?

Acababa de comenzar la aventura de sus vidas; una carrera por la supervivencia mientras el miedo a lo desconocido envuelve al grupo.

¿Resolverán el gran misterio?

El suelo tembló y un segundo después ya no había suelo. Luca no recordaba mucho de la caída porque se había dado un golpe en la cabeza que le había provocado una horrible migraña y un exasperante zumbido en los oídos pero su instinto le decía que algo iba mal, rematadamente mal. Su primera reacción fue la de comprobar como estaban todos

"Tutto bene? (Todos bien?)"

Instintivamente fue a ver como estaba la niña en primer lugar. Sabía que no le gustaba mucho pero no era el momento de atender cuestiones menores. Era la más pequeña y la que más podría haber sufrido por la caída. A primera vista estaba bien, pero tenía un pequeño corte en la sien derecha, apenas un rasguño, así que Luca se sacó el pañuelo del bolsillo y se lo puso en la herida y le dijo

"Rebecca, aprieta fuerte... no es más que un rasguño. Enseguida dejará de sangrar...." Intentó buscar sus ojos para tratar de infundirle confianza "Vamos a estar bien"

Su esposa estaba en mejor estado pero estaba cubierta de polvo hasta arriba, algo que la desagradaba profundamente dada la cara de asco que tenía. Se acercó y le dio un par de palmadas para sacudirle el polvo y le sonrió tranqulizadoramente

"No te preocupes. Ahora llamaré para que nos rescaten....Estas bien cara mia? (cariño)"

Luca sacó el móvil y la cara la cambió al cerciorarse que no iba a ser tan fácil como eso...

"Sin cobertura...."

Luego volvió la vista hacia los organizadores, el guía y la egiptóloga....ellos tenían cosas que decir al respecto. Como los habían llevado por un sitio que no era seguro? Como se habían permitido poner en riesgo a su famiglia (familia)? Tenían mucho que explicar...

"Signorina Zielort, Signor Ragab... donde estamos y lo más importante....como demonios salimos de aquí?"

Al bajar del coche hacía tanto calor que me acomodé el cabello en un moño en la parte alta de la cabeza pero eso no evitó que el flequillo se me pegase a la frente por el sudor. Me separé del grupo dando saltitos con mis sandalias que se hundían en la arena mientras el vestido medio se levantaba dándome un poco de fresco por las piernas, un preciosos vestido de lino cien por cien que había comprado por amazon y no me arrempetía del pastón que me había dejado.

Alcé la cabeza y miré al cielo. El inmenso sol me cegó. Puse la mano de visera buscando señales de algún pájaro sobrevolándonos pero pareció que todos estaban en algún fresco. Odié un poquito más a Luca por traernos a este infierno. Pero eso no me impidió empezar a sacarme selfies como una posesa adolescente, en cada rincón.

Cuando todos se dirigían hacia un lugar que no parecía muy turístico, me acerqué dando más saltitos. Mis sandalias se hundían, sacudía la arena y se volvían a llenar. Me agarré de la mano de mi madre y por alguna razón sentí un escalofrío, en medio de ese calor.

Fruncí el ceño, escudriñando las sombras, después de la inmensa claridad y pude ver porque mi madre me había soltado y a dónde se dirigía.
-¿Mamá? -Gemí, sintiéndome sola y aislada de su compañía. Y entonces el suelo comenzó a temblar, fueron uno segundos, hasta que el se resquebrajó bajo nuestros pies y caímos.

Mis pobres huesos habían dado con una pila de ladrillos. Estaba segura que pasarían días hasta que los hematomas se fueran de mi pálida piel y eso me crispó un poco mientras pensaba en todos las fotos que debería retocar con photoshop y entonces, fue cuando noté a Luca frente a mí. El guía encendió una antorcha dándole al lugar un aspecto más siniestro. Y comprobé mi precioso vestido, manchado de suciedad y sangre, y rasgado. Tomé el pañuelo y apreté de donde brotaba toda esa sangre.

Me volví en busca de mi madre que ya estaba siendo atendida por Luca. Cuando oí lo del móvil, saqué el mío de mi bolso y comprobé que se había roto. Pegué un grito ahogado y frustrada lo lancé contra una roca. ¡Todas mis fotos! Me lamenté llorimiqueando. Ni siquiera vi el cadáver, ni el mapa, mi cara era una cortina de lágrimas porque había perdido todas mis preciadas fotos.

