Partida Rol por web

Desorientada, busco con la mirada la cara conocida de Renné y le sonrío tímidamente. Gracias por llamarme... (Creo que lo he dicho tan bajo que no debe haberse enterado). No es que tenga mucha confianza con ella pero hemos coincidido un par de veces en un café cerca de la torre Eiffel. Me levanto de la silla y camino lentamente por la sala mientras escucho vagamente el discursito de Marie Sourcil. Me pregunto si podré fotografiarle, tiene una cara peculiar. Últimamente los retratos que he fotografiado tienen un rostro envejecido y una mirada de decadencia y pesimismo. Ella sin embargo me recuerda a un pájaro volando.Tal vez sus cejas sean algún día el símbolo de algún grupo político. 
Me siento feliz de dejar mi rutina por unos días y poder participar en esta reunión. Espero expectante mientras limpio el objetivo de la cámara. 

Traté de hacerme el hombre que no soy y en la primera calada aspiré hondo tragándome el humo.
Ese sabor amargo arañó mi garganta e infectó mis pulmones, intenté apretar fuerte pero el cigarro me derrotó y mi cuerpo respondió ridiculizándome en un repentino y vergonzoso ataque de tos. 
Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando el humo se me pegó en las pupilas, tiré el cigarrillo. 
- Lo siento Padre, no he podido evitarlo, pero tranquilo que no volverá a pasar. Atjo Atjo

Esta primera situación vergonzosa me dio una lección, puedo hacer sólo algunas cosas de mayores. Tras recomponerme levemente miro a la chica china tímida medio ajena a todo y centro mi atención en su cámara de fotos. Es bonita. 

-¡¡HAHAAHAHHA!!-Buen intento chaval, supongo que tendremos que esperar a tu primera cerveza un par de años mas.

Fabian parecía divertirse con aquel niño.

Después que preparar el café a la buena de Gäelle no le importó pasar desapercibida. Sentada disfrutando de su café escuchó a unos y otros. Le impactó la rudeza con la que se expresaba la srita de la ceja unos ideales fuertes y apasionado pensaba la chica. Luego pareció que el niño entró en escena, fumando y creyéndose que era un chico mayor. Gäelle enfadada se levantó Es usted un imbécil reprendió a Fabián, empujándolo y quitándolo cerca del niño. Luego agarró al niño y lo llevo a una esquina de la habitación Tienes padres, chico? Qué haces aquí sólo? Te has perdido? No debes fumar ni hablar así, ¿quiéres una galleta? El sentido de maternidad de Gäelle por poco le provoca asesinar a Fabian, quien se comportaba como un auténtico mezquino. Ese niño necesitaba una madre, no drogas y palabrotas.

No termino de sentirme cómodo en estas asambleas por más que me empeñe. Y aquí estoy de nuevo, limitándome a observar, buscando mi la verdad en cada intervención. Me quedo mirando el intercambio de opiniones que se ha montado con la sindicalista feucha, como algunos van directos al café como si estuvieran en el Deux Magots y como un mocoso juega a ser mayor. Decido sentarme junto al grupo formado por Shelley Wollstonecraft, Jean-Luc Godard y Francine Li y esperar, pacificamente, a que empiece la reunión.

La única persona que conocía era a Reneé y de vista a Danny, siempre que he hablado con él me trata como si fuese retrasado. Desde la primera vez que le vi, me ha parecido un arrogante y un "sabelotodo", pero por respeto Reneé no le he dicho lo que pienso.

Miraba a todas las personas y me llamaron la atención el pequeño Philippe, como diría mi madre "pequeño granujilla" y Dimitri Pávlovich había escuchado que tenía bastante alcohol, me llevaré bien con este chaval.

