Partida Rol por web

No depende de dados, tranquila. ;-D XD

Si cambias la foto, ¡exijo una médium con sombrero y pelo púrpura! ¡HE DICHO! XDDD

Totalmente de acuerdo en que, por coherencia, usemos fotos reales también nosotros.

Sobre Gabou, Dewey, ¿puedo conocer algo más de su historia? Tiene pinta de que no puedo inventar demasiado, porque eso podría entrar en conflicto con la trama, pero necesitaré algo más; para mí, un personaje sin historia es como un pez aleteando fuera del agua: tengo que verlo nacer, crecer, reproducirse y morir. xDDD

Otra cosa sobre el pj: ¿Cuán pirado está? ¿Tengo libertad para interpretar eso?

Otra duda, más sobre la partida: ¿En qué época transcurre esto? Dices que hay un hacker en el grupo, pero también mi pj tiene un «mapa de París», así que evidentemente no parece existir Google Maps. XD

Fua, le pides a Morg una foto de una médium con pelo morado y sombrero, y tienes una foto de una médium con pelo morado y sombrero. Así de simple. XD

Eso me recuerda a cierto muchacho con cara de galleta, ¿eh, Dewey? Jajajajajaja, no todos tenemos el talento de la edición fotográfica. XDDDDD

Yo me he elegido a un actor francés para la ocasión, qué demonios, a juego con la ambientación.

Me siguen encantando los avatares. Lloro de la risa con las argucias de Morgi para conseguir pelo púrpura. XDDD

Dudas spurianas:

Te he dado todo lo que tengo de Gabou como PJ pregenerado. No hay más, salvo el ganchito inicial, que he omitido para sorprenderos. Sus orígenes son una hoja en blanco, salvando su pasado policial. Puedes crearlo a tu medida. Incluso, si lo deseas, puedes alterar su hoja de PJ. Ya te digo, vienen listos para jugar, pero con el trasfondo justito para que el jugador los haga suyos durante la partida. Si quieres, dame algunas ideas que te gustaría incluir en su pasado y te echo un cable para encajarlas. ;-)

A efectos de juego, está lo suficientemente tocado para saber que hay algo al otro lado, pero no tan tocado como para ingresar en un manicomio. Falseó el informe del incidente con el ente con el que se topó para evitar que lo tomasen por loco, detalle este que te puede ser útil.

El año en el que trascurre la partida es el 2015. Quería retrasarlo al 2000, pero le veo ciertos problemas logísticos. XD

Lo del mapa, lo creas o no, podría salvaros la vida. ¡No digo más! ;-)

A veeer, que ya he terminado de jugar. Os dejo elegir :P. 

Iba a decir muy decidido que izquierda, pero ahora me sale decir derecha.

Spu, ¿Qué opinas? XDDDD

Ey ey ey, yo ya he tomado la decisión de qué pjs jugamos cada uno, no voy a elegir también su foto de avatar, jaja.

Gracias por resolver las dudas. Le crearé todo un trasfondo y te lo presentaré para su aprobación. Supongo que ya nos dirás también cómo hizo Gabou para reclutar a sus investigadores.

En esta partida quizá escribo un poco más experimental, mezclando primera y tercera persona, para reflejar ese nivel de locurilla del pj, si me lo permitís, claro.

Buuuu, opina al menos. Ojalá me dejara a mí la gente elegirles el avatar XD.

Por mí escribe como quieras, experimentar siempre está bien. 

¿Yo decido qué hay en el diario de Hékate o viene dado? Creo que le voy a quitar lo de huraña, yo la veo muy maja y cool. 

Sobrina, quédate la que tienes puesta. Hazle caso a tu amado tío.

Por otra parte, sé majetona si lo deseas. Total, igual algún primigenio te coge cariño. XDDD

Sobrino, hazme un favor: Ponte en modo noir en esta partida. Hazlo por tu tío Howie. Nárrame en primera persona. ;-)

Entonces tiraré por primera del pasado. Hoy tengo lío de dire, pero a ver si después me da tiempo de repasar y dejarlo listo. Si no, mañana.

El director ha hablado.

A ver si entre hoy y mañana dejo también al pj listo.

Tenéis todo el finde, que celebro el cumple de mi santa madre mañana y no bichearé Umbría hasta el domingo probablemente.

;-)

Bien, bien, bien. Aquí va mi propuesta para el detective Jean Gabou.

