Partida Rol por web

La Fortuna activa el sistema de camuflaje y desciende hasta la Ciudadela. Cuando está entrando en el Presidium, Reela hace despegar la lanzadera para completar el descenso. El paisaje es bastante desolador, aunque podría ser peor. De hecho, por lo que habéis visto mientras se acercaba vuestra nave, no tardará mucho en serlo: disparos perdidos han impactado contra algunos edificios de la zona, que muestran desperfectos en su superficie. Algún pequeño incendio se ha iniciado en los jardines y la gente corre de un sitio para otro, sin tener muy claro si es conveniente evacuar hacia los distritos o qué hacer.

La lanzadera deja a Jareth, Pat Dur y Zane junto a la torre de la Ciudadela y se vuelve a elevar rápidamente para llevaros a otro lado. Reela agita la cabeza preocupada:

- El radar detecta varias unidades Geth en las proximidades. En su mayoría son soldados, pero hay varios Andadores y algún Centro Neurálgico.

Un impacto sacude la lanzadera, pero la quariana no tarda en recuperar el control. - No voy a poder llevaros hasta los Salones de la Consorte - informa mientras desciende junto a un pequeño lago - pero os acercaré todo lo que pueda.

Varios disparos más pasan junto a la pequeña nave mientras se aproxima a tierra. - No podemos manter esta posición. Tendréis que descender y cruzar ese puente. Nos reuniremos aquí cuando hayáis recuperado al objetivo.

De un salto, bajáis de la lanzadera junto a una entrada a Seg-C y Reela no tarda en alejarse.

Asumo posiciones, intento hacerme una idea del lugar en el que estamos. Tomo cobertura de forma casi instintiva y hago señas a mis compañeras para que se agachen.

C-Sec, ¿eh? Estaría bien que algunos de los miembros de seguridad estuvieran por aquí para echar una mano. Además, quizás tengan registro en tiempo real del avance del enemigo en la Ciudadela, incluso información sobre el estado actual de la consorte.

Busco señales de algún soldado de la Alianza. Creo que vamos a necesitar toda la ayuda que podamos en este sitio...

Me pliego absolutamente al saber hacer de la comando asari. Odio los combates, pero odio más no saber qué cojones hacer si me empiezan a disparar. Espero que Saria sepa de tácticas además de mamporros.

-Voy a ver si alguna red sigue operativa -comento mientras tecleo en mi omniherramienta-. No creo que hayan cambiando lo protocolos...

Echo de menos a Nefilim en momentos como éste. Bueno, quizá le esté yendo mejor que a mí. Busco lo pedido por la asari, busco por la maraña de datos en que se ha convertido la Ciudadela tras el inicio del ataque geth. No me puedo creer que consiga papeles de residencia y ahora me vayan a destruir la puta estación.

- Me... -suspiro-. Hay tres personas importantes para mí en la Ciudadela -pido-. Me gustaría... que las sacáramos de aquí. Son... son... muy importantes para mí. Están en el distrito Zalta. En La Gata Sobre el Tejado de Zinc. ¿Por favor? -pido, girándome hacia mis compañeras. Soy plenamente consciente de que ir a por Candy, Violín y Daniel es una concesión, y más en estas circunstancias.

-¿Eh?- Me giro, sorprendida por esta revelación de última hora. Tenemos una misión que cumplir, y para un soldado, la misión lo es todo. ¿No podría haber dicho esto antes? Supongo que tendrá sus buenas razones...

Si fuera otra persona, la mandaría al cuerno automáticamente. Pero Aornis... Tengo cierta debilidad por esta chica. En cierta forma, veo en ella cosas que sé que me faltan a mí. Una chispa de esperanza...

-No nos desviaremos de la misión. -digo con una mirada severa-
Pero si nos pilla de camino, no veo por qué no. A fin de cuentas, esto es una misión de rescate. Hemos venido aquí a salvar vidas, no a quitarlas.

Es normal que la comando se moleste, y es lógico que se centre en sus  órdenes. Por eso los llaman comandos, y no misioneros.

Asiento y envío un mensaje por Omniherramienta a los tres:

¿Dónde estáis?

Rezo para que lo reciban y contesten...

Nefilim te contesta brevemente por el canal que consigues abrir.