Espera, fijándome bien hay otra cara que me resulta conocida, es la de Francine, coincidimos en un bar con Reneé hace dos meses y me pareció una chica bastante atractiva y agradable, me dijo que era muy fotogénico. Bueno, no todo es revolución en esta vida, como decía un gran amigo: "Entre revolución y revolución, amor y alcohol"

- Hola Gäelle, no sé quién es mi padre. Mi madre está en casa y cada vez que entro me pregunta si he hecho algo por mi futuro y por eso estoy aquí. No soy tan pequeño como parece, ya tengo casi 13 años y no, no quiero una galleta ahora, pero gracias (y cojo la galleta). 

Dudo entre soltar la frase "Y tus padres, ¿bien?" pero me contengo a hacerlo y no hago ascos a la actitud maternal de esa chica, que me ha fascinado por su actitud. Es de esas que llenan una sala con su presencia. También es guapa. La miro a los ojos y suelto una realidad:

- Creo que la gente ha olvidado que hace 50 años el mundo estaba dominado por chicos de mi edad, señores feudales que heredaban y se casaban con 15 años y ya tenían descendencia. Y la vida estaba mejor que ahora. Llevo casi cuatro años apañándomelas solo. Odio que me traten con condescendencia y que se crean que por ser pequeño no sé lo que está pasando. 

Me pongo el casco oH completamente conectado. Parece que no termina de funcionar bien. Me lo quito. Lo coloco entre mis piernas mientras lo intento reconectar nuevamente. Se respira mas miedo q valentía en esta asamblea. Miedo a lo desconocido, miedo al cambio, miedo a que algo salga mal... Hace tiempo que dejé de mirarme el ombligo para mirar hacia arriba. Estoy ansioso de empezar. Ahora sí, digo para mi. Me coloco el casco y lo enciendo. El niño pequeño esta hablando y anima el ambiente con su voz de jilguero. Cierro los ojos y me concentro. 

-¿Tu de que vas niñata?-Le devolvió el empujón a Gäelle Bonhard, igualdad para todos.

Quinceaños? Y parece que tenga 7 piensa la inocente de Gäelle... Bueno aunque no seas un crío, no tengas prisa por crecer. No tienes que hacerte el hombre! Las personas inteligentes no se hacen los inteligentes... si quieres parecer alguien maduro compórtate como tal. dice Bonhard en un tono de reproche y de madre, luego sonríe mira una vez más al chico Este granujilla me recuerda a mi hijo y remata Vigila de quien te rodeas... En esta sala hay gente que podría enseñarte a ser un gran líder y otros que te enseñarán a ser un drogata que desperdicia su talento... acaba resaltando la madre. Al rato llega Fabian que empuja a Gäelle sin venir ya a cuento, la pobre cae al suelo de boca, pues se había agachado para hablar con el joven. Gäelle se limpia y se levanta. Al girarse ve el rostro de Fabian ¿Pero que diablos se cree que está haciendo? ¡Reitero es usted imbécil! ¿Acaso no tiene modales?

- ¿Estás bien? (le digo a Gäelle estando aún en el suelo) Tengo 13, no quince. 

Le tiendo la mano para ayudarla pero se levanta y se limpia sola, con algo que me parece determinación y suficiencia. 

Cuando termina de recriminar a Fabian por su actitud le digo. - No le hagas mucho caso es un pobre desgraciado. Pero parece que es de los que no se mete con nadie si no se meten con él. 

Viendo que el tema queda más o menos zanjado una nueva cosa atrae mi atención. Me acerco a Landazuri con intriga, analizo la cazuela que lleva en la cabeza llena de cables.

- Hola, ¿qué es eso, y para qué sirve? 

Escupió a un lado* por uno de los orificios de ausencia de diente.
-Que dirás tu, que has sido la primera en empujar. Cuidado con lo que haces y a quien se lo haces. Que seas mujer no te da derecho sobre los demás. Si no quieres que te den, no des tu en primer lugar.-Lo decía todo con el dedo en alto.