Luces, cámaras, música...

Me gusta inventarme palabras. Me gusta. Me tranquiliza. Me hace sentir que hay algo que controlo. Son mis palabras. Sólo yo las entiendo. Nadie más. No. Nadie más. Sólo yo. Algunas son cortas. Frulís. Pesmo. Otras son largas. Logitranco. Carpelomantón. No te voy a decir lo que significan. No. No se lo digas, Jean. Claro que no. Son mías. Yo lo controlo. Eso lo controlo yo.

¿Que cuándo empezó todo? Espera, ¿a qué te refieres? Ah. A eso. A todo. Bueno, en realidad yo creo que todo empezó el día que volvía a casa del colegio demasiado pronto, debía tener, ¿cuánto?, ¿siete?, ¿ocho años?, y descubrí a mi madre follando en el sofá de casa con su amante. Quiero decir: con su amante. Damenolente. Lollu. He escuchado historias de niños que descubren a sus padres follando. Eso ya es bastante traumático, claro. Pero con su amante, eso debe ser un nivel superior, ¿no? En cierto sentido, sin embargo, no fue eso lo más jodido. En realidad no. En realidad, lo más jodido fue el modo en que, después de que yo me encerrara en mi habitación, unos minutos después apareció mi madre para decirme con suavidad de madre que «Este es nuestro secreto, Jean, no se lo dirás nunca a papá, ¿verdad?».

Es jodido. Cargar con un peso así en la relación con tus padres, desde tan pequeño. Es jodido. No me autocompadezco, no creas. No, yo no soy de esos que va llorando, echando la culpa de sus males a lo que sus padres les hicieron. No, no. No jodas. Pero, aun así, era un peso jodido. Renquesabie. Podacán. Y, ya que me preguntas ¿cuándo empezó todo?, bueno, yo creo que todo empezó ahí, pero no en ver a mi madre follando con su amante; no, eso no: el secreto, tener que guardar ese secreto, como un monstruo dentro de mí, alimentándose cada día de la vergüenza de creer que yo había hecho algo mal. No ella, no mi madre, no: yo. El secreto debía guardarlo porque yo vi lo que no debía haber visto, ¿entiendes ahora?

El secreto. Ocultar lo que has visto. Esa verdad que nadie podría entender. Como «el incidente». Terropantanievo. ¿No te he hablado aún del incidente? Bueno, todo a su tiempo. Calanquinomares. ¿Ahora? Bueno, bueno, está bien, ahora. La niebla. Era una niebla. Juro que era una niebla, es la única manera que hasta hoy he encontrado de describirlo. Una niebla que despedazó a una docena de personas. Mis balas no le hicieron nada, claro, ¿cómo podrían hacérselo a una niebla? Rompadronama. Carriporjoña. Por supuesto, nunca les dije eso, nunca les hablé de la niebla. Sé que no lo entenderían. «Este es nuestro secreto, Jean, no se lo dirás nunca a papá, ¿verdad?». Ahora entiendes, ahora vas entendiendo, ¿eh? Pirpino. Musor.

En el informe nunca hablé de la niebla. En la investigación del suceso había una pregunta recurrente, eso sí: «¿Y su cargador, detective, qué hay de su cargador vacío?». Balas al aire. Banganabanganabán. ¿Cómo les explicas eso sin que te miren agitando su cabeza, en señal de que ya no sirves, de que te has quedado viejo? No puedes. Te has quedado viejo, eso es todo. Estabas en shock. Es hora de la retirada. Horas de psicólogo obligadas, ya sabes, procedimientos, burocracia, viva el estado moderno. Rellenar formularios. Putonigrafía. ¿Qué le dije al psicólogo? Lo mismo, palabras al aire. Banganabanganabán. De la niebla, ni hablar. Oh, no, no, por supuesto que no le hablé de mi madre y su secreto. Ya sé cómo habría terminado esa sesión: «Usted se quería follar a su madre, detective, esa es la raíz de todas sus males». Genios. Frobidos.

De algún modo, este segundo secreto terminó de carcomer lo que el primero todavía había mantenido en pie. Cuando me dieron el retiro anticipado —mierda, qué forma elegante de decirlo, no hay que herir al personal hoy en día, ¿sabes?, son muy delicados; el retiro anticipado, di más bien, la patada en el culo, ojetorrón—; cuando me dieron la patada en el culo, decía, Régine vio el momento de abandonar un matrimonio que no funcionaba desde hacía mucho más tiempo. Al fin y al cabo, Sabine ya era mayor de edad, no sería traumático para ella, decía.

