Partida Rol por web

Veo que el boxeador y Emily suben por las escaleras y durante un instante miro a Renoir. Luego miro para la botella y digo en voz alta:

- Una de dos...he perdido mi capacidad de aguantar el alcohol o es que realmente está sucediendo algo raro aquí mismo...

Luego miro para el boxeador y Emily y les grito:

- Por arte de magia llegamos antes arriba...será mejor que entréis aquí y veamos que sucede...

Comprendes lo que ha pasado¿? por si hay lio XD. has visto como se han ido hacia arriba el par de dos y luego has vuelto a verlos subir (como si viniesen de la planta baja)

-No entiendo, messieurs, no entiendo nada -sacudo la cabeza con confusión-. ¿Dónde está el policía? ¿Sigue detrás suyo o le han dado esquinazo? ¿Han vuelto sobre sus pasos o han seguido hacia adelante y han acabado aquí?

Sacudo la cabeza, incrédulo. Nada tiene sentido.

Me asomo por la puerta para ver si alguien, ya sea el policía u otro, viene hacia nosotros.

La presión que ejercía el corsé sobre su pecho impedía que sus pulmones se llenaran del aire suficiente y si a eso sumábamos la agitada situación, además del esfuerzo físico que le suponía ascender aquellas escaleras de modo tan apresurado, no es de extrañar que la doctora estuviera casi sin aliento... aliento que se fue del todo cuando vió lo que había del otro lado de la puerta. Se detuvo en seco, asombrada e incrédula miraba por encima de su hombro para acto seguido volver la vista al frente. La escena se repitió un par de veces más, Emily se frotó los ojos con al esperanza de que se tratase de una alucinación más pero la imagen seguía delante suyo, tan real como lo era ella.

-¡Jesús Bendito! -exclamó y poco faltó para que se persignara- ¡Dios mío! ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué clase de encantamiento o mal sueño es éste? ¡Es una locura, es imposible!

Estiró la mano esperando, deseando que al hacerlo la ilusión frente a sus ojos se desvaneciera tal y como hiciera aquella persona cuando acababan de llegar a la taberna y le permitiera ver, de una vez por todas, la realidad... pero nada de eso ocurrió, frente a ella estaban sus compañeros, los mismos que había dejado atrás y que ahora, por arte de magia, aparecían frente a ella.

-Es una ilusión óptica, eso debe ser... -comentó sin darse cuenta que expresaba sus pensamientos en voz alta- el cerebro nos está jugando una mala pasada y nos mantiene dando vueltas en una misma situación, en una constante espiral, en un déjà vu infinito, no puede haber otra explicación, hay que descubrir el cómo para detenerlo o acabaremos perdiendo la razón como el boxeador...

El policía no tardaría en aparecer. ¿Llegaría por delante o por detrás?

-Señores míos, no tengo la menor idea de lo que está pasando, pero por como están las cosas huir no sirve de nada, debemos hacer frente al hombre que nos persigue, si es etéreo se desvanecerá en el aire como todo lo demás, si es real entonces habrá que detenerlo como a cualquier mortal. Somos tres, él no es más que uno, la ventaja está de nuestro lado... al menos así quiero creer.

El boxeador vuelve a subir por las escaleras otra vez, como si fuese una de esas ilusiones opticas, al volver a veros se derrumba a vuestro lado tratanto de recoger el aire con sus potentes pulmones, para despues mirar la habitación y deciros:- ¿Por que estoy soñando con vosotros?- Entonces podeis escuchar los pasos pesados del policia simiesco que sube por las escaleras y su horrorosa voz de pito:- ¡Tengo a tu perrita!- El boxeador al escucharlo se estremece, da unos pasos hacía la habitación y unas lagrimas empiezan a surcar su rostro...

- Lo mismo puedo decir sobre que tú salgas en un sueño mío...normalmente salen mujeres y alcohol... - le digo al boxeador para luego añadir - ...pero creo que esto no es un sueño...es diferente...

