Partida Rol por web

No tenia conocimientos de como funcionaba aquella cosa, pero no tenia tiempo que perder, como buena observadora que era y teniendo experiencias en teleobjetivos gracias a su profesión de fotógrafa, simplemente se imagino que era una cámara entre sus manos, donde solo tenia que apuntar y disparar la foto. Sus manos se moverían de manera automático gracias a todos esos ellos años de experiencia con tantas cámaras diferentes que pese a su complejidad de enfocado nunca tuvo problemas en usarlas.

Un segundo haz cruza los metros de distancia y separa en dos el cráneo de la bestia, sin dejarle tiempo a gemir de dolor. Ambas partes caen a un lado y otro, formando un charco humeante y corrosivo. Unos segundos de silencio sirven a Joanna para destensar sus músculos y devolver la respiración a sus pulmones. Al usar aquel objeto cortante como una cámara no puede evitar acordarse de cuando usaba su cámara como un arma sin piedad, lanzando fotos a indigentes desnutridos abandonados en la calle que luego vendía a buen precio, el reportaje sobre enfermos terminales con sus rostros de terror frente a la muerte permanentes, aquel tipo que logró fotografiar en lo alto del puente de Manhattan antes de saltar y abandonar a su mujer e hijos para siempre... Con esfuerzo, logra apartar todos esos recuerdos tormentosos a los que antes no había prestado atención y reaccionar ante la situación actual.

La sala no presenta ahora ningún peligro visible.

Todo ocurre rápido. Mi madre tapa mi boca para que deje de chillar y entonces mi hermana usa esa cosa y zasca, casi sin ayuda el bicho ese está herido casi de muerte. Mi madre acaba con él y... ya está. Todo ha terminado.

"Ojalá hubiéramos tenido esa cosa antes cuando nos enfrentamos al otro" pienso mientras recuerdo ese enfrentamiento que resolvimos unidos, en familia.

-¿Estáis todos bien?-pregunto mientras paseo mis ojos por cada miembro de la familia.

Dorothy asiente, aguantando el escozor que el ácido le ha producido. No tiene una herida grave, ni mucho menos, pero desde luego era incómoda.

- Creo que sí, Stacy. - Dice Alex mirando a sus padres, esperando una confirmación.

-Impresionante ese cacharro...
Red mira admirado el instrumento de Dorothy, en manos de Joanna, y comprueba que todo el mundo está sano y salvo, salpicaduras de ácido aparte. Asintió y sonrió, se diría que orgulloso de su familia.
-Vamos a ver qué hay tras aquella puerta?

Con la criatura muerta al fin, respire aliviada. Sin duda ese cacharro era muy útil así como peligroso. Pero mi primer pensamiento era comprobar que Dorothy no tuviera nada mas que esa herida producida por la horrible criatura. Así que sin perder mas tiempo me agache hasta donde estaba ella y presa de la preocupación la inspeccione en busca de mas heridas. -¿Estas bien, verdad? -Preguntaba sin esperar respuesta, mientras observaba cada rincón a la vista, hasta que llegue a la zona afectada, donde por miedo a que se le infectara y sin el conocimiento si el agua agravaría aquella herida producida por el ácido de la criatura, simplemente use uno de los pañuelos para tapar la herida y mirarla a los ojos.

-Si te duele mucho, te escuece o se agrava, me lo dices enseguida ¿Entendido? -No admitiría discusiones al respecto. Buscando sus ojos con los míos. -Hacerse la valiente con esto es estúpido. -Concluí mientras me levantaba y dude un segundo en devolverle aquella cosa. -Toma, pero úsala solo cuando sea necesario. No quiero sustos. -Confiaba en ella y sabia que eso la mantendría a salvo.

Acto seguido me gire a Stacy para examinarla de la misma manera, sabia que ella no habia estado expuesta pero no pude evitarlo. -Bueno... -Dije olvidando lo que molestaba la herida. -Hagamos caso a vuestro padre. Es mejor no quedarse mucho mas tiempo.

Espere a que Stacy empezara a caminar para ir junto a ella. -Por cierto cielo, esa cosa también muestra lo que hay en las habitaciones ¿No? Con eso en mente, podremos sortear las salas con otras criaturas, tenlo en mente, nos va a ser muy útil. -Si no había entendido mal, las luces azules eran otros seres pululando por las diferentes estancias, ese aparato era tan útil como los que tenían el resto de los niños. Ojala hubiera encontrado yo algo así.

Os acercáis cautos hasta la puerta cerrada del fondo, con una placa negra a uno de los lados.

Las palabras de Alex me tranquilizan, pero la actitud de mamá no. Su manera de mirarnos me preocupa, sobretodo cuando veo que Dot sí ha sido herida y no ha dicho nada. Luego viene hacia mí y me mira también. 

-Mamá, yo estoy bien, si ni siquiera se me ha acercado-la tranquilizo.

Luego, frente a la puerta cojo el cacharro ese y trato de volver a usarlo para comprobar si muestra lo que hay al otro lado de la puerta, tratando evitar sustos con más criaturas horribles.

El cilindro emite un nuevo destello que siluetea todas las formas de la sala actual, así como las de más allá de las paredes. Tras la puerta, se aprecia una nueva sala con diversas formas de objetos desconocidos por vosotros esparcidos en ella, un extraño círculo en la parte superior, en el techo, y un cubículo al fondo de la sala de unos dos por dos metros, del que parte algo similar a "un cilindro" hacia arriba.

