Partida Rol por web

Mil balas sobre Avalon Hill.

Cap. 5. El pueblo a la sombra de Avalon Hill.

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24/06/2009, 17:47
Sarah Hudson-Parker

La joven reaccionó de nuevo al sentir los dedos de él secar sus lágrimas, por suerte para ambos en realidad. Bajó la vista y repasó sus pensamientos, no podía ser que un imbécil como Andy le hiciera sentir así, ella siempre había hecho las cosas bien y no tenía nada de lo que arrepentirse. Tomó la mano de Buckner, al lado de la de ella parecía el doble de grande, ambas manos ásperas por el trabajo y le sonrió, así, llanamente mientras negaba con la cabeza y una última lágrima resbalaba por su mejilla.

-No, estoy bien. Sólo que a veces...-intentaba estarlo.-A veces sólo estoy cansada de esto. Si al menos no estuviera sola, pero agradezco tu oferta, Zack.

Soltó su mano muy lentamente y se sentó en la misma roca plana donde él había dejado su sombrero, empezaba a sentir hambre.

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30/06/2009, 17:19
Zacharias Buckner

Zacharias observó a la joven Sarah mientras se movía hacia la roca, no le pasaba inadvertido el balanceo de sus caderas, y empezó a sentir aquel cosquilleo que a veces lo asaltaba cuando se encontraba delante de una guapa mujer. Nunca se había planteado a su amiga de la infancia como tal, pero ahora mismo le resultaba complicado apartar varias imágenes de ella que había ido archivando durante su reencuentro.

Y se sentía culpable, porque le estaba contando cosas íntimas y él no lograba concentrarse del todo. Le gustaba su sonrisa, y enseguida se dio cuenta de que echaba de menos su contacto, así que, sin dudarlo, volvió a acercarse a ella y se plantó delante, casi diría que la acorralaba contra la piedra en la descansaba.

A lo mejor también puedo ayudarte en lo de no estar sola le devolvió la sonrisa, y no pudo evitar sonrojarse ligeramente, una vez se atrevió a contarle al padre O’Flatheley el efecto que le producían ciertas chicas, y este ya le advirtió de lo perniciosas que podían llegar a ser las mujeres, y de que se mantuvieran alejado de ellas. Este punto siempre había sido un tema de debate interno, pues intentaba seguir las palabras de la Iglesia, pero a su vez, no veía que podía tener de malo estar junto a una persona como Sarah.

Si quieres podemos irnos, conozco otros muchos lugares, o incluso elegir uno en el que nadie nos conozca, la mención por parte de Broken a su padre también le había mellado, por mucho que se lo negara. Eres una chica muy guapa… entrelazó las manos con nerviosismo, bueno…no me extraña que Andy y algún que otro se haya fijado en ti, por eso lo digo…y porque me lo pareces, ya sabes se estaba liando, aquello no podía terminar bien, con lo bien que se la daban algunas cosas, lo mal que se le daban otras.

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01/07/2009, 22:20
Sarah Hudson-Parker

Levantó la vista para escucharlo, él parecía mucho más grande de lo que era y ella mucho más menuda de lo que era. Respiró profundo y pensó cada una de las palabras del vaquero. Demasiadas cosas en las que pensar, demasiadas preguntas. Palmeó en la roca junto a ella.

-Ven a aquí...

Lo miró a los ojos mientras lo esperaba a que se sentase pero como sea, comenzó a hablar en lo que él se decidía pues allí donde lo tenía, se sentía demasiado vulnerable, demasiado cerca. Un acercamiento de esos que no había tenido nunca pues la única persona que podía abrazarla estaba muerta, bueno, y la otra persona, ahora frente a ella, se había ido muy lejos cuando había muerto la primera. Pasó su lengua por sus labios para mojarlos un poco, sentía demasiado calor.