En ese momento veo al policía que dice algo sobre una perrita. Dato que no llego a captar de todo pero que parece preocupar al boxeador.

Me preparo para hacerle frente al policía si es necesario esperando que no sea muy poderoso en este mundo onírico.

"¿Tengo a tu perrita?", pienso para mí. Es una declaración sumamente extraña. Claro que no ha habido por ahora nada que no fuera sumamente extraño. Lo estrambótico parece ser la norma.

Las declaraciones de mis dos compañeros me parecen del todo acertadas.

-Estoy con ustedes, mes amis -digo, desenvainando mi estoque-. Hay que marcar una línea en el aquí y en el ahora -sonrío levemente divertido, paseando mi mirada por Emily, Thomas y hasta ¿por qué no? por el boxeador-. Aunque ignoro por completo dónde es ese "aquí" y cuándo es ese "ahora", ¿hmmm?

-De algún modo es un sueño o alucinación colectiva -dijo al boxeador que a estas alturas ya lo que le da es lástima. El pobre hombre posee una mente bastante frágil, según lo que ha podido apreciar, y toda esa situación sin duda no ha hecho sino debilitarla más-. Créame, somos tan reales como usted -apoyó su delicada mano sobre el brazo del hombre-, haga frente a ese hombre, confíe en usted, confíe en nosotros.

Esperando que sus palabras ayudaran a tranquilizar al hombre y, por otro lado, conseguir que les ofreciera ayuda (era un boxeador, sabía usar los puños más que bien y algo le decía que necesitarían de esos puños), se unió a sus compañeros e hizo frente al policía. Si las cosas salían bien, intentaría saber qué pintaba la dichosa perrita en esa historia, porque estaba claro, dada su reacción, que el boxeador algo sabía al respecto.

El boxeador mira a Emily como si fuese una chiflada y le dice:- Yo, yo no puedo enfrentarme a él... él sabe lo que hice y viene a encerrarme por ello, por eso me esta llevando a la habitación de Lucy...- Parece tranquilizarse un momento antes de que la enorme figura se adelante hacía el pasillo, por lo que continua, explicandose para si mismo:- No, no, es como dicen ellos, solo es una pesadilla. Pero estoy tardando demasiado en despertar...-

El policia con su enorme porra entre las manos, examina a todos los presentes, para volver a declamar lo de la perra, como si fuese un disco rallado, no parece haceros demasiado caso, intentando acercarse al boxeador con su porra en la mano dispuesta a descargarla, mientras que este parece no poder moverse como si a pesar de los intentos de apaciguarle aún le tuviera miedo.

Un hombre de su tamaño no puede comportarse así, no debe tener miedo así que tengo que me acerco a él y lo abofeteo en la mejilla para que espabile o por lo menos lograr que saque su rabia. 

- Empiece a comportarse como el hombre que es...que hay una dama delante... - digo enfadado para intentar picarlo algo más. - ...este es su sueño así que enfréntese a este policía y podremos irnos de aquí. Cuanto antes lo haga antes nos iremos.

"Interesante acercamiento...", pienso.

-¡Vamos, mon ami! -exhorto al boxeador-. Un campeón como usted no debería dejarse amilanar por nadie, ¡y menos por un fantoche armado con un palo, sacré bleu! ¿Qué cree que dirían en el circuito profesional si le vieran acobardarse ante un solo hombre? De seguro entraría usted en los anales del boxeo... ¡pero no como un luchador con coraje!

El hombre siente el golpe de McGuffin y lo mira con odio diciendo:- Cuando todo esto termine te voy a romper los morror y...- Las imprecaciones del noble lo hacen que se ponga más nervioso y furibundo:- Malnacidos, ¿Os creeis que soy un cobarde? Más hombre que nínguno en esta sala- La sala se oscurece como si las bombillas cada vez tuvieran menos energias. En tanto el ya de por si grande policia, se hace más grande y amenazante, su voz se vuelve igual que la del boxeador al declamar:- Eres mia, maldita puta, solamente mía- El boxeador tutibea lo justo antes de recibir un golpe de la enorme porra en el hombro con lo que os llega el chasquido de los huesos del hombre y como el lugar tutibea, como si solo permaneciera existiendo mientras el boxeador este consciente.