Creo que la excusa que puso fue que dejé de ir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Quiero decir, es verdad: dejé de ir a las reuniones de AA. No tenía sentido, ya no. Para los Doce Pasos necesitas creer en un Poder Superior sanador y comprensivo. Desinal. Mianto. Yo había podido creer en algo así hasta «el incidente». Terropantanievo. Pero después de una niebla que despedaza a una docena de personas, no sé, piénsalo. Terropantanievo. Sí, eso es, la mejor palabra para describirlo: terropantanievo. Yo sé lo que me digo, no te preocupes. Como sea, quizás haya un Poder Superior o quizás no, pero desde luego no es sanador y comprensivo. A la mierda los Doce Pasos. A la mierda AA. Y claro, Régine se fue. Au revoir. Bonicerio.

Lo cierto es que Régine tenía un amante desde hacía ya bastante tiempo, no vamos a negarlo. ¿Te crees que yo no lo sabía? Escúchame: soy detective, joder. Lo supe desde el primer día que ella se la chupó a ese tipo. No me hicieron falta siquiera pruebas gráficas: fotos y toda esa cosa. No. Yo lo sabía. Detectolonio. Cuando un detective se retira, tiene un mercado rápido y fácil: el de todos los hombres cornudos que pululan por París. Algo que siempre me ha llamado la atención de esos hombres es que, en el 99% de los casos, el detective privado les confirma sus sospechas: sí, amigo, tu mujer te los pone bien grandes. Y eso abre un interrogante, por supuesto: ¿por qué contratar a un detective privado para lo que ya sabes que es verdad? Vivimos en una sociedad incrédula. Qué te puedo decir. Crepigo. Montonia. Pero no, yo no me dediqué a eso. Dinero fácil, cierto, pero yo me di a la botella durante varios meses tras mi retiro anticipado: patada en el culo. Ojetorrón.

Tampoco me voy a hacer el santo. Joder, Jean, no eres ningún santo. Cuéntaselo, venga. ¿Lo de Élodie? Sí, claro, lo de Élodie. Ese otro secreto. El secreto de Élodie. Elimanoso. Secrodie. No te he contado aún quién es Élodie. Élodie estaba jodida, muy jodida. Vamos a ver. Su padre, su padre era un cabronazo de esos de los bajos fondos, ya sabes, pandilleo, drogas, palizas. Nada de asesinatos, no tanto. Un capullo, sólo eso. Gilonotrón. Bueno, el hombre era un informante mío: yo hacía la vista gorda con sus actividades y él me informaba de los movimientos del barrio. ¿Élodie? Digamos que Élodie era una joven descarriada, de la misma edad que mi hija Sabine. Una muñequita rota. Muñimoni. Qué sé yo, seguramente en busca de una figura paterna, ¿no? Y yo, ¿qué puedo decir? ¿Supongo que yo estaba en busca de una figura filial, ya que Sabine me ha odiado siempre tanto? Vaya, pero lo que hicimos Élodie y yo no era lo que se llamaría la típica relación padre-hija. Ya me entiendes. La chica estaba rota. Yo, bueno, yo era un alcohólico y esas cosas. Excusas, lo sé. Qué importa. Empenola.

Pero el cabrón le pegaba a su hija, le pegaba, le hizo pupa de verdad, le sacó un par de dientes de un puñetazo, casi la deja tuerta, amigo. Bueno, alguien tenía que hacer algo, ¿no? ¿Qué tal dejar de hacer la vista gorda e incluso plantar pruebas falsas de narcotráfico y hacer una llamada, en plan soplo? Bueno, el hombre volvió a la cárcel, claro, y eso dejó a Élodie un poco más libre durante un tiempo. Ella sólo quería ser cantante, triunfar en ese mundillo. Cantaba en un cabaret, ese podría haber sido el inicio de su carrera. Mierda, yo le prometí contactos, conozco a un productor musical, no me juzgues. No me juzgues. Ruposio. No pudo ser.