-¿Irnos, eh? ¿Conoces muchos lugares?-Sarah sonrió infantilmente un instante pero al siguiente, su sonrisa era la de toda una mujer, no podía evitar sentirse especialmente halagada cuando había mencionado lo de ser guapa.-¿Qué diríamos? En todos lados harían preguntas, Zack... Andy se ha fijado en mí porque debo ser la única chica de su edad en la ciudad y porque sería con la única que tendría oportunidad si acaso.

Ella se levantó de un salto, no quería hablarle a un árbol, quería mirarle fijamente a los ojos, sentirse acompañada por él, querida por alguien aunque no sabía exactamente de qué manera. Quedó a dos pasos de él, aún sobre la roca, lo que hacía que fuera un poco más alta de lo que normalmente era, le quitó el sombrero a Zack y se lo puso ella mientras le sonreía nuevamente.

-No sabes cuánto me alegra que estés aquí, sigues siendo un exagerado y casi diría mentiroso pero podría decirse que eres lo único bueno de mi pasado. Lo único que me queda y perdona si con esto te hago sentirte responsable, soy un poco tonta para decir las cosas-puso una mano en el hombro de su amigo mientras ladeaba un poco el sombrero para que él pudiera verle bien a los ojos.-Confío en ti, iría a donde fuera contigo pero no tienes que cargar conmigo, he aprendido a hacerme cargo de mí misma...

-¡Mentira, todo una mentira! Quería decirle que no se fuera y prácticamente le he dicho que vaya sin mí.

La calidez de la mano de Sarah sobre aquel hombro podía sentirse, su cuerpo ligeramente inclinado hacia el joven, hacían ver que no era alejamiento lo que en verdad ella estaba pidiendo. Su sonrisa, era una sonrisa especial y ella rara vez sonreía con nadie, excepto con él.

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02/07/2009, 19:40
Josephine "Josie" Wales

Torció la boca pensando en que como los hombres del sheriff fueran la mitad de retorcidos que él, las cosas no debían estar muy bien que digamos para Andy.

-¡Qué diablos! -se dijo y reanudó el paso- Si esos lo que están es jodiendo por joder, voy, saludo y se los quito de encima, sino, pues voy, saludo y me regreso al bar...

Y así hizo, caminó directo hasta el lugar en que estaba Andy y cuando estuvo a poco más de 10 metros alzó la voz, saludándolo y haciendo notar su presencia.

-¿Qué tal Andy? -su voz fue todo lo amable que podía ser, al menos lo que podía esperarse de Josie- Señores -agregó más parca mirando entonces a los hombres del sheriff-... Los veo muy animados discutiendo -dejó caer la última palabra no sin cierta segunda intención-... ¿Interrumpo algo?

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08/07/2009, 01:13
Lee Miles
Sólo para el director

Escuchó con atención a su viejo amigo. Lo que estaba diciendo tenía sentido, y al mismo tiempo empezaba a hervirle la sangre. - Ese tipo tenía muchas agallas o bien quería tener una propiedad de madera de pino, a dos metros bajo tierra... - comenté entre dientes - proponerlo en el saloon.

Le miré con fijeza - no, no me está mintiendo. Le conozco muy bien. - me mesé la barbilla y eché ojeada tras ojeada a su rostro.

Luego me tomé de un trago lo que restaba de la taza de licor.

Lo que me has contado... me gustaría que lo testificaras delante de un sheriff... o al menos delante de mi patrona. Ha muerto un chico... un buen chico, y he tenido bastante mal día por culpa de ese Hughes. -  Estaba muy serio, mi rostro era una máscara y mis ojos eran fríos e inescrutables.

Pero Heredia me conocía, había visto esa mirada antes. Sabía que quería matarlos.

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08/07/2009, 10:51
Zacharias Buckner

El hombretón se acercó, obedeciendo la petición de Sarah. Su padre le dijo una vez que nunca escuchara a una mujer, pues únicamente sabían decir mentiras, pero, ¿desde cuándo él le había hecho caso a su padre?, ¿acaso este había logrado conservar a su madre? Ni siquiera la recordaba.