-¿Puede ser posible? -se preguntó y sin saber por qué llevó la mano hasta el atrapasueños que mantenía, seguro, entre sus ropas- Estamos dentro de un sueño, su sueño. ¿Qué va a pasar si el sueño se desvanece? ¿Qué va a pasar con nosotros? ¿De qué modo vinimos a parar a éste, su sueño?

Eran muchas, demasiadas las interrogantes que Emily tenía en ese momento y todas sin respuesta. Sintió miedo, un miedo indescriptible, algo que la hizo remecer internamente y se aferró con fuerza, con fe, al objeto que tenía entre manos. De algún modo sentía que la, que los protegía. No sabía de qué modo, mucho menos por qué, pero así sentía. Ella, una mujer de ciencias, una mujer acostumbrada a que todo tuviera una explicación científica, incluso la fe, estaba dejando a un lado sus conocimientos y aferrándose a algo tan sencillo y banal como ese objeto.

Y movida con quién sabe qué, se interpuso en el camino del policía. Si el hombre era real chocaría con ella, arrojándola al suelo, sin duda, de lo contrario, si era etéreo como el resto de personas de la taberna, se desvanecería en el viento, sin dañarla.

La habitación parpadea, al parecer depende de que el boxeador siga consciente...ahora me surge una duda...si el boxeador cae noqueado nosotros dejaremos de existir en esta realidad...¿o cambiaremos de escenario?

Demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Así que me preparo para ayudar al boxeador, a ver si hay alguna forma de hacerlo. Una idea pasa por mi cabeza...si son etéreos...puede que se disuelvan como la niebla con una ligera brisa...

Thomas se da cuenta de que hay abanicos en la habitación, pero si entra en ella puede que se encuentre con el boxeador muerto y puede que con Emily que para satisfacer la curiosidad y proteger al hombre se ha interpuesto en el camino de los golpes del policía.

El simiesco policia al ver como se interpone Emily entre él y su victima la intenta apartar  con un gruñido diciendo:- ¿Quien coño te crees que eres Lucy?- Aunque como antes parece que esta repitiendo frases como un papagayo, más que discutiendo con vosotros. El boxeador al ver que esta protegido por una mujer escupe sangre en el suelo y dice:- Mierda, al final una mujer es más valiente que yo... Me... me recuerda tanto a Lucy...-

-¡Mademoiselle Chrystalle! -grito-. ¡Cuidado!

Esto es completamente intolerable. Avanzando con el estoque por delante, ataco al gorila uniformado por la espalda. Se han acabado las tretas y las fintas.

Tengo que ser rápido y coger un abanico en el menor tiempo posible.

- Renoir cuida de la dama, voy a por un abanico para aventar a ese ser...

Me lanzo a por uno de esos abanicos mientras Renoir ayuda a Emily, si todo sale bien esto será una pesadilla más. Cojo uno de los abanicos, y lo abro para probar a hacer volar a ese ser de niebla.

El policia alza su porra para apartar de su camino a la mujer de la forma más expeditiva, cuando el florete de Jean Claude atraviesa al policía dejando la punta de su florete casi a unos dedos del rostro de Emily que traga saliva ante la cercanía de la muerte.  El policia chilla dolorido, de la herida brota una manchurrón negro, pero no parece afectarle demasiado y se vuelve hacía el noble, pero este tiene la presteza de quitar el arma de su costado, por si tiene que volver a golpear para defenderse del simiesco hombre. En tanto el boxeador se levanta, aunque con dificultad y se apresta a golpear al policia, aunque tiene que apoyarse en  Emily un momento.

En tanto Thomas tras un vistazo por toda la habitación encuentra un abanico ligeramente desgarrado, pero es lo más cercano a lo que cree que puede ser útil contra la enorme figura.