Elimanoso. Secrodie. No termina ahí la historia de la muñequita rota. Muñimoni. No. Bueno. Resulta que Élodie fue una de aquella docena, ¿sabes? Ella estaba conmigo esa noche. La niebla la despedazó como hizo con los demás. Mierda. Elimanoso. Secrodie. Joder. Élodie. Rabiomorrañojartaclaclaclatapaño. Joder. Lo jodido fue tener que ocultar eso en el informe, casi más que lo de la niebla. Secrodie. Otro secreto, ¿eh? Mierda, parece que los secretos son la única constante en mi vida, ¿verdad? Renquesabie. Podacán.

Mi mentor de AA lo intentó un tiempo conmigo, hasta que un par de meses después del «incidente» (terropantanievo) le reventé una botella de ginebra en la cabeza y terminó en urgencias con varios puntos de sutura en la cabeza. Una cosa fea. Rajaño. No volvió a visitarme, te podrás imaginar. No lo culpo. Yo me habría rendido mucho antes.

Tras «el incidente» me quedé sin trabajo en la Gendarmerie, sin esposa, sin hija —bueno, en realidad mi relación con Sabine fue una mierda desde mucho antes: que si el padre ausente, que si la hija adolescente, que si ok boomer, que si no me entiendes; pues mira, no, no te entiendo, nunca lo he hecho; de verdad que me duele, pero ¿tanto odio me merezco por ello?—, sin Élodie, sin mentor, sin Poder Superior. Me quedé en un estado de completo... ¿cómo decirlo?... pentevimor. No es tan malo como suena: se trata de una especie de suspensión del juicio y la conciencia, cercano a lo que debe ser la muerte si le quitas la parte de no ser absolutamente nada, claro. Lo malo es que ese estado de pentevimor no puede durar mucho, porque entonces viene el horror.

Y fue entonces cuando ideé el Grupo Lambda. Quizás no haya un Poder Superior, pero algo hay, ¿sabes? Algo tiene que haber. Esa niebla no puede ser un fenómeno aislado. Si algo todavía tiene sentido, esa niebla forma parte de algo más, de un tejido detrás de la realidad cotidiana. Ese secreto. Ese jodido secreto. Renquesabie. Secrodie. Terropantanievo.

Oh, hay algo que no te he dicho: cuando mi padre estaba en su lecho de muerte —un fulminante cáncer de estómago— se lo conté. El secreto de mi madre, que ya llevaba unos años muerta también. Él frunció el ceño, sorprendido, pero no por la noticia, claramente, no era por eso, era por algo más. Cuando habló, supe por qué: «Siempre lo supe, Jean». Sólo dijo eso, con total normalidad, como quien dice «En el año 1972 viajé a la Costa Azul». Tras decir eso, recuerdo que cambió de tema, lo recuerdo nítidamente, se puso a hablar del último partido del Olympique, que había ganado 3-0 al PSG. Tu gran secreto, Jean, el gran secreto de tu vida. Asurbo. Moscano. Damenolente.

¿Y si todos los secretos son así? ¿Y si resulta que todo el mundo lo sabe? Eh, eh, eh, Jeancito, calma. No, no. No lo entiendes. Gazmo. Grus. Minorio. Ah, mi botella de ginebra. Al menos siempre tengo eso, ¿no? Y mi gente del Grupo Lambda. Sí, ellos lo entienden. Ellos sí lo entienden. Ese es mi Poder Superior. Aquí, ahora. Hiquinunqui. Eso lo controlo yo. Las palabras. Yo las controlo, yo las invento. Tienen sentido para mí. Todo bajo control. Todo tranquilo. Tranjicaroso. Sólo una cosa, sólo una fuera de mi control: Terropantanievo.

*****

Jean Gabou nació en el año 1959. Hizo una buena carrera como detective en la Gendarmerie. Se casó con Régine Auger en el año 1987, una analista de márketing político que ha trabajado para diversos candidatos municipales parisinos. Tuvieron una hija en el año 1992, Sabine, quien en 2015 tiene 23 años y acaba de terminar la carrera de Bellas Artes: una chica bohemia dedicada a vivir la vida, fumar porrillos con sus colegas pijo-bohemios y hacer como que pinta cuadros. Tras el incidente, Jean y Régine se separaron y actualmente están en trámites de divorcio. La relación con su hija Sabine es inexistente o, lo poco que hay, una mierda, básicamente; su última rebeldía ha sido cambiarse el apellido por el de su madre, Sabine Auger.