No perdía detalle de los gestos de la joven, cuando se relamió los labios, el calor se hizo más acuciante, y a pesar de que debió desviar la mirada, la mantuvo fija en ellos, hipnotizado por un deseo que siempre habría logrado reprimir, pero que ahora estaba empezando a revelarse, a lo mejor no era lo más adecuado hacerlo. escucha lo que te dice Zach, deja de mirarla así

Por suerte la chica parecía no darse cuenta, y jugueteaba con su sombrero, alzo los ojos y le devolvió la sonrisa, Conozco tantos lugares que estaría días nombrándolos un destello travieso se dibujo en su mirada justo después de hablar…

Cogió a la chica de la cintura, y la mantuvo en vilo, Bah, no pesas casi nada, ni siquiera me daría cuenta si te llevara encima por un momento tuvo la sensación de que había dicho algo inconveniente, pero no estaba seguro, bueno, eso no es del todo cierto no pensar en lo que iba a decir, ese era el siguiente objetivo cuando atrajo hacia si a la vaquera. cuando estas cerca, me siento, no sé cómo explicarlo, no está bien, eres mi amiga, pero, desde que he vuelto, me resulta imposible obviar ciertas cosas le picaba la nariz, seguramente fruto del nerviosismo, arrugó el gesto, intentando aliviarlo, pues mantenía sus manos ocupadas en el cuerpo de la chica, joder, ¡díselo ya! Me muero de ganas de besarte Sarah los colores le subieron, pero se mantuvo firme en su mirada.

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08/07/2009, 19:14
Sarah Hudson-Parker

El momento parecía eterno para joven cowgirl, era como si de pronto se le hubieran borrado los malos momentos mientras se perdía en los ojos de aquel pequeño que tiraba de sus trenzas cuando ambos correteaban por el rancho de su padre y de pronto se sintió alzada entre esas dos manazas; se sentía casi ridicula y sus mejillas se encendieron pero aún más cuando él mencionó a ella encima de él, cosas que no haces cuando ambos están cerca de la veintena. El sombrero de Zack cayó hacia atrás colgando del cuello de la chica, dejando ver por completo las mejillas sonrojada de Sarah.

Se sujetó de las manos de él como pudo, fingiendo que tenía miedo a caer, en realidad sentir sus manos si le hacía sentir segura pero estaba completamente convencida de que él no le dejaría caer. Estaba pensando en todos esos lugares, incluso sopesando la idea de partir con él a cualquiera de esos pueblos, aunque tuvieran que inventar algo, lo que fuera cuando fue atraída hacia él, sintiendo su cuerpo muy cerca del suyo, sintiendo que su corazón comenzaba a latir con más rapidez y entonces notó su boca aún más seca, no podía ni hablar.

Se miraba en sus ojos, tratando de pensar con claridad, de que el cuerpo no le ganara a su mente, cosa bastante estúpida pues no era exactamente lo que quería. Lo miraba fijamente como si no creyera lo que estaba sucediendo. Era cierto que eran amigos y que los hombres suelen arruinarle la vida a las mujeres pero era Zackie, su Zack y no comprendía de qué manera podía convertirse en destino lo que su padre siempre le decía acerca de tener a un hombre a su lado. Sólo podía imaginar cosas buenas, deseos, el cuerpo le temblaba, la mirada estaba clavada muy profundamente en él. Su pecho subía y bajaba con la imperiosa necesidad de que ella hiciera algo.

-Somos amigos...-su voz era temblorosa y sus movimientos también, pero puso las manos en el cuello del hombretón.-Pero contra esto no se puede... No sé lo que es pero...-se sonrojó aún más.-Nunca te quedes con ganas de hacer algo, si luego te abofeteo, podrás llorar tus penas con Andy...