Megan tocó una de las joyas,apreciando el extraordinario valor de la misma cuando de repente todo empezó a temblar y el suelo se abrió bajo sus pies y empezaron a caer y caer y caer.Sus pensamientos eran solo para su hija

-Por favor,Becky,por favor...-rogaba sin darse cuenta siquiera de lo que hacía hasta que su cuerpo chocó dolorosamente contra el suelo.Una asquerosa nube de polvo ascendió,cubriéndola por completo e impidiéndole ver dónde estaba su hija

-"¡Becky!"-gritó asustada mientras se ponía en pie.Sintió una punzada en el tobillo que por poco le hace caer de nuevo.Se apoya en una pared mientras con alivio ve a Luca junto a su hija.Una punzada de ternura ante la escena lucha por instalarse en su corazón pero la aparta con rapidez ¡NO!

En ese momento ve los huesos y un grito ahogado sale de su garganta

-"!Luca!"-grita señalando los restos mientras se pega contra la pared y mira a su hija-"Amor¿estás bien?No te preocupes por el móvil,guarda la tarjeta,recuperaremos todo lo que tenías.Ven,cariño"-en ese momento su marido empieza a sacudirle el polvo de la ropa pero ella le aparta,su marido no ha visto el cadáver-"Luca..."-susurra a su esposo,señalando de nuevo los restos-"¡Oh!"-exclama al ver que Luca está pálido y un poco de sangre sale de uno de sus oídos.Su mano se extiende en un gesto inconsciente hacia esa pequeña línea roja-"Cariño...¿te encuentras bien?Deberías sentarte"-recuerda que no están solos y ve que el árabe está registrando el cadáver y mostrando un mapa que ha encontrado

El zumbido iba a más, pero no era momento de descansar mientras su mujer y la niña estuvieran en peligro...y había algo en aquellas ruinas que le ponía los nervios de punta, no lo podía explicar pero la intuición era algo que Luca Visconti tenía bastante desarrollado. Su mujer le mostró un hilillo de sangre que salía de su oído y el como respuesta sonrió y dio un manotazo al aire para quitarle importancia

"Questo? (Esto?) , no es más que una picada de mosquito...y si, eso es un cuerpo, pero los muertos no pueden hacernos daño, intenta que Rebecca no lo vea mientras lo cubro"

El hombre sacó de su mochila la camisa que llevaba de repuesto, el día iba a ser caluroso y quería cambiarse al acabar la excursión antes de ir a comer, y la destripó haciendo un improvisado sudario. Con eso y alguno de los cascotes del desprendimiento consiguió hacer una tumba improvisada de tal modo que el cadaver no fuera visible para la niña. Se santiguó y bajó la cabeza

"Descansa en paz...." y luego musitó en voz baja _{"espero que no te hagamos compañía..."}

"Megan, cuida de Rebecca...voy a inspeccionar la habitación a ver si encuentro alguna forma de salir de aquí.... no tengas miedo cariño, os sacaré de aquí aunque sea lo último que haga en esta vitta (vida)"

-Sí, sí. -Gemí anhelante a la sugerencia de mi amantísima madre. Gateé hasta mi móvil hecho puzzle mientras Luca hacia no sé qué con su camisa. Bueno momento para cambiarse, Einstein. Pensé mordaz.

Entre todas los cachos, conseguí encontrar la tarjeta SD y como si fuera el tesoro más preciado, la metí con cuidado en mi pañuelo de seda y lo introduje en mi pequeño bolso. Lancé un suspiro de alivio, a la vez que alzaba la miraba y veía como Luca recolocaba piedras en un montículo. Se santiguó y volví a poner los ojos en blanco. ¿Tan mal estamos que ya está haciendo su tumba?

Me levanté de un salto, me cercioné de que el pañuelo no se saliera del bolso y me acerqué a Mamá. El agricultor va a hacer de héroe. ¡Ja! Una sonrisilla traviesa se dibujaba en mi cara mientras me agarraba de la mano de ella.
_{-Deberíamos seguirlo de cerca por si se pierde o cae en algún agujero.-}Le susurré a mami mientras miraba la antorcha. Porque en realidad, temía que se llevara la única antorcha y quedar en plena oscuridad.

La posible salida estaba varios metros por encima de sus cabezas y era totalmente inalcanzable. La única manera de salir de allí era cruzar la salida y explorar esas ruinas. No se acordaba mucho de sus estudios de historia antigua pero recordaba que normalmente solían haber pasadizos auxiliares en las pirámides para salir de ella.

Vio como la niña seguía con su recital de caras y mohines pero Luca iba a seguir siendo paciente con ella y no hacerles caso, pero si la cosa se ponía un poco más fea tendría que hablar con la niña en serio.

Luca se encogió de hombros. Era hora de empezar a moverse, no tenían víveres y sin agua y a esas temperaturas no tendrían más de 2 o 3 días.

