Partida Rol por web

Llego hasta el Manthys, parece que dentro todo está tan tranquilo cómo siempre. Al menos todo lo que puede un local de este tipo...
Sonrío a Liam tras la barra y a una de las chicas antes de desviarme a la pequeña sala de empleados, parcialmente insonorizada.
La música tronadora sigue escuchándose pero de forma bastante más amortiguada así que devuelvo la llamada que me hicieron casi al principio de la noche.

-¿John Anderson? Creo que me llamó hace un rato, ahora estoy carente de obligaciones...- espero a que diga lo que tenga que decir mientras tomo asiento en una butaca desgastada.

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-Pues no- admito secamente, gruñiendo por lo bajo con fastidio antes de proseguir -Pero puedo llegar en unos quince minutos si sus asuntos no tienen demasiada prisa- me voy levantando del taburete y salgo del local acercándome a mi moto pero sin subir en ella, esperando la respuesta de Anderson antes de decidirme a arrancarla.

Espero que su información valga más la pena que la de Hurricaine, odio que me hagan perder el tiempo, para eso prefiero perderlo en mi local.

Cita:

-No importa, no se preocupe, me conviene pasear y aligerar un poco las ideas, está siendo una noche bastante interesante...- comento con cierto sarcasmo, entornando los ojos antes de subirme a la moto y colocar bien el portafolios en mi espalda.

-Le veré en unos quince minutos, por suerte a estas horas apenas hay tráfico... Hasta ahora- cuelgo sin más preámbulos y me coloco el casco arrancando a bastante velocidad, haciendo chirriar sonoramente las ruedas antes de salir directa en dirección London Bridge.

Tras tu reunion, vuelves a casa, tienes una carta en el local. Es una invitacion

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Cojo la nota y la releo un par de veces con el ceño fruncido.
La verdad es que no tiene muy buen aspecto... ¿por qué iban a invitarme? No parece tener demasiado sentido la verdad, huele a una traición similar a la celebrada anteriormente pero en un sitio todavía más apartado...
Está bien, supongo que será una velada excepcional para poder conocer a más portadores o reunir a los que ya he conocido, así que no puedo rechazarla.

Confirmo la asistencia aunque no el acompañante, eso es algo que todavía debo decidir... Esperaré hasta que falten un par de días y de no haber ninguna llamada creo que visitaré a Isabella para ver si ha avanzado algo en sus investigaciones y me llevaré a Quentin.
Seguro que le encantará el campo...

Conduces con calma, toda la que te permite tu estado y llegas al Matys donde te dijo Irina, la ves salir por la puerta hacia una moto cercana con algo a la espalda y con gesto serio. Demasiado serio tal vez

Oigo el motor rugiendo, siguiendo las órdenes que marco, de un modo ciego e instintivo, aumentando y reduciendo su latido en función de la velocidad que busco. La mecánica siempre imitaba la vida humana. No podía dejar de imaginar un corazón, palpitando, moviendo la energía a un ritmo preciso.

La noche ya es cerrada cuando llego a mi destino. Observo los alrededores, algo inquieto, sin desmontar, aún con las manos sobre el acelerador, las llaves puestas. Mis reflejos eran igual de rápidos que la moto, si era necesario.

Sin embargo no tengo que esperar. Irina sale del local, con gesto serio, aproximándose a una moto cercana. El color de su cabello es inconfundible, así que decido llamar su atención, provocando una reacción en ella que me indique cúal es su actitud ante mí.

A fin de cuentas la noche no acabó bien... Y no quiero un enfrentamiento gratuito.

Hago que el motor ruja fuertemente, avanzando escasos metros, haciendo que las ruedas suenen mordiendo el suelo.

Mi mirada busca su mirada.

Salgo nuevamente de mi propio local tras haberme asegurado de que todo sigue en orden por allí. Después de la visita de un cazador con una extraña arma no es que me sienta muy tranquila, pero espero que el hecho de que viera que no había ningún trabajador fuera de lo común le haya disuadido de volver... Si no tendré que hacerlo yo misma.
Eso me recuerda que debo volver a hablar con Isabella dentro de un par de días para comprobar si ha progresado en su investigación...

Mis pasos son tan decididos y rápidos cómo siempre, con una dirección concreta a seguir, pero se detienen ante el sonido de la moto.
Mi ceja se arquea visiblemente pero no para el conductor, que sigue detrás de mí. ¿Marcharme sin hacerle caso o dejar que diga alguna estupidez para poder romperle la cara...? La segunda opción parece más tentadora después del estrés acumulado, así que me giro hacia él.

El aturdimiento me domina apenas dos segundos, no es precisamente lo que esperaba pero supongo que John acabó dando con él.
Me cruzó de brazos y me acerco a su moto sin una pizca de temor por su reacción a pesar de saber de qué tipo suelen ser.
-Pero si es Don Me-esperaba-más-de-ti... Admito que no esperaba verte por aquí- observo inquisitivamente su vehículo y a él mismo para distinguir si lleva la espada con él -Supongo que John consiguió convencerte- después de todo es su primogénito y el sheriff, apuesto a que no fue fácil.

Irina decide acercarse, sin titubeos. Al menos seguimos teniendo en común éso. También creo poder imaginar su actitud ante mí.

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Se parece bastante a lo que esperaba, aunque al parecer he tenido suerte, ha sido comedida. Puede que incluso la noche resulte provechosa, tal vez hasta interesante. Me conformo con no encontrar "amigos" nuevos y espadas encantadas.