Sarah sonrió, estaba bromeando para intentar mantener el control, estaba deseándolo y se lo dejó ver al cruzar sus brazos por su cuello; lo habría besado ella misma pero temía mucho a la reacción de él, después de todo por muy vaquera que fuera, ella seguía siendo una mujer y él el hombre. Había cosas que ella no podía obviar por muy fuerte que fuera, aunque allí, entre sus brazos, con sus manos en la nuca de Zack y acercando sutilmente su rostro al de él, se sentía mucho más vulnerable que nunca en toda su vida.

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10/07/2009, 09:51
Zacharias Buckner

El abrazo de Sarah fue como un círculo de fuego rodeándolo, y sus palabras oxígeno para alimentarlo, Zack acercó sus labios a los de la chica, demasiado fuerte al principio, nervioso, pero conforme se fue adaptando, la cosa mejoró, y pasó a ser mucho más suave, deleitándose en el sabor que cataba por primera vez.

Al retirarse, la miró con cierta expectación, ¿y si no le había gustado?, ¿y si sabía mal?, ¿y si no era lo que esperaba? Todas esas preguntas desfilaron una por una en la mente del vaquero, se puso serio, pero eso no duró nada, enseguida sonrío al volver a mirarla, la sentía cercana, en todos los aspectos, así que, decidió arriesgarse una vez más, y volvió a besarla.

Esta vez comenzó mejor, y se permitió deleitar a todos sus sentidos, más relajado, el punto fuerte seguía siendo el gusto, pero esta vez los ojos no se cerraron, disfrutando de su curtida piel, el olor a hierba mezclado con el sudor, el cuero, y sentó de nuevo en la roca a Sarah, permitiendo a sus manos la libertad para recorrer su espalda, ascendiendo hasta introducirse bajo el sombrero que colgaba de su cuello. Escuchó también la entrecortada respiración que la chica emitió cuando volvió a separarse de ella.

Le dejó entonces un poco de espacio, tal vez quisiera darle una buena bofetada.

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10/07/2009, 22:57
Sarah Hudson-Parker

Sarah sintió aquellos labios aferrarse a los suyos como si fueran dos pesadas lozas, luego, poco a poco la tesitura cambió y entonces el sabor, el placer de sentir aquella caricia tibia sobre sus labios, le devolvió el deseo. Se vio sorprendida y cerró los ojos entregando su boca en aquel festival de cariño, de fuego, de ansiedad. Los abrió justo cuando él se apartó, no estaba por la labor de renunciar a aquella nueva sensación, al menos no en ese momento. Si su padre la viera, le pondría tremenda retahíla pero su padre no estaba, al menos cerca y cuando se dio cuenta, estaba de nuevo entre sus brazos, saboreando sus labios y la sensación era una totalmente nueva.

Sus manos transmitían un calor que Sarah nunca antes había sentido, su cuerpo era pura dinamita y no podía explicarse lo que estaba sintiendo de pies a cabeza. Nunca imaginó que un beso pudiera apoderarse de todas sus miserias y lanzarlas a la calle, de todos sus miedos y aplastarlo con una tromba de labios, lengua y tibias salivas. Abrió los ojos para descubrir que él la estaba mirando cuando la depositó en la roca y apartó sus manos del cuello de él, levantándola con fuerza y furia en el rostro que segundos antes se había deleitado a placer. Detuvo la bofetada justo antes de llegar a su mejilla y lo acarició clavando sus ojos en los del vaquero.

-¡Por Dios, Zack...! ¡Por Dios!-Hudson-Parker sonrió nerviosamente.-Yo no... Tú... Siento muchas cosas pero por Dios que estoy feliz de que estés aquí...