- Adina, estamos en medio de una batalla. Las cosas no pintan demasiado bien y necesitamos todo el ancho de banda para coordinarnos con el resto de las naves y tratar de interceptar a los Geth. - Informa rápidamente. Obviamente, la mayor parte de su potencia de cálculo está ocupada en dar soporte a la IV de la Fortuna. - Me temo que ahora no voy a poder ayudarte...

Interrumpe bruscamente la comunicación. Probablemente mantener la línea de datos en medio de una batalla hubiera sido posible, pero es más que probable que la Oficial Ramcer lo hubiera detectado antes o después. Abandonas el intento de mantener a tu drone en línea, sabiendo que al menos podrás contactar con él en caso de extrema necesidad... Si no derriban a la Fortuna, piensas mirando un momento al cielo de la estación.

Escribes tu mensaje y esperas una respuesta que no llega. Por un momento te preocupas, pero no tardas en darte cuenta de que todas las líneas de comunicación de la Ciudadela estarán completamente colapsadas. Además, es más que probable que Seg-C esté copando todo el ancho de banda para coordinar sus defensas.

Rezas a la Diosa por que estén bien y continúas con el resto, pensando en cómo vas a poder convencer a Saria para ir a buscar a tus amigos.

Saria consigue ver a un grupo de turianos de Seg-C que se alejan corriendo hacia las Embajadas, pero no tiene tiempo de llamarles antes de que Aornis le diga que quiere ayudar a sus amigos. Se distrae un momento contestando a la asari y el grupo de guardias se aleja por los corredores.

Mientras Adina y la joven asari teclean algo en sus omniherramientas, la comando observa nuevamente el puente que os separa de la entrada a los Salones de la Consorte. Estáis a penas a 500 metros de vuestro objetivo, pero no parece fácil llegar hasta allí. Los cuerpos de varios soldados de la Ciudadela llacen en el centro del puente, que sin duda está vigilado por francotiradores Geth.

No muy lejos de vosotros un enorme artefacto golpea el suelo. Un Andador Geth, lanzado directamente desde una nave de combate empieza a levantarse. De momento no parece mirar en vuestra dirección, pero está claro que os corta una de las vías de retirada. Ahora mismo os véis obligados a elegir entre el puente, el andador o correr hacia las Embajadas sin rumbo fijo, alejándoos de vuestro objetivo.

Necesitamos información de lo que tenemos en el Presidium. Y creo que tenemos a la persona adecuada.

-Adina, en la embajada tiene que haber un sistema de vigilancia y comunicaciones. Si funciona, podríamos localizar la posición de los francotiradores. Intenta establecer comunicación con los aposentos de la Consorte. Otra cosa más: Los Quarianos sois lo que mejor conocéis a los Geth. ¿Qué tipo de sensores ópticos supones que equipa una unidad francotiradora? Como última medida, podemos intentar distraerles o cegarles. Aornis, intenta localizar a tus compañeros. 

Niego con la cabeza.

- Lo he intentado, pero no funcionan las comunicaciones. Quizá... bueno, Violín es una asari, y a Candy se le da bastante bien disparar. Tal vez fueran más un apoyo que una carga -sugiero, pensando en que visto lo visto, tal vez nos venga bien tener toda la ayuda posible. Daniel adora los rifles de cañón largo, pero seguramente esté más hecho a manipularlos que a dispararlos... oh. 

Adina piensa un momento en lo que le está preguntando Saria: Los francotiradores Geth tienen distintos tipos de sensores, pero suelen confiar más en los infrarrojos, que le permite localizar a sus objetivos biológicos incluso a través de paredes estrechas. Por lo que sabe, fuentes intensas de calor podrían desorientarles ligeramente, para lo que pueden ser útiles los pequeños fuegos que se extienden por el Presidium.

Sin embargo, aunque eso podría despistar a un solo francotirador, los geth trabajan en una red neuronal. Es probable que más de uno tenga cobertura de la misma zona, por lo que podrían triangular vuestra posición basándose en la percepción de otras unidades Geth.