Observo su mirada, buscando algo en mí, que respondo del mismo modo, observando su espalda. ¿Demasiado predecibles?

Cita:

Sonrío, sintiéndome cínico y agradecido ante esta nueva oportunidad.

- No sé quién es John, y no suelo acudir dónde no me esperan... Pero aún tengo muchas preguntas. ¿Es esta mi noche de suerte o no lograré nada de ti? Ahorremos tiempo.

Parece que no hay rastro de su espada y entonces supongo que la habrá dejado en un lugar seguro... Sólo espero que no sea su casa porque sería una auténtica estupidez, le dejaría las cosas excesivamente fáciles a Elena.
Su mirada no pasa por alto el portafolios que llevo a la espalda, por supuesto, oculta lo obvio, no es que lleve un mapamundi para dar lecciones de geografía... así que supongo que sobran las explicaciones al respecto.

Lo que más me sorprende es que admita no haber hablado con John, y que ni siquiera le conozca...
-Pues deberías saberlo siendo tu primogénito y el nuevo sheriff de la ciudad... Quizá pueda presentártelo algún día- si es que se lo gana, claro. Pienso para mis adentros mientras algunos de mis dedos empiezan a moverse sobre mis propios brazos y miro alrededor con atención y suspicacia.
-Supongo que vas a tener suerte... Sígueme- como es evidente no vamos a hablar allí sobre lo que él y yo queremos, así que espero a que deje su moto antes de guiarle a uno de los portales cercanos al local, subiendo un par de pisos antes de abrir la puerta del piso.

No es gran cosa, en realidad es bastante pequeño y desordenado pero para mí sola tengo de sobras, tampoco paso demasiado tiempo en él.
Enciendo las luces y Kesha bufa sonoramente a Soren con el pelo erizado antes de salir corriendo en dirección a mi habitación.
Sonrío pero contengo la carcajada.
-Lo siento, está amaestrado para alertar de cualquier presencia que no sea yo- confieso antes de cerrar la puerta y descolgar el portafolios de mi espalda dejándolo junto al sofá.

Ois el cristal roto de una ventana del edificio y una cosa luminosa que se clava en la pared comenzando todo a arder. Despues va otra y despues va otra, es como si atacaran, vienen del edificio de enfrente por la trayectoria y la  curvatura. Tu gata bufa un par de veces antes de correr hacia la puerta arrañarla para salir.

-¡Joder...!- doy un pronunciado respingo cuando una de las ventanas estalla y al cabo de poco prende las cortinas y los muebles, acompañando la primera supuesta flecha de otras más.
-¡Me temo que nos han encontrado!- espeto limitándome a decir lo evidente, abriendo la puerta para que Kesha salga disparado en dirección desconocida mientras empiezo a bajar escaleras a toda prisa hasta salir fuera del bloque de edificios.

Lo único imprescindible e importante es el collar que ya pende de mi cuello así que miro alrededor esperando que no nos estén esperando allí con toda la intención de subir a mi moto y largarme a toda velocidad.
Esto me recuerda a la flecha que encontré en el baño del Manthys...

Escuchas una moto como se acerca por la calle y como se para en la parte de abajo, cuando sales ves a John que esta alli con mas gente intentando que no se propague el fuego y que parece aliviado al verte alli sana y salva. Tambien esta Anderson, pero al que no ves a Soren es como si  se lo hubiera tragado el fuego.

Mi americana ondeaba ligeramente mecida por el viento que soplaba aquella noche y las cenizas que éste arrastraba, junto con el humo, formaban una fúnebre neblina que se metía por todas partes.

Permanecía ante el local con la mirada perdida en las llamas. Pero sobre el jaleo de la gente y las lejanas sirenas de los bomberos se sobrepuso el rugir de la moto de Irina, el cuál hizo que volviera de nuevo al mundo real. A pesar de ello esperé unos momentos para dirigirme a ella puesto que, dadas las circunstancias, lo último que requería su atención en aquel momento era una charla conmigo. Y más conociendo su carácter...

-¡¡Mi local...!!- exclamo casi desquiciada, llevándome las manos a la cabeza mientras mis ojos se abren de par en par apenas capaces de distinguir algo más a parte de las llamas consumiendo los esfuerzos de toda mi no-vida, lo único que me anclaba a Londres...
Siento como la ira bulle dentro de mí, pero no lo suficiente como para descontrolarme puesto que se mezcla con una tremenda aprensión y amargura que no admitiría nunca. Me acerco unos cuántos pasos más hasta que empiezo a sentir el calor del fuego y mi instinto me obliga a detenerme.
Quizá sea mejor ahora, podría resultar incluso liberador...

Después de este pensamiento empiezo a mirar a mi alrededor con ojos aguados hasta distinguir a John entre la muchedumbre, dirigiéndome a él para abrazarle fuertemente por un instante.
-Me están siguiendo, ya habían estado en mi local pero ahora lo han quemado... lo mismo con mi casa- le suelto y miro mi moto, frunciendo entonces el ceño al percatarme de que Soren no está ahí. Le creía más capaz, tengo que admitirlo.
-Creo que Soren no lo ha conseguido, ¿sabes si mis empleados consiguieron salir?- pregunto girándome nuevamente al sheriff, percatándome entonces de la presencia de Anderson.

-¿Qué hacéis aquí?- mi pregunta cambia por completo en ese momento. Sin duda ambos han venido hasta aquí por algo más, o eso creo, ¿qué otra cosa podría ser?