Partida Rol por web

Había que asegurar los disparos, no podía desperdiciar más munición, la vida de sus compañeros dependía de ello. Tauron volvió a apuntar con calma a su objetivo, esperando tener un tiro limpio.

Al fin, el arma volvía a estar operativa, pero los orcos habían aprovechado la ocasión para acercarse, cada vez estaban más cerca, eran mucho y ellos solo eran una distracción.

Callidon estaba recargando y el arma de Hunter parecía negarse a disparar, así que seguía, el solo enfrentándose a todo la horda piel verde que se cernía sobre ellos y para rematar la jugada uno de esos asquerosos xenos se las había apañado para alcanzarle, aunque el tiro no era demasiado malo. Sus disparos volvieron a impactar en el orco, con un poco de suerte esta vez caería.

Dos de los orcos volvieron a disparar pero ninguno consiguió impactar en sus objetivos. Pero el verdadero problema era el camión, que ahora ya cargado con los orcos se dirigía a gran velocidad hacia la posición de los tres señuelos portando una promesa de muerte y destrucción.

Tengo la sensación de por más que corro, el Sentinel cada vez está más lejos... Creo que ya me duelen las piernas de tanto correr. Y aun no estamos ni a mitad de camino... ¿Por que el caraculo de Wimdel no se carga al orko del camión? Será capullo...

Y pensando, siguió corriendo como si le fuera la vida en ello.

Callidón optó por lo más sensato. Apoyarse con una rodilla en el suelo, alzar el rifle y apuntar al conductor del camión. Si conseguían abatirle, tal vez, y si la voluntad del Emperador les favorecía, acabaría atropellando a los suyos. Fiel a su papel de señuelo, siguió profiriendo los insultos que figuraban en el Manual del Buen Soldado.- ¡PIELESVERDES! ¡XENOS! ¡COLMILLUDOS! ¡ABERRACIONES DEL AVERNO! ¡HEREJES! ¡ENEMIGOS DEL EMPERADOR!- Aún así, fruto de la adrenalina y de la tensión del momento, contribuyó con otro insulto más el cual, si bien no era reglamentario, Callidon creía fervientemente que no suponía ninguna infracción grave al Código de Comportamiento Marcialmente Adecuado.-¡¡¡¡TRUHANES!!!!-

Los rugidos de los orkos y los chillidos de sus compañeros sonaban por igual, acompañado de los ruidos característicos de las armas láser y las improvisaciones saqueadas de los xenos.

-La que se les viene encima, como no lo logremos sólo quedará papilla de ellos. Todavía me acuerdo de lo que ocurrió en Platino 32. Que el emperador les de fuerzas.

Seguía el tableteo de las armas orkas mientras avanzábamos a nuestro objetivo. Ahora el sonido de un camión se sumaba a los otros sonidos y no presagiaba nada bueno para nuestros compañeros.

- Vamos sargento, no se quede atrás. Ya casi estamos.

El correr avanzando sobre la nieve cada vez se volvía mas costoso, pero debíamos darnos prisa y aumentar la marcha. Soduro se había percatado de algo importante, algunos de los orkos no había caído en nuestra trampa y tendríamos que encargarnos de ellos.

- Vale coloco los explosivos y corro ayudarte con los orkos, no hay problema.

Seguíamos avanzando a buen paso, pero los depósitos daban la impresión de acercarse más lentamente de lo que avanzábamos. Un gran estruendo se escuchó en la lejanía que no se parecía nada a los ruidos de las armas de los orcos - ¡el camión ha arrancado y comienza a avanzar! - miré a Soneka cuando me instó a avanzar más rápidamente - Vamos, vamos, vamos..... tienes razón cabo, hay que llegar lo antes posible.... -

Miré atentamente hacia los que son nuestros objetivos y me percaté de una cosilla que no me gustó nada - Cabo, los dos orcos que hay en los Hidras no se han movido... si vemos que no se mueven a nuestra llegada, me encargaré de ellos mientras tú colocas los explosivos y luego te unes a mi fiesta ¿entendido? - No me gusta nada enfrentarme solo a dos moles como esas, pero la misión es lo primero... - pensé con una mueca asomando en mi rostro.

No podía seguir fallando tiros, tenía que dar a ese orco para que sus compañeros tuvieran alguna posibilidad de sobrevivir, tenía que concentrarse y disparar.