Paso por alto el insulto del niño, después de todo la seguía cayendo bien, aunque si asintió a sus ultimas palabras.-Hay le das dado chaval yo solo me meto contra las injusticias y los que empiezan ha hacer estupideces. Si empiezas algo y no puedes terminarlo no lo inicies-Dijo como ultima advertencia, aunque sabia que esa mujer no se callaría ni debajo de las piedras. Pero a palabras necias, oídos sordos.

¡Cállese! le ordena Gäelle al guarro de Fabian No se dirija a mi. No me hable. Es usted peor que un animal, tiene una mentalidad dictatorial. Sin modales, sin educación. No atiende a la persona. Es usted de la ley del ojo por ojo... no tiene educación ni ideales. ¡Está usted en una asamblea! Compórtese! ¡Es usted un opresor del sexo femenino! Habla de igualdad, pero igualdad no es pegar a una mujer cuando está desvalida. Igualdad no es equiparar su fuerza a la mía... ¿Qué quería demostrar que era más fuerte? ¿Qué vive en la selva? Está usted en una asamblea, donde se hablan las cosas, pero dudo que usted pueda hablar nada. Es usted un fascista así que no se dirija más a mi. luego se vuelve a Madame Sourcil y le dice Que bien tenía usted cata o a alguno del público... Ignorando por completo cualquier palabra de Fabian, vuelve a la cocina a preparar algo de comer para así desahogar su malgenio.

Acudí con bastante más ilusión de la que creía a la reunión. Las cosas tenían que cambiar, y la revolución no podía postergarse más. Cuando Danny nos enseña la estancia me permito alejarme un poco del grupo e ir a ver por mi cuenta. Al poco rato me uno a los demás, y escucho las presentaciones.

Me mantengo al lado de Alain y veo como todos los invitados empiezan a manifestarse. Normalmente prefiero observar simplemente, pero los hechos que ocurren con el pequeño Gabriel me hacen consternarme. Aunque ver fumando a un chaval tan joven... La escena es poco alentadora, pero intento captar la imagen mentalmente. "Nunca sabes cuándo te va a venir la inspiración".

- Qué fácil es ser desagradable- digo mirando Fabian duramente. - Las cosas también pueden solucionarse hablando, y no comportándonos como animales no civilizados. Mejor dejamos aquí la disputa, y centrémonos en lo que nos concierne sin que ocurran más problemas que el que nos ha reunido.

Pongo cara de asco cuando Fabian escupe en el suelo, pero intento reprimirla al instante. No quiero ser motivo de otra pelea.

Me acerco a Gäelle, despidiéndome de Alain rozando mi mano con la suya.

- ¿Está bien? ¿Necesita ayuda?- pregunto, remangándome el jersey.

Bueno... yo... esto... lo siento me exalté. Me emocionó ver a ese chico fumando, me recordaba a mi hijo. Y al ver a ese hombre darle ese cigarro, sólo pudo más que encenderme Dice frágil Gäelle, escondiendo su rostro apenado de las miradas de Yvette. No me hice daño, hirió más mi orgullo sus formas y su desprecio... dice resentida la pequeña de los Bonhard Sin duda pensé que aquí habría mentes brillantes... ¿y que me encuentro? Gäelle pudo reprimirse está vez. En su cara se reflejaba su ira contenida. No pudo escupir el resto de palabras. Simplemente se masajeó las sienes, se limpió el inicio de una lagrima que no llegó a brotar Gracias por escucharme, sólo necesitaba desahogarme. Voy a preparar algo para comer. dice con una amable sonrisa.

-Che solo se ve la paja ajena. Ella es quien me empujo primero empezando esta pelea. Los dictadores siempre son los primeros en gritar. Oponiéndose a la opinión de los demás. Si el niño quiere fumar que fume. Si quiere follar que lo haga. No tiene ningún derecho a empujarme, por ofrecer libremente ¡LIBREMENTE!-Le grito en el oído.-Un pito al niño. Así que déjese de chorradas y cayese de una vez. Aquí estamos para hablar de algo importante y mentalidad como la suya no ayuda una mierda. ¿Solo lo que a ti te interesa necesita ser liberado? Que opinión tan fascista.