Tenía los ojos humedecidos y no había quitado la mano de la mejilla de Buckner, temblaba de pies a cabeza y sus mejillas estaban encendidas, se habría tocado el corazón pero temía haber perdido la razón. Bajó la vista unos instantes, retirando lentamente la mano, quizás él iba a pensar lo peor de ella. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo, no había puesto ningún reparo al dejarse besar y tampoco lo había abofeteado. Se estaba dando cuenta de que Zack era mucho más que un amigo de la infancia, era mucho más que un simple amigo ya adulto. Era Zack, su Zack y le quería entrañablemente.

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12/07/2009, 03:00
Zacharias Buckner

Aquella suave caricia, la castaña mirada prendada de los ojos de Buckner, devuelta con la intensidad de quien anhela, de quien da paso al deseo olvidando cualquier otra cosa de su mente, las palabras de Sarah, inocentemente provocadoras, tentando irremediablemente a la parte animal de aquel chico que aún buscaba su lugar.

Sujetó la mano que se alejaba, y la atrajo hacia sus labios, besando la punta de cada uno de sus dedos, al principio con ternura, tanteando un terreno desconocido y cada vez más apetecible, sabían al polvo del camino, al cuero de las riendas, y estaban calientes, el vaquero ascendió hasta llegar a la muñeca, donde la camisa protegía la piel de la chica de las incursiones cada vez más osadas del que tenía delante. Alzó los ojos con una sonrisa más bien juguetona, las inhibiciones se iban dispersando como la niebla cuando avanza el día. Los poderos brazos aferraron una vez más aquel pequeño pero generoso cuerpo hasta apretarlo contra el suyo, con las femeninas piernas alrededor de sus caderas.

Curiosamente, las dudas que ella planteaba únicamente con la voz, habían tranquilizado sobremanera a Zach, que desplazo su cabeza para encontrar la boca expectante de aquella cada vez le inspiraba más pasión. La recorrió lentamente, pero quería más, y la abandonó para descender por el cuello, las gotas de sudor se deslizaban por su frente, pero no era el sol el principal responsable de las mismas. Acalorado, acomodó la espalda de Sarah sobre la caliente roca, y deslizó sus manos por el cuerpo de la joven, a la que sacó la camisa del pantalón, para tener acceso franco al estómago, que besó, dejando unas pequeñas marcas rojas por la incipiente barba que adornaba las juveniles facciones.

Apoyó entonces la barbilla sobre su desnuda barriga, y la miró, con una amplia sonrisa cuando ella alzó ligeramente la cabeza, encogiéndose de hombros, nada podía tener de malo aquello, y al diablo si alguien opinaba así.

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12/07/2009, 09:01
Sarah Hudson-Parker

El tiempo se detuvo para la cowgirl, su cuerpo se volvió carne de asado en pleno mayo, bajo no sólo las brasas del fuego, ni las del sol, sino las de aquel chico que junto a ella se había dado cuenta de su hombría. El corazón de Sarah latía con prisa y sin esfuerzo, su pecho subía y bajaba con rapidez, tal como su mente con todos los pensamientos que le estaban ¿atormentando? Reclinó la espalda de manera tal que se dio cuenta que no había sido ella, sino él quien la había puesto en aquella posición. Sus labios seguían prendidos a los de Zack, sabiendo que aquello no era sólo un inocente beso sino mucho más. Sus piernas se enredaron en las caderas de él, no fue algo que planeara, sólo había sido algo espontaneo, casi natural. Su mente estaba atontada, su cuerpo no entendía de razones, sus mejillas estaban encendidas.

-¿Y ahora? Debería detenerle y...

Pero el beso comenzó a bajar, sintió su camisa salir de sus pantalones. Eran tan parecidos en el fondo, sabían a lo mismo, olían a lo mismo; ¿por qué él se iba a fijar en ella? Seguramente había chicas mucho más bonitas en el pueblo. Sarah tembló inconscientemente, le agradaba ser ella la dueña de aquellas caricias, aunque supiera que quizás en el fondo era un arrebato, en especial de él. Su panza se hundió al sentir el beso de Zack, su cabeza se levantó voluntariamente para encontrarse con la sonrisa de él, con los codos recargados de la piedra. Tenía la camisa con los botones abiertos hasta la mitad, un trozo de tela a cada lado y en el medio, el rostro de Zack que le sonreía y ella adoraba aquella sonrisa.

