Partida Rol por web

El sistema de teletransporte os dejó inmediatamente en las afueras del centro comercial. El lugar aparentemente parecía tranquilo, pero aquella percepción duró poco en el instante que se escucharon varias explosiones que provenían del interior del recinto.

Una estampida de personas salió del edificio como consecuencia de las detonaciones. En ningún momento creerían que allí sucedería algo así, y más después de tantos años de paz. Cuando intentasteis obtener algo más de información simplemente preguntando a los alterados ciudadanos obtuvisteis detalles de lo que sucedía allí dentro.

Al parecer habían colocado artefactos explosivos en lugares estratégicos del centro comercial y lo que había detonado ahora era simplemente una "advertencia", es decir, lo grande estaba por llegar.

Sin perder más tiempo entrasteis en las instalaciones para comprobar que allí estaba todo desértico. Como era de esperar en el momento que se produjeron las primeras explosiones nadie en su sano juicio se quedaría dentro de un lugar que sería considerado una trampa mortal.

Las explosiones se habían dado a lugar en algunos establecimientos, allí aún permanecía la estela de humo y los escombros repartidos por el lugar. Fuisteis a comprobar si había heridos y por suerte los que necesitaban ayuda podían valerse por su propio pie. Les indicasteis que debían abandonar el lugar inmediatamente, pero aquella situación de rescate se vio interrumpida por una voz que surgía de la fuente central que decoraba el complejo comercial.

La voz era desconocida, pero la imagen reflejada en el proyector (el cual estaba puesto a conciencia para que fuese visto por vosotros), se trataba de un hombre de joven aspecto pero mirada fría. Se dirigía a aquellos que le estuviesen escuchando.

—Escuchad atentamente, una nueva era de terror ha comenzado. La venganza se sirve siempre en plato frío, y así es como os quedaréis cuando comprobéis el estado en el que quedará la ciudad. Hay tres explosivos de alta potencia que estallarán en cualquier momento. ¿Seréis capaces de encontrarlas? Tic… tac… tic… tac…

Ante ese enigmático mensaje, la proyección holográfica desapareció. Por fortuna, a pesar de lo grande que era el Centro Comercial, Roll disponía de un sistema de lectura que le permitiría localizar la posición aproximada. Tan solo hicieron falta 5 minutos para, cotejando con el plano del centro comercial, saber la ubicación de las bombas.

¡No había tiempo que perder!.

Según las lecturas, las bombas podrían estar en la juguetería, en el restaurante O'Binarié o en el parking exterior. No quedará más remedio que separarse si no se quiere poner en verdadero riesgo la misión.

Miro al joven de cabellos rubios

"¿Soy yo, o se parece a Ken Masters? Si, ese. El famoso luchador callejero" digo al ver su rostro. Desgraciadamente, es lo único que sabemos ahora mismo
 

"Este degenerado, la catástrofe rubia esta, se está adaptando. Tres bombas por tres Robot Heroes. Es más astuto que Willy en todos estos años, y parece que será más que peligroso. Por mi parte iré a.... "

#include <time.h>
#include <stdlib.h>

srand(time(NULL));
int destination = rand();  

Y mis circuitos me dan un 1

 "Iré a la tienda de juguetes 'Los muñequitos picarones' ¡Mantengamos la comunicación, por si acaso!"

Yo ire al parking, si lo que dice es verdad. Esto hay que hacerlo lo antes posible. Roll, te podrías ocupar tu del restaurante o sino vete con Megaman y luego nos reunimos en el restaurante.

Esto se está poniendo difícil, ya nos ocuparemos de ese lunático luego de eliminar las bombas; si las hay, pero es mejor asegurar.

En cuanto nos hemos asegurado de que los civiles han abandonado el lugar, abro mi conexión interna de datos y hago señales a mis hermanos para que se acerquen a un mapa del centro comercial.