Malditas misiones suicidas de la guardia imperial...

Ya tenía al orco en el punto de mira, ahora era el momento de disparar con toda la potencia de fuego disponible y freírle a tiros. Los disparos impactaron en el orco causándole bastante daño, con un poco de suerte el orco ya no se levantaría después de esta.

Su arma por fin volvía a disparar pero sus enemigos estaban muy cerca como para perder el tiempo disparando, desatando toda la potencia de su arma disparo contra la horda que se acercaba a la carrera. El disparo consiguió impactar en la cabeza de uno de los orcos, pero eran lo suficientemente duros como para seguir corriendo después de un tiro así.

Tauron seguía concentrado en acabar con el orco con el que llevaba intercambiando disparos desde el principio, aunque teniendo en cuenta como se acercaban el resto tal vez era el momento de cambiar de objetivo por uno más cercano...

El camión orco seguía recto, a toda velocidad, hacia los pobres guardias imperiales sin importarle lo que hubiese por medio, tanto es así que uno de los orcos, molestado por los disparos de los soldados no pudo evitar el camión y fue atropellado muriendo en el acto.

Mientras los orcos que estaban donde el antiaéreo abrieron fuego hasta descargar el cargador consiguiendo herir levemente a Hunter en una pierna.

Seguíamos avanzando rápidamente, o lo más rápido posible y sigo mirando de como los orcos de los Hidras no se han movido - Cabo, puede que esos orcos de los hidras nos den que hacer, cuando nos acerquemos hacemos lo que he te dicho, yo los distraeré y tú colocas las cargas... esperemos que para ese momento tengamos en nuestras manos el sentinel o por lo menos la munición para acabar con los hidras y los orcos... tres en uno jejejee -

Avanzaba lo más rápido posible, pero el calor y la fatiga empezaban a hacer mella en mi, no era capaz de avanzar lo rápido que debiera.... - ¿porque me abandonan las fuerzas ahora? ¡¡mierdaaa!! - pensé con un gesto de cansancio que comenzaba a aparecer en mi rostro.

Sigue corriendo, Biggs. Esto depende de nosotros, que somos los hijos de puta más duros de la Guardia Imperial. Y cuando lleguemos a la base, tendrás que esperar a alguien a que le cuente a la hija del teniente como corrías, y pillabas el Sentinel, y caerá rendida a tus pies. Pero caer de espaldas, eso si. Joder que buena esta la hija del Teniente.... y es una fresca, mejor que mejor. ¡¡NO BIGGS!! ¡CENTRATE! Y con esos animos mentales a si mismo, aceleró el paso como si le fuera la vida en ello, aun cargando con la enorme mochila haciendo gestos a Korlo y Wedge para que también aceleraran el paso.

El camión seguía adelante, y si no lo detenían, aquello acabaría muy, pero que muy mal. Más o menos como la decoración orka de una de las ruedas del camión, mas o menos.

¡Sigue Corriendo Biggs! ¡POR TU MADRE!
 

Bueno, uno menos, aunque no hemos sido nosotros... ¡Joder, el puto camión!

- ¡Wimdel, apunta al puto conductor! No podemos dejar que se acerquen tan rápido, los otros necesitan más tiempo. - Le grite al tirador e hice lo propio. Despacio, tranquilamente seguí el recorrido que hacia el camión orko concentrándome en el conductor, era un tiro demasiado difícil, pero había que hacerlo, teníamos que retrasar el avance de los xenos.

A cada paso que doy un trozo de nieve sale despedido por el aire mientras intentamos acelerar nuestra marcha. Estábamos en una carrera contra el tiempo y los orkos, pero parecía que no la ganaríamos al paso que íbamos.

- Joder con la nieve de los huevos, no hay manera de acelerar la marcha.

Escucho las palabras del sargento mientras intento aspirar otra bocanada de aire, el cansancio se mostraba y empezaba a agarrotar mis piernas. - Vale, es un buen plan. Si llegamos sin que me de un infarto. 

Callidon, arrodillado y con el arma apuntando, notaba como el sudor le resbalaba por la frente hasta llegar a la barbilla. Aún así respiró hondo centrando el disparo en el la enorme mole que conducía el camión. Sabía que no disponía de mucho tiempo.- Amado Emperador, haz que tu gracia ilumine mi arma y guíe mi mano para una justa venganza.- Y disparó.