Lo correcto habría sido detenerlo, lo correcto. Lo que ella deseaba era invitarlo a seguir; su cuerpo necesitaba de él porque al fin y al cabo había conseguido despertar lo que nadie en ella pero su mente le obligaba a pensar en lo que estaba bien, el cura del pueblo, las maledicencias de la gente. Sarah se sintió perturbada, extrañamente perturbada pero valiente, quizás él la quería y entonces, ella que no le rendía cuentas a nadie, por una vez tenía que hacer lo que ambos estaban deseando. Cruzó de nuevo las piernas sobre los muslos fuertes de él y le atrajo levemente, lo había decidido y con voz temblorosa se dirigió a él:

-Sólo juráme que no te irás, que no me dejarás sola y me rendiré a este deseo...

Depositó la ajada mano sobre el siguiente botón de su camisa y sin esperar por la respuesta, comenzó a zafar el primer botón de los tres que quedaban, sin apartar la mirada brillosa de la de él; el movimiento era torpe, jamás se había quitado nada frente a nadie pero no estaba en su momento más razonable, sintió un escalofrío que la recorrió de pies a cabeza y puso los dedos sobre el otro botón pero no lo zafó tan de pronto, en verdad ansiaba conocer su respuesta. Sus piernas temblaban, era cuestión de segundos para saber si era una más, si habían pasado montones por los brazos de él o si en verdad era especial para él como para nadie.

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14/07/2009, 16:22
Andy Broken

Andy giró la cabeza con sobresalto. Entregado al despecho, había estado ilustrando a aquellos dos hombres acerca del nuevo morador que había descubierto en el rancho Ithaca aquella mañana: un mestizo singular, herido en una pierna.

-Nnno, señorita Wales. Estamos… estamos hablando del tiempo –atinó a mentir, a pesar del tartamudeo, y señaló el cielo, que se cubría a pasos agigantados. –Parece que va a llover… otra vez.

Entonces, las campanas de la Iglesia marcaron las diez de la mañana.

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14/07/2009, 16:25
Director

Richmond, un tipo con pinta de mexicano, y Taylor, obeso y barbudo, sonrieron con malicia. La figura de la vaquera se recortaba contra el pálido sol naciente. Taylor se relamió los labios con lascivia. El diablo cuidaba de que las uvas en las viñas que crecían en las faldas de Avalon Hill permaneciesen agraces.

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14/07/2009, 16:25
Thomas Norton

Thomas Norton, implacable, ganaba mano a mano la partida. Lo hacía con naturalidad, sin encono, instruyendo al explorador incluso, comunicándole su entusiasmo por el juego, un punto vehemente. Lewis asentía con creciente interés, sobre todo cuando el jugador relacionaba los naipes con la precoz ambición del hombre de leer el destino, cuando insinuaba un origen mágico para ellos. Los minutos pasaron veloces, engullidos en la vorágine del tiempo. En realidad, Norton hacía testamento mientras repartía las cartas.

-He ganado –dijo, finalmente. Hizo un gesto: -Patrón, sírvanos un par de copas de su mejor whisky.

Cuando Sullivan se hubo retirado y Norton recogido su mazo y echado un vistazo a su reloj de bolsillo, apoyó los codos sobre la mesa, se inclinó un poco hacia Lewis y le confesó:

-Ha sido usted muy amable soportando mi cháchara. Me ha hecho muy llevadera la espera, no sabe cuánto se lo agradezco. Sepa que he venido a batirme en duelo con un hombre, Lewis; un rufián que me atacó a traición el verano pasado y me embreó con ayuda de sus compinches. Ahora que regreso en busca de venganza, me encuentro con que lo han nombrado sheriff, ¿qué le parece? Este sucio pueblo tiene lo que se merece. Hasta que creo que usa mis guantes –y remarcó su amargura bebiéndose de un sorbo su vaso. Prosiguió: -Llevo aquí unos días, vigilándole. Sé dónde estará esta mañana. La hora ha llegado.