Tengo unas lecturas de tres lugares en este sitio, quiero ver dónde están. Vengo equipada con un analizador de espectro electromagnético y térmico, me permite ver los flujos eléctricos del lugar y detectar alguno que no debería estar ahí. También tengo GPS. Al implantarme eso y el traspondedor de emergencia, ocuparon mucho espacio que normalmente iría en armas o mejoras a mis capacidades físicas, pero ahora me alegro de tenerlo...

Rápidamente localizo los tres puntos y hay una breve discusión acerca del mensaje y el nuevo enemigo.

¿Luchadores callejeros? ¿Que tipo de... compañía estás guardando ultimamente, Mega?- digo, con un mohín.  Pero sí, estoy de acuerdo. Ese tipo, sea quien sea, tiene unos objetivos. No quiere derrotarnos a nosotros, no le importamos. Va a por la ciudad y la gente. 

La verdad es que eso me daba muchísimo miedo. Todavía era nueva en esto de ser una heroína, y tener que enfrentarme a una amenaza así en mi primera misión era un poco abrumador. Pero si realmente el objetivo de ese tipo eran los inocentes... ¡eso era aún más razón para salir a pelear!

Asiento a las palabras de Proto. 

Iré al restaurante. Si las bombas están protegidas, combatir será duro con mi falta de experiencia- aunque en el acuario no se me dio tan mal, pienso con cierto orgullo- pero no podemos perder tiempo, tenemos que cubrir tanto en tan poco tiempo como podamos. Vamos contra reloj y no podemos permitirnos que nos pille el toro. Tened mucho cuidado.

Y sin mas, salgo a todo prisa hacia el restaurante.

Llegaste a la localización donde estaba ubicado el restaurante para descubrir horrorizada que la puerta estaba sellada. Desde el exterior pudiste comprobar que dentro había un gran número de rehenes, todos ellos estaban amordazados y sus ojos reflejaban miedo.

Usaste tu arma para desbloquear la puerta. Gracias a ese simple gesto pudiste acceder para comenzar tanto con la labor de rescate como de búsqueda.

Escuchabas los quejidos de los pobres rehenes, los cuales estaban esperanzados al verte llegar, por fin alguien iba a poner fin a su tormento.

Uno a uno comenzaste a desamordazarlos a la vez que no perdías de vista los alrededores para localizar la situación de la bomba. Todos ellos, ya libres, te daban las gracias y salían del local tan rápido como sus pies se lo permitieron. Allí había personas de todas las edades.

Una vez despejado el salón principal, entraste en la cocina y los almacenes. Allí no parecía haber ningún tipo de rehén, pero tampoco ningún tipo de bomba. En dicho lugar había mil y un rincones donde esconder un artefacto explosivo, con lo cual ahora lo único que quedaba era poner también patas arriba aquella sección: platos, mesas, muebles, hornos, etc. Una tarea pesada para cualquier humano, pero para una robot como tú era solo cuestión de tiempo, no de esfuerzo.

Te dirigiste al parking tan rápido como pudiste con la idea de localizar la bomba de la forma más efectiva posible.

Cual fue tu sorpresa nada más llegar cuando descubriste que el parking del centro comercial era bastante más grande de lo que te hubiese gustado. Aún había movimiento de personas debido a que la gran mayoría de ellos estacionaban sus vehículos allí. Muchos pasaban a gran velocidad por tu lado, huían despavoridos a sus hogares. Otros estaban nerviosos porque sus llaves no encajaban en la cerradura ¡el estrés era el peor enemigo!

Avanzaste en dirección contraria a todos los coches que salían de allí para comprobar con preocupación que había ruidos provenientes del fondo del parking. Apresuraste el paso con idea de entender qué era lo que sucedía para descubrir con preocupación que un vehículo ocupado aún por sus dueños estaba siendo atacado por un robot que disparaba a la estructura una y otra vez.

Aún estabas demasiado lejos como para hacer un ataque efectivo, pero sabías que si tardabas más de lo necesario aquella familia estaría vista en un serio apuro.

 Mientras tanto, miraste a tu alrededor para comprobar que algunos de los civiles que huían decidieron detenerse y apoyarte moralmente.

