Partida Rol por web

No solo no estaba fuera de mi posición sino que era incapaz de acertar a los orkos. Pues será cuestión de acercarse. Empiezo a correr todo lo posible para acercarme a las paredes del Bunker.

- ¡Por el Emperador!.

Espero que los cabrones del cañón y el francotirador nos cubran....sino pienso volver de la tumba para romperles el culo a patadas.

Aunque uno de los orcos recivio um impacto parcial en la cabeza, los seis orcos, tres desde cada lado del puente, empezaron a barrer la zona donde estaban Soneka, Fergus y Korlo, pero afortunadamente todos fallan al intentar darlos, claramente al voluntad del divino emperador ha protegido a sus siervos, o tal vez ha sido la oscuridad, ¿pero cuanto tiempo más podrán permanecer ante el fuego enemigo?

Por otro lado los orcos del otro lado del puente se empezaron a dirigir al camión, mientras el conductor lo arrancaba y el motor empezaba a rugir en la "quietud" de la noche.

Seguíamos avanzando sin ser detectados por los orcos del bunker. El otro grupo no tenía mejor suerte y al ser detectado, todo el fuego se centra en ellos. Por fortuna, o por la gracia del emperador, se escuchan una serie de disparos y poco más - parece que no han alcanzado a ninguno de mis hombres, sino se hubiera escuchado algún improperio - La distancia hacia el bunquer se hace eterna y da la impresión de estar cada vez más lejos.

En el instante que cesan los disparos de los orcos, se escucha de la otra parte del río, como el vehículo es arrancado - joder, joder, joder..... hay que ocupar el bunquer para contar con su protección ¡¡YA!! - conforme me voy acercando, una de mis manos comienza a rozar la anilla de la granada de fragmentación y la otra toca levemente la culata de la pistola.

Callidon seguía corriendo tras su sargento. No quería quedar atrás y parecer un cobarde. Pero sobretodo no quería quedar atrás porque eso significaba quedar a solas, y eso, rodeado de búnkeres y camiones repletos de pielesapo era una muerte segura. Así que hizo para lo que le habían entrenado en la Guardia Imperial.

Siguió corriendo.

Enrosca cañon. Coloca cargador, prepara sacos de arena, amartillar el arma, rezar una plegaria. Biggs agarró el cañon con ambas manos, encañonando a los orkos del bunker, y preparandose para disparar.

El cañon estaba listo.

Pero a donde va el cabo, se ha vuelto loco, pero como se puede ser tan impaciente

Era una difícil situación, o avanzar con mi superior o seguir a lo suyo probando fortuna con el rifle. Lo que no se podía tolerar es que lo consideraran desleal o peor aún un cobarde sin fe, sin fe en sus camaradas.

todo sea por la gloria y la luz del sagrado imperio

Tengo la ventaja de mi visor y puedo observar el movimiento de todos los orkos...y los orkos cogen el camión.

-Joder...esos cabrones ya vienen...

No tengo muy claro a quién disparar y no tengo tiempo para tirar una moneda al aire así que...

-¿Todos los orkos sabrán conducir?

Comienzo a apuntar con cuidado al conductor del camión. Espero no fallar el disparo, pero aun así me tomaré mi tiempo.

A Hunter le temblaban las piernas, sabía que si les pillaban estaban jodidos, pero aún así continuo avanzando junto a Callidon y junto al sargento.
 

La cosa se estaba poniendo cada vez mas y más peligrosas, los compañeros avanzaban mientras recibían fuego enemigo sin parar, y la muerte estaba cerca de todos nosotros en forma de bala.

- "Creo que ya va siendo hora de dar un poco de apoyo." - Decía mientras disparaba a los orkos de dentro del bunker con una puntería bastante notable y el apoyo del emperador. En cuanto acabara con los mocos verdes de dentro debería correr hacia dentro del bunker para protegerse de lo que venía por el otro lado del puente.