Thomas Norton se levantó de su asiento y se ajustó la canana. Lewis reconoció en la cartuchera un Remington negro como la parca. El jugador se tocó el ala del sombrero a modo de saludo y comenzó a caminar hacia la salida del saloon, justo cuando las campanas de la iglesia marcaban las diez de la mañana.

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14/07/2009, 16:28
Director

Por supuesto, no era el calor del día el que les hacía transpirar, volcados sobre aquel tálamo que les prestaba la tierra viva, puesto que el cielo comenzaba a nublarse a pasos agigantados, y un viento de lluvia comenzaba a recorrer las praderas, sólo que ellos estaban resguardados por un pequeño macizo; era más bien que andaban consumiéndose en la fragua de una energía antigua como el mundo.

Pero Zack fue interrumpido antes de que pudiese prometer nada a la chica: se oyó primero el relincho de un caballo, hacia su izquierda, donde comenzaba un pinar extendido a las dos orillas, y a continuación un chapoteo de unos cascos. Aguzando la vista, pudieron descubrir entre el ramaje, a unos cincuenta metros, donde el Flajetón se reviraba hacia el sur, las siluetas de un jinete y su caballo vadeando cuidadosamente las aguas.

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14/07/2009, 16:31
Director

Heredia lanzó un largo suspiro y respondió, comenzando a levantarse:

-Partimos dentro de poco. Creo que regresaremos en tres o cuatro días. Siento lo de ese chico, Miles, y que te hayan traído tantísimos problemas. Pero testificar contra coyotes así significa empantanarse de por vida; si no son ellos que quedasen libres, serían familiares o amiguchos de barra los que irían a por uno. –El mexicano se detuvo para atusarse los bigotes, con aire pensativo. Y decidió: -Déjame pensarlo hasta la vuelta, ¿ok?

Y dedicándole al vaquero unas palabras de ánimo, se despidió y volvió a ponerse manos a la obra.

Las campanas de la iglesia comenzaron a marcar entonces las diez de la mañana.

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14/07/2009, 17:16
Zacharias Buckner

No le pedía tanto, le pedía algo que le hubiera dado sin dudarlo, y sin esperar nada a cambio. Claro, que en vista de la situación, le hubiera jurado que el cielo era rojo con tal de que se desabrochara el último botón, pues una parte de él, había dejado de razonar con el sentido común que le había caracterizaba.

Pero sus palabras murieron en su boca con el sonido del animal, se incorporó el vaquero maldiciendo en silencio, la frustración reflejada en un rostro aún ahogado por la pasión, puso su dedo sobre los labios de la vaquera para que guardara silencio, y aquel contacto volvió a abrasarlo. Empezaba a sopesar seriamente la idea de tirarse al río de cabeza para intentar recuperar el control, ya podía haber cruzado un par de kilómetros más al sur el maldito jinete.

Ten cuidado, no tengo ni idea de quién será Buckner era precavido por naturaleza, pero si además se unían los recientes acontecimientos, podemos decir que este adjetivo se quedaba pequeño. La mano cerca del revólver, y con toda la precaución de la que fue capaz, empezó a dejarse ver, buscando las riendas de su caballo que se había alejado un poco, buscando cobertura.

Si el tipo iba con malas intenciones, le plantaría cara, y si era alguien inocente, no quería asustarlo escondiéndose como un vulgar forajido. Da ahí que diera ese pequeño paso para acercarse al agua, mirando sin temor al que les había interrumpido. ¿Y si ya no… no era el momento de pensar en ello, ahora había que estar atengo a algo diferente al cuerpo de Sarah.

