Partida Rol por web

La luz del ring parece apagarse momentáneamente, no toda, un par de focos iluminan la escena, uno centrado en cada uno de los contendientes. La cara de Chucky queda ligeramente iluminada y entre los daños de su cara y su sonrisa, su aspecto es realmente demoníaco... No le llaman el Muñeco diabólico por nada... Finalmente vuelve la luz.

- Hola Ogro, soy Chucky y seré tu amigo hasta el final, hey di hou, jajaja - dice con un tono cándido y casi cariñoso - ¿No te dijo tu mami que no tienes que jugar con cosas afiladas? Si quieres te ayudo a quitarse ese cuchillo y te curo...

Lentamente el muñeco se acerca al gigante, casi como si sus intenciones fuesen realmente buenas. Cuando está a apenas un par de metros de Ogro cojo algo que lleva a su espalda... unas grandes tijeras de costura que, ciertamente, parecen muy afiladas.

- Me parece que tienes las uñas muy largas ¿Por qué no te ayudo y te corto el cuello? - grita mientras vuelve a abalanzarse sobre su rival intentando apuñalarle de nuevo.

Huh.

"¿Qué cojones ha hecho?"

Daba bastante miedo, la verdad. Siempre se había reído de sus primos por parecerles un puñado de retrasados gallinas, pero al final iba a tener que condeder algo: los enanos asesinos de gigantes daban bastante miedo. Es verdad que cuando sacan las armas tienen bastante mala idea.

-Buen intento, pequeña mierda...

Lo apartó de un manotazo. CON LA MANO APUÑALADA. Debería estar agarrándose y muriendo de dolor, pero en vez de eso se había aferrado y le había dado una bofetada que hubiera tumbado a un mamut de haberse dado con más energía. Hizo crujir la mano un par de veces y apretó los dientes, golpeándose la mano izquierda en un puño contra la otra mano. En un torneo de mosntruos, extrañamente, la herida no se restableció milagrosamente... pero parecía que la importancia que le había dado a esta disminuía por mínimos. Una mala bestia, en resumen.

-...pero estoy superando el cupo de gilipolleces en este torneo. No me hagas cumplir el premio gordo, enano.

El jodido cabrón parece recuperarse de mis golpes. Esto va a ser mas difícil todavía, pensaba Chucky. Estaba claro que la mejor de sus opciones estaba en las armas de filo pero hasta de eso era capaz de curarse el Ogro.

- Torres más grandes han caído.

Tratando de moverse lo más rápido posible, sorteo a su rival hasta colocarse a su espalda para intentar apuñalarle en una de sus piernas.

Se frotó la mano de nuevo y la hizo crujir ostensiblemente. Seguía morada y a juzgar por su cara escocía como los mil demonios, pero estaba en perfecto estado operativo. Una mala noticia viniendo de algo que con una hostia mal dada podía abarcar todo el cuerpo del asesino serial.

-Que me dejes en paz -dijo, viéndolo colársele por entre las piernas- No creo que sea muy difícil de entender... -lo apartó de un golpe con la pata, enviándolo varios metros más allá casi sin darse cuenta- Coññoyá.

Levantó la pierna hacia donde había tumbado a Chucky. Como el muñeco diabólico no se apartase el impacto iba a ser de padre y muy señor mío, como si lo hubieran reventado con un martillo neumático.

El pisotón llegó y fue demoledor... claro... lo hubiese sido si el cuerpo de Chucky fuese de carne y hueso. Al ser de un plástico gomoso el efecto del golpe fue abollar el cuerpo de muñeco que, poco a poco volvió a su estado normal.

Lo que no era normal eran las tijeras de costura que se había clavado el obro en el pie por la pura fuerza de su pisotón.

- Si es que tanta fuerza bruta sin control no sirve de nada...

No, no lo eran. No eran ni medio normales. Apenas llegaron a atravesar la dura goma de sus zapatones (que a otro cualquiera le parecerían botas de lo que abarcaban) como para clavarse en su pie, pero por poco que sea eso se hace de sentir. ¿Pero cuánta cacharrería tenía el chiquillo guardada? Y la pregunta que lo siguió fue ¿Y DÓNDE?

-Grdydgasdaskdhdmbllll...

Apartó el pie con un gesto de dolor. Encima, no había ni sangre, ni tripas ni nada. Era como un muñeco de felpa o de plasticorro nenuco.

Chucky estaba decidido a no perder el impulso del combate ahora que parecía haber sorprendido al Ogro. Se levantó de un salto y aprovechó para desclavar las tijeras del zapatón del gigante (cosa ya de por si harto dificultosa) y volvérselas a clavar en el muslo antes de que pudiese evitarlo.

- ¡A este paso vas a parecer un alfiletero!

Increíblemente Chucky estaba causando verdaderos daños al Ogro. La puñalada en el muslo, que parecía menos sorpresiva de lo que pretendía el muñeco, había vuelto a coger desprevenido al gigante.