Veo horrorizado como el cabo y Korlo se lanzan a la carrera hacia el bunker. ¡Están locos! ¡¿No se supone que son los del otro lado los que deberian correr al bunker?! Nosotros hacemos de señuelo... Pienso mientras disparo otra ráfaga esperando que así los orkos agachen las cabezas y no se decidan a disparar a mis compañeros.

Los orcos siguen disparando de forma errática, haciéndoos incluso dudar de si os están disparando a vosotros, ya que os parece imposible que aun no has hayan dado ningún tiro cuando estáis siendo acribillados por 6 armas pesadas al mismo tiempo.

Mientras los orcos del camión al otro lado del puente ya han subido al mismo y se preparan para cruzarlo.

No nos precipitemos... donde pongo el ojo... Apunté en dirección al camión de los orkos, cogiendo aire, y cerrando uno de los ojos para apuntar. Espere las indicaciones de mi hermano sobre la direccion del viento o la velocidad del camion para hacer del tiro, algo mas certero. Sabia que quizas, como gesto mas inmediato, lo mejor seria disparar contra el bunker, pero si dejabamos que ese camion llegara, todo estaria perdido. Ademas, mientras no abriera fuego, no revelaria nuestra posicion.

La distancia no era demasiada, pero en esos momentos el tiempo variaba. A veces todo se ve muy rápido, a veces todo se ve muy lento. Lo mejor de todo era observar como las chispas de los disparos pasaban alrededor del cabo y de Korlo. Más que miedo lo que se sentía era energía. Un subidón por el hecho de ser más "rápidos que las balas".

Los disparos de los orkos levantaban la nieve al golpear a nuestro alrededor.....estos orkos son casi tan paquetes disparando como nosotros..... 

- Vamos soldados ya casi hemos llegado. Y porque no tenemos un Astartes a mano cuando se le necesita.

Una vez mas acelero para llegar a la mole de cemento que forma el bunker y así dejar de ser un blanco para los orkos. Al mirar hacia el puente puedo ver como la figura del camión que estaba al otro lado empieza a cruzar hacia nuestra posición.

- Menudo día y yo me lo quería perder....joder.

Tras un pequeño paseo en el que he procurado no ser detectado, consigo llegar junto al bunquer agachado para evitar ser visto en el último momento. Por el rabillo del ojo me percato de que mis hombres están llegando ya a mi posición, no puedo esperar a que lleguen pues el tiempo apremia y tengo que actuar ya, pues los demás están en serios apuros y nos tenemos que hacer con el control del bunquer.

Rápidamente, echo mano a la granada que tengo colgada del cinto, con un rápido movimiento le quito el seguro, alzo el brazo y con un leve movimiento de muñeca y de dedos, quito la pestaña de seguridad y activo la granada dejandola caer tranquilamente dentro del bunquer - Ahí teneis chicos, un regalito de la Guardia Imperial...... que os aproveche - una vez tirada la granada, hago unos gestos con los brazos a mis hombres. Poniendolos en posición de agarrar un rifle, o arma similar, comienzo a moverla haciendo gestos de que en cuanto lleguen a la altura del bunquer y aprovechando el humo que hubiera dentro, lancen una ráfaga a quemarropa dentro, para rematar si algun orco hubiera quedado vivo.

Con mueca de inmensa de sorpresa veo como las balas surcan el aire y parece que intentan evitar a toda costa dar a mis compañeros. Sabia que los asquerosos orkos eran malos disparando, pero esto es exagerado. Cuando me fijo en el bunker me parece ver que el otro grupo ha llegado al otro lado del mismo y decidido y viendo que el dios emperador nos protege, me levanto y me lanzo a la carrera hacia el bunker. Tengo que intentar estar a cubierto para cuando llegue el camión.

Callidon alcanza a su Sargento. Resollando se lanza contra la pared del bunker, poniendo cara de espanto cuando el Sargento quita la anilla a una granada y la mete dentro, con la bendición del Dios Emperador. Sonriendo, se agacha parapetándose en la parte baja del bunker y prepara su fusil para disparar ráfaga una vez haya detonado la granada.