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14/07/2009, 23:05
Sarah Hudson-Parker

Todo sucedió tan de pronto que Sarah no entendió muy bien, quizás fuera un mal momento, quizás no. Lo cierto que el relinchido del animal les había puesto sobre aviso justo a tiempo; cuando sintió el dedo de Zack sobre su boca, advirtiéndole, ella asintió lentamente siguiéndolo con la mirada para luego ponerse en pie lentamente y de espaldas a él. Se abotonó la camisa, rogando a Dios que no fuera más que alguien que pasaba por allí y no alguien que les pudiera hacer daño.

-¡Maldición!

No había sido el mejor día de la vaquera o quizás sí pero ahora estaba odiando al extraño, estaba odiando la situación y un poco a ella misma. Quizás aquello le daba tiempo a Zack para darse cuenta de que estaban a punto de cometer una locura o quizás no pero mientras metía su camisa dentro del vaquero con facilidad absoluta, echaba un ojo a su caballo que no estaba lejos y por fin se volvía a donde estaba Zack. Desde ahí podía mirarlo pero no hizo el intento de moverse, algo no le gustaba pero no sabía qué era, claro, además de la desgraciada interrupción. Sólo se acercaría después de comprobar que una incursión sorpresa no era necesaria.

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15/07/2009, 01:13
Lee Miles
Sólo para el director

Acepté su respuesta, Heredia ya me había hecho un gran favor al darme información sobre los perpetradores del asalto a nuestro Rancho. Y además me había dicho donde podrían estar el resto de cabezas de ganado. No esperaba que fuera a hacerme más.

Me despedí con un apretón de manos - Suerte, viejo amigo... - y me encaminé hacia el saloon. Tenía mucho en qué pensar.

Ahora que ya podía ponerle rostro al causante de todos nuestros problemas, no podía quitarme de la cabeza que se debía hacer algo para agradecerle. Pero no podemos confiar en que el sheriff crea nuestras palabras sin pruebas. - argumenté y poco a poco mi viejo yo fue tomando forma - nuestra ley es tan buena como la que pueda ejecutar el sheriff, al fin y al cabo somos los agraviados. - concluí - deben pagar por la muerte del chico. - me convencí con vehemencia.

 

Alcancé el soportal del Saloon al tiempo que pensaba en qué decirles al resto de los vaqueros del rancho y si dejar fuera a los patrones o no.

Notas de juego

mierda, se me borró el post al petarme el firefox... a repetir... snifff...

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15/07/2009, 03:37
Josephine "Josie" Wales

Josie miró a Andy, luego a los dos hombres y otra vez a Andy entrecerrando los ojos, como si el sol le estuviera dando directamente en el rostro y no la dejara ver.

-Conversando... del clima...-murmuró no muy convencida de lo que el muchacho le había dicho- Claro... ¿De qué más podían estar hablando, no? -lo último lo dijo ya con su voz de siempre y con una clara nota de escepciticismo.

Se hizo sonar los dedos y jugó con la lengua mordisqueándosela, de haber tenido un mondadientes o algo como eso de seguro lo habría mordido, pero daba igual, lengua o mondadientes habrían sido mordisqueados por la misma razón: Josie estaba casi segura que Andy le mentía, demasiada vehemencia vio en sus gestos, por algo cuando lo vió de lejos creyó que estaba discutiendo, como para estar hablando del tiempo.

-¿Así que parece que va a llover? -se dijo con ironía y miró al cielo- Será mejor que tengas cuidado con las cosas que dices, Andy, el cielo está despejado, no creo que llueva y si lo hace terminaré creyendo que eres brujo... Como sea ten cuidado, no vaya ser que por andar hablando lo que no debes acabes desatando una tormenta y te caiga un rayo...

Josie se llevó la mano al ala del sombrero y, en un gesto totalmente masculino, se despidió de los tres hombres.

-Buena tarde... caballeros.