- ¡Cabrón! ¿No te tenían más de mi tamaño? ¡Me estoy cansando de tanto treparte! - chillaba Chucky mientras se colaba entre las piernas del Ogro.

- ¡AQUÍ ESTOY! - gritó al oído del Ogro mientras intentaba apuñalarle en el cuello.

No era tan increíble, o a Chucky nunca, nunca le habían contado lo que paa en los cuentos con el grandullón malo y el chico que no tiene ninguna posibilidad. En este caso el "chico" era una abominación contranatura, pero no es como que los cuentos tengan una letra pequeña de descalificación.

-¡¡¡¡AAAAAAAUUUUUGGGHHHH!!!!

Intentó golpearle, quitándoselo de encima, de todos modos. Estaba siendo inútil, un intento futil de deshacerse de aquel pequeño piojo con m´ñas hierro que el caballo del Dullahan. En contra de su voluntad, empezó a tener miedo de verdad... un sudor frío recorriéndole el cuello. Un cuento sabía cuándose reunían las condiciones, y Chucky estaba empezando a reunirlas todas. Los de su calaña nunca morían para siempre, pero ni por esas quería desaparecer, siquiera por un tiempo. Le gustaba estar vivo y no quería que un niño le degollase por ser grande y torpe. No quería encontrar El FIN.

-¡Maldita sea...! ¡Enano de-! -grñó mientras el aire se le escapaba del cuello y trataba de deshacerse de Chucky- Maldito... tú... pulgarcito... otra vez...

- ¡Pulgarcito tu padre, no soy tan pequeño! - Chucky estaría sudando la gota gorda si no fuese de plástico - ¡Eres jodidamente grande, correoso y difícil de matar!

Lo cierto es que parecia que el tamaño de Ogro estaba por fin jugando en su contra. Claro que si le soltaba un manotazo o una patada de los suyos era como si le atropellase un furgón blindado pero parecia que por ahora podía mantenerse alejado de sus manos y pies.

Así como había logrado pinchar en el cuello del gigante, lo intento de nuevo con la espalda, justo en ese sitio donde nunca llegas con las manos cuando te pica y sufres lo indecible.

No.

Nonononononononono. No, no, no. Nonononononononononononono.

¡NO!

-¡SUÉLTAME, PEQUEÑA MIERDA! -aulló mientras se movía para quitárselo, de un lado a otro, sin tener demasiado efecto. Ni siquiera estamparse contra la pared hizo efecto en un muñeco que siendo de plástico había aguantado cosas mucho peores- Te dejaré salir, a tí y a tus hermanos, ¡pero suéltame!

Estaba confundiendo cuentos, se dio cuenta. Tragó saliva. Sabía a qué conducía confundir un cuento con la realidad... a que estaba muy cerca del fin. Llevaba siglos sin que nadie lo matase, y no quería tener que volver a pasar por eso. Nunca más.

-¡¡¡¡SUEEEELLLLTTTTTAAA!!!!!

Ogro estampanó su espalda contra la pared intentando quitarse al muñeco de encima pero no se qui cuenta que eso agravó también la puñalada que tenía clavándose más profundamente las tijeras. Para cuando Chucky quiso recuperarlas la herida era muy profunda y con ellas salio un buen chorro de sangre.

Al perder el punto de apoyo cayó al suelo pero rápidamente se levantó.

- Ogro, ogro, - dijo con un tono cálido, casi paternal - ¿por qué no dejas de luchar ya? Lo has hecho muy bien, has aguantado todo lo que te he lanzado pero - terminó añadiendo gritando con ira - ¿POR QUÉ NO TE MUERES DE UNA VEZ?

Con un rápido movimiento lanzó las ensangrentadas tijeras a la cabeza del gigante.

Levantarse para el Ogro fue lento, trabajoso y con la sangre chorreándole por la espalda. Estaba sudando y apenas vea bien, lleno de cortes, magulladuras y zonas clavadas de rojo por un sitio o por otro. Era el vivo retrato de un Ecce Homo, frunciendo la mirada para poder localizar a Chucky entre lo que ahora era un juego confuso y borroso de luces y colores. Resistía mucho más y plantaba más cara que sus víctimas habituales, pero iba a acabar por caer. Era como esas bestias de los documentales que intentaban destruir y desembarazarse aun cuando sabían que no sobrevivirían a las heridas.

-Hufffff... pufffff...

El ataque fue un fallo, pero sólo porque el antebrazo izquierdo se interpuso, quedándose las tijeras clavadas, hasta tal punto que no costaría decir que habían tocado hueso. Así que... pensándolo bien, era difícil calificar aquello como "fallo"

-Nnnggggnhhhhhh... -escupió una plasta rojiza al suelo- Ven y gánatelo, pequeña mierda. Ven a por mí.

