Partida Rol por web

No estan seguros de cuanto se han alejado pero ya no ven ni a Lenny ni a las sombras que les habian atraido hacia alli. Los sonidos del perro intentando ponerse de pie hace rato ya que han quedado atras.

Cuando se detienen notan que han vuelto al pueblo, apenas se encuentran en las casas mas externas del pueblo pero tras estas pueden estar seguros de que nadie les vera.

Las sombras no han dejado de moverse, avanzando lentamente, mientras ustedes lidiaban con los perros. Sin embargo no ha sido demasiado tiempo por lo que no se han alejado demasiado.

Te acercas a las sombras manteniendote tan oculto como te es posible, la noche ayuda y la zona esta llena de sombras creadas por arboles, rocas y arbustos por lo que no te es demasiado dificil pasar desapercibido.

Al acercarte lo suficiente te encuentras con que las sombras que veian desde lejos no parecen ser soldados, al menos no ves que lleven armas y aunque es muy posible que un ejercito revolucionario no lleve uniforme si que seria sorprendente que no llevaran ni siquiera un rifle. Parecen ninyos, los hay algunos altos pero por sus rostros dirias que no tienen mas de 12 o 14 anyos.

Te hayas aun observando, intentando encontrar algun indicio de un arma, cuando crees reconocer a Max a un lado de la carretera por la cual los ninyos avanzan. Max, a quien tu mismo viste morir, se encuentra caminando junto a los ninyos como si protegiera su andar.

La atención de Lenny se funde en la extraña procesión y el mundo a su alrededor carece de interés, como el niño que observa el escenario cuando se apagan las luces y comienza un espectáculo de títeres. Ya de por sí el vagar de los niños tiene mistificado al íntérprete: quiénes son, a donde se dirigen...no llevan armas! ergo, quizás tuviera él razón después de todo. Y más tempran que tarde Lenny ve a Max, y queda petrificado en su posición. Siente una alegría inicial, porque le ve vivo, y le sigue una sensación intensa de miedo, sintiendo que algo malo, muy malo, tiene que haber sucedido para que vuelva a ver de pie a aquél que hace unas horas vio tumbado y cubierto de heridas letales. Pero tras unos instantes, ambas sensaciones se funden y se recomponen: y Lenny siente escalofríos, pero no miedo, no: más bien fascinación, porque quizás está presenciando aquello que hace tanto que busca: una forma de cambiar su estrella.

Decidido a no perderles de vista todavía, Lenny sigue acurrucado en su posición. Antes de retirarse con el resto, quiere ver qué hacen, a donde se dirigen y, sobretodo, mirar si reconoce a alguno de los niños y verificar que Lenny no se ha equivocado al identificar a Max. Además, el peso muerto del arma en su mano le hace recordar que lleva consigo una cámara. Con esta luz tomará una mierda de fotografías, pero decide que mejor mierdas de fotografías que historias increíbles sin ningún tipo de prueba. Lenny deja la pistola en el suelo y saca la cámara digital, configurándola, si se puede, para una mayor sensibilidad sin flash, y a continuación pretende tomar unas cuantas instantáneas, tanto de la procesión de niños como de Max. Aunque solo se vean siluetas, vale la pena probarlo, piensa.

Sacas varias fotos con el flash desactivado pero el resultado de seguro no sera nada bueno, demasiada oscuridad para tu simple camara. Alli en la noche no puedes estar seguro de que es lo que conseguiste, con algo de suerte luego te encontraras con una foto en la que al menos se distinga la figura de Max.

Tras tomar unas fotos, Lenny vuelve a pensar en los perros, y en el rato que lleva solo en la penumbra, entre una cosa y la otra. Lanzando una última mirada a la procesión nocturna y a Max, e intentando adivinar su dirección, se retira con la idea de ir a buscar a los demás y volver lo antes posible a esta zona para seguir el rastro de la comitiva, o bien interceptarles más adelante, si su destino se puede intuir.

Lenny se aleja de los niños en la misma dirección que los demás habían corrido momentos atrás. Le lleva un tiempo encontrarlos y por momentos creyó que los había perdido ya que estos buscando refugio habían terminado volviendo al pueblo.

Unos 20 minutos después del encuentro con los perros volvían a encontrarse todos.

Lenny emerge de la oscuridad con ojos abiertos y aspecto agitado. La expresión en su rostro tiene algo de cansancio y de mal augurio. Sin duda, el rato que ha tardado en dar con ellos también ha hecho mella en su aspecto, no de forma perceptible en su rostro, más bien en su actitud, que parece algo lenta, aletargada. Lo que tienen los instantes de oscuridad, que dan para pensar. Al ver al grupo, el intérprete detiene el paso aprisado que por lo que parece ha venido sosteniendo desde hace rato. Lleva la mochila mal colgada y algo en la mano que refulge en la oscuridad desde algún ángulo. Su cámara. Lenny inspira, como para encontrar el punto por donde empezar y mira fijamente a Arturo y a Craig, en especial a este último, quizás a sabiendas que la estabilidad de Arturo no es precisamente legendaria.

 -"No sé cómo ni por qué, chicos, pero es así, ¿de acuerdo? He visto algo... he visto algo bastante fuerte". Hasta aquí le sale la cosa bastante como fluida. Hasta aquí llega la parte que ha ensayado, al parecer."He intentado hacer fotos pero imagino que me habrán salido una mierda. Las sombras eran en efecto niños, pero no parecían equipados ni armados, con lo que dudo que fueran soldados". Lenny aquí se pausa, como llegando al punto que le es verdaderamente difícil abordar. "Pero hay más. Entre ellos he visto a Max. Y os aseguro que no estaba muerto. Tenemos que volver y ver a dónde se dirigen y averiguar qué demonios está pasando aquí...

En este punto Lenny gira su atención hacia Gillian. Su mano derecha, que quizás haya pasado inadvertida para algunos entre la penumbra y su posición, sostiene una desvencijada pistola que apunta con su nariz de hierro directamente a la chica.

- Y tú, cariño, vienes con nosotros.

La mujer se sobresalta al ver el arma, de un gesto brusco lleva una mano a su boca para ahogar un grito. Cuando logra controlarse mira a un lado y otro, buscando ayuda en Craig y Arturo y luego vuelve a mirar a Lenny.

- Pero... por qué me apuntas? Por favor, se te puede disparar.