-No tengo modales para moralistas de doble rasero.

Muy buenas chaval, le digo a Gabriel, Este casco se llama oH. Es una tecnología compleja pero en unas pocas palabras te diría q es como un lector de la mente, una especie de maquina telepática. Saco unos papeles de la maleta. A partir de estas tablas puedo hacer una interpretación de lo q el casco me cuenta. Me sorprendió gratamente ver q el pequeño no se reía a carcajadas como suele ocurrir cuando hablo del oH, aunque tampoco supe bien que estaría pensando mientras me miraba. Tendría q revisar las tablas. Si te apetece luego hacemos una prueba. De paso, aprovecho la explicación para evitar q el chico siga escuchando las broncas q se suceden tras él. 

"Interesante" Pensaba Lincoln "A la mayoría de esta gente le falta disciplina y ya me estoy cansando de tanta chorrada" Linc no se caracterizaba por mantener la calma la verdad, por eso la adrenalina que conseguía en la guerra era lo único que le mantenía sereno -¡Eh! Basta ya de tanta tontería ¿No?- Se movió de la pared y se acercó a Fabian apartándole de Gäelle, la disciplina de un soldado le hacía ser así, dos años entre ellos le cambió y nunca dejaría que pusieran la mano encima de una mujer -¿Te metes con las injusticias?- Le dice con cara burlona -No me digas que su empujón que ni te ha movido casi es igual de justo al tuyo que le ha tirado al suelo... enserio si quieres un pelea te la puedo dar sin problemas pero mejor deja de comportarte como un idiota, que aunque tengas la cara de uno, no tienes porque ir demostrándolo continuamente-

Le dió asco cuando empezó a hablar de los dictadores -Mira inútil, deja de hablar de aquello que desconoces mejor y me imagino que a ti te dejaron fumar y follar a los 13 también ¿No?... así has salido- Se gira al niño de 13 años -Creeme, mejor no le hagas mucho caso, o acabarás... em... escupiendo por un hueco del diente que te faltará- Vuelve a girarse a Fabian -Seguramente por alguna paliza mas que merecida- Su mirada se dirige a Gäelle -¿Se encuentra bien?-

Confirmado, una asamblea de majaras y un despropósito revolucionario. Tal vez lo mejor sea irme de aquí y dejar a estos locos con su delirio revolucionario.

La huelga me necesita y aquí no pinto nada.

Estoy fascinado. 

- ¿Y le puedes leer la mente a cualquiera? ¿Me la puedes leer a mi? ¿Me lo tendría que poner? ¿No se me achicharrará el cerebro, ¿no? ¿Cómo funciona? ¿Cómo se leen esas tablas?

Me gustan estas cosas. No sé hasta que punto funcionan pero me parecen fascinantes. Creo que tiene más que ver la capacidad de las personas que de los aparatos, seguramente pueda leer la mente sin utilizar el casco. ¿Verdad?

Las explicaciones que me da acerca del funcionamiento del aparato me convencen mucho más de lo que me esperaba. 

En mi interior arde un deseo de ser el primero en probar la máquina, pero tampoco quiero parecer pesado así que me limito a quedarme cerca, observando al genio Landazuru, e intentando aprender lo que pueda de la máquina. Creo que me puede gustar lo que pueda decir. Aunque parezco ajeno a todo lo que ha pasado con un rabillo del ojo he seguido la disputa que he provocado entre la chica guapa demasiado guerrera y el tipo extraño, y me siento una pizca culpable. 

Me acerco para ver si puedo finiquitarla. 

- No me ha gustado eso del tabaco.

Intento evitar al militar Linc, me da un poco de miedo el aire autoritario. Así que aprovecho que pierdo su atención cuando se dirige a Gäelle.  

Y me vuelvo con el genio, veremos qué puedo aprender de él. A lo lejos veo al negro alto con la guitarra y al hippie de pelo largo y rubio.