En cuanto a acceder a las cámaras, es un momento complicado para acceder a ellas vía wifi. Con la batalla, la mitad de los servidores están inoperativos, o sus recursos requisados por Seg-C. Básicamente, ahora tienes dos opciones para acceder a ellas: trepar y conectarte directamente a la red o, tal y como sugiere Saria, hacerlo desde un ordenador de la Embajada con red directa. Por supuesto, Nefilim podría haberte creado un puente, pero no está por aquí cerca...

Tu omniherramienta vibra, distrayéndote un momento de la conversación entre Saria y Adina. Emocionada pensando en obtener una respuesta de tus amigos, abres el mensaje que estás recibiendo. Sin embargo, no es ninguno de tus compañeros de la Gata.

- ¡Aornis! - Una proyección holográfica del salariano que te encontró el pasaje en la nave del espectro aparece ante ti. - Me alegra verte de vuelta en la Ciudadela.

Recuerdas que el salariano era un experto pirata informático. Probablemente tan bueno como la misma Adina y, desde luego, él lleva aquí mucho más tiempo que la quariana, así que si ha estado trabajando para monitorizar las comunicaciones de la Ciudadela es bastante probable que haya interceptado tu mensaje.

- Creo recordar que me debías un favor, y no se me ocurre ningún momento mejor para cobrarlo. Quid pro quo, literalmente. Necesito que me proporciones un medio para salir de la Ciudadela. - Paradójicamente, es exactamente lo mismo que él hizo por ti cuando decidiste salir de la estación.

-La Sial'ia tiene razón -comento tras las palabras de la joven-. Acceder a las redes es imposible salvo que pueda conectarme físicamente a una terminal. Y eso va a ser jodido de verdad.

Señalo en general hacia los balcones y niveles del Presidium desde los que se domina el patio de las Embajadas y Seg-C.

-El puto puente está a tiro desde cualquier lugar, y ya te digo -añado con desesperación- que habrá las suficientes cafeteras como para que su red neuronal no sea tan puñetermante estúpida para no haber pensado en solapar sus áreas a vigilar. Por otra parte -prosigo-, aunque tienen buenas ópticas, prefieren usar los IR para localizar presas vivas... y eso es un puto problema para nosotras, joder.

¿Cómo cruzar le puente? O, más bien, ¿cómo cruzar los estanques? Llegar hasta la zona de la Consorte va a ser muy difícil salvo que alguien haga de cebo. Alguien con unas barreras cinéticas de la hostia o con una velocidad sobrehumana. Yo sólo soy una simple hacker.

- Es justo - asiento. Él me ayudó a intentar salvar a Mark Kane... ahora es justo que yo le devuelva el favor-. Ve a la Gata, nos reuniremos allí contigo y con los demás. 

Escucho las palabras de Adina... 

- Espera -le digo a Lash. Lash sí tiene acceso a terminales físicas, quizá pueda echarnos una mano. Miro a mis compañeras y les muestro el holograma en mi omniherramienta, para que las dos puedan ver al salariano-. Este es Lash. Lash, estas son las que te van a sacar de aquí. Claro que nos vendría bien - trato de camelarle un poco para que nos ayude. Recuerdo lo que acaba de decir H'Shian- si pudieras ponernos en contacto con la Consorte. Ahora mismo estás frente a tus aparatos, ¿no? Tendrás mejor acceso desde ahí que nosotros.

Aornis teclea algo en su omniherramienta y recibe un mensaje desde la Ciudadela. Contesta a su interlocutor y os redirige la comunicación a vuestros transmisores. Cuando la activáis, veis a un salariano en una oficina completamente rodeado de ordenadores y fotografías de asari semi-desnudas.

- ¿La Consorte? - pregunta a toda velocidad. - Alguna vez tendré que hacer un video sobre ella. Eso sí que sería lucrativo. - Mientras habla, sus dedos teclean en una terminal a en uno de sus lados. - Déjame ver qué puedo hacer... Me ha llevado horas conseguir colarme en las comunicaciones, pero...

Niega con la cabeza. - Me temo que no va a ser posible, Aornis. Ya he intentado más veces piratear el sistema de vigilancia de los Salones - no podéis sino imaginaros para qué querría el salariano acceder a los videos del edificio - pero con el estado actual de la red, va a ser imposible. Como mucho podría conseguir pasarle un mensaje de texto...