Cuando todos se llena de siluetas rojas se hace complicado divisar más cosas debido a que unas líneas se superponen a otras, y pasados unos segundos, comienzan a difuminarse y desaparecer.

Sonreí ante las palabras de mi hija y como ella me quede mirando a su trazador de planos. Decidí darle un nombre en mi cabeza a ese cacharro así como al que tenia Dorothy porque de esa manera me era mas simple entenderlo, aunque seguramente estuviera equivocada. Pero lo importante era que en la siguiente estancia no parecía haber ninguna marca azul, aunque esas rojas empezaban a molestarme al no saber que demonios eran.

-Bueno... ¿Lo abrimos? -Pregunte un tanto indecisa, mientras observaba aquel panel negro y como con los otros, decidí tocarlo.

Cuando Joanna iba a abrir la puerta, Ted alzó un dedo, pidiendo un momento, y echó a correr hacia el lugar donde sus hijas habían encontrado aquellos objetos. Rebuscó rápidamente pero no encontró nada que valiera la pena; o al menos no fue capaz de entender nada. Se reunió con su familia un poco abatido por no haber encontrado su propio "juguetito".

De nuevo, era Joanna la que abría un nuevo camino. La puerta se deslizó y accedéis a una nueva sala plagada de extraña maquinaría. A simple vista, os es imposible reconocer su utilidad. Si tuvierais que describir todo aquello que veis de manera resumida, podríais decir que en una esquina hay una serie de esferas cristalinas (no de cristal, sino apariencia cristalina) flotando, hay una treintena y forman entre todas estructura de cubo. También hay algo similar a una bañera redonda con un líquido parduzco de espesor similar a unas natillas. Junto a esa piscina, hay una máquina en forma de pedestal con una oquedad enmedio y lleva en un lateral un panel negro de los que ya os son familiares. Hay también en la pared derecha una especie de forma cúbica de seis metros de alto, seis de ancho y unos veinticinco de largo que cada cierto intervalo de segundos emite un zumbido a la vez que una serie de líneas verdes brillantes se iluminan como capilares. Con cada latido, las líneas que se iluminan son diferentes y os produce cierta inquietud permanecer cerca. Además de todo esto, hay otras máquinas de diferentes formas de las que no sois capaces de identificar su función.

En el techo hay un enorme agujero producido por algún tipo de ácido. Junto al borde del agujero, arriba, yace el cuerpo inerte de una de las criaturas como las que ya se han enfrentado a vosotros anteriormente. El hueco se está haciendo más grande y será cuestión de minutos que el cuerpo caiga al suelo de la sala donde estáis ahora mismo. Asímismo, el permanente goteo de ácido está horadando el suelo que pisáis lentamente. El olor es bastante incómodo aquí...

Al fondo de la inmensa habitación hay una sala cúbica y transparente, como si fuese de vidrio, de unos dos metros de alto y dos de ancho, sobre la que hay otro panel negro.

-Esto parece... un generador de personas. O algo así.

Ted murmuraba mientras se adentraba en la nuevas sala, mirando la maquinaria con curiosidad, esquivando el ácido con aprensión y asomándose inquisitivo al agujero del suelo.* Procuraba descubrir qué había fallado para que aquellas bestias se hubiesen puesto a vagar libres por el complejo, acarreando tal vez su liberación del Dakota.**

-No os acerquéis al ácido -pidió, de forma innecesaria; nadie en su sano juicio se expondría a aquel goteo.

Miró a su mujer al acercarse a la caja transparente. Le consultaba casi cualquier decisión importante, y aquella lo era. ¿Accionarían aquella placa negra? Le daba... mala espina...

No aprecias nada más de lo que ves a simple vista.

No pudo evitar taparme la boca y nariz al entrar en la estancia, era propensa a molestarme lo por cambios de olores en mi casa y que decir tiene que aquella habitación apestaba. Pero sin saber a que asemejar ese extraño olor, no deseaba quedarme demasiado allí. Mas sabiendo que no tardaría en caer un cuerpo de aquella criaturas desde el techo. Lo cual me hacia preguntarme que o quien había acabado con ello.

Mire con asombro a Ted cuando hablo sobre la bañera. -¿Seria como papilla primigenia? -Comente sin pensar, acercándome ligeramente hacia ella para mirar mas de cerca aquella sustancia que contenía la piscina.

Asentí sin dudar ante la advertencia de mi marido sobre no acercarse al agujero en donde reposaba el cadáver de la criatura y reafirme sus palabras, por innecesario que fueran. -Tener cuidado niñas.

Me acerque entonces a la forma cubica que parpadeaba y la mire de arriba abajo. -¿Creéis que pudiera ser un ascensor? -Desde luego tenia el tamaño justo para que toda la familia entrara dentro, pero el simple echo que pareciera latir no me gustaba. Por el rabillo del ojo pude ver que Ted entraba en la pequeñla sala con el segundo panel oscuro. Si él estaba en lo cierto, el que nos interesaba tocar, seria sin duda ese... Solo esperaba que fuera realmente de ayuda y no desencadenara nada peligroso.

Por lo que di un par de pasos hacia atrás, volví a analizar la sala para ubicar a mi familia y asentí ante la duda de mi marido.