Las tijeras estaban más allá de su alcance pero Chucky rápidamente se fijó en el lugar donde había caído su viejo compañero, el afilado cuchillo de cocina de la familia de Andy. - Ogro... Amigos hasta el final... ¿Recuerdas? - dijo al gigante con una sonrisa cándida empañada por los daños de su cara - ¡Y ESTE ES TU FINAL! - agregó gritando con la cara de un demonio. El tiempo pareció detenerse mientras Chucky corría hacia el Ogro. La distancia se reducía y, por primera vez, el gigante no parecía tan grande ni el muñeco tan pequeño. De un salto Chucky volvió a encaramarse al cuerpo del Ogro pero este logró quitárselo de encima... fue un poco tarde. El cuchillo, ávido de más sangre, se había clavado en el vientre del Ogro y allí seguía cuando Chucky calló al suelo. La sangre no paraba de manar por la gran herida y Chucky rió.

Feck.

"Trata de despejarte y mira hacia abajo..."

Sacudió la cabeza, como los belfos de un caballo, desprendiendo sudor rojizo hacia el suelo. Como un boxeador noqueado miró hacia abajo.

Feck.

"Definitivamente, es un puto cuchillo..."

Apenas se había dado cuenta de cuándo se se lo clavaban, pero ahora empezaba a sentir lo que era todo el frío ardiente desgarrándole las entrañas, atravesando las varias capas de grasa que gente con poco sentido común había criado durante siglos, y borboteó, soltando sangre. Intentó moverse un poco, aferrándose el estómago, pero fue inútil. Se acabó yendo al suelo después de uno de esos movimientos, dos pasos torpes que le había costado un imperio de dar. Noqueado sobre la lona, BOCA ABAJO. Aquello. A juzgar por los estertores, tenía que doler. Tenía que doler como mil infiernos; la verdad es que Chucky, en cuanto a dolor, no podía quejarse de la magnífica obra de arte que estaba creando.

El árbitro empezó... 10. 9. 8.

Sangre manando.

7. 6. 5.

La misma sangre, esta vez cayendo también de la boca. Ojos perdiendo el tamiz, fin del juego.

4. 3-

No, no tres. Alguien estaba intentando levantarse del suelo, primero apoyando las manos y luego utilizándolas como plataforma para clavar las rodillas en el suelo. Intentaba hacer fuerza de forma teblorosa pero constante. Y tenía un cuchillo enterrado en su panza hasta tal punto que sería ya casi imposible recuperarlo. Chucy tenía razón... ¿¡ES QUE ESE TIPO NO SE MORÍA!?

-P-p-p... -hablar parecía difícil sin fuelle y con media faringe destrozada. Se notaba- Pequeña. Mierdddddddd...

Las palabras iban perdiendo fuelle mientras hablaba, pero él no. Seguía vivo de alguna forma, e intentando levantarse. Era el momento perfecto para que Chucky se tomase el exterminio de una forma definitiva, porque con aquel tipo no cabían apuestas... si le dejaba un rato de descanso como para poder acabar de levantarse, sin duda le daría la vuelta a las tornas. Y al propio muñeco. Pero todos allí sabían que nadie así daría tiempo, y por eso estaban conteniendo la respiración para las ovaciones. Era lo que habían venido a ver, y se lo estaban dando a espuertas.

- ¡Has demostrado ser el más fuerte! - dijo Chuky mientras se acercaba al semiinconsciente Ogro - ¡Has sido resistente, tenaz y con la capacidad de curarte rápido! ¡El tuyo es el cuerpo perfecto que he estado buscando!

Sin más, comenzó a canturrear:

Ade Due Damballa. ¡Dame el poder te lo suplico!
Leveau mercier du bois chaloitte.
Secoise entienne mais pois de morte.
Morteisma lieu de vocuier de mieu vochette.
Endelieu pour du boisette Damballa

Poco a poco aumentó el tono y la velocidad.

Ade Due Damballa. ¡Dame el poder te lo suplico!
Leveau mercier du bois chaloitte.
Secoise entienne mais pois de morte.
Morteisma lieu de vocuier de mieu vochette.
Endelieu pour du boisette Damballa

Hasta terminar repitiendo la estrofa a gritos

ADE DUE DAMBALLA. ¡DAME EL PODER TE LO SUPLICO!
LEVEAU MERCIER DU BOIS CHALOITTE.
SECOISE ENTIENNE MAIS POIS DE MORTE.
MORTEISMA LIEU DE VOCUIER DE MIEU VOCHETTE.
ENDELIEU POUR DU BOISETTE DAMBALLA

Sin más, el alma de Chucky salió de su cuerpo y se introdujo en el del Ogro.

Había nacido un nuevo Charles Lee Ray, un nuevo Chucky. Pero esta vez sería enorme, fuerte, rápido y con una mente tan enferma como la del muñeco. Nada podría detenerle ahora. Nada.

.
..
...

- Hola soy Chucky, seré tu amigo hasta el final, hey di hou, jajaja