—¡Ánimo! —gritaba un hombre adulto.

—¡Te necesitamos! —gritó otra pareja que había decidido detenerse también. Todos ellos estaban en una zona segura del parking, pero se vio que el miedo no les paralizó y decidieron que lo único útil que podían hacer ahora era darte fuerzas.

Megaman pudo rápidamente dirigirse hacia la juguetería, la cual sin lugar a dudas era un lugar bastante más amplio que el resto de los negocios.

Con un pequeño empujón pudo acceder al interior ya que la puerta de acceso estaba como obstruida.

Cuando entró descubrió que cada metro cuadrado estaba rodeado de estanterías y más estanterías repletas de juguetes, cajas y peluches.

No tardó mucho en percatarse de que ahí había algo raro. Se escucharon algunos sonidos extraños, como "taponados", eso llevó a Mega a prestar especial intención a su alrededor. ¿Habría aún personas encerradas ahí dentro? ¿por qué no estaban visibles?

Con sorpresa, escondida detrás de un sin fin de osos de peluche se encontró a una niña amordazada, cuyos ojos empezaron a llenarse de lágrimas cuando vio que alguien pudo encontrarla.

Pero hubo algo más que alertó al héroe. Aún con la cría en brazos escuchó con total claridad como unos rítmicos "bips" se hacían notar cada vez más. ¿Significaba que realmente una de las bombas estaba allí? ¡Aquello le puso de los nervios puesto que de ser así, aquel lugar volaría por los aires en cualquier momento... y con rehenes escondidos! ¡Había que ponerse manos a la obra!

"¡Maldita sea! ¡No estoy preparado para esto!" pienso mientras libero a la niña que estaba atada.

Sabiendo que necesito calmarla, pues si se va gritando puede que se meta en más lios, le guiño el ojo tranquilizadoramente y le señalo la salida, haciendole el gesto de silencio.
"¡Tenia que haberme traido a Roll! ¡Necesito encontrar a los rehenes, y rápido!" 

Entonces se me ocurre una idea, una bastante buena, simple y sencilla: ¿Por que perder tiempo buscando a los rehenes, cuando ellos pueden ayudarme?

"Niños, soy Megamán, el verdadero ¿Donde estais?"
Y me quedo atento a sus respuestas. Aunque sean sonidos amordazados, deberian de servirme para encontrarlos y que se suelten pronto.

"¡Ah tu!" le digo a uno al que encuentro rapidamente y le empiezo a soltar "¿Sabes donde estan el resto de niños? ¡No tenemos mucho tiempo!"

Tan rápido como pudiste, fuiste raudo y veloz al lugar donde escuchaste el sonido más cercano.

Ahí viste como entre otra de las estanterías repletas de muñecos, había otro crío amordazado que siguió llorando nada más verte.

Aunque intentaste de buena fe contar con la ayuda de lo que pudieran saber los críos que ibas rescatando, parecía que eran demasiado pequeños como para darte una respuesta coherente entre balbuceos, fluidos nasales y torrentes de lágrimas.

No había duda de que tenías que centrarte en esto en solitario... y el tiempo apremiaba.

Sigo buscando desesperadamente, con intención de encontrar al niño que queda.

Y me queda claro que son apenas niños de primaria ¡No pueden ni entenderme!

"Venga niños ¿Quereis ver a un robot en acción?"
"Vamos, ¡Sólo decid mi nombre! ¡Llamad a vuestro amigo MEGAMAN™!"

Me parece oir un llanto, así que busco en un área a otro de los niños.

Luego emito por mi comunicador para que lo oigan mis compañeros, y tambien el Dr Light y las autoridades

"¡Esto está lleno de rehenes! ¡Son niños pequeños, al lado de la bomba! ¡No podré desactivarla y rescatar a todos los niños, así que doy prioridad a salvar vidas humanas!"
"Ruego que preparen la contención de daños!"

