Partida Rol por web

La batalla corre el riesgo de eternizarse.

El fantasma no parece darse cuenta de lo débil que está y sigue empecinado en destruir a Orslon. Intenta un nuevo ataque, que el guerrero evita con un empujón de su escudo.

El siguiente en actuar es el humano que os acompaña y por fin le sale un ataque perfecto. Gira sobre si mismo y su espada tiene el espacio justo para colarse en horizontal e impactar de lleno en el torso del ser. Una extraña luz púrpura sale de su interior, se agranda, parece que va a cortar al fantasma en dos y entonces se produce un leve estallido de polvo y humo que llena la estancia. Lo que antes era un fantasma ahora es polvo diseminado encima vuestro y repartido por todo el suelo. La batalla ha terminado.

- ¡Por fin! - Terimbrel usa su espada como apoyo, a modo de bastón, fruto del cansancio.

El polvo fantasmal está sobre vuestras ropas y pelo, vuestra presencia no es la más bonita y elegante. Y los cuadros de esta sala, van a necesitar una limpieza.

¿Y Fimalcá, estará a salvo?

—Parece que se ha realizado una especie de ritual aquí —comentó el animista—. Y creo que se fantasma que hemos visto ha debido ser lo que ha surgido de aquí. Fuera lo que fuera, esto pinta muy mal. Estamos ante algún tipo de magia maligna, no me cabe duda. 

Musgoverde se acercó a una de las bolsitas que apestaban a azufre y la examinó con cuidado, sin apenas tocarla, tratando de identificar su contenido y el posible uso que se le diera en aquel extraño ritual. 

Me dolía el codo y estaba cubierto de polvo, pero al menos el espectro había sido vencido. Me senté en las escaleras y grité para que me oyesen en todo el edificio.

- Fimalcá, soy Orslon, no hay peligro, puedes venir ya.

Y esperé a que llegase para poder devolverle el collar robado y que me devolviese la espara mientras descansaba mi cuerpo de las heridas del combate.

- Tienes razón viejo amigo, huele a maldad en esta sala... Debemos enseñar esto a nuestros amigos en cuanto podamos, incluso al hombre ese que apareció. Parecía conocer a la bruja y podrá darnos más información de qué está tramando... - suspiro y añado - Creo que una nube negra cubre la Ciudad Blanca, y debemos estar preparados.

Examino con cuidado la estancia, sobre todo el suelo de madera por si hay algún recoveco o escondrijo secreto donde puede haber algo interesante o quizá valioso, ya que pocos muebles hay. Luego reviso cajones de la cómoda con cuidado, para ver qué guarda la bruja en ellos.

El fin del fantasma tomó a Axe por sorpresa. Inesperadamente desapareció, dejándolo jadeante y muy cansado.

-¡Por fin, maldito demonio!

Olrson llamó a la dama, y mientras Axe se recomponía agradeció la ayuda del desconocido.

-Gracias, amigo... ¡Tu ayuda ha sido crucial! Soy Axe, él es Orlson... Si estáis todos bien, iré subiendo a ver si encuentro a Fimalcá.

Suponía que el jaleo la habría asustado, así también comprobaría si todo estaba bien con ella.

Emprendió el camino a su encuentro.

Las bolsitas contienen una mezcla alquímica. Al arrojar una de ellas e impactar en el suelo. Lanza de forma conjunta y en el mismo lugar: los sortilegios de invocar llamas, y también el de oscuridad:

Oscuridad 3 metros de radio.

Crea cubo de llamas de 3x3x3 Debe descansar sobre el suelo. Cualquiera lo que lo atraviese recibe Crit A de calor

Duración: 6 turnos.

Recuperas tu espada. Y... te encuentras con una sorpresa, la han cuidado muy bien, ha pasado por un herrero con mucha habilidad y ahora es una espada +5

El grupo se había dividido en dos. Hay que tener cuidado con esa táctica, pues puede desembocar en un desastre. Pero por suerte, no había sido este el caso.

A Mut y musgoverde les había costado entrar en la casa de donde había salido ese fantasma. Encontraron los restos de una invocación. Y vinculado al dibujo de ese ojo que ya habías visto en otras ocasiones. A parte de algunos objetos interesantes, no encontraron nada más.

Axe y Orslon, con la ayuda de Terimbrel. Lograron acabar con el fantasma antes de que pudiera cumplir con su cometido, que parecía ser raptar o asesinar a Fimalcá, que estama emparentada con el Senescal de Gondor.

Pese a algún que otro pequeño estropicio, la señora se mostró muy agradecida por la valentía de estos. Además, el colgante pudo volver con Borimis, su dueña, según le indicó a Orlson Fimalcá, cuando este trató de darle a ella el colgante. Finalmente obtuvisteis una recompensa de cinco monedas de oro cada uno por tanto mareo, confusión, molestias y hasta encarcelamiento.

Pero es que además comenzasteis a ganar reputación en la ciudad. Ahora teníais contactos, ahora erais conocidos y respetados. Pero como ya habías podido comprobar, no había sido nada fácil.