Jean ha tenido un problema con la bebida, especialmente la ginebra, desde antes de que naciera su hija Sabine, aunque se acrecentó tras el nacimiento. Tras varios años de alcoholismo, empezó a acudir a AA por mandato de su mujer. Estuvo yendo varios años, aunque su problema con la bebida nunca remitió. Dejó de asistir tras el incidente, terminando todo con una pelea con su mentor, al cual le rompió una botella de ginebra en la cabeza, provocándole una buena brecha.

Mantuvo durante un par de años una relación secreta con la joven Élodie, hija de un informante y de la misma edad que Sabine, hasta que la joven murió durante el incidente.

Me encanta el olor a clásico atemporal por la mañana.

Mi olfato detectivesco me indica que este PJ me va a chiflar.

¡Congrats, amigo Spu! ^^

Voy fatal de tiempo esta mañana que me largo a ver a mi mamma en breve, PERO:

a) He dedicar a Spu un par de líneas específicas sobre su genial Gabou. Vaya clinic me has regalado en plan Deme su PJ pregenerado que le revisto de luz y color. Mañana te daré tu merecido, chaval.

b) Os dejo una guía de juego cortesía de mi buen amigo umbriano Semplax en una nueva escena. Ya tenéis cuaderno de pistas para anotar lo que queráis. Yo no voy a anotar nada de nada en esa escena. He activado el modo Mysterious Dewey (;-D). Mi objetivo es que os sintáis investigadores puros de oliva. Os dejaré además mañana una pequeña escena de trasfondo, como es buena costumbre mía, con algunos PNJ interesantes que serán conocidos vuestros. Así estaréis muy ubicados desde el principio.

Y c) Estoy en negociaciones con mi buen Kiko_Mowgli, más conocido como el Capitán Huxley, de los Huxley de toda la vida. A ver si se nos une porque, repasando la partida estos últimos días, lo cierto es que podría ser indispensable al menos un tercer y curtido investigador para que no se os haga demasiado complicada la aventura, que tiene mucho de todo, oiga. Un PNJ deweyano habrá, como mínimo. Quizás dos. No lo sé. Estoy dubitativo. Tener a un deweyano ayuda musho, ¿sabéis? ¡Lo dan todo por sus colegas! XDDDDDD

Si no pudiera Kiko, tendré que liquidarle algún PJ en alguna de las partidas que compartimos para que le surja un oportuno hueco en su agenda.

Cuán malvado soy... >:-D

XDDDDDDDDDDDD

Os mando un abrazo fuerte. Tened buen finde.

a) Gracias, amigo. Es un clásico con muchos clichés detectivescos, ya lo sabes. Pero, como siempre les digo a mis alumnos, lo bueno de las convenciones literarias es que comunican más rápida y eficazmente. ^^

b) Gracias por el resumen. Nunca viene mal. Ya estoy intrigado por ver cómo materializamos las reputaciones de los PJ. «Viejo: te gusta ir a las obras para decirles a los trabajadores cómo tienen que hacer las cosas. Cada vez que en una escena aparecen obras, debes ir a verlas, es más fuerte que tú». XD

c) No problem. Aquí estaremos esperando al tercer intrépido investigador.

¡Buen finde y cumpleaños de la mamma!

He dejado cosas en la pestaña de Descripción e Historia del pj. La historia (pendiente de que la apruebes) la he dejado pública porque entiendo que Jean la conocerá más o menos y porque lo he metido en un párrafo como el reclutador de Hékate. Si no encaja avisadme y lo cambio por otra persona, no es muy relevante, solo un detalle. 

Muuuu bien el resumen y todo lo que nos quieres dejar :3. 

Por mí guay si quieres traer más gente, los recibiremos con confeti y croissants ^^. Pero si no vienen, no te preocupes, yo nos veo muy capaces de enfrentarnos a todos esos Primigenios en petit comité. 

¡Buen finde, Dewdew! ¡Disfruta de la maman!

A mí me parece genial la historia de Hékate. Correspondo en breve poniendo yo también algo de lo que Hékate puede saber sobre Jean y dejando descripción del personaje.

Como dice Morg, tanto si viene un tercer investigador, como si no, haremos un buen trabajo. ^^

HYYYYPE!!!

Hecho, ya hay descripción visible de Jean y algunas notas de color para conocerlo un poco más. ^^