Megaman transmitió su mensaje allá donde consideró que podía ser útil mientras seguía con la búsqueda de los rehenes. Aún escuchaba voces ensombrecidas por sus escondites y para colmo los pasillos laberínticos de la tienda no facilitaban la labor.

Solo necesitaba tiempo, más tiempo.

¿Podrá salvarlos a todos?

Con un mal presentimiento, corro todo lo que puedo hacia el restaurante. Para la media de mis hermanos, probablemente vaya más lento, pero aún así, para un humano iría casi a la velocidad de un vehículo pequeño.

Cuando llego se confirman mis temores. Hay un montón de gente en el interior, gente muy asustada y con pinta de haber sido dejada ahí aposta. Para rematarlo, habían bloqueado la puerta. Normalmente buscaría alguna forma segura de abrirla, pero vamos a contrarreloj y sé que voy a perder más tiempo aún liberándoles. Ni se me pasa por la cabeza no hacerlo, aunque ello implique tener menos tiempo para buscar la bomba y el consiguiente riesgo para mi. Padre nos creó para esto, para defender a los que no pueden defenderse a si mismos. Si alguien tiene que ponerse en peligro para detener la bomba, soy yo. Para eso tengo un cuerpo robótico y para eso le he pedido que me prepare para luchar. 

Simple y llanamente, es lo correcto.

Hago señales a los rehens de que se aparten todo lo que puedan, y apunto a la puerta. Unos segundos de fuego de mega booster concentrado dan cuenta de la puerta y la barricada que la mantenía cerrada. Entro al restaurante y empiezo a usar mis manos metálica para romper las ataduras de la gente.

Vayan todo lo rápido que puedan sin detenerse, y manténganse en la avenida principal. Hemos venido por ella y sabemos que no tiene hostiles. No corran y no se atropellen, pero no se detengan. Tienen tiempo suficiente para salir de aquí.

De eso último no estoy tan segura, igual que no se si me van a hacer caso. Están muy asustados. Pero no podemos arriesgarnos a un pánico. Cuando todos han salido, me asomo afuera a echar un vistazo. No parece que estén teniendo problemas.

Hora de encontrar la bomba.

Se dice más fácil que se hace. Mis sensores pueden detectar cuando una carga en un lugar es inusualmente alta, pero no por qué o de dónde procede. Al menos no en un sitio con tanto tendido y tantas luces, la firma electromagnética del lugar está colapsada de ruido blanco por el montón de aparatos eléctricos, y hay tantos estantes, cámaras frigoríficas, cacharros y bolsas, que la bomba podría estar en literalmente casi cualquier lado. Respiro hondo, me concentro e intento discernir algo entre las miles de señales de corriente. Cambio a vista de análisis químico y busco algún nombre que me diga algo...

Nada. Hay demasiada contaminación de datos. Por supuesto que un centro comercial va a haber millones de cacharros eléctricos. Y por supuesto que en unas cocinas va a haber montones de químicos. Suspiro, y empiezo a rebuscar entre los muebles, tratando de apartar ollas, cacharros y demás parafernalia para echar un vistazo.

"¡Esto está lleno de rehenes! ¡Son niños pequeños, al lado de la bomba! ¡No podré desactivarla y rescatar a todos los niños, así que doy prioridad a salvar vidas humanas!"
"Ruego que preparen la contención de daños!"

El temporizador de mi computadora continua la cuenta atrás hasta la explosión. Llevo a dos de los niños a mis espaldas

0:04...    Encuentro al niño que falta.
0:03...    Me lanzo a por él cuan rápido puedo.
0:02...    Él estira el brazo hacia mí.
0:01...    Yo lo estiro hacia él.

0:00,001 La tercera ley de la robótica se activa. Defender la integridad personal y la vida humana, aun a pesar de poder conseguir algo más

Me teleporto  hacia la entrada del centro, con sólo dos de los niños, y la imagen del niño que quedaba grabada en mis ópticos.
Una imagen que jamás olvidaré. La última vez que nadie vio a este niño.

El niño al que nadie pudo salvar.

Kra-ka-boooooooooooooom