"Si estamos todos bien tendríamos que salir al pasillo y a partir de ahí....cualquier información que tengan nuestros guías pasa sacarnos de aquí será bienvenida, pero creo que debemos mantenernos juntos. " 

Megan hace lo que Luca le indica y se queda allí junto a su hija,a la que abraza fuerte mientras observa si tiene más daños.Los guías aún no han pronunciado palabra así que dirige hacia ellos su mirada.La mujer es anciana y quizás se haya hecho daño de verdad

-"¿Están ustedes bien?"-pregunta a ambos aunque mira detenidamente a la egiptóloga.En ese momento su marido vuelve indicando que deberían salir al pasillo.Dirige sus ojos de él a los otros y de nuevo a Luca.Tomando de la mano a Becky se dirige hacia su marido cojeando levemente.Parece que el dolor se le está pasando-"Tienes razón,será mejor que salgamos de este agujero cuanto antes"-se asoma al pasillo antes de mirar al resto-"¿Y bien?"-

Lo sentí  llegar, como un rugido furioso, desde las entrañas de la tierra; y entoces lo supe. Venía a por nosotros. Una advertencia... o quizá una promesa. Y cuando la tierra cedió bajo nuestros pies, sin tiempo para reaccionar, un grito ahogado me manó de la garganta como si mi voz quisiese aferrarse al borde mientras mi cuerpo caía. No me sujetó, y no duró mucho; el golpe seco me dejó sin aire. Cómo iba a gritar? Después de todo, el crujido de rama seca que se escapó de mi costado habló de costillas rotas y pulmones maltrechos.

No sabía si había perdido el conocimiento, pero cuando por fin me sentí despierta, intenté girarme y apoyar la espalda en el suelo. La punzada que sentí en el torax fue como un puñal al rojo vivo retorciéndose en mi cuerpo. Y apreté los dientes mientras intentaba encontrar algo de aire entre todo aquel polvo que lo llenaba todo. La mano me buscó el medallón del pecho en el gesto inconsciente. Las costillas me gritaban a cada intento de coger aire... me ahogaba.

Papá...

Cerré los ojos  y sujetando el dolor me obligué a incorporarme. Me moví despació y metodicamente. Piernas... ok. Brazos... ok.. manos y dedos... ok... Costillas..... ko. Me rocé los labios... sin sangre. Por lo menos no parecía que me hubiese perforado un pulmón.

Cuando Ragab encendió la antorcha el dolor tuvo que quedarse a un lado. La imagen de un cuerpo descomponiendose, más tétrico aún bajo la luz macabra de la antorcha, acaparó el poco aire que había en aquel lugar. Qué había ocurrido? Cuánto tiempo llevaba aquel hombre allí? indudablemente, tras su muerte, no habían continuado con las excavaciones, o le habrían encontrado y sacado de allí. Un escalofrío me recorrió la espalda y de nuevo me sentí marear.... Y los gritos, y Luca hablando, y estupideces de adolescentes, y el muerto, y el mapa, y la mirada grave de Ragab y su silencio sobre mi. Observé al viejo conocido y con esfuerzo me puse en pie para colocarme junto a él. Me centré en el mapa que sostenía en sus manos con interés...  

-Esto es... inusual... - hablar dolía, y la respiración era crepitante y áspera - la distribución de este templo es... tan... inusual... - y el dolor y la respiración jadeante dejaban paso a la llama verde en los ojos, al tono rosado en las mejillas, y al filo de la mente que parecía enfocarse en otros tiempos. - Fascinante....

La voz de Megan me sacó del torbellino que me poseía.

-Sísísí, querida, estoy bien. Todos estaremos bien... - volvía mirar el mapa obviando premeditadamente su origen  - Estamos aquí, por supuesto - y mi dedo señalaba el rectángulo marcado con un 1 - lo lógico es que busquemos cualquier pasadizo ascendente que nos lleve al exterior. Quizá aquí.. - y señalé la cámara de mayor tamaño. - Aquí, en 15. Aunque la distribución es diferente, debe ser la sala hipóstila sin duda. Comparativamente, es la sala principal. Pero... Uhmm.. sí...  En muchos templos egipcios solía haber dos o incluso más salas hipóstilas... Uhm...  La distribución es taaan irregular.... Pero lo lógico es pensar que las salidas al exterior deben encontrarse en las capillas exteriores, por supuesto.. en 3.. - mi mano apergaminada recorría el papel.. - o aquí, en 13. Es ddifícil saberlo.

Me rasqué la cabeza desprendiendo de mi pelo una nube de polvo..

-Yo propondría un... - una tos húmeda - recorrido de barrido. Podríamos ir por el pasillo 6 hasta 8, de ahí a 14, 13, bajar hasta 10 si es que no hemos encontrado la salida ya, y recorrer el pasillo... inferior... - y de nuevo la tos. - El recorrido entero no debería costarnos más de 4 o 5 horas, incluso conmigo en la expedición, y nos aseguramos de no dejar ninguna opción atrás. Por mi experiencia... - boqueé para coger aire - en estos casos el ser metódicos lo es todo. Es lo que... marca la...  diferencia.